Recibido:
14/11/2023 Aceptado: 23/03/2024
La metodología Flipped Classroom y su
relación con la salud emocional del estudiante (Revisión).
The Flipped Classroom methodology and its relationship with the
emotional health of the student (Review).
Alan
Tonatiuh López Niño. Maestro en Pedagogía de las Ciencias Sociales. Colegio
Superior para la Educación Integral Intercultural de Oaxaca (CSEIIO). México.
[zagato00@gmail.com ] [ https://orcid.org/0000-0002-2208-4175
]
Resumen
En la actualidad, la metodología Flipped
Classroom se ha convertido en una herramienta pedagógica muy valorada por su
capacidad de mejorar la calidad del aprendizaje y aumentar el interés de los
estudiantes por el estudio. Además, cada vez son más los estudios que sugieren
que la aplicación de esta metodología puede tener un impacto positivo en la
salud emocional de los estudiantes. En este artículo se presenta una revisión
de la literatura disponible sobre la relación entre la metodología Flipped
Classroom y la salud emocional del estudiante. Se describen las principales
características de la metodología Flipped Classroom y se analiza cómo esta
puede contribuir a la mejora de la salud emocional de los estudiantes. Se
concluye que la metodología Flipped Classroom puede ser una herramienta muy
efectiva para mejorar la salud emocional de los estudiantes, siempre y cuando
se utilice adecuadamente y se tenga en cuenta la complejidad del proceso
educativo.
Palabras clave: metodología
flipped classroom; aula invertida; salud emocional; aprendizaje activo;
tecnología educativa
Abstract
Currently,
the Flipped Classroom methodology has become a highly valued pedagogical tool
for its ability to improve the quality of learning and increase students'
interest in studying. Furthermore, an increasing number of studies suggest that
the implementation of this methodology can have a positive impact on students'
emotional health. This article presents a review of the available literature on
the relationship between the Flipped Classroom methodology and students'
emotional health. The main characteristics of the Flipped Classroom methodology
are described, and how it can contribute to improving students' emotional
health is analyzed. It is concluded that the Flipped Classroom methodology can
be a very effective tool for improving students' emotional health, as long as
it is used appropriately and the complexity of the educational process is taken
into account.
Keywords: flipped
classroom methodology; inverted classroom; emotional health; active learning;
educational technology
Introducción
La “Clase Invertida” o “Flipped Classroom”
es una nueva metodología educativa adaptada de la terminología inglesa. Se
refiere a dar la vuelta a la clase o una clase al revés, es decir, se hace en
clase lo que se haría en casa y viceversa. Sus bases se asientan dentro de la
modalidad de enseñanza mixta, semipresencial o blended learning. Siguiendo a
Bartolomé (2004), se puede afirmar que se trata de una combinación de las
enseñanzas presenciales con el uso de la tecnología no presencial, de esta
forma se permitirá, al docente, seleccionar los medios más adecuados para
atender con eficacia cada necesidad educativa. Este aprendizaje mixto ha
cobrado bastante importancia en los últimos años, cambiando la ideología
tradicional de centrar el proceso enseñanza-aprendizaje en un lugar fijo e
inamovible. Hoy en día, es habitual combinar trabajo y estudios, por lo que se
necesita un nuevo paradigma de enseñanza que ofrezca flexibilidad y vías de
comunicación alternativas entre docente-estudiante y estudiante-docente. Dentro
de estas vías se encuentra la clase invertida.
Por tanto, esta metodología implica un
enfoque activo en el aprendizaje, donde los estudiantes asumen la
responsabilidad de su propio aprendizaje a través de la exploración y la
reflexión. Además, se ha demostrado que la metodología flipped classroom puede
tener un impacto positivo en la salud emocional de los estudiantes. Este
artículo se enfocará en analizar la relación entre la metodología flipped
classroom y la salud emocional de los estudiantes, explorando cómo esta
metodología puede beneficiar o afectar la ansiedad, el estrés y la motivación
en los estudiantes.
Desarrollo
Teorías
relacionadas con la metodología flipped classroom
Las principales teorías que apoyan la
metodología flipped classroom son las teorías constructivistas que coinciden en
proponer una metodología activa en la que tienen especial protagonismo los
procesos de enseñanza-aprendizaje del alumno en el aula, derivados de los
aspectos socio-constructivos. Además, la clase invertida implica desarrollar un
modelo flexible, en el que tendrán cabida planteamientos como el aprendizaje
colaborativo y el aprendizaje entre iguales o pares. Otra pieza clave de este
entramado teórico es la Taxonomía de Bloom, que actualizada a lo largo de los
últimos años, y adaptada a las innovaciones didácticas y tecnológicas, es usada
por el modelo de la clase invertida para explicar los procesos cognitivos que
se dan en éste.
• El
constructivismo. La introducción de las TIC facilita la organización y el
desarrollo de estos procesos de aprendizaje de naturaleza
socio-constructivista. Actualmente, el constructivismo social es la teoría
psicológica del aprendizaje más extendida y consolidada. Apoyada en las
aportaciones de Piaget, Vygotsky y Bruner, entre otros muchos teóricos,
defiende que el aprendizaje escolar debe ser un proceso constructivo del
conocimiento que el estudiante elabora a través de actividades, aprendiendo a
resolver situaciones problemáticas en colaboración con otros compañeros.
Descubrir y elaborar el conocimiento, aprender a través de la actividad,
resolver situaciones problemáticas y trabajar colaborativamente podría ser la
síntesis básica de los principios del socioconstructivismo.
En este sentido, Vygotsky (citado en
Gallegos, 1997) concreta que, aunque el hombre posee habilidades suficientes
para aprender, necesita directrices externas. Define lo que se llama Zona de
Desarrollo Próximo, es decir, “la distancia entre el nivel real de desarrollo,
determinado por la capacidad de resolver independientemente un problema, y el
nivel de desarrollo potencial, determinado a través de la resolución de un
problema bajo la guía de un adulto o en colaboración con un compañero más
capaz” (Vygotsky, citado en Gallegos, 1997, p. 43). En otras palabras, el desarrollo
está determinado por las habilidades innatas que el hombre posee y lo que
podría adquirir de las interacciones sociales con otros individuos, en este
caso, de la orientación y el apoyo del docente. Se educa para formar parte de
la sociedad.
• El
aprendizaje colaborativo y entre pares. Fortanet, Van, González, Mira y
López (2013) afirman que el aprendizaje colaborativo tiene como eje fundamental
al estudiante. Como se ha dicho anteriormente, la cooperación no sólo permite
que se fortalezcan las relaciones interpersonales entre los miembros, sino que
se adquieran conocimientos comunes, gracias a la retroalimentación. Se impulsan
actividades como la realización de tareas y la resolución de problemas y dudas
en conjunto, promoviendo la adquisición de las competencias profesionales
requeridas del siglo XXI. Junto a este enfoque, se puede afirmar que tienen
especial relevancia los pares para incidir en la cooperación colectiva. Topping
y Ehly (1998) detallan que la tutoría entre iguales o peer assisted learning
(PAL) origina una interdependencia positiva entre iguales y la necesidad del
otro para aprender y mejorar. Se motiva la adquisición de contenidos, el diálogo,
el intercambio permanente y, por supuesto, la interacción.
• La
Taxonomía de Bloom. En relación a este apartado, se puede establecer que el
dominio cognitivo propuesto por este modelo pedagógico se asienta en la
Taxonomía de Bloom (1956) (citado en Universidad de Guadalajara, 2024) y en su posterior actualización por Anderson y
Krathwohl (2001) y Churches (2008). Es un modelo que pretende explicar cómo se
estructuran las distintas estrategias de adquisición y procesamiento del
aprendizaje basado en las seis categorías jerárquicas: recordar, comprender,
aplicar, analizar, evaluar y crear. Santiago (2014) recopila, en un cuadro
explicativo, las fases de la Taxonomía de Bloom en distintos momentos del
proceso de enseñanza aprendizaje. El primer paso del ciclo se corresponde con
la visualización del vídeo en casa, antes de la clase. Se experimentan las
fases de aprendizaje más básicas como recordar los conocimientos previos con
datos, cifras y/o hechos y, después, comprender los conocimientos nuevos.
Luego, en clase, se aplica y se analiza lo aprendido. Posteriormente el docente
evalúa y el alumno crea nuevos materiales a partir de estos conocimientos. Al
finalizar la clase, se han tratado todas las fases del aprendizaje, logrando
maximizar el desarrollo humano.
Cabe destacar que no todos los estudiantes
completan las fases de aprendizaje, es decir, no alcanzan la parte superior de
la pirámide de Bloom (Santiago, 2014). En cambio, se asientan funciones
cognitivas superiores como el razonamiento, el lenguaje, el pensamiento y la
memoria. Esto es importante para la justificación de la clase invertida porque,
mediante su aplicación, va a posibilitar al docente la adaptación a los
distintos ritmos de aprendizaje del alumno, y en consecuencia, podrá
seleccionar adecuadamente el material idóneo para cada nivel. Todo ello, le
servirá para tener suficientes elementos de juicio en la valoración del proceso
de enseñanza-aprendizaje del alumno, lo que en definitiva da sentido a la
evaluación formativa y sumativa.
La
ansiedad y la metodología flipped classroom
Según Pascarella y Terenzini (2005), la
ansiedad es un estado emocional que puede ser desencadenado por una variedad de
factores, incluyendo el estrés académico. En el contexto de la educación, la
ansiedad puede surgir como resultado de la presión para obtener buenas
calificaciones, cumplir con plazos y enfrentar exámenes.
Por tanto, la ansiedad es un problema
común entre los estudiantes, especialmente cuando se trata de situaciones de
evaluación. La metodología flipped classroom puede ayudar a reducir la ansiedad
en los estudiantes al proporcionar un ambiente de aprendizaje más relajado. En
un estudio realizado por Strayer (2017), se demostró que los estudiantes que
participaron en una clase de flipped classroom experimentaron menos ansiedad
que los estudiantes que participaron en una clase tradicional. La razón de esto
puede deberse a que la metodología flipped classroom fomenta la colaboración y
la interacción entre los estudiantes, lo que puede reducir la sensación de
aislamiento y soledad que algunos estudiantes pueden experimentar en un
ambiente de aprendizaje tradicional. Además, la metodología flipped classroom
permite a los estudiantes trabajar a su propio ritmo, lo que puede reducir la
sensación de presión que muchos estudiantes experimentan en situaciones de
evaluación.
También, otros investigadores como
Karsenti y Bugmann (2015) han argumentado que la metodología flipped classroom
puede ser beneficiosa para la ansiedad de los estudiantes. Según estos autores,
el modelo puede reducir la ansiedad al permitir a los estudiantes trabajar a su
propio ritmo y en su propio entorno. Los autores también señalan que el modelo
puede reducir el estrés al ofrecer a los estudiantes la oportunidad de revisar
el contenido tantas veces como sea necesario antes de los exámenes.
Definitivamente la metodología flipped
classroom puede tener un impacto tanto positivo como negativo en la ansiedad de
los estudiantes. Si bien puede ofrecer a los estudiantes una mayor flexibilidad
y control sobre su propio aprendizaje, también puede ser estresante para
aquellos que prefieren un enfoque más estructurado y tradicional. Es importante
que los educadores consideren cuidadosamente cómo implementar la metodología
flipped classroom y trabajen para minimizar cualquier impacto negativo en la
salud emocional de los estudiantes.
El
estrés y la metodología flipped classroom
Según Lazarus y Folkman (1984), el estrés
se produce cuando una persona percibe que las demandas de una situación superan
sus recursos para manejarla. En el contexto de la educación, el estrés puede
ser causado por una variedad de factores, incluyendo la presión para obtener
buenas calificaciones, cumplir con plazos y enfrentar exámenes.
En un estudio realizado por Bergmann y Sams
(2012), se descubrió que la metodología flipped classroom puede ser estresante
para algunos estudiantes. Los autores señalaron que el modelo puede requerir
que los estudiantes asuman más responsabilidad por su propio aprendizaje, lo
que puede ser un desafío para aquellos que están acostumbrados a un enfoque más
pasivo. Además, el modelo puede ser estresante para aquellos que prefieren el
ritmo y la estructura de una clase tradicional en el aula.
Sin embargo, algunos investigadores han
argumentado que la metodología flipped classroom puede ser beneficiosa para
reducir el estrés de los estudiantes. Según Karsenti y Bugmann (2015), el
modelo puede reducir el estrés al ofrecer a los estudiantes la oportunidad de
trabajar a su propio ritmo y en su propio entorno. Los autores también señalan
que el modelo puede reducir la ansiedad al ofrecer a los estudiantes la
oportunidad de revisar el contenido tantas veces como sea necesario antes de
los exámenes.
En suma, la metodología flipped classroom
puede ser tanto una fuente de estrés como una herramienta para reducir el
estrés de los estudiantes. Los educadores deben ser conscientes de que el
modelo puede requerir más responsabilidad y autonomía por parte de los
estudiantes, lo que puede ser un desafío para algunos.
La
motivación y la metodología flipped classroom
La motivación es un factor importante en
el proceso de aprendizaje de los estudiantes, y la metodología flipped
classroom puede ayudar a aumentar la motivación de los estudiantes al
proporcionar una experiencia de aprendizaje más participativa y atractiva. En
un estudio realizado por Chen,
Wang, Kinshuk, y Chen (2017), se demostró que los
estudiantes que participaron en una clase de flipped classroom mostraron una
mayor motivación intrínseca que los estudiantes que participaron en una clase
tradicional. La razón de esto puede deberse a que la metodología flipped
classroom permite a los estudiantes ser más activos en su proceso de
aprendizaje, lo que puede aumentar su interés y compromiso.
Además, el uso de la metodología flipped
classroom puede contribuir al desarrollo de habilidades socioemocionales en los
estudiantes. Según Vizcarra, Cortés y Gutiérrez (2020), esta metodología
permite que los estudiantes aprendan a trabajar de manera autónoma, a colaborar
con sus compañeros y a ser responsables de su propio aprendizaje, lo que
fomenta su autoestima y confianza en sí mismos. Asimismo, el trabajo en grupo y
la retroalimentación entre pares que se promueve en esta metodología puede
ayudar a desarrollar habilidades sociales y emocionales como la empatía, la
escucha activa y la comunicación efectiva.
Por otro lado, es importante mencionar que
la metodología flipped classroom también puede generar ciertos desafíos en la
salud emocional de los estudiantes si no se implementa adecuadamente. Por
ejemplo, si el contenido de los videos o materiales de aprendizaje no son
claros o no se ajustan al nivel de los estudiantes, puede generar frustración y
ansiedad en ellos. Asimismo, si los estudiantes no tienen acceso a los recursos
tecnológicos necesarios para participar en la metodología, puede generar
desigualdades y exclusión en el aula.
De igual forma, algunos estudios también
han encontrado que la metodología flipped classroom puede tener un impacto
negativo en la motivación de los estudiantes. En un estudio realizado por
Zainuddin y Perera (2016), se encontró que algunos estudiantes pueden sentirse
abrumados por la cantidad de contenido que deben revisar antes de la clase, lo
que puede disminuir su motivación y aumentar su ansiedad.
Esta metodología puede tener un impacto
positivo en la motivación de los estudiantes al ofrecerles un mayor control
sobre su propio aprendizaje y aumentar su sentido de responsabilidad y
colaboración. Sin embargo, los educadores deben ser conscientes de que el
modelo también puede tener un impacto negativo en la motivación de los
estudiantes si se sienten abrumados por la cantidad de contenido o si no están
preparados para asumir más responsabilidad en su aprendizaje.
Conclusiones
La
metodología flipped classroom ofrece una oportunidad única para mejorar el
proceso de enseñanza y aprendizaje en el aula. Sin embargo, es importante
reconocer que la salud emocional de los estudiantes también es un aspecto
fundamental en su desarrollo educativo. Los resultados de la investigación
sugieren que la metodología flipped classroom puede tener un impacto positivo
en la salud emocional de los estudiantes al fomentar su participación activa en
el proceso de aprendizaje y reducir los niveles de ansiedad y estrés.
Cómo
señala un estudio realizado por Chen,
Wang, Kinshuk, y Chen (2017), "el modelo flipped
classroom no solo mejora el rendimiento académico, sino que también puede tener
un impacto positivo en la salud emocional de los estudiantes, reduciendo la
ansiedad y el estrés en el aula" (p. 201). Del mismo modo, un estudio de
Bergmann y Sams (2012) señala que "los estudiantes que participan en la
metodología flipped classroom están más motivados y comprometidos con el
proceso de aprendizaje, lo que puede tener un impacto positivo en su bienestar
emocional" (p. 45).
Es
importante destacar que la implementación efectiva de la metodología flipped
classroom requiere una atención cuidadosa a la salud emocional de los
estudiantes. Los educadores deben asegurarse de que los estudiantes se sientan
cómodos y seguros al participar en las actividades de aprendizaje y estar
disponibles para proporcionar apoyo emocional cuando sea necesario.
En
síntesis, la metodología flipped classroom tiene el potencial de mejorar la
salud emocional de los estudiantes al promover un enfoque más activo y
colaborativo del aprendizaje. Al implementar esta metodología de manera
efectiva y segura, los educadores pueden ayudar a garantizar que los estudiantes
estén bien equipados tanto para el éxito académico como para la vida en
general. Sin embargo, es importante considerar y abordar los desafíos que
pueden surgir en su implementación, como la exclusión tecnológica y la falta de
claridad en el contenido de los materiales de aprendizaje. En este sentido, se
deben tomar medidas para asegurar que todos los estudiantes tengan acceso a los
recursos necesarios y para garantizar que la metodología se adapte al nivel y
necesidades de cada estudiante.
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