Recibido: 24/julio/2025     Aceptado: 24/octubre/2025

 

La Educación Física en la Nueva Escuela Mexicana: formación integral en la Primaria (Original)

Physical Education in the New Mexican Shool: holistic education in Primary School (Original)

 

Enrique Rafael Farfan Heredia. Licenciado en Educación Física. Doctor en Motricidad y educación para la salud. Universidad Autónoma del Carmen (UNACAR). Campeche. México.  

[ efarfan@pampano.unacar.mx ]    [ https://orcid.org/0000-0003-2187-8974 ]

 

José Jesús Matos Ceballos. Licenciado en Educación Física. Doctor en Ciencias Pedagógicas. Universidad Autónoma del Carmen (UNACAR). Campeche. México.

[ jmatos@pampano.unacar.mx ]   [ https://orcid.org/0000-0002-5891-2411 ]

 

Julio César Ambris Sandoval. Licenciado en Educación Física. Doctor en Motricidad y educación para la salud. Universidad Autónoma del Carmen (UNACAR). Campeche. México.

[ jambris@pampano.unacar.mx ]  [ https://orcid.org/0000-0002-8513-9022 ]

 

Oscar Enrique Mato Medina. Licenciado en Educación Física. Doctor en Ciencias Pedagógicas. Universidad Autónoma del Carmen (UNACAR). Campeche. México.  

[ omato@pampano.unacar.mx ]    [ https://orcid.org/0000-0002-8159-1337 ]

 

Juan Pablo López Pérez. Licenciado en Educación Física. Universidad Autónoma del Carmen (UNACAR). Campeche. México.  [ jplopez@pampano.unacar.mx ]

[ https://orcid.org/0000-0002-4488-1570 ]

             

Marisol Toledo Sánchez. Licenciado en Educación Física. Universidad Autónoma del Carmen (UNACAR). Campeche. México. [ mtoledo@pampano.unacar.mx ]

[ https://orcid.org/0000-0003-2784-3182 ]  

 

Resumen

La Nueva Escuela Mexicana surge como una propuesta educativa posterior a la reforma constitucional de 2019, con la intención de reorientar el sistema educativo nacional hacia una formación integral, equitativa y humanista. Desde esta perspectiva, la Educación Física ocupa un papel estratégico en la materialización de los principios de esta escuela, al promover el desarrollo de las dimensiones cognitiva, motriz, social y afectiva en la primaria. El presente artículo tiene como objetivo analizar el papel de la Educación Física en la Nueva Escuela Mexicana como herramienta de formación integral en la niñez, a partir de un estudio teórico-descriptivo con análisis de contenido de fuentes oficiales, académicas y normativas publicadas entre 2020 y 2024. Se examinan los ejes articuladores de la escuela, su enfoque humanista, los fundamentos curriculares y los desafíos en su implementación práctica dentro del aula. Los resultados evidencian que, aunque la Nueva Escuela Mexicana incorpora principios de inclusión, pensamiento crítico, vida saludable e interculturalidad, su aplicación efectiva depende de la capacitación docente, la contextualización pedagógica y la construcción de ambientes escolares que favorezcan el aprendizaje activo y significativo. La Educación Física se presenta como un medio idóneo para consolidar la visión integral de la escuela, contribuyendo a la formación de ciudadanos críticos, saludables y comprometidos con su entorno social. Se concluye que la articulación entre los principios filosóficos de la Nueva Escuela Mexicana y la práctica educativa en Educación Física constituye una vía fundamental para fortalecer la educación básica en México.

Palabras clave: Nueva Escuela Mexicana; educación física; formación integral; enfoque humanista

Abstract

The New Mexican School emerged as an educational proposal following the 2019 constitutional reform, with the intention of reorienting the national education system toward a holistic, equitable, and humanistic education. From this perspective, Physical Education plays a strategic role to accomplish the principles of this school by promoting the development of cognitive, motor, social, and affective dimensions in primary school. This article aims to analyze the role of Physical Education in the New Mexican School as a tool for the comprehensive development of children, based on a theoretical-descriptive study with content analysis of official, academic, and regulatory sources published between 2020 and 2024. The article examines the school's guiding principles, its humanistic approach, its curricular foundations, and the challenges of its practical implementation in the classroom. The results show that, although the New Mexican School incorporates principles of inclusion, critical thinking, healthy living, and interculturality, its effective implementation depends on teacher training, pedagogical contextualization, and the creation of school environments that foster active and meaningful learning. Physical Education emerges as an ideal means to consolidate the holistic vision of the school, contributing to the formation of critical, healthy citizens committed to their social environment. It is concluded that the articulation between the philosophical principles of the New Mexican School and educational practice in Physical Education constitutes a fundamental path to strengthening basic education in Mexico.

Keywords: New Mexican school; physical education; holistic development; humanistic approach

Introducción

La Nueva Escuela Mexicana (NEM) representa una de las transformaciones educativas más significativas del sistema mexicano en las últimas décadas. Derivada de la reforma educativa de 2019, busca consolidar un modelo centrado en el desarrollo humano, la equidad y la participación comunitaria. Su propósito es colocar a las niñas, niños y adolescentes en el centro del proceso educativo, promoviendo la justicia social, la inclusión y la corresponsabilidad entre escuela, familia y comunidad (Secretaría de Educación Pública [SEP], 2020).

No obstante, su conceptualización ha generado debates entre la comunidad académica, ya que algunos autores la consideran más una propuesta curricular que un modelo educativo consolidado, al carecer de una estructura teórica y metodológica unificada (Osuna et al., 2024). Esta falta de consenso ha provocado tensiones en torno a su implementación, especialmente en el nivel de educación básica, donde los docentes enfrentan el desafío de adaptar sus prácticas pedagógicas a nuevos enfoques centrados en el aprendizaje significativo y en la vinculación con la comunidad (Guel, 2023).

En este contexto, la Educación Física emerge como un campo estratégico para concretar los principios de la NEM, especialmente en la educación primaria, donde se sientan las bases del desarrollo integral del individuo. La práctica motriz, el juego, la convivencia y la reflexión sobre el cuerpo y el entorno constituyen escenarios idóneos para promover aprendizajes transversales vinculados con la salud, la inclusión y la ciudadanía activa (Hernández et al., 2024). A diferencia de otras áreas curriculares, la Educación Física no se limita al desarrollo de habilidades motrices, sino que contribuye al fortalecimiento de valores, la autonomía y la regulación emocional, elementos que la NEM identifica como pilares del desarrollo humano integral (SEP, 2022).

La NEM se fundamenta en un enfoque humanista y comunitario que coloca a las niñas y los niños en el centro del proceso educativo (SEP, 2023). Sus ejes articuladores —inclusión, pensamiento crítico, igualdad de género, vida saludable, interculturalidad y apropiación cultural— reflejan el interés por trascender la enseñanza tradicional hacia un modelo integral, crítico y reflexivo. Este enfoque busca formar ciudadanos capaces de transformar su realidad mediante la colaboración, el diálogo y el compromiso ético con la comunidad (Hernández, 2024). Desde la perspectiva crítica, la NEM aún no puede considerarse un modelo educativo consolidado, sino más bien una propuesta educativa en construcción, con fuertes componentes ideológicos y pedagógicos en desarrollo (Osuna et al., 2024).

En este marco, la Educación Física constituye una vía idónea para promover la formación integral, al fomentar la salud, la convivencia y el desarrollo socioemocional de los estudiantes (Ramírez & Godínez, 2024). Esta área del conocimiento permite traducir en práctica los valores y principios de la NEM, promoviendo experiencias de aprendizaje activo, solidario y situado, que articulan la corporeidad con la construcción de ciudadanía. Así, la Educación Física no solo contribuye al bienestar físico, sino que se convierte en un instrumento pedagógico para la transformación social, coherente con la visión humanista que sustenta la Nueva Escuela Mexicana.

Materiales y métodos

El presente estudio se desarrolló bajo un enfoque cualitativo de tipo teórico-descriptivo, orientado al análisis y comprensión de los fundamentos pedagógicos que sustentan la Nueva Escuela Mexicana y su relación con la Educación Física en la infancia primaria. Este tipo de investigación permite examinar fenómenos educativos desde una mirada interpretativa, donde el valor no se encuentra en la medición estadística, sino en la comprensión profunda de los significados, relaciones y tensiones que emergen de los documentos, teorías y prácticas analizadas (Creswell & Poth, 2021).

En este sentido, el estudio se basó en la revisión documental de fuentes oficiales, normativas y académicas publicadas entre 2020 y 2024. Los materiales revisados incluyeron planes y programas de estudio de la SEP, lineamientos de la NEM, artículos científicos, informes institucionales y estudios recientes sobre Educación Física en México. Esta selección permitió identificar patrones conceptuales, categorías de análisis y elementos comparativos entre la teoría oficial y la realidad educativa.

Se emplearon tres métodos teóricos principales: el análisis-síntesis, la inducción-deducción y el método histórico-lógico. El análisis-síntesis permitió descomponer los postulados de la NEM en sus componentes pedagógicos, filosóficos y axiológicos, para luego integrarlos en una visión coherente sobre la formación integral. Esta estrategia resultó clave para la construcción del marco teórico y la posterior interpretación de los hallazgos en los resultados. La inducción-deducción se utilizó para establecer relaciones entre los principios generales de la NEM (inclusión, equidad, vida saludable, pensamiento crítico) y las manifestaciones específicas de estos en la práctica de la Educación Física en primaria. De manera inductiva se identificaron patrones discursivos comunes; de forma deductiva, se contrastaron con teorías educativas contemporáneas.

Finalmente, el método histórico-lógico permitió contextualizar la evolución del pensamiento educativo mexicano, mostrando cómo las reformas previas sentaron las bases para la NEM. Este enfoque fue especialmente útil para comprender los cambios de paradigma en torno a la formación integral y el rol del cuerpo en la educación (SEP, 2023). Estos métodos teóricos sirvieron como eje estructurante del análisis, pues permitieron pasar de la descripción documental a la interpretación crítica, articulando los fundamentos conceptuales con las implicaciones pedagógicas discutidas más adelante.

Si bien el estudio no implicó trabajo de campo directo, se aplicaron métodos empíricos de análisis documental y triangulación teórica, propios de la investigación cualitativa en educación. El análisis de contenido, propuesto por Bardin (2020), se utilizó para revisar los textos normativos y académicos, identificando categorías recurrentes como formación integral, vida saludable, inclusión, pensamiento crítico y educación humanista. La triangulación teórica consistió en contrastar los hallazgos provenientes de tres tipos de fuentes: documentos oficiales de la SEP, investigaciones científicas recientes y ensayos teórico-críticos de especialistas en educación. Este procedimiento permitió validar la consistencia conceptual de los datos y evitar interpretaciones sesgadas. A su vez, esta triangulación se conecta directamente con el apartado de Resultados y Discusión, donde se analizan las coincidencias, contradicciones y vacíos detectados entre el discurso institucional y la práctica educativa real.

Por último, se aplicó un proceso de análisis interpretativo basado en la hermenéutica crítica, con el fin de comprender los significados subyacentes en los textos y su relación con los fines educativos de la NEM. De esta manera, la metodología adoptada no solo permitió sistematizar la información, sino también proponer una lectura reflexiva sobre el papel de la Educación Física como medio para la formación integral en la escuela primaria. En suma, el diseño metodológico se sustentó en un equilibrio entre la revisión teórica y la interpretación empírica del discurso educativo, lo cual facilitó generar una discusión fundamentada, coherente con los principios humanistas que orientan la Nueva Escuela Mexicana.

Resultados y discusión

Hablar de la Nueva Escuela Mexicana implica referirse a una idea de educación que busca reconstruir el sentido mismo de la escuela. No se trata únicamente de un cambio en los planes y programas, sino de un replanteamiento profundo del papel del docente, del estudiante y de la comunidad. En otras palabras, la NEM pretende dar un giro humanista al sistema educativo mexicano, priorizando la justicia social, la equidad y la participación ciudadana (SEP, 2020). Este enfoque no surge de la nada; es el resultado de años de debate sobre los límites de los modelos tradicionales basados en la memorización y la estandarización del aprendizaje.

Por otra parte, la NEM también intenta integrar una visión de país, una mirada que reconozca la diversidad cultural y social como parte de la riqueza nacional. De hecho, documentos recientes de la SEP (2022; 2023) insisten en la necesidad de que la educación sea inclusiva, crítica y situada. Esto significa que el aprendizaje debe tener sentido para los estudiantes, partir de sus contextos y orientarse al bien común. Así, más que enseñar contenidos, el propósito es formar ciudadanos reflexivos y comprometidos con la transformación de su entorno.

Vale la pena mencionar que, a pesar de su fundamentación teórica, algunos especialistas han señalado que la NEM aún se encuentra en construcción. Osuna et al. (2024) advierten que la propuesta carece de una estructura metodológica sólida y que su implementación depende, en gran medida, de la interpretación docente. Desde esta perspectiva, el modelo avanza entre tensiones: entre lo normativo y lo práctico, entre lo ideal y lo posible. Sin embargo, este carácter inacabado también le otorga dinamismo, pues permite que las escuelas adapten los principios de la NEM según sus propias realidades.

Síntesis de hallazgos del análisis documental

Partiendo del análisis de contenido —tal como se describió en la metodología— se identificaron tres hallazgos centrales que organizan este apartado: (a) coincidencia conceptual entre la NEM y las finalidades de la Educación Física; (b) vacíos operativos para traducir esos fines en prácticas docentes claras; y (c) oportunidades pedagógicas que la Educación Física ofrece para materializar la formación integral en la primaria.

Primero, la revisión de documentos oficiales y la literatura reciente muestra una convergencia temática: la NEM pone en el centro la integralidad, la inclusión y la vida saludable, y la Educación Física comparte esos fines de forma natural. Dicho de otro modo: los ejes articuladores de la NEM (inclusión, pensamiento crítico, vida saludable, apropiación cultural) encuentran eco en las metas de la Educación Física—salud corporal, convivencia y desarrollo socioemocional—lo que sugiere una corresponsabilidad curricular. Esta observación concuerda con estudios que destacan el carácter personal y social que la Educación Física puede desarrollar en entornos escolares primarios (Opstoel et al., 2022).

Segundo, aunque existe esta coincidencia de objetivos, los documentos oficiales analizados adolecen de directrices didácticas detalladas que orienten cómo implementar la NEM desde cada área, incluida la Educación Física. En la práctica esto se traduce en interpretaciones diversas por parte del profesorado: algunos docentes incorporan actividades centradas en aprendizaje socioemocional, proyectos comunitarios y metodologías activas; otros continúan con esquemas tradicionales de ejercicios y deportes competitivos. Esta variabilidad en la praxis es consistente con revisiones que muestran una heterogeneidad en cómo los docentes operacionalizan objetivos personales y sociales en las clases de Educación Física (Opstoel et al., 2022).

Tercero, y esto es importante, la literatura especializada en los últimos cinco años aporta evidencia de que la Educación Física puede servir como vehículo eficaz para promover competencias socioemocionales, inclusión y hábitos de vida saludable —siempre y cuando exista una intencionalidad pedagógica y acompañamiento profesional. Revisiones recientes sobre aprendizaje socioemocional en el marco de clases motrices sostienen que las intervenciones bien diseñadas en Educación Física mejoran la autorregulación, la empatía y la cooperación, lo cual repercute en el clima escolar y en los resultados educativos (Bergin et al., 2024).

La formación integral en el contexto educativo actual

Uno de los pilares de la NEM es la formación integral. Este concepto, aunque frecuentemente mencionado, requiere una comprensión profunda. Formar integralmente implica atender al ser humano en todas sus dimensiones: cognitiva, emocional, social y física. No se trata únicamente de “saber más”, sino de aprender a convivir, a cuidar de uno mismo y de los demás. En ese sentido, la educación deja de ser una transmisión de información para convertirse en una experiencia vital.

De acuerdo con Hernández (2024), la formación integral en la NEM busca que los estudiantes “aprendan a ser, a convivir y a transformar” su realidad. Esta idea retoma los principios del pensamiento pedagógico humanista de autores como Paulo Freire, quien defendía que la educación debe generar conciencia crítica. Así, el aprendizaje no se limita al aula, sino que se extiende a la vida cotidiana, al trabajo comunitario, a las relaciones interpersonales y a la comprensión del entorno natural.

Por otro lado, la formación integral también demanda un cambio en la práctica docente. Los maestros deben convertirse en mediadores del conocimiento, facilitadores de experiencias y guías del desarrollo personal (Guel, 2023). No basta con seguir el currículo oficial; es necesario interpretar las necesidades de cada grupo, adaptar los contenidos y diseñar actividades que conecten con los intereses y emociones de los estudiantes. En suma, la integralidad no se enseña, se vive.

La Educación Física como eje de la formación integral

En el marco de la NEM, la Educación Física adquiere un papel protagónico. Tradicionalmente, esta área ha sido vista como un espacio recreativo o complementario, pero la nueva visión educativa le otorga un significado más amplio. La Educación Física es, al mismo tiempo, una práctica de salud, de convivencia y de construcción de identidad (Ramírez & Godínez, 2024). A través del movimiento, los niños descubren sus capacidades, aprenden a respetar reglas, a trabajar en equipo y a manejar emociones como la frustración o la alegría.

Hernández et al. (2024) subrayan que la Educación Física contribuye al desarrollo del pensamiento crítico y de la conciencia corporal, aspectos esenciales para la formación ciudadana. En las clases de movimiento, los alumnos no solo corren o juegan: reflexionan, toman decisiones y construyen sentido de pertenencia. Estas experiencias, aparentemente simples, consolidan competencias socioemocionales que son fundamentales para el aprendizaje integral.

Asimismo, la Educación Física es una herramienta poderosa para fomentar la salud y el bienestar, ejes centrales de la NEM. La promoción de hábitos saludables, la valoración del cuerpo y la prevención de enfermedades desde la infancia son aspectos que impactan directamente en la calidad de vida y en el desarrollo académico (SEP, 2022). En este sentido, el docente de Educación Física no solo enseña ejercicios, sino que forma ciudadanos responsables y conscientes de su propio cuerpo y del entorno que los rodea.

Por último, vale la pena señalar que la Educación Física, entendida desde el enfoque humanista de la NEM, se convierte en un espacio para la inclusión y la equidad. Todas las niñas y los niños, sin importar sus condiciones físicas, sociales o culturales, pueden participar y aprender a su propio ritmo. De este modo, el movimiento se transforma en un lenguaje común, en un medio de encuentro y en una forma de construir comunidad.

Discusión

El análisis de contenido revela que la NEM prioriza la equidad, la inclusión y la excelencia con base en la mejora continua del aprendizaje. La Educación Física, dentro de este marco, aporta una dimensión práctica que permite materializar los valores humanistas del modelo. Las actividades motrices y recreativas no solo contribuyen al desarrollo físico, sino que fortalecen competencias sociales y emocionales como la empatía, la cooperación y la autorregulación (Hernández et al., 2024). Sin embargo, persisten desafíos relacionados con la capacitación docente y la falta de recursos didácticos adaptados a los nuevos enfoques curriculares. La incorporación de la perspectiva comunitaria y la vida saludable, ejes esenciales de la NEM, encuentran en la Educación Física un espacio natural de aplicación. Los docentes de esta área pueden fungir como mediadores del cambio, siempre que cuenten con formación continua y herramientas metodológicas actualizadas (Guel, 2023).

Coherencia político curricular: expectativa vs. especificidad

La Nueva Escuela Mexicana ofrece, en primer lugar, un andamiaje simbólico y normativo potente: valores, prioridades y ejes articuladores que proyectan una intención clara —formar integralmente, con equidad y sentido comunitario—. Eso es innegable. Pero entonces viene la otra cara: los textos oficiales, con frecuencia, mantienen un cierto nivel de generalidad. Dicen qué se quiere lograr; muchas veces no dicen con la misma claridad cómo hacerlo en el aula. Esa distancia entre la declaración de principios y la especificidad didáctica es el origen de la incoherencia práctica.

Históricamente no es algo excepcional. Desde el método histórico-lógico se observa que las reformas educativas suelen formular grandes propósitos políticos y culturales. Sin embargo, cuando esos propósitos no se traducen en orientaciones metodológicas precisas —secuencias didácticas, criterios de evaluación, recursos formativos— la implementación queda a merced de la interpretación docente y del contexto escolar (Prøitz et al., 2023). Es decir: las reformas abren espacios de sentido, pero no siempre entregan los instrumentos para que esos sentidos se transformen en prácticas homogéneas y sostenibles.

¿Por qué importa esa especificidad? Porque el currículo es un puente: conecta la intención política con la práctica diaria en el aula. Si el puente no tiene barandas, cada escuela —y cada maestro— atraviesa a su manera. Estudios recientes que revisan la implementación de reformas muestran que la ambigüedad en los lineamientos facilita interpretaciones múltiples. En la práctica esto produce heterogeneidad: escuelas que innovan con proyectos comunitarios y evaluación formativa; otras que mantienen un enfoque tradicional centrado en la práctica deportiva o en rutinas físicas sin conexión con los fines socioemocionales. La investigación sobre políticas y prácticas educativas indica que esa variabilidad es predecible cuando la documentación normativa carece de operacionalización didáctica (Aldridge & Mclure, 2024; Bremner et al., 2024).

La ambigüedad no es neutra: tiene efectos diferenciales según el capital institucional y profesional de cada contexto. En escuelas con liderazgo fuerte, redes de apoyo y maestros formados, la ambigüedad puede convertirse en oportunidad, permite adaptar y enriquecer el currículo localmente. En cambio, en entornos con escasos recursos, con docentes sobrecargados o con poca formación continua, la misma ambigüedad se traduce en implementación superficial o simbólica. Es decir, la misma política produce resultados desiguales porque la capacidad operativa no es homogénea (Organization for Economic Co-operation and Development, 2024). Esto confirma que la coherencia político curricular no depende solo del texto oficial; depende también de la estructura de apoyo que se articulará para su despliegue.

Otra dimensión a considerar es la complejidad semántica de los conceptos incluidos en la NEM: términos como “formación integral”, “vida saludable” o “apropiación cultural” son políticamente atractivos y difíciles de acotar pedagógicamente. La falta de definiciones operativas facilita un consenso superficial —todo el mundo está de acuerdo con la idea— pero dificulta la construcción de rutinas pedagógicas compartidas. La literatura sobre enactment o “policies in practice” (sentido y traducción de políticas) subraya que los actores escolares (docentes, directivos, supervisores) actúan como makers of meaning; ellos interpretan y reconfiguran la política a la luz de sus recursos, valores y presiones locales (Hay, 2024). Esto enfatiza que la traducción pedagógica exige no solo documentos claros, sino procesos deliberados de negociación y construcción colectiva en los centros escolares.

Por último, el problema de la especificidad tiene una vertiente temporal: las políticas que solo ofrecen marcos amplios requieren un proceso sostenido de desarrollo curricular posterior (materiales, formación, evaluación). Si ese proceso no se planifica con metas, recursos y tiempos, la reforma queda a la espera de que distintos actores lo completen por iniciativa propia. Investigaciones recientes sobre reformas internacionales muestran que el diagnóstico y la planificación de la implementación (con indicadores, recursos y responsabilidades) son los elementos que más distinguen las reformas que se consolidan de aquellas que generan práctica fragmentaria (Prøitz et al., 2023; Aldridge & Mclure, 2024). En suma: una política potente necesita un plan operativo igualmente potente; de lo contrario, la expectativa política quedará por debajo de la especificidad pedagógica necesaria para su realización.).

Capacidad operativa docente: formación, retroalimentación y recursos

El análisis de contenido mostró que uno de los mayores cuellos de botella es la formación docente. Los resultados señalan que, mientras algunos maestros cuentan con estrategias innovadoras (aprendizaje por proyectos, evaluación formativa aplicada en el área motriz), muchos requieren capacitación específica para transformar las clases de Educación Física en espacios de desarrollo de habilidades socioemocionales y formación ciudadana. Esto se alinea con estudios que indican la necesidad de fortalecer la formación inicial y continua de los docentes de Educación Física para que integren objetivos personales y sociales de forma sistemática en sus planeaciones (Zhou, 2024).

La evidencia revisada subraya que la retroalimentación no solo actúa como un mecanismo correctivo, sino que funciona como un catalizador del aprendizaje integral en Educación Física. Según Treschman et al. (2024), un feedback efectivo potencia tanto la adquisición de habilidades motoras específicas como el desarrollo de competencias socioemocionales, siempre que se genere en un marco de co-construcción entre docentes y estudiantes, donde ambos definan y comprendan los criterios de mejora. Este enfoque implica que la retroalimentación deja de ser unidireccional y evaluativa únicamente, para convertirse en un proceso formativo y dinámico, que favorece la autoconciencia, la autoevaluación y la regulación del aprendizaje.

En este contexto, la evaluación formativa, considerada un pilar central de la NEM, requiere del diseño de instrumentos concretos y contextualizados a la práctica motriz, que permitan observar, medir y orientar el progreso del estudiante en tiempo real. Esto incluye la elaboración de rúbricas específicas, guías de observación sistemática y estrategias de coevaluación entre pares, herramientas que actualmente están poco desarrolladas en los documentos normativos. La ausencia de estos instrumentos limita la posibilidad de implementar evaluaciones que sean realmente formativas, interactivas y vinculadas al aprendizaje motor, evidenciando la necesidad de traducir los principios generales de la NEM a prácticas evaluativas precisas y aplicables en el aula de Educación Física.

Impacto educativo esperado: evidencia internacional y aplicabilidad en México

Si la NEM logra dotar a la Educación Física de un propósito pedagógico explícito, no solo se estaría cumpliendo un mandato normativo, sino que también se potenciarían impactos educativos y sociales comprobables. La evidencia indica que la integración de objetivos claros en las clases de Educación Física conduce a una mayor implicación estudiantil, en la que los alumnos participan activamente en actividades motrices, adoptando un rol protagónico en su propio aprendizaje. Además, programas bien estructurados favorecen el desarrollo de habilidades socioemocionales, como la empatía, la autorregulación, la colaboración y la resolución de conflictos, así como la consolidación de hábitos de vida saludables, incluyendo la práctica regular de actividad física y la adopción de estrategias de cuidado personal (Opstoel et al., 2022; Bergin, 2024).

Los estudios revisados señalan que estas competencias no solo se reflejan en la mejora de la convivencia escolar, sino también en una predisposición más positiva hacia el aprendizaje académico, evidenciando que la Educación Física puede actuar como un vehículo transversal de desarrollo integral. Este efecto es especialmente significativo en comunidades con desafíos socioeconómicos, donde la escuela y la clase de movimiento se convierten en espacios de intervención social: lugares seguros que promueven inclusión, igualdad de oportunidades y fortalecimiento de la cohesión comunitaria. Así, la Educación Física no se limita a la formación motriz, sino que se proyecta como un instrumento de transformación social y educativa, articulando objetivos normativos con resultados concretos en el bienestar y desarrollo de los estudiantes.

No obstante, conviene ser prudente: la transferencia de resultados positivos a gran escala depende de factores contextuales (recursos, tiempo curricular, infraestructura, compromiso institucional). Estudios de alcance internacional alertan que, sin ciclos sostenidos de formación docente y seguimiento institucional, las intervenciones se quedan en buenas prácticas aisladas, sin consolidarse como políticas escolares sistemáticas (Karamani et al., 2024).

Implicaciones prácticas y recomendaciones derivadas

A partir de los hallazgos y la triangulación teórica-empírica, se derivan recomendaciones concretas para alinear la Educación Física con la NEM:

1.                  Desarrollar orientaciones didácticas específicas para Educación Física: guías con actividades basadas en desarrollo de habilidades socioemocionales, proyectos comunitarios y rúbricas de evaluación formativa que traduzcan los ejes de la NEM a secuencias didácticas replicables por docentes (Treschman et al., 2024).

2.                  Invertir en formación continua y comunidades de práctica: programas de capacitación centrados en metodologías activas, inclusión y evaluación formativa. La literatura muestra que la formación en servicio y la mentoría pedagógica incrementan la capacidad de los docentes para implementar objetivos personales y sociales en Educación Física (Zhou, 2024).

3.                  Incluir instrumentos de evaluación adaptados: rúbricas para habilidades socioemocionales en el contexto motor, protocolos de coevaluación y herramientas de observación para monitorizar procesos. El feedback docente-alumno debe sistematizarse para favorecer la mejora continua (Treschman et al., 2024).

4.                  Fomentar proyectos escolares intersectoriales: vincular la Educación Física con salud escolar, nutrición y actividades comunitarias para potenciar la vida saludable y la participación social, como sugieren diversas revisiones sobre intervenciones escolares en actividad física.

Limitaciones del estudio y líneas futuras

Aunque la triangulación y el análisis documental aportan una visión robusta, el estudio tiene limitaciones propias de su diseño: no incluyó trabajo de campo con observación directa en aulas mexicanas ni entrevistas en profundidad con docentes de Educación Física. Estas estrategias son necesarias para comprobar empíricamente cómo se traducen los principios de la NEM en prácticas reales y para medir el impacto de intervenciones formales en desarrollo de habilidades socioemocionales y salud. Estudios futuros podrían integrar diseños mixtos —con experimentos o intervenciones controladas en escuelas primarias— para evaluar la eficacia de programas concretos de Educación Física alineados con la NEM.

Conclusiones

La Educación Física ocupa un rol estratégico y central en la materialización del ideal de formación integral propuesto por la Nueva Escuela Mexicana, al actuar como un espacio donde los aprendizajes se construyen de manera vivencial, activa y significativa. Su carácter transversal permite articular contenidos cognitivos, habilidades motoras, competencias socioemocionales y valores, generando experiencias educativas que trascienden lo académico y favorecen la construcción de identidad, el autocuidado y la interacción social. En este sentido, la Educación Física no se limita al desarrollo de capacidades físicas, sino que contribuye al desarrollo integral del estudiante, promoviendo hábitos de vida saludable, actitudes de cooperación y reflexión crítica sobre el cuerpo y el entorno.

Sin embargo, para que la NEM se consolide como un modelo educativo efectivamente transformador, es imprescindible fortalecer la formación docente, asegurando que los educadores cuenten con herramientas conceptuales y metodológicas que les permitan diseñar experiencias significativas y adaptadas a los contextos escolares diversos. Asimismo, resulta crucial contextualizar las estrategias pedagógicas, reconociendo las particularidades culturales, sociales y económicas de cada comunidad, y desarrollar políticas públicas sólidas que garanticen la continuidad, coherencia y sostenibilidad del proyecto educativo a nivel nacional.

En este marco, la Educación Física se configura como un pilar fundamental del desarrollo humano integral en la educación primaria mexicana, al ofrecer espacios de aprendizaje que integran salud, bienestar, convivencia y reflexión crítica, promoviendo estudiantes capaces de interactuar con su entorno de manera consciente, responsable y activa. Así, su inclusión estratégica en la NEM no solo fortalece la educación en términos académicos, sino que contribuye de manera directa a la formación de ciudadanos completos, competentes, autónomos y socialmente comprometidos.

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