La investigación en la época actual

Eleidys Matos Basulto. Universidad de Granma. Cuba.

[ematosb@udg.co.cu]  [ https://orcid.org./0000-0002-4002-4803 ] 

Guillermo Bello Rodríguez. Universidad de Granma. Cuba.

[guillermobellorodriguez49@gmail.com]  [https://orcid.org/0000-0002-7912-860X]

Fernando Enrique Fernández Arias. Universidad de Granma. Cuba.

 [ffernandeza@udg.co.cu] [https://orcid.org./0000-0002-0036-6657]

 

 

Es conocida la velocidad con la que discurre la época actual. Con el avance tecnológico, el uso de las inteligencias artificiales y la avalancha de conocimientos es normal que un investigador se sienta apesadumbrado con respecto a los caminos que recorrer, dígase, por ejemplo, los temas y las posturas frente a los objetos de análisis. Sin duda, este fenómeno es una herencia del hecho postmoderno: múltiples polifonías (que no son de carácter negativo, pero sí de obligada revisión y fundamentada selección, en tanto se devela la consabida responsabilidad científica), y una persistente sensación de pérdida del “yo investigador” frente al divergente y monumental flujo de información.

Ante todo, hay que tomar como principio la sinceridad.

Como postulado filosófico de apuntada preclaridad, el conocimiento es infinito, y a medida que se vencen etapas y aspectos en las diversas áreas del saber, aparecen nuevos indicios, nuevas brechas que suscitan el interés y la necesidad de abarcar. Es un ciclo interminable que delata los principios de la dialéctica y los mecanismos propios de la evolución.

Es así que, partiendo de lo planteado por Schopenhauer (1851): “la comprensión y el conocimiento solo se pueden enriquecer realmente con la consideración propia de las cosas: porque ella es la única fuente viva que está siempre dispuesta y siempre cercana” (p. 30), se reconoce la preminencia de un conocimiento propio, que enrumba en el aporte personal. Es decir, un mismo tema u objeto teórico, puede suscitar múltiples interpretaciones, pero es preciso dilucidar lo que el mismo significa para uno.

En este sentido, al hacer ciencia, al hacer ejercicio de pensamiento, y parados frente a una problemática, es preciso preguntarse: ¿Qué quiero hacer? ¿Qué quiero conocer a profundidad? ¿Qué me aporta? ¿Qué fin se persigue al llevar a cabo un estudio?

El modo como uno lleve a cabo ese estudio, la responsabilidad y sinceridad de sus objetivos, constituyen sin lugar a dudas, su singularidad.

Estas primicias son importantes a la hora de escribir sobre la ciencia; es por ello que hay que poner cuidados en el planteamiento de las ideas, en la búsqueda de claridad, en el quehacer responsable.

 

Información del número

La edición del número que culmina agrupó un total de 65 artículos. Los originales resultaron en una mayor cuantía (51), seguidos de los artículos de revisión (14).

Entre las universidades que mayor participación tuvieron se encuentran la Universidad Estatal del Sur de Manabí, la Universidad Técnica de Machala y la Universidad de Quevedo. En el entorno cubano destacan la Universidad de Granma, y la Universidad de Oriente. Con los artículos de Ecuador aquí presentados, se cerraron algunos programas de maestría y doctorado.

Los temas más acuciosos giraron en torno a la Inteligencia Artificial y el desarrollo de ciudades inteligentes; la inteligencia emocional y su incidencia en la enseñanza- aprendizaje; el uso de herramientas en la enseñanza del idioma Inglés y la Matemática. Se abordaron también asuntos relacionados con la medicina y la cultura local. Se espera que con cada uno de los aportes reflejados se contribuya al desarrollo científico de la localidad, el país y en el ámbito internacional. 

 

Referencias bibliográficas

Schopenhauer, A. (1851). Parerga y paralipomena II. Titivillus