Recibido: 15 de octubre de 2024      Aceptado: 8 de febrero de 2025

 

Evolución histórica de la formación del gestor sociocultural y el desarrollo de su dimensión pedagógica (Revisión)

Historical evolution of the training of the sociocultural manager and the development of his pedagogical dimension

 

Antonio de Jesús González Leyva. Licenciado en Gestión Sociocultural para el Desarrollo.  Instructor. Universidad de Granma. Cuba. [ antoniodejesusgonzalezleyva@gmail.com ]

[ https://orcid.org/0000-0002-9436-4352 ]

 

Rafael Claudio Izaguirre Remón. Licenciado en Marxismo Leninismo. Doctor en Ciencias Pedagógicas, Profesor Titular. Investigador Titular. Universidad de Granma. Cuba

[ rizag19858r@gmail.com ]     [ https://orcid.org/0000-0001-6295-3374 ]

 

Tania María Almarales Jacas. Licenciada en Marxismo Leninismo. Doctor en Ciencias de la Educación, Profesora Auxiliar. Universidad del Partido “Ñico López”. Facultad “Desembarco del Granma”. Bayamo. Cuba.    [ taniamariaalmaralesjacas@gmail.com ]   

[ https://orcid.org/0000-0002-7103-9872 ]

 

Resumen

Se caracteriza la evolución histórica del proceso de formación de la carrera Licenciatura en Gestión Sociocultural para el Desarrollo, con el objetivo de precisar el tratamiento de la dimensión pedagógica de su preparación en función de la transformación sociocomunitaria, mediante la aplicación del método histórico-lógico. Se asumen los referentes epistémicos que precisan cómo la formación del Gestor Sociocultural se ha consolidado como un proceso integral que no solo busca la adquisición de conocimientos, sino también el desarrollo de competencias y un compromiso social que permita a los egresados contribuir de manera efectiva al desarrollo sociocultural de sus comunidades.

Palabras clave: formación profesional; pedagogía; transformación sociocomunitaria; competencias

Summary

The historical evolution of the training process of the Bachelor's Degree in Sociocultural Management for Development is characterized, with the objective of specifying the treatment of the pedagogical dimension of its preparation in function of the socio-communitarian transformation, through the application of the historical-logical method. The epistemic referents that specify how the training of the Sociocultural Manager has been consolidated as an integral process that not only seeks the acquisition of knowledge, but also the development of competences and a social commitment that allows the graduates to contribute effectively to the sociocultural development of their communities are assumed.

Keywords: professional training; pedagogy; socio-community transformation; competencies

Introducción

La formación de gestores socioculturales muestra cómo la integración de enfoques pedagógicos y socioculturales puede potenciar la capacidad de los profesionales para abordar problemáticas locales, fomentar la participación comunitaria y contribuir al desarrollo cultural, lo que, a su vez, enriquece el tejido social y fortalece la identidad cultural en Latinoamérica, particularmente en Cuba. Así, la integralidad del proceso de formación profesional se convierte en un vehículo para la transformación social, en el cual la unidad de las dimensiones sociocultural y pedagógica actúa como un catalizador que facilita la formación de ciudadanos comprometidos y capaces de generar cambios significativos en sus comunidades.

La sinergia entre lo sociocultural y lo pedagógico emerge como un componente fundamental del proceso educativo, ya que las dinámicas culturales, las identidades colectivas y las prácticas comunitarias influyen significativamente en la manera en que los individuos comprenden y se relacionan con su contexto de actuación, por lo que la formación del Gestor Sociocultural en Latinoamérica, y particularmente en Cuba, se ha desarrollado en un contexto de constante transformación, donde la dimensión pedagógica juega un papel fundamental en la preparación de estos profesionales. Desde su establecimiento en 1998, la carrera ha evolucionado para integrar enfoques interdisciplinarios y metodologías participativas que fomentan la participación comunitaria y el desarrollo cultural.

Diversos autores han investigado la problemática de la formación sociocultural en el contexto de la carrera Licenciatura en Gestión Sociocultural para el Desarrollo (LGSCD), entre ellos: Bess y Gallardo (2016), Vega et al. (2019), Martínez et al. (2021) y Ordóñez (2023), quienes significan la formación sociocultural como proceso complejo en sus investigaciones. Por otra parte, investigaciones como las de Martínez (2015), Hernández (2010), Pupo (2010) y Fajardo (2014) aplicadas a la carrera, se refieren a las esferas de actuación sociocultural.

Los aspectos señalados evidencian que ha sido un tema trabajado; sin embargo, resulta insuficiente el estudio acerca de la dimensión pedagógica de la formación sociocultural de los profesionales de la carrera LGSCD para favorecer una dirección acertada de las acciones de transformación sociocomunitaria integral que demandan los momentos actuales, siendo coherente con el sentido de la apelación fidelista de que una revolución solo puede ser hija de la cultura y de las ideas (Castro, 2002).

Por ello, se precisa de la investigación para responder a la necesidad de favorecer con un enfoque integrador y consecuente, desde la dimensión pedagógica, la formación sociocultural de los profesionales de la carrera LGSCD en el contexto de la actualización del Modelo de Desarrollo Económico Social de Cuba (Partido Comunista de Cuba, 2021), como una demanda de alto valor científico en el plano educacional y cultural, cuando de atender con sentido educativo la transformación integral de la sociedad, en especial sus comunidades vulnerables, se trata.

La formación del gestor sociocultural para el desarrollo se erige como un proceso pedagógico fundamental en la construcción de un perfil profesional que responda a las dinámicas socioculturales contemporáneas. Este enfoque multidisciplinario, que integra diversas áreas del conocimiento, busca no solo la adquisición de saberes teóricos, sino también el desarrollo de competencias prácticas que permitan a los egresados actuar como agentes de cambio en sus comunidades.

La dimensión pedagógica presente en el diseño curricular y en las metodologías de enseñanza se convierte en un eje central que promueve la participación activa de los estudiantes en la resolución de problemáticas locales, fomentando así un compromiso social que trasciende la mera formación académica. En este sentido, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (2015) resalta la necesidad de transformar la educación para enfrentar los desafíos del siglo XXI, enfatizando en la justicia social y la equidad como pilares de un desarrollo sostenible. Por lo tanto, la formación del LGSCD no solo se alinea con las demandas del contexto sociocultural cubano, sino que también se articula con los objetivos globales de desarrollo, consolidando su relevancia en la promoción de una ciudadanía activa y comprometida con la transformación social.

Hasta la fecha, existen antecedentes de estudios que han abordado la problemática de las insuficiencias en la formación pedagógica de los profesionales como los de Medina et al. (2018); Del Rio et al. (2023) y Rodríguez et al. (2024). Por otra parte, en menor medida, autores como Moustapha y Castillo (2016); Hernández et al. (2023) y Tito et al. (2023) abordan la Formación pedagógica del Gestor Sociocultural. 

Desde las ciencias pedagógicas, se ha investigado cómo estas deficiencias impactan en la capacidad de los egresados para llevar a cabo un trabajo efectivo en la transformación sociocomunitaria integral. Estos estudios destacan la necesidad de fortalecer la formación pedagógica para que los profesionales puedan desempeñarse de manera más efectiva en sus roles, contribuyendo así al desarrollo social y comunitario. Sí hay un enfoque en esta problemática desde las ciencias pedagógicas, lo que resalta la importancia de mejorar la formación en este ámbito.

En consecuencia, se precisa la necesidad de analizar la evolución histórica de la formación del gestor sociocultural y el desarrollo de su dimensión pedagógica para el desempeño sociocomunitario, pues esta evolución permite identificar las competencias y habilidades que han sido valoradas en diferentes contextos históricos, así como las metodologías pedagógicas que han surgido para preparar a estos profesionales.

Al desarrollar la dimensión pedagógica del gestor sociocultural, se busca no solo formar individuos capacitados para intervenir en sus comunidades, sino también fomentar un enfoque crítico y reflexivo que les permita adaptarse a los desafíos contemporáneos. Así, este análisis no solo enriquece la formación académica, sino que también contribuye al fortalecimiento del tejido social, promoviendo un desarrollo más inclusivo y participativo en las comunidades.

En este artículo, mediante la aplicación del método histórico-lógico, se caracteriza la trayectoria de la dimensión pedagógica y la formación sociocultural como procesos interrelacionados en la formación de la carrera LGSCD.

Desarrollo

La formación del gestor sociocultural ha estado marcada por las necesidades de integrar diversas disciplinas y enfoques que respondan a los cambios sociales, culturales y tecnológicos. Desde sus inicios, ha buscado promover la participación comunitaria y el desarrollo cultural, adaptándose a las demandas de cada época. La dimensión pedagógica no solo está presente en su formación, sino también en su componente curricular, estudiantil y docente, en la incorporación de metodologías participativas y enfoques interdisciplinarios que han enriquecido el perfil del gestor sociocultural, consolidando la gestión sociocultural como agente clave en la dinamización de comunidades.

La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (2015) subraya la educación como un elemento esencial dentro del marco global de los objetivos de desarrollo sostenible. Este documento enfatiza la necesidad de transformar la educación para adaptarla a los cambios y desafíos contemporáneos, promoviendo enfoques que fomenten la justicia, la equidad social y la solidaridad global, considerándola como la herramienta más valiosa para la transformación social. En el siglo XXI, el mundo debe desaprender para reaprender sobre la relación dialéctica entre naturaleza, sociedad, política y cultura, lo cual representa uno de los desafíos para las universidades.

El criterio que se asume en el estudio se centra en la formación pedagógica del gestor sociocultural para el desarrollo, enfatizando su papel como agente de cambio en contextos socioculturales diversos. Este enfoque se fundamenta en la necesidad de adaptar la educación a los desafíos contemporáneos, promoviendo la participación comunitaria y el desarrollo cultural a través de metodologías participativas y un currículo que integra diversas disciplinas de las ciencias sociales y humanísticas, con especial presencia de su dimensión pedagógica.

Es por ello que el estudio también subraya la importancia de la dimensión pedagógica en la formación de estos profesionales, destacando la relación entre el estudiante, el diseño curricular y el docente. Se busca que los egresados no solo adquieran conocimientos teóricos, sino que también desarrollen habilidades prácticas y un compromiso social que les permita abordar problemáticas locales y contribuir a la mejora de la calidad de vida de las comunidades.

Además, se considera relevante el marco normativo y las políticas educativas que respaldan esta formación, así como la necesidad de un enfoque ético y responsable en la gestión sociocultural. En este sentido, el estudio se orientará a analizar cómo estos elementos se articulan en la práctica educativa y profesional, y cómo contribuyen a la construcción de un perfil profesional que responda a las demandas sociales actuales.

El estudio histórico-lógico de la carrera Licenciatura en Estudios Socioculturales toma en cuenta su datación desde 1998, cuando esta se establece de manera experimental en el curso 1998-1999 en la Universidad de Cienfuegos, y se implementó formalmente en el curso 1999-2000, expandiéndose a otras universidades cubanas. El periodo1998-2024 marca el inicio de un enfoque sistemático hacia la formación de profesionales en el ámbito sociocultural y se constituye en el horizonte temporal de la aplicación del método histórico-lógico en su variante histórico-tendencial.

En este estudio es importante tomar en cuenta el desarrollo curricular y los cambios de nomenclatura de la carrera, ya que entre 2000 y 2005, la carrera se introdujo en 14 universidades adicionales y, en 2016-2017, se modificó el plan de estudios, cambiando el nombre a Licenciatura en Gestión Sociocultural para el Desarrollo. Este cambio refleja una evolución en la concepción de la carrera, orientándose hacia un enfoque más práctico y aplicado en la gestión sociocultural.

En tal sentido, se citan diversas contribuciones de autores como Martínez (2015), Borges (2018), Puebla (2019), y Puebla et al. (2019) quienes han abordado la necesidad de un marco legal para el desarrollo normativo de la gestión sociocultural en Cuba. Estas investigaciones han sido fundamentales para consolidar la carrera y su relevancia en el contexto sociocultural cubano. De este modo, como indicadores para el estudio se precisan:

·      características del currículo de la carrera LGSCD;

·      concepción de las necesidades pedagógicas para el desempeño sociocultural de la carrera LGSCD;

·      concepción de la transformación sociocomunitaria desde la gestión sociocultural en la carrera LGSCD.

La formación del Gestor Sociocultural ha evolucionado en respuesta a las dinámicas sociales, culturales y tecnológicas contemporáneas, integrando un enfoque multidisciplinario que promueve la participación comunitaria y el desarrollo cultural.

Desde su creación en Cuba en el curso 1999-2000, la carrera de Gestión Sociocultural para el Desarrollo ha experimentado un perfeccionamiento continuo, adaptándose a las necesidades sociales y culturales del país.

De conformidad con los indicadores, la datación y el criterio asumidos, se precisan como etapas para el estudio histórico-lógico de la carrera las siguientes:

1.   Etapa de iniciación y establecimiento de la carrera (1998-2000). Hito: inicio de la carrera en 1998.

2.   Etapa de expansión (2001-2005). Hito: expansión de la carrera a 13 universidades.

3.   Etapa de perfeccionamiento (2006-2017). Hito: cambio del plan de estudio y nueva denominación de la carrera.

4.   Etapa de consolidación (2018-actualidad). Hito: proyección sociocomunitaria integral de la carrera.

Una caracterización de las etapas, tomando en cuenta los indicadores seleccionados y su movimiento en el tiempo, permite precisar las características que se evidencia en cada una de ellas, lo que se detalla a continuación.

Primera etapa (1998-2000)

La carrera de Estudios Socioculturales se estableció inicialmente en Cuba de manera experimental en la Universidad de Cienfuegos. Esta fase se caracterizó por la integración de diversas disciplinas y la búsqueda de un enfoque que promoviera la participación comunitaria y el desarrollo cultural. La implementación de un currículo que abarcara la gestión y promoción sociocultural, así como la teoría y metodología social, sentó las bases para la formación de profesionales en este ámbito.

La carrera de gestión sociocultural para el desarrollo se estructura como un proceso multidisciplinario en su malla curricular, cuyo objetivo formativo es la transformación progresiva y sostenible de las problemáticas sociales en diversos contextos, buscando contextualizar las políticas públicas en el ámbito cultural para garantizar los derechos culturales en Cuba, como lo respaldan Martínez (2015), Borges (2018) y Puebla et al. (2019), quienes destacan la necesidad de un marco legal con rango de Ley para su desarrollo normativo en el derecho sustantivo.

 Esta carrera ha sido perfeccionada intensamente en respuesta a una demanda social específica, lo que ha implicado no solo un cambio en su denominación, sino también la revisión de sus contenidos curriculares y la incorporación de nuevos elementos. Por lo tanto, se trata de un perfeccionamiento complejo, profundo y radical que trasciende el mero cambio de nombre (Martínez, 2015).

La carrera de estudios socioculturales se estableció en Cuba durante el curso 1999-2000, inicialmente de forma experimental en la Universidad de Cienfuegos, y posteriormente se expandió a otras universidades del país, conforme a lo dispuesto por el Ministerio de Educación Superior. Los campos de acción fueron diseñados en torno a la gestión y promoción sociocultural, la teoría y metodología social, así como la historia y el pensamiento cultural, con el objetivo de contribuir al desarrollo cultural del país. Así, en el curso 1998-1999, se inició de manera experimental en la Universidad de Cienfuegos la Licenciatura en Estudios Socioculturales, y a partir del curso 1999-2000, dada la aceptación y las perspectivas que ofrecía esta experiencia, se implementó progresivamente en diversas universidades, logrando una expansión sin precedentes para ninguna otra carrera universitaria hasta ese momento.

La regularidad principal de esta etapa se puede resumir en su enfoque innovador y adaptativo, que buscó responder a las necesidades sociales y culturales del contexto cubano. La carrera no solo se centró en la formación académica, sino que también promovió un compromiso activo con la comunidad, fomentando la participación de los estudiantes en proyectos que abordaran problemáticas locales.

 Este enfoque multidisciplinario permitió una comprensión más holística de la realidad sociocultural, integrando conocimientos de diversas áreas para formar profesionales capaces de gestionar y promover el desarrollo cultural de manera efectiva. Además, la expansión de la carrera a otras universidades refleja su relevancia y la aceptación de su propuesta formativa, consolidando su papel como un pilar fundamental en la Educación Superior cubana y en la transformación social del país. En resumen, esta etapa se caracterizó por su capacidad de adaptación y su compromiso con el desarrollo sociocultural, sentando las bases para un futuro más inclusivo y participativo en la gestión cultural.

Constituyen regularidades de esta etapa:

·      El enfoque curricular estrecho, parcial e incompleto de la carrera, propio de su etapa de surgimiento;

·      La concepción inicial incompleta de las necesidades pedagógicas como componente de la formación del profesional de la carrera, aunque insuficientemente articuladas en su modelo;

·      La comprensión parcial del trabajo social comunitario, que no ocupa una centralidad transformadora en el diseño de la carrera.

Predomina entonces, como regularidad principal, un inicio de la carrera sustentado en visiones sobre la necesidad del profesional en su contexto social, pero carente de toda la fundamentación pedagógica necesaria para articular sus modos de actuación en correspondencia con el encargo social declarado.

Segunda etapa (2001-2005)

En la etapa de expansión (2001-2005), a partir de la aceptación de la carrera, se expandió a catorce universidades en Cuba, tanto en modalidades presenciales como no presenciales. Durante este período, se consolidó la Licenciatura en Estudios Socioculturales, que integró un enfoque multidisciplinario y promovió la investigación y la práctica comunitaria. Este crecimiento reflejó una respuesta a las demandas sociales y culturales del país.

Entre 2000 y 2005, la carrera se introdujo en el curso regular diurno (modalidad presencial) en otras catorce universidades del país, así como en modalidades no presenciales en todas estas instituciones; además en la Universidad de la Habana y la Universidad de Oriente. La Escuela Nacional del Partido “Ñico López” también asumió esta carrera desde sus inicios, adaptándola a sus objetivos formativos específicos, lo que permitió su impartición en 18 centros de Educación Superior del país en diversas modalidades. La Licenciatura en Estudios Socioculturales se sitúa en el ámbito de las humanidades y fue concebida desde el principio para formar profesionales con un perfil amplio, capaces de responder a la pertinencia, calidad y al proceso de internacionalización característico de la Educación Superior contemporánea.

La regularidad principal de esta etapa se caracterizó por su notable crecimiento y diversificación, lo que permitió que la Licenciatura en Estudios Socioculturales se consolidara como una opción educativa relevante y accesible en todo el país. Este período de expansión no solo facilitó la formación de un mayor número de profesionales en el ámbito sociocultural, sino que también promovió un enfoque inclusivo y participativo en la educación, donde la investigación y la práctica comunitaria se convirtieron en pilares fundamentales del currículo. La integración de modalidades presenciales y no presenciales permitió atender a una población estudiantil diversa, adaptándose a las necesidades de diferentes contextos y realidades.

Además, la colaboración con instituciones como la Escuela Nacional del Partido “Ñico López” evidenció la flexibilidad del programa para ajustarse a objetivos formativos específicos, enriqueciendo así la formación de los estudiantes. En resumen, esta etapa se caracterizó por su capacidad de respuesta a las demandas sociales, su enfoque multidisciplinario y su compromiso con la calidad educativa, sentando las bases para un desarrollo sociocultural sostenible en Cuba.

Tercera etapa (2006-2017).  

Con la modificación del plan de estudios y el cambio de nombre a Licenciatura en Gestión Sociocultural para el Desarrollo, se evidenció un proceso de perfeccionamiento profundo y radical. Este cambio no solo implicó una revisión de los contenidos curriculares, sino también la incorporación de nuevas metodologías participativas y enfoques interdisciplinarios. La gestión sociocultural se consolidó como un agente clave en la dinamización de comunidades, enfatizando en la importancia de la educación como herramienta para la transformación social.

Por ello, su diseño se fundamentó en la integración de varias carreras ya establecidas en el contexto de la Educación Superior en Cuba, como Historia y Sociología, que han sido impartidas durante varios años y cuentan con una amplia experiencia, aunque con perfiles profesionales previamente definidos. Como continuidad, a partir del curso 2016-2017, el Consejo Nacional de Carrera del Ministerio de Educación Superior decidió modificar el plan de estudios y cambiar el nombre de la carrera a Licenciatura en Gestión Sociocultural para el Desarrollo, que es el objeto de análisis en este artículo.

Se analizan las contribuciones de Martínez (2015), quien sostiene que la gestión sociocultural “Es una forma de intervención, caracterizada por la gestión movilizadora y transformadora que se realiza con recursos socioculturales (...) la gestión puede llevarse a cabo principalmente en y desde instituciones, culturales o no, y comunidades” (p. 5). Con este criterio coinciden Borges (2018) y Zurbano et al. (2020).

La regularidad principal de esta etapa es que se caracterizó por un enfoque renovado y dinámico en la formación de profesionales, donde la gestión sociocultural se posicionó como un elemento esencial para el desarrollo comunitario y la transformación social. Este proceso de perfeccionamiento no solo se tradujo en la actualización de los contenidos curriculares, sino también en la adopción de metodologías participativas que fomentaron la implicación activa de los estudiantes en sus comunidades. La integración de disciplinas como Historia y Sociología enriqueció el currículo, permitiendo una comprensión más amplia de las realidades socioculturales y fortaleciendo la capacidad de los futuros profesionales para abordar los desafíos contemporáneos.

Además, el cambio de nombre a Licenciatura en Gestión Sociocultural para el Desarrollo reflejó un compromiso con la relevancia social y la necesidad de formar agentes de cambio que pudieran movilizar recursos y generar impacto en sus entornos. La etapa se caracterizó por un enfoque interdisciplinario que promovió la colaboración entre diferentes áreas del conocimiento, lo que resultó en una formación más integral y adaptada a las demandas del contexto cubano. En resumen, esta etapa se distinguió por su capacidad de innovación y su enfoque en la educación como motor de transformación social, consolidando la gestión sociocultural como una herramienta clave para el desarrollo sostenible en las comunidades.

Cuarta etapa (2018-actualidad)

En esta fase, se ha enfatizado en la dimensión pedagógica en la formación de los gestores socioculturales, integrando componentes como el diseño curricular, el rol del docente y las características del estudiante. Se ha promovido un enfoque basado en resultados de aprendizaje, donde el conocimiento se construye a partir de la interacción social y la experiencia previa de los estudiantes. Además, se ha fomentado la investigación y la participación activa de los estudiantes en proyectos comunitarios, fortaleciendo su compromiso social.

Un aspecto relevante es que el enfoque del egresado en esta disciplina como gestor sociocultural se orienta hacia los procesos de desarrollo sociocultural que se manifiestan en diversos contextos sociales, particularmente aquellos que impactan en la mejora de la calidad de vida colectiva, el enriquecimiento espiritual, el fortalecimiento de la identidad cultural y la capacidad de participación de la población en dichos procesos.

Esta etapa se caracteriza por un enfoque integral y centrado en el estudiante, donde la formación de los gestores socioculturales se articula en torno a la pedagogía y la práctica comunitaria. Este énfasis en la dimensión pedagógica ha permitido que los futuros profesionales no solo adquieran conocimientos teóricos, sino que también desarrollen habilidades prácticas y competencias necesarias para abordar los desafíos socioculturales contemporáneos. La interacción social y la experiencia previa de los estudiantes se convierten en ejes fundamentales para la construcción del conocimiento, promoviendo un aprendizaje significativo y contextualizado.

Asimismo, la promoción de la investigación y la participación activa en proyectos comunitarios ha fortalecido el compromiso social de los estudiantes, preparándolos para ser agentes de cambio en sus comunidades. Este enfoque orientado a resultados de aprendizaje asegura que los egresados estén capacitados para contribuir efectivamente a los procesos de desarrollo sociocultural, impactando positivamente en la calidad de vida colectiva y en el fortalecimiento de la identidad cultural. En resumen, esta etapa se distingue por su compromiso con una formación holística y participativa, que busca empoderar a los gestores socioculturales para que desempeñen un papel activo y transformador en la sociedad.

El estudio histórico tendencial del objeto y el campo de la investigación permite precisar, desde cada indicador, las tendencias que se determinan en el movimiento, siendo estas:

·                    Las características del currículo de la carrera LGSCD han transitado desde un enfoque estrecho de la gestión sociocultural centrada en el predominio de lo estético-artístico, hacia una concepción del trabajo sociocultural más integral, que contempla la necesidad de lo sociocomunitario, pero con insuficiencias en el enfoque de la dimensión pedagógica para preparar los modos de actuación del profesional, lo que convalida la necesidad de investigar en este sentido.

·      La concepción de las necesidades pedagógicas para el desempeño sociocultural de la carrera LGSCD ha transitado de manera zigzagueante en el currículo de la carrera, desde un reconocimiento incipiente de su presencia, hasta una presencia limitada y su eliminación, lo que da cuenta de la comprensión incompleta de su necesidad como área de preparación necesaria del profesional, lo que en la actualidad requiere de investigaciones que rescaten su sentido curricular y praxiológico en el Modelo del Profesional y su plan del proceso formativo.

·      La concepción de la transformación sociocomunitaria desde la gestión sociocultural en la carrera LGSCD, en tanto eje articulador del desempeño de la profesión, ha transitado desde el reconocimiento formal de su necesidad, a la necesidad de su perfeccionamiento integral, basado en la lógica del empoderamiento efectivo de los actores sociales comunitarios desde la capacidad pedagógica del gestor, como núcleo de la acción social en el desempeño profesional, lo que legitima la necesidad de la presente investigación.

En consecuencia, los fundamentos histórico-lógicos revelan la necesidad de perfeccionar la dimensión pedagógica del proceso de formación de la carrera LGSCD, al mostrar su evolución, lo que convalida fundamentos epistémicos para indicar la pertinencia de una investigación en tal sentido.

Conclusiones

La evolución histórica de la formación del gestor sociocultural en Cuba ha sido un proceso dinámico y adaptativo, que ha respondido a las cambiantes necesidades sociales, culturales y tecnológicas del país. Desde su inicio en 1998, la carrera ha transitado por diversas etapas que han permitido consolidar un enfoque multidisciplinario y participativo, fundamental para el desarrollo sociocultural.

La dimensión pedagógica ha sido un pilar esencial en este proceso formativo, integrándose de manera efectiva en el currículo y en las metodologías de enseñanza. Esto ha permitido que los egresados no solo adquieran conocimientos teóricos, sino que también desarrollen habilidades prácticas y un fuerte compromiso social, posicionándolos como agentes de cambio en sus comunidades. La incorporación de metodologías participativas y enfoques interdisciplinarios ha enriquecido la formación, promoviendo un aprendizaje activo que responde a las realidades socioculturales contemporáneas.

La formación del gestor sociocultural se ha consolidado como un proceso integral que no solo busca la adquisición de conocimientos, sino también el desarrollo de competencias y un compromiso social que permita a los egresados contribuir de manera efectiva al desarrollo sociocultural de sus comunidades. La investigación continua en esta área es fundamental para perfeccionar la dimensión pedagógica y asegurar que la formación responda a las demandas sociales actuales.

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