Recibido: 12/noviembre/2024 Aceptado: 17/mayo/2025
La educación ambiental en la formación inicial del
maestro de la Educación Especial (Original)
Environmental
education in the initial training of the Special Education teacher (Original)
Yadira
Angueira Betancourt. Licenciado en
Educación en la especialidad Educación Especial. Máster en Psicología
Educativa. Profesor Auxiliar. Universidad de Pinar del Río. Cuba.
[ yadira.angueira@upr.edu.cu ] [ https://orcid.org/0000-0003-0122-659X
]
Olivia
García Reyes. Licenciado en Educación en
la especialidad Defectología. Doctor en Ciencias Pedagógicas. Profesor Titular.
Universidad de Pinar del Río. Cuba.
[ olivia.garcia@upr.edu.cu ]
[ https://orcid.org/0000-0003-0318-0628
]
Rosa
Hernández Acosta. Licenciado en Educación
en la especialidad Geografía.
Doctor en Ciencias Pedagógicas. Profesor Titular. Universidad de Pinar del Río.
Cuba.
[ rosa.hernandez@upr.edu.cu ] [ https://orcid.org/0000-0002-7367-0473 ]
Resumen
La protección del medio ambiente en la actualidad
constituye una necesidad desde todas las aristas dado los problemas ambientales
que enfrenta el mundo. Como respuesta a la crisis
ambiental surge la educación ambiental, fundamentada desde las Ciencias de la Educación,
las que se ocupan del proceso formativo del hombre y su desarrollo, de cómo
este se prepara a lo largo de su vida para interactuar con el medio ambiente. El presente trabajo tiene como objetivo analizar el
proceso de educación ambiental en la carrera Licenciatura en Educación Especial
de la Universidad de Pinar del Río. Se operacionalizó la variable en estudio,
determinando como dimensiones el conocimiento ambiental, el comportamiento
ambiental y sus respectivos indicadores. Desde un enfoque mixto se utilizó en
el estudio diagnóstico un sistema de métodos de la investigación educativa del
nivel teórico, empírico y estadístico-matemático, entre los que se destacan el
histórico-lógico, el análisis y síntesis, observación científica, análisis de
documentos, entrevistas y prueba pedagógica. Como resultado se revelan insuficiencias
en el desarrollo de la educación ambiental en la formación inicial del maestro de Educación Especial y la necesidad de
estructurar una educación ambiental desde una concepción holística que forme e
informe acerca del proceso educativo que se ocupa de la relación del ser humano
con su ambiente y consigo mismo, así como las consecuencias de esta relación.
Palabras
clave: educación ambiental; Educación
Especial; Educación Superior; formación
Abstract
At
present, protection of the environment is a necessity in every sense due to the
environmental problems the world is facing. Environmental education appears as
a response to the environmental crisis, with the support of the Educational
Sciences, which deal with the formative process of man and his development, how
he prepares himself throughout his life to interact with the environment. The
objective of this work is to analyze the process of environmental education in
the Special Education Major at Pinar del Río University. The variable under
study was operationalized, the dimensions determined were environmental
knowledge, environmental behavior and their respective indicators. In the
diagnostic study, a combined approach was used, with a system of theoretical,
empirical and statistical-mathematical educational research methods. Among
these methods stand out the historical-logical, analysis and synthesis,
scientific observation, documentary analysis, interviews and pedagogical test.
As a result, there are revealed shortcomings in the development of
environmental education in the initial training of the Special Education
teacher and the need to structure an environmental education from a holistic
conception that forms and informs about the educational process that deals with
the relationship of human beings with their environment and with themselves, as
well as the consequences of this relationship.
Keywords: environmental education; Special Education; Higher
Education; training
Introducción
El año
2020 marcó el inicio del Decenio
de Acción para alcanzar los
Objetivos de Desarrollo Sostenible para 2030. Es un
período crítico para promover una visión compartida del futuro y acelerar las
respuestas a los principales desafíos que enfrenta el mundo, desde eliminar la
pobreza y el hambre hasta revertir el cambio climático. La sociedad
está llamada a la formación de ciudadanos capaces de desempeñar la función que
les corresponde en favor del planeta y de su entorno socio-natural, basados en
sólidos conocimientos, principios y convicciones, que garanticen el equilibrio
relacional de la pluralidad de factores bióticos, abióticos y sociales
constituyentes de nuestro espacio vital.
La universidad del
presente siglo tiene la misión de preservar, desarrollar y promover la cultura
de la humanidad y, en este sentido, debe convertirse en el principal agente de
cambio para dar respuestas a los problemas y retos del desarrollo sostenible en
la sociedad actual, durante los procesos de educación y formación que suceden
en este ámbito. Esta tiene la
responsabilidad de contribuir a que el planeta sea preservado, e impedir que sea
irresponsablemente destruido; por ello, la educación ambiental para el
desarrollo sostenible constituye una prioridad en la formación inicial.
La educación ambiental se
considera un proceso que permite reconocer valores y aclarar definiciones con
el objetivo de fomentar las aptitudes y actitudes necesarias para comprender las
interrelaciones entre el hombre, su cultura y su medio físico. Ello no solo
comprende los elementos que componen el medio ambiente y las relaciones que se
establecen entre ellos, sino también la adquisición de valores y
comportamientos necesarios para afrontar los problemas ambientales actuales,
acercándose a la idea de un desarrollo sostenible que garantice las necesidades
de las generaciones actuales y futuras.
Los fundamentos teóricos de la educación
ambiental, que aún hoy se siguen construyendo, se encuentran expuestos en una
amplia y variada bibliografía de reconocidos autores nacionales e
internacionales, entre ellos: McPherson ( 2004), Alea (2006a), Roque (2001), Ruvalcaba
(2010),
Bosque
(2014), Mendoza
( 2015), (Tiriba (2017), González (2019), Prosser y Romo (2019), Mota (2021), Saza et al. (2021), Eschenhagen (2021) y Terrón et al. (2023).
La educación ambiental tiene el
reto de educar sobre el ambiente, es decir, sobre este conjunto complejo e
interactuante de relaciones sociales y naturales. Se trata de formar desde la
crítica y la creatividad, para comprender las complejas relaciones entre
procesos naturales y sociales en coherencia con las condiciones naturales y
culturales del medio. Prosser y Romo-Medina (2019) realizaron una revisión
bibliométrica sobre la temática y mostraron el creciente interés social y ético por el desarrollo de la educación
ambiental, con el fin de generar una conciencia ambiental.
El tratamiento a la temática
ambiental constituye uno de los principales desafíos del quehacer de las
universidades, debido a su complejidad y a su incidencia cada vez mayor en el
plano social. En el contexto de la Educación Superior cubana, la Estrategia
Ambiental del Ministerio de Educación Superior, formulada a partir de 1997,
adquiere en la actualidad nuevas dimensiones a la luz del proceso de
integración de las universidades, al ofrecer mayores potencialidades para el
diálogo de saberes, lo que incide en el avance de enfoques más holísticos e
integradores en el análisis de la problemática ambiental.
Al incursionar en el estudio de
la educación ambiental, con énfasis en la carrera de Educación Especial, se
reconoce que son pocos los estudios que abordan la temática con propuestas
pedagógicas y acciones educativas que contribuyan a la educación ambiental como
componente de la educación integral del estudiante. Por lo que aún no se ha
logrado el nivel deseado en los comportamientos responsables ante el medio
ambiente, que denota una atención educativa eficiente a los educandos con barreras
en el aprendizaje y la participación social desde el establecimiento de la
relación hombre-naturaleza-sociedad.
Consciente de que la educación ambiental
es un proceso educativo que responde a la diversidad de individuos, de familias
y de comunidades; que se sustenta en una sociedad que es cada vez más inclusiva
y un Estado que se reorienta desde la inclusión social para contribuir al logro
del desarrollo sostenible mundial, la carrera de Educación Especial le concede
vital importancia desde el trabajo individual y colectivo. Al respecto, se
evidencia que se necesita una voluntad e interés que logre priorizar el
desarrollo de la triada: protección del medio ambiente, desarrollo sostenible y
educación ambiental como parte de la vida política, económica, social e
histórico-cultural de cada nación.
El modelo del profesional de la
carrera expresa el encargo social de estos egresados como profesionales: que
demuestren día a día una sólida preparación en lo pedagógico, psicológico, y
didáctico, con dominio del contenido del proceso educativo, capaces de
participar en una labor educativa flexible e innovadora que pueda dar respuesta
efectiva a las barreras para el aprendizaje y la participación social de sus
educandos como grupo y de manera individual a cada uno de ellos, en relación
con las singularidades de su desarrollo, las particularidades de la institución
educativa y de su entorno familiar y social.
Lo expresado
presupone la importancia de la preparación de los futuros profesionales para
atender las necesidades personales y sociales, y saber enfrentar y promover
iniciativas ambientalistas ante las contradicciones que surjan. La carrera se
proyecta en fomentar en los estudiantes, un alto sentido de la
responsabilidad individual y social, lograr que encuentren en el proceso de
formación inicial y en su trabajo estudiantil cotidiano, los mecanismos que
estimulen la motivación intrínseca por la labor correctiva y/o compensatoria
que desarrollan desde un enfoque medioambiental. Desde el año 2019
hasta el 2022, se efectuaron en la
carrera Licenciatura en Educación Especial algunas acciones derivadas del
Proyecto Institucional “La formación inicial y permanente de los docentes para la atención educativa a la
diversidad”; a pesar de lo realizado, ha sido insuficiente la formación
inicial del maestro de la Educación Especial dirigida a la solución de los
problemas medioambientales vinculados a la atención de educandos con necesidades
educativas especiales, lo que evidencia la necesidad no solo del
perfeccionamiento del proceso de educación ambiental y solución de los
problemas ambientales, sino que constituye una necesidad la actualización del
diagnóstico de la educación ambiental en la carrera, teniendo en cuenta las
implicaciones positivas y negativas del medio ambiente en el desarrollo de la
personalidad de estos educandos. Los
argumentos anteriores permiten identificar la necesidad de educar
ambientalmente a los estudiantes de la carrera Educación Especial para
atender a educandos con necesidades educativas especiales a partir de las
insuficiencias en la educación ambiental que impiden la prevención, el
diagnóstico y la intervención de estos desde un
enfoque medioambiental. El presente trabajo tiene como objetivo analizar el
proceso de educación ambiental en la formación
inicial del maestro de la Educación Especial. Materiales y métodos Teniendo en cuenta los
intereses de la investigación, para la realización del estudio diagnóstico se
seleccionaron tres grupos muestrales de manera intencional: Grupo I: conformado por 25 estudiantes de primer año de la carrera Licenciatura
en Educación Especial de la Universidad de Pinar del Río. Grupo II: conformado por 8 profesores de la carrera, seleccionados
intencionalmente por trabajar con el año seleccionado. Grupo III: conformado por 12 maestros
de la Educación
Especial en la provincia de Pinar del
Río. Los requisitos fundamentales a cumplir para su selección fueron: ser
graduados de la carrera; poseer más de 5 años de experiencia, y haber
trabajado al menos un año con educandos diagnosticados con trastornos de la
conducta. Se procedió a
la definición operacional de la variable en estudio como el proceso
cognitivo-afectivo con enfoque medioambiental que favorece actitudes,
percepciones y comportamientos ambientales en los estudiantes que se forman
para atender manifestaciones conductuales en los educandos. Ello condujo a
las valoraciones sobre las dimensiones e indicadores, en este sentido se
asumen como dimensiones las relacionadas con el conocimiento
ambiental y comportamiento ambiental propuestas por Alea (2006b),
en tanto la determinación de los
indicadores se realizó teniendo en cuenta la Escala Diagnóstica de
Conocimiento Ambiental para Latinoamérica (ECLA), desarrollada por Geiger et al. (2014) y los análisis realizados por Corraliza y Aragonés (2002), Alea (2006b), en Cuba y Saza et al. (2021), en Colombia. La determinación de las
dimensiones e indicadores señalados para el proceso de la educación ambiental comprende valoraciones cualitativas y cuantitativas del
proceso y sus resultados, las cuales se derivan de la sistematización de los
fundamentos, y la aplicación de los métodos e instrumentos aplicados. El análisis de los resultados obtenidos en el diagnóstico del
estado inicial del proceso de la educación ambiental en
la formación inicial del maestro de la Educación Especial para
atender educandos con trastornos de la conducta se llevó a cabo teniendo en
cuenta las valoraciones realizadas por cada uno de los integrantes de los
grupos muestrales seleccionados a partir de las dimensiones e indicadores
establecidos; para ello, se utilizó la estadística descriptiva, apoyada en la
confección de tablas y gráficos. Una vez
obtenida la autorización institucional, el visto bueno del coordinador del
proyecto de investigación y el permiso de la jefa de departamento de
Educación Especial, así como del director de la Escuela Especial,
responsables de cada uno de los participantes, se procedió a la aplicación de
los instrumentos definidos. Todos fueron informados de los objetivos del
estudio, previo a aplicar el instrumento, y confirmaron su participación
voluntaria con la firma del consentimiento informado. Los instrumentos
de medición, la encuesta de recolección de información y el consentimiento
informado se dispusieron en un formulario en línea con el objetivo de
facilitar la accesibilidad de la comunidad universitaria, minimizar la
aplicación de encuestas físicas y agilizar la sistematización de la
información. La recolección de la información se realizó de forma física
(cuestionario impreso) y virtual (formulario en línea). La aplicación de
instrumentos se llevó a cabo por los investigadores en una sola toma, en el
contexto académico, garantizando su realización individual por medio de la
supervisión para reducir las dudas que puedan surgir y asegurar un entorno
favorable. Estos instrumentos fueron: Análisis de
documentos: se seleccionaron y analizaron documentos tales como Planeación
estratégica de la Universidad, Facultad y Departamento de Educación Especial,
Modelo del Profesional de la Educación Especial, planes de estudio,
programas, Plan de trabajo metodológico y Proyecto educativo de la carrera. Observación científica: a 25 clases, a 18 unidades docentes
donde realizan prácticas laborales y a 33 actividades extensionistas para
constatar el nivel de desarrollo del proceso de educación ambiental en la formación inicial del
maestro de Educación Especial para la atención educativa a los educandos con
trastornos en la conducta. Entrevista: a
los 8 profesores de la carrera Educación Especial, que trabajan con primer
año; a 12 líderes científicos, para constatar la información obtenida sobre
el proceso de educación ambiental en la formación inicial del
maestro de Educación Especial para la atención educativa a los educandos con
trastornos en la conducta, así como la influencia que
ejercen. Encuesta:
a 12 maestros de la escuela especial para educandos con trastornos en la
conducta para conocer las opiniones y
valoraciones acerca del proceso de formación inicial del
maestro de Educación Especial para la atención educativa a estos educandos. Prueba
pedagógica: a 25 estudiantes de primer año, de la carrera Licenciatura en
Educación Especial, para comprobar el nivel de conocimientos referido a la educación ambiental y
su influencia en la atención educativa a los educandos con trastornos en la
conducta La técnica de
triangulación metodológica: para
revelar la coincidencia o dispersión de la información de los datos
obtenidos. Se efectuó un
análisis de los resultados obtenidos por cada integrante de los grupos
muestrales y se llevó a cabo la triangulación metodológica a fuentes orales y
visuales (entrevista a profesores, a líderes científicos, a maestros y
observación a clases, unidades docentes y actividades extensionistas), lo que
permitió profundizar en los datos aportados por los instrumentos para
determinar el estado de la variable, sus dimensiones e indicadores. Análisis y discusión de los resultados A continuación,
se realiza un análisis de cada uno de los indicadores, teniendo en cuenta el
resultado obtenido en los instrumentos aplicados. El indicador Conocimiento
del sistema es valorado de poco adecuado. Resultó insuficiente el tratamiento a la educación ambiental en la
carrera porque desde la Proyección Estratégica de la Universidad para
el ciclo estratégico 2022/2026, donde se definieron las estrategias, los
caminos o vías a seguir para conducir la organización hacia el logro de los
objetivos propuestos con cada una de las acciones a desarrollar, se concibió la preservación del medio ambiente, no la educación ambiental. En el proceso de formación de pregrado ninguno de sus indicadores
tributó a ello. Al
respecto, un
elemento interesante es que se asume y reconoce en los documentos normativos
como una estrategia curricular, pero los programas de las disciplinas no
explicitan los conocimientos, habilidades, sentimientos, valores y actitudes
a desarrollar y fortalecer en los futuros profesionales; a pesar de que
existen acciones dirigidas a la educación ambiental, es insuficiente el
tratamiento metodológico que se concibe desde la preparación de la
asignatura. La muestra seleccionada
manifiesta un nivel de conocimientos fragmentado sobre los elementos que
integran el sistema, no se incluyen en él los elementos abióticos y
socioeconómicos, solo incorporan los bióticos. No demuestran, además,
claridad en el dominio de las relaciones que se establecen entre
hombre–naturaleza–sociedad, percibiendo al hombre relativamente fuera del
entorno natural, alejándolo de la responsabilidad que tienen con el sistema,
sin comprender los efectos negativos que estos provocan en la sociedad y en
cada individualidad. Ofrecen respuestas sencillas, poco fundamentadas, se refieren a qué es el entorno que
nos rodea; solo un 20%, al hacer referencia a ello, agrega que es un conjunto
de elementos culturales, naturales y sociales. Ello demuestra el insuficiente
conocimiento que poseen sobre el sistema, como consecuencia del pobre
tratamiento curricular que se les ofrece. El indicador Identificación de problemas ambientales es evaluado de adecuado, a
partir del nivel medio de desarrollo alcanzado para identificar los problemas
ambientales que afectan el entorno donde se desenvuelven; pero solo mencionan
aquellos que son más recurrentes al afectar la salud humana, no haciendo
referencia a otros aspectos más cotidianos como la violencia, el
hacinamiento, el ruido y la ingestión de bebidas alcohólicas que afectan el
comportamiento humano. Muestran insuficiencias
en el reconocimiento de los problemas medioambientales globales pues
mencionan el cambio climático, pero obvian otros importantes como el efecto
invernadero, la contaminación sonora y lluvias ácidas; poseen relativo
dominio y análisis de las consecuencias positivas y negativas de estos problemas
sobre el hombre. Solo describen el efecto negativo para la salud física, sin
referir consecuencias para la salud psicológica. Por lo anterior, se
considera que, a pesar de la evaluación obtenida, este indicador posee
potencialidades para lograr transformaciones favorables, a partir del nivel
de desarrollo alcanzado. En el tercer indicador, Nivel de efectividad del accionar
medioambientalista del hombre, se corroboró el nivel bajo de conocimientos del impacto individual y social que puede
traer consigo un problema ambiental, debido al insuficiente conocimiento
recibido sobre el tema, lo que dificulta la identificación y evaluación de
acciones encaminadas a solucionar el problema ambiental que se les presente.
Válido destacar que se corroboró la poca intencionalidad al desarrollar
circunstancias pedagógicas en que se apliquen conscientemente contenidos para
crear estrategias y acciones concretas encaminadas a una adecuada conciencia
ambiental desde la prevención, el diagnóstico y la intervención con un
enfoque medioambientalista. Así mismo, solo hacen
mención a problemas muy comunes como la pérdida de la diversidad ocasionada por
el trabajo agrícola y la contaminación del aire, por la quema desmedida de
combustibles fósiles; muestran pobre dominio y dificultades para elaborar
posibles estrategias que den solución a ello.
Se evalúa dicho indicador de no adecuado. A partir de los
resultados obtenidos en los indicadores antes descritos, se puede evaluar la
dimensión I, Conocimiento ambiental, de poco adecuado por el nivel de
conocimiento fragmentado que se ha alcanzado de los elementos que integran el
sistema, pues solo se reconocen los elementos bióticos y no tienen en cuenta
los abióticos y socioeconómicos, aspectos de gran importancia. Presentan
insuficiencias en la identificación de problemas ambientales globales que
afectan el entorno y su impacto en la relación hombre-naturaleza-sociedad, no
se demuestra suficiente dominio y análisis en el conocimiento, identificación
y evaluación de acciones para solucionar problemas ambientales que pueden
estar influyendo positiva o negativamente sobre el hombre. El resultado de esta evaluación es el
reflejo de que los
documentos normativos para la carrera carecen de una perspectiva integral y
compleja acerca de los fenómenos ambientales y la crisis ambiental global,
así como de las carencias de herramientas epistemológicas,
teórico-metodológicas y prácticas, en la proyección preventiva, del
diagnóstico e intervención en el educando con trastornos en la conducta, que
se requieren en el proceso formativo. Se soslayan las dimensiones de la
diversidad cultural, los escenarios de asimetría y desigualdad, y la
conflictividad socioambiental. No obstante, se considera que poseen las
posibilidades para ofrecer conocimientos y herramientas cognitivas necesarias para
salvaguardar el planeta. La segunda dimensión
fue evaluada a partir de los resultados obtenidos en los tres indicadores
seleccionados. El correspondiente a actitud ambiental resultó evaluado de
poco adecuado por el nivel fragmentado demostrado en su actuación al
solucionar el problema ambiental presentado. La muestra seleccionada, el
71,1%, toma decisiones negativas para resolver la problemática ambiental y
solo el 28,9%, positivas. El 37,7% demuestra claridad en el análisis que
realiza de su obligación individual y social para el cuidado y conservación
del medio ambiente. Es contradictorio este resultado con
respecto a las respuestas que ocasionalmente ofrecen, consideran necesario
cuidar el medio ambiente pero
solo porque garantizan los servicios ambientales, no así la calidad de sus vidas.
Solo el 17.7% actuaría a favor por los beneficios que esto le reportaría.
De igual manera, fue
evaluado el segundo indicador, referido a la responsabilidad ambiental por el
interés y empeño mostrado en el cuidado y protección del medio ambiente. Sin
embargo, se pudo corroborar la forma asistemática en el cumplimiento de sus
deberes y responsabilidades ciudadanos, avalado por el insuficiente
conocimiento de las leyes ambientales existentes. Esto incide en la poca
claridad demostrada en el análisis de las consecuencias de sus actos
antiambientalistas. Estas respuestas están
en correspondencia con la evaluación de no adecuado obtenida en el indicador
Activismo ambiental, por el nivel bajo de compromiso mostrado en cuanto a la
protección del medio ambiente. Solo el
17,7 %, de las personas seleccionadas, en algún momento ha pertenecido a
algún grupo ambientalista en que se han planificado y ejecutado
conscientemente actividades a favor del medio ambiente, por lo que al resto
les resulta difícil realizar análisis consecuentes con la necesidad del
actuar protagónico y voluntario por el bien de todos. Los resultados de los
indicadores descritos conllevaron a evaluar de poco adecuado la dimensión II,
Comportamiento ambiental. Durante la aplicación de los instrumentos se
demostró el nivel asistemático que poseen los participantes en cuanto a modos
de actuación positivos en la solución de los problemas ambientales que se
presenten; demostraron dificultades en el cumplimiento de sus obligaciones y
responsabilidades como ciudadano y no aportaron suficientes argumentos de la
necesidad de crear e integrar grupos ambientalistas para actuar protagónica y
voluntariamente en la solución de dichos problemas que influyen negativamente
en la relación hombre-naturaleza-sociedad. Al analizar los
resultados integrales de la dimensión II, se valora que esta implica
necesariamente cambios profundos con respecto a enfoques tradicionales de
formación que se han desarrollado, tomando en cuenta la integración y
optimización de elementos socioculturales, materiales, históricos, afectivos
e intelectuales tanto individual como colectivo, para orientarse de manera
efectiva hacia el logro de un adecuado comportamiento ambiental. Las
actitudes positivas ambientales, en su mayoría, no se han establecido por la
insuficiente sensibilización previa para lograr actitudes, responsabilidades
y activismo con enfoque medioambiental en la formación de este profesional
para lograr acciones correctivas y/o compensatorias desde la proyección de la
atención educativa en el educando con trastornos en la conducta. Ambas dimensiones fueron evaluadas con igual
categoría, lo que se corresponde con estudios teóricos realizados en cuanto a
la relación directa que se establece entre conocimiento y comportamiento
ambiental. Los resultados obtenidos demuestran que entre ambas dimensiones no
existe una relación automática, mecánica o directa, sino que se relacionan de
manera dialéctica y no existe una independiente de la otra, sino que se
encuentran interrelacionadas estructural y funcionalmente. Ellas van formando
un complejo sistema de motivos orientados a la regulación de la relación
entre el individuo y su entorno. Las reflexiones anteriores conllevan a
encaminar las investigaciones hacia la optimización de ambos procesos y de
sus mutuas dependencias, partiendo de la prevención, el diagnóstico, la
intervención y la evaluación de estos, con el objetivo de aumentar el nivel
de conocimiento sobre el cuidado y protección del medio ambiente, su nivel de
responsabilidad en tal sentido, así como la implementación de conductas a su
favor. Analizando
detenidamente los resultados exhibidos en ambas dimensiones y en sus
indicadores, resulta fácil comprender que la variable en estudio referida al
proceso de educación ambiental en
la formación del maestro de Educación Especial, resultó evaluada de poco
adecuada por el nivel de conocimiento fragmentado mostrado por cada uno de
los integrantes de la muestra seleccionada sobre los elementos abióticos y
socioeconómicos que integran el sistema; les resultó compleja la
identificación de problemas ambientales globales y la creación de estrategias
para solucionarlos; no demostraron dominio de su obligación moral en el
cumplimiento de su disciplina ciudadana, ni realizaron correctos análisis del
activismo ambiental que le corresponde. Los resultados conllevan a interpretar que la educación ambiental en
la formación inicial del maestro de la Educación Especial, como mecanismo de
adaptación cultural del ser humano al ambiente, se ha mostrado poco crítica
con respecto a los conocimientos que trasmite y los comportamientos
ambientales que se asumen. Es necesario redimensionarla, de modo que se les
brinde atención a las insuficiencias cognoscitivas ambientales mostradas,
mediante el impulso de una acción formativa dirigida al cambio actitudinal y
la modificación de comportamientos colectivos en relación con su futura labor
profesional. Se hace imperiosa la necesidad de estructurar una
educación ambiental que forme e informe acerca de esta problemática. En este
sentido, la educación ambiental viene a constituir el proceso educativo que
se ocupa de la relación del ser humano con su ambiente (natural y artificial)
y consigo mismo, así como de las consecuencias de esta relación. De esta
manera, la educación ambiental debe constituir un proceso integral, que juega
su papel en todo el proceso de enseñanza-aprendizaje. |
Discusión
La educación como proceso y la universidad como
institución juegan un papel esencial en esta batalla, puesto que deben
involucrar a todos los miembros de la sociedad en la búsqueda de soluciones
para resolver los problemas del medio ambiente, proporcionándoles el
conocimiento, las habilidades y las motivaciones necesarias para una adecuada
interpretación del mundo y una actuación social consecuente con sus necesidades
y exigencias. Para garantizar que la educación alcance ese propósito esencial,
se requiere de la introducción formativa de la educación ambiental en su
integridad socio-cultural.
Los problemas ambientales se han acelerado en los últimos
tiempos, situación que reta a las instituciones de Educación Superior a generar
procesos de educación ambiental que posibiliten comprenderlos y afrontarlos,
siempre que sea entendida la educación ambiental en la Educación Superior como
el proceso que permite formar criterios ambientales en los futuros
profesionales, tanto de pregrado como de posgrado, independiente de sus
disciplinas o carreras. Buscando promover reflexiones para la toma de
decisiones responsables, reconociendo sus implicaciones ambientales a largo
plazo y que su propósito es fomentar una visión crítica del mundo, lo que
significa reconocer, desde sus bases epistémicas, las causas de los diferentes
problemas que aquejan a la sociedad, para entender el equilibrio relacional de
la pluralidad de factores bióticos, abióticos y sociales constituyentes de
nuestro espacio vital (Eschenhagen, 2016).
Se coincide
con los criterios de este autor cuando refiere que la educación ambiental
superior en la Universidad no se puede instrumentalizar para solucionar
problemas concretos de contaminación o realizar un ordenamiento territorial a
través de proyectos, ni para realizar jornadas de reforestación o reciclaje en
las universidades, ni promover educación ambiental en las comunidades aledañas
a la universidad. No solo se trata de generar una conciencia ambiental o de
llenar a los estudiantes de información sobre tecnologías, legislación y normas
e instrumentos de políticas ambientales, sino más bien de relacionar e
identificar directamente, desde cada disciplina, cómo se relaciona cada una con
su entorno y con la vida.
El mundo
necesita más que nunca el aporte de las universidades, desde sus diversas
funciones sustantivas (docencia, investigación, extensión y gestión), para
superar los desafíos que enfrenta la humanidad en medio de una crisis
civilizatoria (Peralta, 2022), tarea que ha resultado ser difícil. El saber
ambiental implica cuestionar, dislocar, incomodar, repensarse creativamente.
La
educación ambiental tendrá, entonces, que adquirir la capacidad, a través del
saber ambiental, de visibilizar con más claridad, las incoherencias entre los
discursos y las prácticas que se observan por doquier en la sociedad. De ahí la
necesidad de preguntarse por los puntos de partida para repensar la educación
ambiental en la Educación Superior, lo cual claramente está inmerso en el
problema de los discursos del desarrollo y requiere de un pensamiento
ambiental, capaz de proporcionar criterios y directrices. El reto consiste en
posibilitar un pensamiento ambiental que haga comprensible por qué y cómo somos
hoy.
Conclusiones
La educación
ambiental se ha extendido como un proceso necesario en los diferentes niveles
educativos, siendo una de las vías para enfrentar la crisis que vive el mundo
actual y donde se exhiben avances, aún
insuficientes, en la organización de acciones a fin de lograr cómo hacerla más
eficiente, de ahí que en la Educación Superior se tenga en cuenta y se incluya
dentro de sus visiones, estrategias y enfoques.
El
estudio posibilitó el análisis del estado actual en el que se encuentra el
proceso de educación ambiental en la formación inicial del maestro de Educación
Especial en la provincia de Pinar del Río, donde se reconoce como estrategia
curricular y eje transversal para promover sociedades sostenibles e inclusivas,
aspectos que refirman su valor al considerarse un componente esencial en la
preparación de este profesional.
Los
análisis realizados consolidan la incidencia que ejerce el proceso de educación
ambiental en el fomento de valores como la responsabilidad, el respeto y la participación
activa, así como su incidencia en la formación inicial del maestro de Educación
Especial, lo cual conlleva a un análisis de cómo hacer más efectiva y atrayente
su incorporación en los planes de estudios, que permita la formación de un
profesional cada vez más crítico y comprometido con los desafíos
socioambientales de la sociedad actual, desde la ética de la inclusión y la
sostenibilidad.
La
comprensión de que la educación ambiental es un recurso que facilita la
autonomía y participación social de los estudiantes, reafirma la necesidad del
diseño y desarrollo de acciones curriculares, donde los futuros docentes
comprendan el valor de las mismas para el desempeño de su labor profesional. Con
ello se reafirma el trabajo interdisciplinario, donde se promueva su carácter
holístico, que trascienda el aula y ayude en la construcción de entornos más
justos.
Referencias
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