Recibido: 20/enero/2025
Aceptado: 26/mayo/2025
Uso de nuevas técnicas pedagógicas y didácticas para facilitar la adquisición de la lengua inglesa
(Revisión)
The use of new pedagogical and didactic techniques to
facilitate English language acquisition (Review)
Idalith Rocio Pérez Sánchez. Licenciada en educación en inglés. Profesora instructora. Universidad
de Granma. Bayamo. Cuba. [ yosoyidalith@gmail.com ]
[ https://orcid.org/0009-0002-2824-3234
]
Resumen
La enseñanza de la lengua inglesa ha evolucionado
significativamente en las últimas décadas, impulsada por el avance tecnológico y la investigación en pedagogía. Este artículo
de revisión tiene como objetivo recopilar, analizar y discutir la información
de la literatura científica reciente sobre nuevas técnicas pedagógicas y
didácticas que facilitan la adquisición del inglés como lengua extranjera. Se
examinan enfoques innovadores, como el aprendizaje basado en proyectos, el uso
de tecnologías digitales, la gamificación y el aprendizaje colaborativo, así
como su impacto en la motivación y el rendimiento de los estudiantes.
Finalmente, se presentan recomendaciones para la implementación efectiva de
estas técnicas en el aula.
Palabras clave: técnicas; lengua inglesa;
estudiantes; pedagógicas; didácticas
Abstract
English language teaching has evolved significantly in the
past recent decades, driven by technological progress and research in pedagogy.
This review article aims to collect, analyze and discuss information from
recent scientific literature on new pedagogical and didactic techniques that
facilitate the acquisition of English as a foreign language. Innovative
approaches such as project-based learning, the use of digital technologies,
gamification, and collaborative learning are examined, as well as their impact
on student motivation and performance. Finally, recommendations for the
effective implementation of these techniques in the classroom are presented.
Keywords: techniques; English
language; students; pedagogical; didactics
Introducción
La globalización y la creciente interconexión entre culturas han hecho
del inglés una lengua franca en muchos contextos. Por lo tanto, su enseñanza y
aprendizaje se ha convertido en una prioridad en la educación de varios países.
A pesar de los esfuerzos realizados, numerosos estudiantes aún enfrentan
dificultades en la adquisición del inglés. Este artículo revisa las nuevas
técnicas pedagógicas y didácticas que han surgido en respuesta a estos
desafíos, con el fin de identificar estrategias efectivas que mejoren el
proceso de aprendizaje.
El dominio de la lengua inglesa se ha convertido en una habilidad
esencial para el desarrollo personal y profesional, pero su enseñanza presenta
desafíos significativos, tanto para educadores como para estudiantes. En este
contexto, el presente trabajo se propone explorar y analizar diversas
metodologías innovadoras que pueden optimizar el proceso de aprendizaje del
inglés. El objetivo principal de la investigación es identificar y evaluar la
efectividad de estas nuevas técnicas en el aula, así como su impacto en la
motivación y el rendimiento de los estudiantes. Se abordarán varios temas que
incluyen:
Técnicas pedagógicas contemporáneas: se examinarán enfoques como el
aprendizaje basado en proyectos, el aprendizaje colaborativo y el uso de
tecnologías digitales, que han demostrado ser eficaces en la enseñanza de
lenguas extranjeras.
Didáctica del inglés como lengua extranjera: se analizarán estrategias
específicas para la enseñanza del inglés, incluyendo la gamificación, el aprendizaje
invertido y el empleo de recursos multimedia, que facilitan la comprensión y el
uso práctico del idioma.
Motivación y aprendizaje: se discutirá la relación entre la motivación
del estudiante y la implementación de técnicas pedagógicas innovadoras, así
como el papel del docente en la creación de un ambiente de aprendizaje
positivo.
Los criterios que se aplicarán en este texto incluyen la revisión de
literatura académica relevante, la observación de prácticas educativas en
entornos reales y la recopilación de testimonios de docentes y estudiantes. A
través de este enfoque, se busca ofrecer una visión integral sobre cómo las
nuevas técnicas pedagógicas y didácticas pueden transformar la enseñanza del
inglés, haciendo el proceso de aprendizaje más dinámico, interactivo y efectivo.
Desarrollo
La lengua inglesa se ha consolidado como un idioma global utilizado en
diversos ámbitos como el comercio, la ciencia, la tecnología y la cultura.
Según el British Council (2020), más de 1.5 mil millones de personas hablan
inglés en el mundo, lo que resalta la importancia de su enseñanza. Sin embargo,
los métodos tradicionales de enseñanza, centrados en la gramática y la memorización
han demostrado ser insuficientes para lograr una competencia comunicativa
efectiva. Por ello, es necesario explorar nuevas técnicas que respondan a las
necesidades de los estudiantes contemporáneos.
El Aprendizaje Basado en Proyectos (ABP) es una metodología que promueve
el aprendizaje activo y la colaboración entre estudiantes. Según Thomas (2000),
el ABP les permite trabajar en proyectos que tienen relevancia en el mundo
real, lo que aumenta su motivación y compromiso. En el contexto de la enseñanza
del inglés, los estudiantes pueden desarrollar proyectos que involucren la
creación de presentaciones, videos o blogs en inglés, lo que favorece la
práctica del idioma de manera contextualizada. Un aspecto relevante es que el
ABP se centra en el aprendizaje activo y la resolución de problemas a través de
la realización de proyectos.
Lo anterior presupone que, en lugar de recibir información de manera
pasiva, los estudiantes se involucran en un proceso de investigación y creación
en que aplican conocimientos y habilidades en contextos reales o simulados lo que
promueve su autonomía, permitiéndoles tomar decisiones sobre su aprendizaje y
desarrollar habilidades críticas como la colaboración, la comunicación y el
pensamiento crítico. Los proyectos suelen integrar múltiples disciplinas, esto ayuda
a los estudiantes a ver las conexiones entre varias áreas del conocimiento. La
evaluación en el ABP se basa en la calidad del trabajo final y el proceso de
aprendizaje, en lugar de exámenes tradicionales. Los estudiantes participan
activamente en su proceso de aprendizaje, lo que puede aumentar su motivación y
compromiso.
Aunque hay evidencia que sugiere que el ABP mejora el aprendizaje, se
necesita más investigación sobre su efectividad a largo plazo y en diferentes
contextos educativos. A veces, el enfoque en el proceso de aprendizaje puede
llevar a que se descuide el contenido académico específico que se espera que
los estudiantes dominen. La colaboración entre ellos puede ser un desafío,
especialmente si hay diferencias en habilidades interpersonales o estilos de
trabajo. Aunque el ABP fomenta el desarrollo de habilidades blandas como el
trabajo en equipo y la comunicación, evaluar estas habilidades de manera
objetiva no es una tarea sencilla. La preparación y formación de los docentes
para implementar el ABP de manera efectiva es un área que necesita más atención
y estudio.
Algunos críticos argumentan que el ABP puede ser más demandante en
términos de tiempo y recursos, tanto para estudiantes como para docentes y
también existe preocupación sobre si todos los estudiantes tienen las mismas
oportunidades para participar y beneficiarse del ABP, especialmente en entornos
con recursos limitados, pero estudios han demostrado que el ABP puede mejorar
la retención de conocimientos y el desarrollo de habilidades prácticas. Por
ejemplo, un meta-análisis realizado por Hattie (2009) encontró que el aprendizaje activo, que incluye el
ABP, tiene un impacto positivo en el rendimiento académico.
Algunos estudios recientes han mostrado resultados contradictorios sobre
la efectividad del ABP. Por ejemplo, un estudio de Krajcik y Blumenfeld (2006)
sugiere que, aunque el ABP puede ser efectivo, su éxito depende, en gran medida,
de la calidad de la implementación y el apoyo institucional. Esto plantea
preguntas sobre cómo se puede garantizar una implementación efectiva en
diversas situaciones.
1. ¿Cómo se puede
adaptar el ABP para ser más inclusivo y accesible para todos los estudiantes?
2. ¿Qué estrategias
pueden utilizar los docentes para evaluar de manera justa y efectiva los
proyectos?
3. ¿Cuáles son las
mejores prácticas para la formación de docentes en ABP?
Partiendo de estas interrogantes, se deben ofrecer
niveles de complejidad en las tareas del proyecto para que todos los
estudiantes puedan participar según sus habilidades; incorporar herramientas
tecnológicas que faciliten el aprendizaje, como softwares de accesibilidad,
plataformas de colaboración en línea y recursos multimedia; proporcionar apoyo adicional
(tutorías, adaptaciones curriculares o materiales específicos) a los que tienen necesidades especiales; promover
el trabajo en equipo, donde los estudiantes puedan apoyarse mutuamente,
aprovechando las fortalezas de cada uno; permitir varias formas de presentación
y evaluación de los proyectos, como presentaciones orales, videos, o informes
escritos, para que cada estudiante pueda mostrar su aprendizaje de la manera que
le resulte más cómoda.
Además, se deben diseñar rúbricas detalladas que
especifiquen los criterios de evaluación, de modo que los estudiantes sepan qué
se espera de ellos; incluir procesos de autoevaluación y coevaluación, en que
reflexionen sobre su propio trabajo y el de sus compañeros, fomentando la
responsabilidad y la crítica constructiva; realizar evaluaciones a lo largo del
proceso del proyecto, no solo al final, para proporcionar retroalimentación
continua y permitir ajustes en el trabajo y que los estudiantes lo presenten de
varias maneras, como informes, presentaciones, prototipos, para capturar el
aprendizaje de manera más completa.
Asimismo, ofrecer
talleres y cursos de formación continua sobre ABP, donde los docentes puedan
aprender y compartir experiencias; proporcionar ejemplos prácticos y estudios
de caso de proyectos exitosos, permitiendo a los docentes observar y analizar
el proceso; fomentar la creación de comunidades de práctica donde los docentes
puedan intercambiar ideas, recursos y estrategias sobre ABP; incluir espacios
para la reflexión sobre la práctica docente, donde los educadores puedan
evaluar lo que funciona y lo que no en sus implementaciones de ABP; asegurar
que las instituciones educativas brinden el apoyo necesario, como tiempo para
planificar proyectos, recursos adecuados y un ambiente que fomente la
innovación. Todas estas estrategias pueden ayudar a maximizar el impacto del
ABP en el aula, asegurando que todos los estudiantes tengan la oportunidad de
aprender y crecer.
La gamificación implica la incorporación de elementos de juego en el
proceso de aprendizaje. Este enfoque ha demostrado ser efectivo para aumentar
la motivación y el compromiso de los estudiantes. Según Deterding et al.
(2011), la gamificación puede mejorar la retención de información y fomentar un
ambiente de aprendizaje más dinámico. Herramientas como Kahoot y Duolingo han
sido ampliamente utilizadas para enseñar inglés de manera lúdica. Según Hamari
et al. (2014), la gamificación puede transformar el proceso de aprendizaje al
hacerlo más atractivo y dinámico. La gamificación utiliza puntos, insignias,
tablas de clasificación, desafíos y recompensas para incentivar la
participación.
La gamificación puede aumentar tanto
la motivación intrínseca (satisfacción personal) como la extrínseca
(recompensas externas). Aplicaciones como Duolingo, Kahoot y Busuu utilizan un
enfoque de gamificación al ofrecer lecciones en forma de juegos, donde los
usuarios pueden ganar puntos, subir de nivel y competir con amigos. Su diseño
atractivo y su sistema de recompensas han demostrado ser efectivos para
mantener la motivación de los estudiantes, ya que algunas de ellas combinan la
gamificación con la interacción social, permitiendo a los usuarios practicar
con hablantes nativos y recibir retroalimentación sobre su progreso.
En su obra Reality Is Broken,
McGonigal (2011) sostiene que los juegos pueden ser una poderosa herramienta
para resolver problemas del mundo real, incluido el aprendizaje de idiomas.
Ella enfatiza que la gamificación puede ayudar a los estudiantes a superar la
ansiedad asociada con el aprendizaje de una nueva lengua. Aunque hay estudios
que demuestran la efectividad de la gamificación a corto plazo, se necesita más
investigación sobre sus efectos a largo plazo en la motivación y el
aprendizaje. La efectividad de la gamificación puede depender de la
personalización de los elementos de juego para diferentes grupos demográficos y
contextos. Se desconoce cómo la gamificación puede afectar la creatividad y la
innovación en entornos laborales.
Algunos críticos argumentan que la gamificación puede llevar a una
dependencia de las recompensas externas, lo que podría disminuir la motivación
intrínseca a largo plazo. La manipulación de la motivación de las personas a
través de la gamificación plantea cuestiones éticas, especialmente en contextos
como la educación y la salud. La competencia puede ser motivadora para algunos,
pero desalentadora para otros, lo que genera una experiencia negativa.
La gamificación ha demostrado ser efectiva en diversas aplicaciones. Por
ejemplo, un estudio de Hamari et al. (2014) revisó múltiples investigaciones
empíricas y encontró que la gamificación puede aumentar la motivación y el
compromiso en diversas plataformas. Sin embargo, también se identificaron
limitaciones en la generalización de los resultados, lo que sugiere que la
efectividad puede variar según el contexto.
Los estudios recientes han comenzado a cuestionar la efectividad de la gamificación
en ciertos contextos. Por ejemplo, un estudio de Landers y Landers (2014)
sugiere que la gamificación puede no ser efectiva en entornos donde la tarea en
sí no es intrínsecamente motivadora. Esto plantea la pregunta de si la
gamificación es una solución universal o si debe ser adaptada a contextos
específicos. Obviamente todo esto genera nuevas preguntas:
1. ¿Cómo se puede personalizar la gamificación para varios grupos
demográficos?
2. ¿Cuáles son los efectos a largo plazo de la gamificación en la
motivación y el aprendizaje?
3. ¿Qué papel juegan los elementos de competencia en la efectividad de
la gamificación?
Atendiendo a lo anterior, la personalización de la gamificación para varios
grupos demográficos se puede lograr a través de numerosos enfoques, para lo
cual se debe comprender las características de los grupos, como la edad, el
género, la cultura y los intereses, que permiten adaptar el contenido y la
mecánica del juego, teniendo en cuenta que los diferentes grupos pueden tener
estilos de aprendizaje distintos. Por ejemplo, los jóvenes pueden preferir
elementos visuales y dinámicos, mientras que los adultos pueden valorar la
relevancia práctica y la aplicabilidad. Ajustar la dificultad de los desafíos y
las recompensas según el nivel de habilidad y experiencia del grupo puede
aumentar la motivación y el compromiso e incorporar historias y contextos que
resuenen con las experiencias y valores de cada grupo puede hacer que la
gamificación sea más atractiva y significativa.
Los efectos a largo plazo de la
gamificación en la motivación y el aprendizaje favorecen la retención del
conocimiento al involucrar a los estudiantes de manera activa y lúdica, es más
probable que retengan la información a largo plazo. La experiencia positiva
asociada a la gamificación conduce a una actitud más favorable hacia el
aprendizaje continuo y la autoeducación.
Los elementos de competencia son
fundamentales en la gamificación por varias razones: la competencia puede
aumentar la motivación al incentivar a los participantes a superarse a sí
mismos y a los demás, creando un sentido de urgencia y logro y la posibilidad
de competir puede atraer a más personas a participar en actividades
gamificadas, ya que muchos disfrutan de la rivalidad y el desafío. Por otra
parte, también ayudan a establecer metas claras y medibles, lo que puede guiar
el aprendizaje y el progreso. La competencia a menudo proporciona
retroalimentación instantánea sobre el rendimiento, lo cual permite a los
participantes ajustar sus estrategias y mejorar continuamente.
En el contexto educativo actual, la búsqueda de métodos que fomenten la
participación y el compromiso de los estudiantes es una prioridad para
educadores y administradores. Uno de los enfoques más innovadores y prometedores
en este ámbito es el uso de badges o insignias, que actúan como
recompensas por alcanzar ciertos logros o completar tareas. Este sistema de
reconocimiento no solo proporciona un sentido de logro, sino que también puede
transformar la experiencia de aprendizaje en un proceso más dinámico y
motivador.
Según un estudio realizado por Liu et al. (2020), la implementación de insignias en un curso de
inglés no solo aumentó la participación de los estudiantes, sino que también
mejoró las tasas de finalización del curso, lo que sugiere que este enfoque
puede ser una herramienta valiosa en la educación contemporánea. El uso de
insignias se basa en principios de la teoría de la motivación, que sostiene que
el reconocimiento y la recompensa son factores clave para incentivar el
aprendizaje. Las insignias actúan como un símbolo tangible de los logros
alcanzados, lo que puede aumentar la autoestima y la motivación intrínseca de
los estudiantes. Al recibir una insignia, los estudiantes no solo son
reconocidos por su esfuerzo, sino que también se les proporciona un objetivo
claro que pueden alcanzar, lo que les impulsa a participar más activamente en
el proceso de aprendizaje. Este enfoque gamificado puede ser especialmente
efectivo en entornos educativos donde la desmotivación y la falta de compromiso
son problemas comunes.
El estudio de Liu et al.
(2020) proporciona evidencia empírica de la efectividad de las insignias
en el aula. Al implementar un sistema de insignias en un curso de inglés, los
investigadores observaron un aumento significativo en la participación de los
estudiantes. Este hallazgo es crucial, ya que la participación activa es un
indicador clave del éxito académico. Además, el estudio reveló que las tasas de
finalización del curso también mejoraron, lo que sugiere que las insignias no
solo motivan a los estudiantes a participar, sino que también los impulsan a
completar sus estudios. Este doble impacto resalta la importancia de las
insignias como una herramienta educativa que puede abordar dos de los desafíos
más apremiantes en la educación: la falta de participación y la deserción
escolar.
Sin embargo, es importante considerar que la implementación de insignias
debe ser cuidadosamente diseñada para maximizar su efectividad. No todas las
insignias son igualmente motivadoras; su valor depende de la relevancia y el
significado que tengan para los estudiantes. Por lo tanto, es fundamental que
los educadores involucren a los estudiantes en el proceso de diseño de las
insignias, asegurándose de que reflejen sus intereses y aspiraciones. Además,
el sistema de insignias debe ser parte de un enfoque más amplio que incluya
retroalimentación constante y apoyo emocional, ya que estos elementos son
igualmente cruciales para el éxito del aprendizaje.
El estudio de Liu et al.
(2020) proporciona evidencia sólida de que este sistema de recompensas
puede transformar la experiencia de aprendizaje, motivando a los estudiantes a
comprometerse más plenamente con su educación. A medida en que el panorama
educativo continúa evolucionando, es esencial que los educadores exploren y
adopten estrategias como las insignias, que no solo reconozcan los logros de
los estudiantes, sino que también fomenten un ambiente de aprendizaje más
dinámico y participativo. La implementación efectiva de este enfoque puede ser
un paso significativo hacia la creación de un sistema educativo más inclusivo y
motivador, en que cada estudiante tenga la oportunidad de brillar y alcanzar su
máximo potencial.
La tecnología ha transformado la enseñanza de idiomas, ofreciendo herramientas
que facilitan el aprendizaje. Plataformas como Duolingo, Rosetta Stone y
aplicaciones de intercambio de idiomas como Tandem permiten a los estudiantes
practicar el inglés de manera autónoma y flexible. Además, el uso de recursos
multimedia, como videos y podcasts, enriquece la experiencia de aprendizaje y
expone a los estudiantes a diferentes acentos y contextos culturales. Su
integración es fundamental. La primacía del lenguaje oral reside en su realidad
objetiva natural como un segundo fenómeno y en su ayuda a la comunicación
verbal.
La implicación metodológica de
este hecho consiste en reconocer la necesidad de dar prioridad al
establecimiento de los mecanismos de comprensión auditiva y expresión oral. La
prioridad significa que los profesores deben presentar primero el lenguaje oral,
al menos en los niveles elementales de conocimiento. La tecnología permite la
integración de diversos modos de comunicación, como texto, audio, vídeo e
imágenes, en el aprendizaje del inglés. Este enfoque multimodal se adapta a
varios estilos de aprendizaje, facilitando que los estudiantes comprendan y
retengan la información. También puede ser especialmente beneficioso para los
estudiantes de inglés con diferentes niveles de competencia.
La teoría de la educación auto-dirigida de Mitra (1999) está basada en
su experimento Hole in the Wall (Agujero en la Pared), el cual consistió en la
instalación de computadoras en espacios públicos y observar cómo los niños, sin
ninguna instrucción formal, podían aprender por su cuenta utilizando las nuevas
tecnologías. Mitra descubrió que los niños eran capaces de aprender habilidades
y conocimientos complejos, como el dominio del inglés, a través de la
exploración independiente y el trabajo en grupo.
A partir de esta investigación, Mitra (1999) desarrolló la idea de Minimally invasive education (Educación
mínimamente invasiva), que busca brindar a los estudiantes un entorno en el
cual puedan explorar y experimentar con el aprendizaje sin la necesidad de una
dirección rígida y estructurada. Según el investigador citado, la educación
tradicional basada en la enseñanza magistral no es suficiente para satisfacer
las necesidades de los estudiantes del siglo XXI, quienes tienen acceso a una
gran cantidad de información a través de internet. En lugar de eso, propone un
modelo de aprendizaje colaborativo y auto-dirigido donde los alumnos se
enfrentan a problemas y desafíos interesantes que les motivan a investigar y
resolver por sí mismos. El papel del maestro bajo esta perspectiva es el de un
facilitador, que brinda apoyo, orientación y estimula la curiosidad de los
estudiantes.
En relación con la brecha lingüística, Mitra (1999) argumenta que la
tecnología puede desempeñar un papel fundamental al proporcionar acceso a la
educación del inglés en comunidades desatendidas. A través de la conectividad
global, los estudiantes pueden acceder a recursos en línea, programas de
aprendizaje y practicar habilidades lingüísticas de manera autodirigida. Esto
les brinda la oportunidad de mejorar su nivel de inglés, lo cual puede ser de
utilidad en el mundo laboral y académico.
Addine (2017) habló sobre la importancia del uso de la tecnología para
el desarrollo de habilidades del inglés. Según esta autora, la tecnología puede
ser una herramienta muy útil para mejorar la enseñanza y el aprendizaje del
idioma. Señaló que existe una amplia variedad de recursos tecnológicos
disponibles, como aplicaciones móviles, plataformas en línea y programas de
softwares, que pueden facilitar la práctica y el perfeccionamiento del inglés.
Además, destacó que estas tecnologías ofrecen la posibilidad de
practicar en cualquier momento y lugar, lo que brinda una mayor flexibilidad a
los estudiantes. Asimismo, mencionó que el uso de tecnologías puede hacer que
el aprendizaje del inglés sea más atractivo y motivador para los estudiantes,
ya que permite una interacción más dinámica y entretenida. Sin embargo, Addine (2017)
también advirtió que no se debe depender únicamente de la tecnología, sino que
es importante combinar su uso con otros métodos de enseñanza más tradicionales,
como el contacto directo con hablantes nativos y la práctica oral en
situaciones reales.
Teniendo en cuenta estos aspectos y considerando lo antes expuesto, es
bueno recalcar el uso de la tecnología como un medio para un fin, un fin
positivo hacia la enseñanza y aprendizaje y no como un todo único. Ha de ser
utilizada en una forma inclusiva, manteniendo un equilibrio con la enseñanza
tradicional, logrando así la formación de estudiantes capacitados con un nivel
amplio de conocimientos, pero, sobre todo, con valores críticos y auto-críticos.
El aprendizaje colaborativo es un enfoque educativo que enfatiza en la
interacción y la cooperación entre los estudiantes para alcanzar objetivos de
aprendizaje comunes. Este método se basa en la premisa de que el aprendizaje es
más efectivo cuando se realiza en un contexto social, donde los estudiantes
pueden compartir conocimientos, habilidades y experiencias. El aprendizaje
colaborativo fomenta la interacción entre los estudiantes, lo que permite
mejorar la comprensión y retención de la información. La colaboración favorece la
integración de varios puntos de vista, lo que enriquece el proceso de
aprendizaje y los estudiantes asumen la responsabilidad de su propio
aprendizaje y del aprendizaje de sus compañeros. Varios estudios han demostrado
que el aprendizaje colaborativo puede conducir a un mejor rendimiento académico
en comparación con el aprendizaje individual.
Aunque se ha investigado mucho sobre los beneficios inmediatos del
aprendizaje colaborativo, se sabe menos sobre sus efectos a largo plazo en la
retención de conocimientos y habilidades. La efectividad del aprendizaje
colaborativo puede variar en diferentes contextos culturales, y se necesita más
investigación para entender estas diferencias.
No todos los estudiantes
responden de la misma manera al aprendizaje colaborativo; aspectos cómo las
diferencias individuales (como la personalidad y el estilo de aprendizaje) se
desconocen cómo afectan la eficacia de este enfoque. En algunos grupos, puede
haber una desigualdad en la participación, donde algunos estudiantes asumen más
responsabilidades que otros, lo que puede llevar a frustraciones y conflictos.
La evaluación del aprendizaje en un contexto colaborativo puede ser complicada,
ya que es difícil medir el rendimiento individual dentro de un grupo, porque algunos
estudiantes pueden volverse dependientes de sus compañeros, lo que puede
afectar su capacidad para trabajar de manera independiente.
Varios estudios han demostrado la efectividad del aprendizaje colaborativo.
Por ejemplo, un meta-análisis realizado por Johnson y Johnson (2009) encontró
que el aprendizaje colaborativo tiene un efecto positivo en el rendimiento
académico, la retención de información y la satisfacción del estudiante. A
pesar de los beneficios, algunos estudios recientes han planteado preguntas
sobre su efectividad en entornos virtuales, especialmente durante la pandemia
de COVID-19. La transición a la educación en línea ha revelado desafíos únicos,
como la falta de interacción cara a cara y la dificultad para fomentar un
sentido de comunidad. Algunos investigadores sugieren que, aunque el
aprendizaje colaborativo puede ser efectivo en entornos presenciales, su
implementación en línea requiere un enfoque diferente y más estructurado. Todo
este análisis genera preguntas como:
1. ¿Cómo se puede
adaptar el aprendizaje colaborativo a entornos virtuales para maximizar su
efectividad?
2. ¿Qué estrategias
pueden implementarse para garantizar una participación equitativa entre todos
los miembros del grupo?
3. ¿Cómo se pueden
evaluar de manera efectiva los resultados del aprendizaje colaborativo sin
comprometer la responsabilidad individual?
Entre las vías para adaptar el aprendizaje colaborativo a entornos
virtuales y maximizar su efectividad se propone crear tareas que requieran la
participación activa de todos los miembros, como proyectos grupales, debates en
foros o estudios de caso para fomentar la interacción y el compromiso; asignar
roles específicos a cada miembro del grupo (facilitador, investigador, presentador)
para que todos tengan responsabilidades definidas y se sientan parte del
proceso y, de este modo, promover un ambiente donde los estudiantes puedan dar
y recibir retroalimentación constructiva, lo que ayuda a mejorar el aprendizaje
y la cohesión del grupo.
Como estrategias para garantizar una participación equitativa entre
todos los miembros del grupo se pueden cambiar los roles asignados en cada
actividad para que todos los miembros experimenten diferentes responsabilidades
y perspectivas; crear un conjunto de normas que promuevan la equidad, como el
uso de turnos para hablar o la obligación de que todos contribuyan en las
discusiones, pero siempre realizando un seguimiento del nivel de participación
de cada miembro y así poder proporcionar retroalimentación individual, si se
observa que alguien no está participando activamente.
A la hora de evaluar de manera efectiva los resultados del aprendizaje
colaborativo sin comprometer la responsabilidad individual se pueden combinar
evaluaciones grupales con evaluaciones individuales. Por ejemplo, se puede
evaluar el producto final del grupo y también realizar una autoevaluación o
evaluación entre pares para que cada miembro reflexione sobre su contribución o
proporcionar retroalimentación continua durante el proceso de aprendizaje, no
solo al final. Esto permite a los estudiantes ajustar su participación y mejorar
su rendimiento a lo largo del proyecto.
Conclusiones
La investigación sobre el uso de nuevas técnicas pedagógicas y
didácticas para facilitar la adquisición de la lengua inglesa ha permitido
evidenciar la importancia de adaptar los métodos de enseñanza a las necesidades
y características de los estudiantes en un mundo cada vez más globalizado. Las
técnicas innovadoras como el aprendizaje basado en proyectos, el uso de
tecnologías digitales y la gamificación no solo fomentan un ambiente de
aprendizaje más dinámico, sino que también incrementan la motivación y el
interés de los alumnos por aprender un nuevo idioma.
La implementación de las nuevas
estrategias debe ir acompañada de una formación continua de los docentes. Es
fundamental que los educadores se sientan cómodos y capacitados para utilizar
estas herramientas, lo que a su vez repercutirá en la calidad de la enseñanza y
en el proceso de aprendizaje de los estudiantes. Por lo tanto, se sugiere que
las instituciones educativas inviertan en programas de capacitación y
desarrollo profesional que incluyan estas nuevas metodologías. Es crucial
fomentar un enfoque comunicativo en la enseñanza del inglés, en que la práctica
oral y la interacción sean protagonistas. Esto no solo ayuda a los estudiantes
a adquirir competencias lingüísticas, sino que también les permite desarrollar
habilidades sociales y de trabajo en equipo, esenciales en el contexto actual.
En cuanto a las líneas de análisis para futuros escritos, se podría
profundizar en el impacto de la inteligencia emocional en el aprendizaje de
lenguas extranjeras, así como en la relación entre la cultura y la adquisición
del idioma. También se sugiere investigar cómo la diversidad en el aula influye
en la efectividad de las técnicas pedagógicas y didácticas empleadas.
La integración de nuevas técnicas pedagógicas y didácticas en la
enseñanza del inglés es un camino prometedor que, si se aborda con seriedad y
compromiso, puede transformar la experiencia de aprendizaje de los estudiantes,
preparándolos mejor para enfrentar los retos del mundo contemporáneo.
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