La familia en el desarrollo de relaciones afectivas en niños de la infancia preescolar (Original).
The family in the development of relationships in
preschool children (Original).
Yamisol Espinosa Tamayo. Licenciada
en Educación en la especialidad de Preescolar. Profesora Auxiliar. Universidad
de Granma. Bayamo. Cuba.
[ yespinosat@udg.co.cu
] [
https://orcid.org/0000-0003-4102-0051 ]
Morvelis Carvajal Rojas. Licenciada en
Educación en la especialidad de Preescolar. Profesora Auxiliar. Universidad de
Granma. Bayamo. Cuba.
[ mcarvajalr@udg.co.cu ] [ https://orcid.org/0000-0002-6065-3148 ]
Esther
Santiesteban Almaguer. Licenciada en Defectología.
Doctora en Ciencias Pedagógicas. Profesora Titular. Universidad de Granma.
Bayamo. Cuba. [ esantiestebana@udg.co.cu
] [ https://orcid.org/0009-0005-6164-3215 ]
Resumen
La función educativa de la familia mediatiza las relaciones entre los miembros, se expresa en las actividades de educar y se transforma como reflejo del cambio social. Ella debe conocer que amar a los niños es desarrollarle la inteligencia o impulsarlos a actuar, para eso también hay que educarlos o enseñarlos. Por lo que amarlos es saber que es un ser activo y pensante. Con este fin, el trabajo tiene como objetivo elaborar actividades dirigidas a la familia para el desarrollo de relaciones afectivas en niños de la infancia preescolar del grupo no formal “Pequeño Príncipe”, perteneciente al Consejo Popular Rosa La Bayamesa, encaminadas a la apropiación de conocimientos sobre las relaciones afectivas y las características que se manifiestan en los niños carentes de afecto. En estudio documental se pudo apreciar que se ofrecen orientaciones educativas a la familia para la prevención de la carencia afectiva que, si bien ayudan a su preparación y, de alguna manera, orientan a la familia, solo se dirigen a promover las relaciones afectivas desde las formas de organización de la actividad práctica de los niños y no a las manifestaciones que limitan la afectividad. Se emplearon métodos teóricos como el analítico-sintético, el inductivo-deductivo y la modelación; entre los métodos empíricos la observación, y como método estadístico, la estadística descriptiva, dentro de ella, el procedimiento de cálculo porcentual. La investigación concluye con la valoración de la efectividad de las actividades y su aplicación en el proceso educativo de la Primera Infancia.
Palabras clave: familia; emociones; afectividad; relaciones afectivas
The educational function of the family mediates the relationships
between members; they are expressed in the activities of educating and are
transformed as a reflection of social change. She must know that loving
children is developing their intelligence or encouraging them to act, for that
they must also be educated or taught. So to love them
is to know that they are an active and thinking being. To this end, the work
aims to: develop activities aimed at the family for the development of
emotional relationships in preschool children of the non-formal group "Little
Prince", belonging to the Rosa La Bayamesa
Popular Council, which allow them to appropriate of knowledge about emotional
relationships, the characteristics that manifest in children lacking affection.
In a documentary study, it could be seen that educational guidelines are
offered to the family for the prevention of emotional deficiency that, although
they help in their preparation and in some way guide the family, they only
focus on promoting emotional relationships from the different forms of organization
of the practical activity of children and not to the manifestations that limit
affectivity. Theoretical methods were used: analytical-synthetic,
inductive-deductive and modeling; empirical methods: observation, as a
statistical method: descriptive statistics, within it the percentage
calculation procedure. The research concludes with the assessment of the
effectiveness of the activities and their application in the Early Childhood
educational process.
Keywords: family; emotions; affectivity; emotional
relationships
Introducción
Actualmente, hay suficiente consenso en considerar el carácter insustituible de la familia y el papel que esta desempeña en la sociedad humana, tanto por el grupo de funciones que cumple en sí, como por la que cumple para con sus miembros, que deben estar rodeados de afecto, seguridad, apoyo y de vivencias emocionales primarias y decisivas para lograr un desarrollo pleno de los niños en su concepción, evolución y desarrollo.
Esta función impone altas exigencias morales y sociales y debe ser cumplida en el ejemplo positivo de los padres, cuya participación en la sociedad significa el mejor modelo de comportamiento para los hijos ante la vida, por lo que enfatiza que los primeros que deben ser esmeradamente educados son los propios padres. En consecuencia, con lo planteado, las autoras comparten lo expresado por Luna (2019):
Durante la actividad educativa que desarrolla
la familia, los niños reflejan su relación con los otros, con cuál prefieren
comunicarse, a cuáles admiran y aprecian en mayor grado, cuál de ellos le
desagrada y a cuál trata de modo diferente, o sea, son capaces de reflejar la
relación positiva o negativa que guardan con el conocimiento, gracias a la
esfera afectiva, que les permite reflejar las relaciones que establecen con la
realidad de acuerdo con las necesidades de su personalidad. (Luna, 2019, p. 23)
El desarrollo integral de los niños no se concibe fuera de un marco afectivo, pues la afectividad forma parte esencial del proceso de formación y desarrollo de estos en el hogar, lo que significa que su comportamiento se verá reflejado plenamente en sus actitudes, basadas en el grado de cariño y de atención brindada. El afecto es muy importante, porque de esta forma se les ayuda a los niños a guiar su comportamiento, de una manera apropiada en todas las situaciones de la vida.
La afectividad es caracterizada por la capacidad de experimentar íntimamente las realidades exteriores y convertirlas en experiencias internas, reflejadas en su conciencia, lo que constituye el verdadero motor impulsor del comportamiento, que origina la mayoría de las conductas y condiciona todas las demás.
En los estudios realizados por: Martínez et al. (2002), García (2013), González et al. (2023), se considera que la esfera afectiva se manifiesta a través de los estados afectivos que expresan cómo los objetos y fenómenos de la realidad que el niño conoce, satisface o no sus necesidades, si le son agradables o no. Así, el niño es capaz de reflejar la relación positiva o negativa que guarda con el conocimiento, gracias a la esfera afectiva que permite reflejar las relaciones que establece con la realidad de acuerdo con las necesidades de su personalidad.
Los referidos estudios revelan la necesidad de que la familia debe brindarle afecto a los niños, enseñarlos a comportase bien, a jugar, que se les demuestre que los quieren, ya que el cariño es también comprensión, paciencia, alegría, y felicidad, para que entiendan lo que pueden o no pueden hacer con palabras dulces y sin gritos, no permitirles que hagan lo que un día les fue prohibido y razonar con él, para que poco a poco puedan aprender el porqué de todo lo que les rodea.
Al respecto, se comparte lo expresado por Regalón (2012), quien considera que, al elaborar orientaciones educativas a la familia para la prevención de la carencia afectiva, solo se ofrece un folleto educativo que se limita al enfoque lúdico. A lo que se añade que las acciones educativas que se ofrecen, la familia debe ponerlas en práctica para favorecer la estimulación afectiva en los niños del grado preescolar, pues si bien ayudan a su preparación, desarrollan las relaciones afectivas desde las diferentes formas de organización de la actividad práctica de los niños.
Autores como Rodríguez (2018), Jiménez (2020) y Pérez et al. (2023), se han referido a la familia de niños/ as de la primera infancia, haciendo énfasis en la necesidad de que la familia esté altamente orientada para atender el desarrollo integral de sus hijos. Sin embargo, son escasos los aportes sobre la estimulación afectiva en los niños del grado preescolar.
Por lo anterior, es de vital importancia que se conozca cómo desarrollar las relaciones afectivas en los niños de la infancia preescolar, pues existen familias que se manifiestan indiferentes ante la presencia o aparición de factores situacionales del comportamiento, producidos por la falta de afectividad, razón por la cual estos niños presentan dificultades en sus relaciones afectivas, lo que entorpece su desarrollo. En la práctica educativa se evidencian como insuficiencias que existen familias que se muestran indiferentes ante la presencia de comportamientos no habituales, especialmente en los que el niño necesita de apoyo y seguridad; es insuficiente la atención educativa de la familia relacionada con los aspectos psicosociales de la afectividad que se manifiestan en los niños, esencialmente los relacionados con la seguridad, independencia, el respeto y la confianza; existen familias poco comunicativas, que no les brindan a sus hijos la atención que ellos requieren, mostrándose agresoras, bruscas, violentas, frívolas, despojadas de afecto, sin tener en cuenta el daño que a estos les causan; no siempre las orientaciones educativas que se ofrecen responden a las diferentes manifestaciones del comportamiento afectivo.
Estas insuficiencias evidencian un problema científico relacionado con las insuficiencias en la atención educativa de la familia que limitan las relaciones afectivas en los niños de la infancia preescolar, por lo que el objetivo del artículo es elaborar actividades dirigidas a la familia para el desarrollo de relaciones afectivas en niños de la infancia preescolar del grupo no formal “Pequeño Príncipe”, perteneciente al Consejo Popular Rosa La Bayamesa.
Materiales y métodos
El diagnóstico psicopedagógico es un proceso continuo, dinámico, sistémico y participativo, que implica efectuar un acercamiento a la realidad educativa con el propósito de conocerla, analizarla y evaluarla desde la realidad, pronosticar los posibles cambios que conduzcan a su transformación. En este sentido, se establece por Vygotsky (1982) la ley de la situación social de desarrollo, la cual permite analizar la particular correlación entre educación y desarrollo que se produce en los niños en cada período de su vida, períodos sensitivos del desarrollo o etapas de especial vulnerabilidad para la adquisición de determinados tipos de aprendizaje.
Para caracterizar la situación social de desarrollo, se seleccionó una muestra de forma intencional, la cual está compuesta por diez familias y diez niños (seis hembras y cuatro varones) del grupo no formal “Pequeño Príncipe”, perteneciente al Consejo Popular Rosa La Bayamesa, del municipio Bayamo, provincia Granma, que representa el 50 % de la población. Todas las familias son amas de casa y poseen un bajo nivel cultural ya que solo una alcanza el nivel medio y una es obrero calificado. Se consideran disfuncionales ya que presentan serios problemas para cumplir con la función educativa, muestran insatisfacción y malestar entre sus miembros, por lo que se ve afectado el clima emocional; lo cual provoca fisuras en su preparación para asumir la responsabilidad de conducir un proceso educativo encaminado al desarrollo.
Los niños de la muestra se caracterizan por mostrar comportamientos no habituales, estos niños manifiestan miedo, son ansiosos, se desmotivan, se enfadan, se irritan con facilidad, se mantienen aislados del resto de las demás personas que los rodean, no se relacionan con ellos, manifiestan reacciones agresivas como la ira, que los lleva a reaccionar con débil control de los impulsos, sus reacciones emocionales son inestables. Son poco expresivos en sus sentimientos. Demuestran rechazo e indiferencia hacia la actividad de juego y todo lo que se relacione con las actividades o asistencia a la casita de juego debido a la falta de afecto ya que provienen de hogares con dificultades sociales.
Para caracterizar la situación actual y potenciar el cambio educativo que presenta el proceso educativo a la familia en el desarrollo de relaciones afectivas en los niños de la infancia preescolar, se determinaron los siguientes indicadores: la preparación que alcanza la familia en las manifestaciones que se producen por afectaciones de los estados emocionales, la preparación que alcanza la familia en las manifestaciones que se producen por afectaciones de los sentimientos, la preparación que alcanza la familia en las manifestaciones que se producen por afectaciones en los estados de ánimo y la preparación que alcanza la familia en las manifestaciones que se producen por afectaciones en los estados de tensión. Además, para potenciar las transformaciones que se aspiran en el proceso educativo de la familia en el desarrollo de relaciones afectivas en los niños de la infancia preescolar se empleó el método empírico (observación) que permitió constatar el nivel de preparación que alcanza la familia en el desarrollo de relaciones afectivas en los niños de la infancia preescolar.
En la etapa inicial se aplicó la observación a la familia, con el objetivo de constatar el nivel de preparación que alcanza en el desarrollo de relaciones afectivas con los niños de la infancia preescolar del grupo no formal “Pequeño Príncipe”, perteneciente al Consejo Popular Rosa La Bayamesa. Para ello, se tuvieron en cuenta cuatro indicadores. En el primer indicador, referido a la preparación que alcanza la familia en las manifestaciones que se producen por afectaciones de los estados emocionales se pudo constatar que, de 10 familias evaluadas, ninguna se encontraba en la escala alta, ya que no lograron cumplir con los indicadores. En la escala media, dos familias, que representan el 20 % de la muestra, solamente lograron cumplir con dos de los indicadores, ya que en ocasiones ofrecen apoyo y seguridad ante las situaciones en las que el niño no puede realizar por sí solo y pocas veces le dan atención a las cualidades positivas y negativas del comportamiento; aunque en ocasiones les demuestran amor, siendo cariñosos y afables.
Se ubicaron en la escala baja ocho familias, que representan el 80 % de la muestra, pues cumplieron con uno o ningún indicador propuesto, ya que nunca ofrecen apoyo y seguridad ante las situaciones en las que el niño no puede realizar por sí solo, pues se alteran cuando a estos se les hace difícil la solución de una tarea o realización de una actividad, llegando hasta la agresión verbal ejemplo: qué torpe eres, siempre estás en la luna, nunca sabes nada, pues no estimulan los buenos resultados, no atienden las dificultades del niño, es limitada la ayuda para incentivar las buenas prácticas, no les demuestran amor a los niños, ya que se muestran agresivas, violentas y frívolas y no le dan atención a las cualidades positivas y negativas del comportamiento, siendo insensibles, frías e indiferentes ante estas cualidades del niño.
En el segundo indicador, referido a la preparación que alcanza la familia en las manifestaciones que se producen por afectaciones de los sentimientos, se pudo constatar que, de 10 familias evaluadas, ninguna se encontraba en la escala alta, ya que no lograron cumplir con los indicadores. En la escala media una familia, que representa el 10 % de la muestra, pues cumplió con dos de los indicadores, ya que en ocasiones forma sentimientos éticos y estéticos, así como hábitos, habilidades y capacidades cognitivas.
Se ubicaron en la escala baja nueve familias, que representan el 90 % de la muestra, pues cumplieron con uno o ningún indicador propuesto, pues no forman sentimientos éticos y estéticos, como el amor por la belleza de la naturaleza y obras de arte, no se estimula el desarrollo de las interrelaciones infantiles, no favorecen ambientes agradables, tranquilos, llenos de interés de relaciones positivas, no forman habilidades intelectuales, físicas, estéticas, laborales y morales para contribuir al desarrollo integral de los niños, no forman hábitos higiénicos en los niños, casi nunca forman cualidades morales de la personalidad como la laboriosidad, amistad , responsabilidad y honradez y no propician las relaciones amistosas de compañerismo.
En el tercer indicador, referido a la preparación que alcanza la familia en las manifestaciones que se producen por afectaciones en los estados de ánimo, se pudo constatar que, de 10 familias evaluadas, ninguna se encontraba en la escala alta, ya que no lograron cumplir con los indicadores. En la escala media dos familias, que representan el 20 % de la muestra, porque solamente lograron cumplir con dos de los indicadores ya que, en ocasiones, atienden las actividades de su aprendizaje y estimulan las vivencias satisfactorias de la personalidad.
Se ubicaron en la escala baja ocho familias, que representan el 80 % de la muestra, pues cumplieron con uno o ningún indicador propuesto, ya que no les prestan atención a las actividades de su aprendizaje, siendo estas totalmente reproductivas, pues no incitan la creación en las actividades lúdicas, no favorecen el acto comunicativo en las diferentes actividades realizadas, al no tener en cuenta los tipos de comunicación (verbal y extraverbal); no incentivan el carácter colectivo y cooperativo de los niños al interactuar con otros, además de no estimular las vivencias satisfactorias de la personalidad, no satisfacer las necesidades básicas del niño y no elogiar los buenos resultados obtenidos ante la realización de una tarea.
Y en el cuarto indicador, referido a la preparación que alcanza la familia en las manifestaciones que se producen por afectaciones en los estados de tensión, se pudo constatar que, de 10 familias evaluadas, ninguna se encontraba en la escala alta, ya que no lograron cumplir con los indicadores. De igual manera en la escala media y se ubicaron en la escala baja las 10 familias, que representan el 100 % de la muestra, pues no cumplieron con uno o ningún indicador propuesto, ya que no estimulan el desarrollo de las actividades conjuntas, actividades independientes y el juego, no promueven la participación activa y cooperadora en las actividades, al no propiciar que el niño sea protagonista de sus propias actividades, no favorecen el estado emocional positivo, así como la necesidad de aceptación, estima, afecto y cariño.
Para dar respuesta a estas insuficiencias se hace necesario elaborar actividades dirigidas a la familia para el desarrollo de relaciones afectivas con niños de la infancia preescolar del grupo no formal “Pequeño Príncipe”, perteneciente al Consejo Popular Rosa La Bayamesa; estas están elaboradas a partir de los documentos normativos que rigen la Educación Preescolar. La propuesta de actividades se fundamenta en los principios del programa educativo vigente: el centro del proceso educativo lo constituye el niño, el adulto como conductor principal del proceso educativo, el papel protagónico de la familia en la dirección del proceso educativo, la intersectorialidad como pilar del proceso educativo, la integración de la actividad y la comunicación en el proceso educativo, enfoque lúdico del proceso educativo, la vinculación de la educación del niño con el medio circundante, carácter formativo y desarrollador del proceso educativo, la sistematización de los componentes del proceso educativo y la atención a la diversidad en el proceso educativo.
Ejemplo de actividades
No. 1. Actividad. La afectividad
Objetivo: preparar a la familia acerca de las características que se manifiestan en los niños por la falta de afecto.
Contenido: características de la
falta de afecto.
Vía de preparación: taller educativo.
Hora y lugar: 9.a.m. Salón de la ludoteca.
Participantes: 10 familias.
Responsable: promotora.
Fecha de cumplimiento: primera semana de octubre.
Desarrollo:
Se comenzará con la audición de la canción Soy rebelde, de López. Luego se les pide que expongan sus criterios acerca de esta y se realizan las siguientes preguntas:
¿Por qué creen ustedes que la niña de la canción decía que era rebelde?
¿Cómo quería ser ella?
¿Cuál fue la causa que originó la rebeldía en la niña?
Luego se explicará que la falta de afectividad es uno de estos comportamientos que se les atribuye a aquellos niños que carecen de afecto y que manifiestan alteraciones emocionales por una determinada situación en la que el niño ha sufrido (por muchos motivos posibles): la privación de la relación con la madre o el sustituto materno, que de no ser atendidos pueden arraigarse y derivar comportamientos no habituales en sus conductas pues si no se atienden, con frecuencia pueden llegar a generar trastornos psicológicos en los niños, como el miedo de pérdida o de ser abandonados, y permanecen en un cierto estado de búsqueda afectiva, que se manifiesta en una actitud de reasegurarse de la existencia permanente del afecto del otro y así sentirse seguro. La falta de afecto maternal se caracteriza por producir en el niño un estado psicológico de avidez afectiva y miedo de pérdida o de ser abandonado, tanto si ha padecido en la realidad una privación afectiva de la madre o si lo ha sentido como tal.
En la Primera Infancia, a los niños que padecen manifestaciones de la carencia afectiva se les agudizan los trastornos del lenguaje, y otros retardos importantes como los problemas de elocución, pobreza de vocabulario, dificultades gramaticales y sintácticas (verbalización). Además, se producen trastornos en el comportamiento, producidos por el estrés y la ansiedad de tipo psicológico y emocional.
La afectividad constituye el principal factor de desarrollo del niño dentro del hogar. El niño necesita del afecto de sus padres, bajo este sentimiento desarrolla su esquema emocional, sensorio motriz y psicomotor. La socialización se ve profundamente afectada de sobremanera cuando los padres demuestran al niño que le aman y se preocupan por él. El habla, los procesos de comunicación y la demostración de sentimientos que desarrolla el niño prontamente se verán expresados en las actividades de aprendizaje que este desarrolla, se verán fortalecidos si es que los padres desarrollan afectividad en todo el sentido de la palabra.
La relación con los padres puede ser la fuente de privación afectiva para el niño, privación de amor objetivamente motivado. El niño está en depravación afectiva por causas externas que no dependen de sus padres y que someten forzosamente (por ejemplo: trabajo, viaje, separación). Cuando los motivos de la separación se explican al niño, este no se resiente por el abandono porque sabe que el lazo afectivo que le une a sus padres no sufre ningún daño. El niño puede aceptar o revelarse, pero comprende que la vida y las circunstancias son la causa, y no la actitud de los padres.
Al final se evaluará a la familia utilizando preguntas:
¿Cómo poder prevenir la falta de afecto en los niños?
¿Cuáles son las características de la falta de afecto que pueden presentar los niños en estas edades?
¿Qué hacer ante la presencia de este comportamiento?
No. 2. Actividad. El secreto de amor
Objetivo: orientar a la familia acerca del sentimiento de amor en los niños de la infancia preescolar.
Contenido: sentimiento de
amor
Vía de preparación: taller educativo.
Hora y lugar: 9.a.m. Salón de la ludoteca.
Participantes: 10 familias.
Responsable: promotora.
Fecha de cumplimiento: primera semana de febrero.
Desarrollo:
Se dará inicio con la muestra de siluetas con caritas alegres y tristes confeccionadas de cartón, las cuales serán entregadas a cada uno de los padres para que, en la parte de atrás, escriban un secreto cargado de amor que haga feliz a los niños. Posteriormente, se les pedirá que lean sus secretos e intercambien criterios acerca de ellos. Luego se realizarán las preguntas siguientes:
¿Qué significa para usted la palabra amor?
¿En qué forma les trasmites amor a los niños?
¿Qué otras formas utilizas para demostrar amor en estas edades?
Seguidamente se les explicará que un niño que no recibe caricias, que no aprende a ser apretado contra el pecho de sus seres queridos, no recibirá nunca ese nutriente necesario, que luego necesitará para acariciar tiernamente sus sueños y proyectos. Unos brazos que lo acogen con firmeza y le proporcionan un nido cálido y confortable es la primera señal de amor y protección que después del nacimiento reciben los hijos. Haberlos cuidado desde su desarrollo en el claustro materno fue también un mensaje de respeto. Una forma de respetarlos, escucharlos, atenderlos y tomarlos en cuenta. Un niño respetado aprenderá a respetar los derechos de los otros niños.
Los padres demuestran amor a sus hijos ofreciéndoles una relación y un contacto personal cálido y afectuoso. Cada momento del día es una oportunidad de expresarles esos sentimientos, desde los actos iniciales de acariciarlos, cargarlos y abrazarlos al darle el alimento, bañarlos y vestirlos, hasta la participación cordial y cariñosa en sus conversaciones, juegos y actividades. Cuando van creciendo, es importante el interés por sus estudios y el ofrecimiento frecuente de estímulos, aliento y ánimo. Todas las formas de relación con los hijos brindan la ocasión de expresarles ese sentimiento y actitud profunda y esencial de amor, que es la raíz de la buena paternidad y maternidad.
Hay padres que tratan de expresar su amor dando o regalando juguetes, ropas, chucherías, bienes materiales. Pero los niños tienen una fina intuición que les hace comprender los sentimientos sinceros y profundos y no se dejan engañar por las apariencias. Cuando el sentimiento de amor y aceptación hacia el niño es verdadero, tanto el padre como el hijo saben que el mejor regalo no es un objeto, sino el vínculo, la relación, el interés y la participación en la vida del hijo, más tiempo compartido con él en jugar, conversar, salir, pasear y otras actividades que se pueden hacer en conjunto ya que una tierna caricia, un abrazo significa para el niño una seguridad comparada a la firmeza del terreno que se pisa. Un niño que no recibe caricias, que no aprende a ser apretado contra el pecho de sus seres queridos, no recibirá nunca ese nutriente necesario, que luego necesitará para acariciar tiernamente sus sueños y proyectos. Al final se realizarán las preguntas:
¿Por qué el amor permite que los niños se desarrollen emocionalmente sanos?
¿Cómo les trasmitiría usted este tema a los demás miembros de la familia?
Análisis y discusión de los resultados
Después de aplicadas las actividades en el proceso educativo a la familia, se aplicó una observación, con el objetivo de constatar el nivel de preparación que alcanza la familia en el desarrollo de relaciones afectivas con los niños de la infancia preescolar del grupo no formal “Pequeño Príncipe”, perteneciente al Consejo Popular Rosa La Bayamesa. Para ello, se tuvieron en cuenta cuatro indicadores evaluados; se realizó una valoración integral de los resultados obtenidos en el diagnóstico inicial y final. Esta valoración se dirigió a revelar coincidencias y diferencias relacionadas con la preparación de la familia, en cuanto al desarrollo de las relaciones afectivas en los niños de la infancia preescolar. Se observa que, tanto en el diagnóstico inicial como en el final, el indicador más afectado es el cuatro, referido a la preparación que alcanza la familia en las manifestaciones que se producen por afectaciones en los estados de tensión.
Como resultado se obtuvo que las familias se apropiaron de conocimientos sobre el desarrollo de relaciones afectivas y los contenidos de estas manifestaciones afectivas, sus consecuencias, las características de los niños de estas edades, la importancia del amor y el afecto, la necesidad de las relaciones afectivas en los niños y cómo prevenir estas manifestaciones en los niños de estas edades, además de demostrar amor, comprensión, apoyo, seguridad, de formar hábitos, habilidades, capacidades, cualidades morales y de crear un clima emocional socio afectivo en los niños de estas edades para lograr las relaciones afectivas con ellos.
Los análisis e interpretaciones anteriormente realizados constituyen elementos que confirman lo logrado mediante las actividades dirigidas a la familia para el desarrollo de relaciones afectivas en niños de la infancia preescolar del grupo no formal “Pequeño Príncipe”, perteneciente al Consejo Popular Rosa La Bayamesa; lo cual presupone que el objetivo de la investigación presentada ha sido cumplido, el objeto transformado y, por tanto, el problema solucionado.
Conclusiones
La familia se ha de conducir al conocimiento de las afectaciones que se producen por estados emocionales desfavorables, por los sentimientos y estados de ánimo generados por un ambiente de tensión. Las instituciones educativas desempeñan una función esencial, comprometidas con la formación, desarrollo y perfeccionamiento de los procesos socio - afectivos, en función de lograr el máximo desarrollo integral posible en los niños de la infancia preescolar.
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