Recibido: 20/04/2023 Aceptado: 09/11/2023
La evaluación formativa ante los
desafíos de la formación híbrida en las universidades cubanas (Original).
The
formative evaluation before the challenges of the hybrid formation in the Cuban
universities (Original).
Hermes López Azahares. Licenciado en Educación Especialidad de
Geografía. Doctor en Ciencias de la Educación. Profesor Titular. Universidad de
Oriente. Santiago de Cuba. Cuba. [ hermes@uo.edu.cu]. . 3
Christian
Rodríguez Bello. Licenciado en Educación en la Especialidad Historia y Ciencias
Sociales. Máster en Educación. Profesor Asistente. Universidad de Guantánamo.
Guantánamo. Cuba. [ christianrb@cug.co.cu]. .
Resumen
La formación de profesionales de nivel superior en
Cuba persigue como objetivo el alcance de una sólida formación científico
técnica, humanista y de altos valores ideológicos, políticos, éticos y
estéticos sobre bases científicas, de modo que sus egresados puedan
desempeñarse exitosamente en los diversos sectores de la economía y de la
sociedad en general. En este proceso se articula la formación curricular y
extracurricular en las que se mezclan las actividades académicas, laborales e
investigativas que tienen como principios básicos la unidad entre la educación
y la instrucción, al expresar la necesidad de educar al hombre a la vez que lo
instruye. Por tanto, el presente artículo ofrece una visión sobre la importancia
de la instrumentación de la evaluación formativa y su método evidencial-interventivo como recursos pedagógicos para
constatar la calidad de la formación de los estudiantes universitarios.
Palabras claves:
formación; formación híbrida; evaluación; evaluación formativa
Abstract
The training of higher-level professionals in Cuba pursues as an objective the achievement of a solid scientific, technical, humanist training and high ideological, political, ethical and aesthetic values on scientific bases, so that its graduates can perform successfully in the various sectors of the economy and society in general. In this process, curricular and extracurricular training is articulated in which academic, labor and research activities are mixed, whose basic principles are the unity between education and instruction, which expresses the need to educate man while instructing himself. Hence, it is the intention of this work to offer our vision on the need for the implementation of formative evaluation and its evidential-interventional method as pedagogical resources to verify the quality of the training of university students.
Keywords: training; hybrid formation; assessment; formative assessment
Introducción
El proceso de formación en la
educación superior está dirigido al desarrollo de una personalidad profesional
capaz de resolver con profundidad e integridad independiente y creadora, los
problemas básicos y generales que se le presentan en los distintos campos de
acción de su objeto de trabajo, sobre la base de un profundo dominio del
sistema de conocimientos y habilidades correspondiente a la rama del saber que
estudia dicho objeto.
Para ello, es esencial la unión entre lo
instructivo y lo educativo, la dialéctica entre lo instructivo: el resultado en
la asimilación (dominio) por el estudiante del contenido de la enseñanza, y lo
educativo: la formación en el estudiante de los rasgos más estables de su
personalidad, convicciones, capacidades, entre otros. Dicha unión queda
explícita en la denominación que encierra lo docente y lo educativo.
El Comandante en Jefe Fidel Castro
Ruz, en el año 1981, en el acto de graduación del Destacamento Pedagógico
Manuel Ascunce Domenech, expresó: “el educador no
debe sentirse nunca satisfecho con sus conocimientos. Debe ser un autodidacta
que perfeccione permanentemente su método de estudio, de indagación, de
investigación. Tiene que ser un entusiasta y dedicado trabajador de la cultura”
(Castro, 1981, p. 2).
A partir de los postulados antes
expresados surge con más frecuencia la necesidad de atender interrogantes tales
como: ¿cómo dar mejor educación?, ¿cómo hacerlo para todos?, ¿cómo
desarrollarla en mejores condiciones?, ¿cómo evaluar con más acierto sus
resultados?
Para atender estas interrogantes se
requiere del cambio y/o modificaciones en los modelos de formación, diseño de
los planes de estudios, procedimientos, formas de evaluación, entre otros
aspectos, que garanticen, en primer lugar, consolidar la formación del
estudiante, a partir del enfrentamiento a las condiciones reales existentes,
caracterizada por lo cambiante en el volumen y calidad de los conocimientos
altamente complejos y en proporción creciente de carácter interdisciplinario y
transdisciplinario; lo que demanda del estudiante no solo la generación de los
mismos, sino principalmente, interpretar la esencia del proceso de su
construcción.
Estos retos reclaman nuevas
exigencias en la labor del profesional e implican nuevos roles para estudiantes
y profesores, estos últimos, desempeñando una función que supone orientar al
estudiante en el proceso formativo; de modo que resulte creativo, eficiente y
con un alto grado de independencia en cuanto a la búsqueda y selección de la
información y el empleo de los métodos adecuados para gestionar el
conocimiento.
Para
ello, dentro de los cambios que se demanda, ante la nueva realidad del proceso
de formación universitaria, se sugiere la revisión del actual sistema de
evaluación, algo que debe cambiar si se demuestra que los estudiantes pueden
adquirir habilidades para su desarrollo personal y cognitivo. Sería importante
la implementación de un método didáctico para la evaluación que, como proceso
permanente, promueva la colaboración de todos los agentes educativos, y que unido a la elevación del nivel de preparación del
personal docente, se facilite no solo evaluar resultados, sino también los
procesos, y por consiguiente contribuir con ello al mejoramiento de la calidad
de la formación integral del estudiante.
Materiales y
métodos
La formación es la categoría de mayor
relevancia en la Pedagogía e implica el fin primordial del proceso educativo.
En la pedagogía cubana, de acuerdo a la teoría que defiende Báxter
(2002), la formación del hombre se considera como el resultado de un conjunto
de actividades organizadas de modo sistemático y coherente, que le permiten
poder actuar consciente y creadoramente para transformar el mundo y
transformarse a sí mismo.
Para ello, en la educación
universitaria se asume como modalidades de estudios la presencial (donde el
proceso de formación tiene lugar a partir de la presencia de los estudiantes y sus
profesores, en el mismo lugar, en el mismo tiempo), semipresencial (el proceso
de formación se organiza mediante la combinación eficiente de actividades
presenciales y acciones de aprendizaje autónomo) y la modalidad a distancia (se
caracteriza por el aprendizaje autónomo, en la que el proceso de enseñanza
aprendizaje se distingue por la separación del profesor y el estudiante en
tiempo y espacio).
Esta concepción, a partir de los
efectos provocados por la pandemia generada por la COVID-19, obligó de a golpe
a que se asumiera la modalidad a distancia que, si bien ya contaba con
experiencias en unas pocas carreras, supuso una nueva forma de llevar a cabo el
proceso de formación en las restantes carreras universitarias. Se rompe así,
para los docentes, el vínculo cercano, de intercambio directo con el
estudiante, de cambiar la tradicional pizarra por plataformas y aplicaciones
digitales par llevar a cabo la enseñanza virtual;
para los estudiantes supuso una nueva forma de vincularse con los docentes y
con sus pares, los puso ante el reto de estudiar desde sus casas utilizando
para ello los recursos informáticos disponibles.
Esta situación es la génesis de lo que hoy en
día se asume por formación híbrida, que de una manera muy simplificada consiste
en unificar lo positivo de las modalidades presencial, semipresencial y a
distancia. Se trata de un modelo de formación en la que las posibilidades de
llevar a cabo la formación profesional son múltiples tanto para los docentes,
como para los estudiantes y los actores educativos.
La formación híbrida, viene entonces
a caracterizarse por que el proceso de formación se programa y planifica
dándole a priori esa forma, con pautas, metodologías y plazos preestablecidos
para el cumplimiento de los objetivos generales establecidos en los modelos del
profesional de cada carrera universitaria, para lo cual como ventajas se
reconoce la existencia de un amplio repositorio de recursos disponibles,
algunos de ellos disponibles en el Entorno Virtual de Aprendizaje (EVA) y la
posibilidad de llegar a los estudiantes a través de diferentes vías, aspectos
que se refuerzan desde las estrategias curriculares institucionales vinculadas
al uso y explotación de la tecnología educativa.
Es así que el proceso de formación híbrida
ofrece una oportunidad inmejorable para potenciar la aplicación de la
evaluación formativa, lo que garantiza el reforzamiento de los aspectos
instructivo, educativo y desarrollador del proceso formativo para este nivel
educativo, al permitir dimensionar la forma en la que los procesos educativos
contribuyen al desarrollo de habilidades, sentimientos, actitudes y valores, y
por consiguiente, la posibilidad de generar entornos de aprendizaje que potencien los procesos
de análisis, de comprensión y de aplicación.
Implementar la evaluación formativa
en el proceso de formación híbrida garantiza un proceso de formación más social,
donde participan todos los actores educativos con la intención, por un lado, de
garantizar su acompañamiento en los procesos educativos, y por el otro lado,
desde la especificidad, desde de su rol de retroalimentar y orientar a cada
estudiante hacia el logro de los propósitos, y por último,
eliminar el temor a una enseñanza fragmentada.
Lo más importante en este contexto se
focaliza en una transformación de las concepciones didácticas y metodológicas
relacionadas con la evaluación del estudiante, de modo que ofrece información
fiable y confiable sobre la efectividad del proceso de formación, la cual en su
sentido formativo permite replanificar y redireccionar las acciones del docente
o del estudiante para lograr un objetivo, alineando esfuerzo y actividad con un
resultado.
Lo anterior, constituye un problema
que en menor o mayor grado impacta en las actuaciones de los docentes y
directivos, pues la categoría evaluación, siempre ha constituido un reto que se
enfrenta desde diferentes perspectivas, pues la práctica educativa se ve
permeada de varios factores que la condicionan y que en gran parte dificultan
su función y objetivo.
Al detallar los autores que
incursionan en el estudio de la evaluación: Ahumada (2015), Hamodi
et al. (2015), Tiana (2016) y López (2019), entre otros, se corrobora que el
término evaluación evoca múltiples significados como: verificar, medir,
valorar, comprender, aprehender, juzgar, comparar, constatar, apreciar,
interpretar, estimar, expresar, y otros. De estos significados se desprenden,
por los menos, dos perspectivas de interpretación sobre la evaluación: la
cuantitativa y la cualitativa, ya que algunos términos aluden al hecho de
“medir” y otros apuntan a “pronunciar un juicio de valor”.
En
la perspectiva cuantitativa se ubican, por una parte, las propuestas y teorías
de corte empírico-analítico concentradas en los datos y métodos cuantitativos
enfocados en la acumulación de información sobre los resultados del aprendizaje
con un enfoque positivista y con una comprensión de la eficacia de la educación
a partir del cumplimiento de objetivos.
La
perspectiva cualitativa, agrupa a los autores, teorías y propuestas con enfoque
histórico-hermenéutico-humanista orientados a las inquietudes, expectativas,
necesidades, intereses y procesos de los sujetos involucrados en la evaluación
como proceso, que acompaña y se articula con los procesos de enseñanza y de
aprendizaje, así como estimula la interacción, la negociación y las decisiones
consensuadas. Bajo estas ideas, es importante retomar las que se plantean sobre
la concepción y características de la evaluación formativa:
Se
caracteriza por ser proceso de carácter sistémico y permanente que comprende la
búsqueda y obtención de información fiable acerca de los cambios y logros que
se producen en la formación de la personalidad del estudiante y se convierte en
un recurso que garantiza la retroalimentación y monitoreo de la calidad educativa.
(López, 2019, p. 129)
Para atender esta situación en el
proceso de formación híbrida se propone la aplicación del método evidencial - interventivo como
alternativa didáctica que favorece la introducción de la evaluación formativa
que permite
concebir un modelo didáctico de la evaluación del estudiante desde un enfoque
sistémico, que tiene en cuenta la relación dialéctica entre la
interacción evaluativa de los actores educativos y la intervención formativa de
las evidencias.
La posibilidad de
la instrumentación del método evidencial- interventivo, hace referencia a la capacidad que tiene la
evaluación formativa para retroalimentar y gestionar acciones de mejora y
responder a la política educacional y al perfeccionamiento del proceso de
formación, al ofrecer datos fiables del nivel de desarrollo logrado en el
estudiante en cuanto a conocimiento, habilidades, sentimientos, valores y
actitudes.
De este modo, en
la dinámica del método evidencial-interventivo, es
esencial el carácter de cambios de roles de los actores educativos
participantes en el proceso de formación, a partir de las relaciones de
colaboración, coordinación y de intervención que desempeñan. Los roles que se
asumen son los siguientes:
-Estudiantes: se
convierten en sujeto y objeto activo del proceso de formación, intervienen como
colaboradores, mediadores, investigadores, apoyadores y auto-aprendices;
-Profesores:
pueden desempeñarse como planificadores, guías, orientadores, tutores,
capacitadores, co-aprendices, coevaluadores,
heteroevaluadores;
-Directivos:
pueden desempeñarse como guías, orientadores, controladores, colaboradores, metaevaluadores;
-Otros
actores educativos: pueden desempeñarse como tutores, consultores,
colaboradores, mediadores, asesores, co-aprendices, coevaluadores.
El método evidencial-interventivo
para la evaluación formativa en el modelo de formación híbrida
El método propuesto se considera un
componente regulador y de retroalimentación que articula la evaluación
formativa en la dinámica del proceso de formación híbrida, al tener en cuenta los componentes del contenido
(conocimientos, habilidades, hábitos, sentimientos, valores y actitudes)
incluidos en el sistema de objetivos generales del modelo del profesional, que
se derivan y concretan a nivel de año, disciplinas, asignaturas y formas de
organización docente.
Lo evidencial, como parte constitutiva del método, asegura,
desde la cooperación entre todos los actores educativos, una interpretación de
la realidad educativa presente en el grupo de estudiante, facilita discernir lo esencial,
una visión de las causales que pueden incidir o no en el cumplimiento de los
objetivos previstos en la proyección educativa de la asignatura. Es decir,
garantiza conocer con claridad la naturaleza de las situaciones y expresa la coherencia
entre las causas y los efectos en los ámbitos donde transcurre el proceso
formativo.
Lo evidencial
funciona como soporte metodológico que permite la dinamización entre los actores
educativos en la selección de las mejores alternativas que superen los errores,
e introducir acciones de mejora del proceso formativo. Ello implica para el
profesor establecer un nivel jerárquico de las evidencias disponibles, con el
objetivo de tener una guía para decidir qué variante de intervención formativa
adoptará para evaluar avances o retrocesos a la vez que consolida el proceso
formativo.
Mientras, lo interventivo
funciona en el proceso de evaluación formativa como soporte regulador de las
inferencias llamativas derivadas del análisis cooperado entre los actores educativos
y el profesor. Consiste en crear las condiciones
apropiadas, en ir estableciendo acciones de mejora en correspondencia con las
evidencias y resultados que se alcanzan, para sustituir etapas concretas por
otras que garanticen un mejor resultado acorde a los objetivos previstos.
Garantiza, de esta forma, la predicción de resultados, en la medida que asegura
la gestión evaluativa e interventiva para la mejora,
la cual radica en la capacidad que tiene el docente de procesar información
hacia la toma de decisiones pertinentes para revertir las situaciones de crisis
e incorporar soluciones de mejora educativa.
Lo
interventivo como parte constitutiva del método,
permite una reestructuración en los modelos de organización y conducción de las
actividades docentes y educativas, y por consiguiente,
ofrece información sobre los logros alcanzados por los estudiantes al brindar
las evidencias necesarias sobre en qué medida se avanza, se ha estancado o
retrocede en el desempeño; en identificar los errores y revelar el impacto y
los resultados en el proceso formativo de los estudiantes.
En
la reestructuración de los modelos de organización y conducción de las
actividades docentes y educativas desde lo evidencial-interventivo,
deberán tenerse en cuenta diversos componentes, entre ellos el:
-Componente
problema docente. Consiste en la determinación de forma clara y concisa del
problema docente. Parte de identificar la carencia en el área cognoscitiva del
estudiante lo que impulsa al docente a dirigir la actividad de aprendizaje de
este. Para ello es esencial atender las siguientes premisas:
·
Responde a la pregunta
por qué se enseña y se aprende.
·
Establecer la
contradicción entre lo conocido y lo desconocido para el estudiante.
·
Surge en el marco de la
enseñanza y el aprendizaje cuando, en el proceso de asimilación de los
conocimientos o en su aplicación, se le presenta al estudiante una
contradicción entre la información que posee acerca de un fenómeno de la
realidad y la que debe buscar, o entre lo conocido y lo desconocido.
·
Expresa la situación
insatisfactoria que presenta un fenómeno educativo dado, la cual genera la
necesidad de que se desarrolle un proceso pedagógico para su transformación.
·
Su formulación debe
desencadenar una actividad intelectual de búsqueda por parte del estudiante.
-Componente
objetivo. Es la determinación de los objetivos del objetivo general de cada
disciplina; deberá inspirarse en la proyección de la estrategia educativa del
año en correlación con los objetivos generales, el fin y perfil del egresado.
Es importante atender las ideas siguientes:
·
Responde a lo que se
quiere lograr en el estudiante, los propósitos y aspiraciones, ¿para qué se
enseña y se aprende?
·
Significa el resultado
esperado de lo que se quiere lograr.
·
Constituyen patrones a considerar
para la comprobación de los resultados de la enseñanza, retroalimentando el
proceso.
·
Identificar la naturaleza
del objetivo, los de carácter educativo son de carácter más amplio y general,
están orientados hacia la formación de la personalidad; en ellos se concretan
las aspiraciones que la sociedad le plantea a sus futuros egresados no solo
como especialistas sino como profesionales; mientras que los objetivos
instructivos son de carácter más particular, están orientados hacia la
asimilación de los contenidos de las asignaturas, conocimientos y habilidades
que constituyen el núcleo de los mismos.
-Componente contenido. Se
debe trabajar sobre la determinación de la esencialidad de los mismos, para
ello se deben responder las siguientes preguntas: ¿qué se enseña? y ¿qué se
aprende? En este sentido es importante
tener presente la clasificación que ofrece Addine
(2004) al identificar la existencia de tres tipos de contenidos: los
conceptuales, procedimentales y actitudinales.
Los contenidos declarativos o
conceptuales conciben hechos, conceptos y principios a saber por el sujeto. Por
su parte los contenidos procedimentales son los que implican un saber hacer,
poder aplicarlos a múltiples situaciones de forma autónoma; incluyen una gran
variedad de términos como destrezas, estrategias, técnicas, métodos,
algoritmos, entre otros. Mientras, los contenidos actitudinales comprenden el
dominio conceptual y de modos de actuación consecuentes con ello; se requiere
trabajar también el dominio afectivo (normas, valores, actitudes). En la
enseñanza esta es la parte no visible. La mejor forma de enseñarlos es a través
de modelos. Se debe atender que estos:
·
Representan aquella parte
de la cultura que es intencionalmente seleccionada de acuerdo a los intereses y
necesidades de la sociedad.
·
El contenido está
estructurado en sistema de conocimiento (hechos, conceptos, leyes, teorías),
habilidades, hábitos y valores.
·
El contenido incluye
tanto hábitos y habilidades, como otras acciones y operaciones que, aunque no
alcanzan estos niveles de desarrollo, forman parte de la actuación del
individuo. De ahí que en la educación preuniversitaria se utiliza con mayor
frecuencia el término modos de actuación.
·
Los modos de actuación
superan el saber, abarcando el saber hacer.
·
En la estructura del
contenido tenemos: conocimientos (lo cognitivo), modos de actuación (lo instrumental)
y los valores (lo axiológico).
-Componente método. Responde a la
pregunta ¿cómo se enseña y se aprende? Comprende el cómo se desarrolla el
proceso para alcanzar el objetivo, es decir, el camino, la vía que se debe
escoger para lograr el objetivo del modo más eficiente. Para ello es
fundamental tener presente en la modalidad de formación híbrida una metodología
basada en el "trabajo cooperado" entre los actores del proceso de
enseñanza-aprendizaje: profesor-grupo-alumno-actores educativos, a partir de la
selección correcta de métodos, procedimientos y técnicas. Debe tenerse en
cuenta que:
·
Integra el orden, la consecutividad de las actividades que ejecuta el estudiante
para aprender y la del profesor para enseñar.
·
Constituye un sistema de
acciones del profesor, dirigido al cumplimiento del objetivo.
·
Cuenta con las
aportaciones y los conocimientos de los alumnos para el desarrollo de las
actividades.
·
Establezcan retos y
desafíos a su alcance que puedan ser superados con el esfuerzo y la ayuda
necesarios.
·
Ofrezca ayuda adecuada,
en el proceso de construcción del alumno, a los progresos que experimenta y a
los obstáculos con los que se encuentra.
·
Promueva la actividad
mental autoestructurada que permita establecer el
máximo de relaciones con el nuevo contenido, atribuyéndole significado en el
mayor grado posible y fomentando los procesos de metacognición que le
faciliten.
·
Valore a los alumnos
según sus capacidades y su esfuerzo, teniendo en cuenta el punto personal de
partida y el proceso a través del cual adquieran conocimientos, e incentivando
la autoevaluación de las competencias como medio para favorecer las estrategias
de control y regulación de la propia actividad.
-Componente medio de enseñanza. Responde
a la pregunta ¿con qué se enseña y se aprende? Estos sirven de soporte material
a los métodos para posibilitar el logro de los objetivos propuestos. En la
formación híbrida la utilización de medios debe facilitar el trabajo cooperado
y de intervención formativa, y propiciar la atención a las inferencias
llamativas de forma gradual y transformadora. Es necesario saber utilizar
aquellos que constituyen una fuente de autoconocimiento y crecimiento personal del
alumno.
-Componente formas de organización de
la enseñanza. Responde a la pregunta ¿cuáles actividades usar? En la
organización del proceso de formación híbrida, bajo el enfoque del método evidencial-interventivo, debe articular el trabajo
cooperado de todos los actores educativos, debe partir del principio educativo
que toma al estudiante como el sujeto centro del proceso, en cuyo proceso de
interacción debe organizar, guiar, orientar, impulsar a que el estudiante
desarrolle las actividades orientadas. Se recomienda que entre las formas de
organización establecidas se pondere la práctica de estudio, la práctica
laboral, el trabajo investigativo y la autoprepración
de los estudiantes.
-Componente
evaluación. La
evaluación debe dirigirse al diagnóstico, la valoración formativa, la
recursividad y la gestión formativa; debe revelar la transformación lograda en lo
individual y colectivo del grupo al promover la autoevaluación y la
coevaluación. La concepción formativa de la evaluación de acuerdo a
López (2021) requiere de una comunicación abierta entre todos los actores
educativos implicados en el proceso, lo cual genera promover de conjunto las
acciones de mejora continua, siguiendo las siguientes características:
a.
Evaluación integrativa:
Implica su carácter cíclico e integral donde participan activamente el
estudiante, el profesor y demás agentes educativos. La acción educativa se
complementa con ampliar el proceso de evaluación integrado a los agentes
educativos, mayor apego al vínculo comunidad-escuela, desarrollar ambiente de
respeto, autonomía, confianza y disposición de los implicados para detectar la
eficiencia y ofrecer soluciones en el contexto y momento oportuno.
b.
Imparcialidad: La
evaluación es el resultado de la labor armónica del profesor, quien guía,
orienta y dirige el proceso de enseñanza-aprendizaje con la participación
activa del estudiante y la labor de mediación (visualización y presentación de
evidencias) de los agentes educativos.
c.
Flexibilidad: Posibilidad
de modificar, rectificar y redimensionar el proceso evaluativo, de acuerdo a
los resultados obtenidos y situaciones cambiantes del contexto formativo.
d.
Transparencia: Se debe
informar por adelantado al estudiante sobre el contenido de la evaluación, cómo
se hará, quién la llevará a cabo y cuándo; y durante el proceso y al final,
deben recibir comentarios valorativos, por medio de informes periódicos,
entrevistas, reuniones de brigadas u otras vías.
e.
Beneficio para los
estudiantes: El objetivo final de la evaluación es resolver las deficiencias del
proceso de formación, al convertirse en un mecanismo que garantiza que los
estudiantes realicen juicios acerca de su propio aprendizaje y comportamiento,
lo que favorece la educación en la responsabilidad de dirigirse sí mismos, la
autorregulación y la ejercitación de identificar errores en el proceso de
aprendizaje y contradicciones educativas de su formación.
f.
Veracidad: La recolección
de informaciones diferentes y variadas le proporciona información relevante al docente,
para decidir sobre el grado de eficacia, calidad y equidad de los distintos
aspectos relacionados con el proceso formativo.
g.
Adaptación
al contexto formativo: Al constituir parte
inherente del proceso de formación, ofrece la posibilidad de evaluar en cualquier escenario
formativo (áulico, extradocente, extraescolar,
institución social, familiar, y otros) y garantizar la proyección
educativa y de retroalimentación.
En correspondencia
con ello, se ajusta para bien, la propuesta que realizan Pérez et al. (2020)
sobre algunos de los aspectos que deben evaluarse a través de las clases, entre
ellos: adecuada elaboración de las tareas docentes que integren lo instructivo,
lo educativo, lo desarrollador y el tránsito eficaz por los diferentes niveles
de desempeño, la integración de conocimientos desde la interdisciplinariedad de
las materias, la intencionalidad formativa con carácter flexible y creativo
teniendo en cuenta el contexto actual y el protagonismo y la participación
consciente del estudiante.
Análisis y
discusión de los resultados
Para la
implementación de la evaluación formativa en el proceso de formación bajo el
paradigma híbrido, se recomienda la utilización del método evidencial-interventivo,
que propone López (2021) el cual se despliega en tres
procedimientos: proyección referencial
evaluativa, la identificación de inferencias llamativas y la intervención
estratégica formativa.
El primer procedimiento: proyección
referencial evaluativa es expresión del proceso concebido, planificado,
organizado y ejecutado en las diferentes etapas del curso escolar, con especial
énfasis en el conocimiento y dominio de los elementos constitutivos del modelo
educativo del profesional, que se traduce en la comprensión y planeación de la
proyección educativa de la estrategia educativa del año en correspondencia con
los objetivos generales declarados en el modelo, bajo el trabajo cooperado de
todos los actores educativos, revelando la concepción desarrolladora de la
enseñanza-aprendizaje y de la intencionalidad formativa de la evaluación (concepción,
planificación, técnicas e instrumentos a utilizar, procesamiento e
interpretación de los resultados).
Acciones a desarrollar en el
procedimiento proyección referencial evaluativa:
·
Estudio de las
particularidades del modelo educativo y la comprensión cabal de la proyección
educativa de la estrategia educativa de la carrera.
·
Visión proyectiva de los objetivos generales a alcanzar
durante el proceso de formación.
·
Concebir un plan de acciones educativas y evaluativas a
aplicar por todos los actores educativos implicados en el proceso
formativo.
La identificación de inferencias
llamativas como segundo procedimiento, parte de las características colectivas e individuales de
los resultados del diagnóstico integral. Se encarga de hacer trasparentes las
carencias, lagunas o dificultades y potencialidades (individuales y colectivas)
que existen en los alumnos, con el objetivo de utilizarlas para beneficio y a
partir de ello, realizar las valoraciones formativas necesarias que aseguren
realizar propuestas de autorregulación a la práctica pedagógica y, por ende, la
adaptación del programa de asignatura a las nuevas características presentes.
Su esencia
radica en un proceso valorativo, orientador y recursivo, a partir de la
identificación, ordenamiento y clasificación de los aspectos llamativos.
Acciones a desarrollar en el
procedimiento identificación de las inferencias llamativas:
·
Identificar el desarrollo
actual y potencial de cada estudiante en el proceso de enseñanza-aprendizaje.
·
Conocimiento de la individualidad, los intereses y particularidades de
los estudiantes en correspondencia con los elementos específicos del proceso
formativo en la escuela.
·
Conocimiento
sobre los avances de los estudiantes y de sus carencias con el fin de saber
cómo respaldar el proceso formativo de la escuela.
·
Claridad del alcance del
proceso de enseñanza-aprendizaje.
Con los resultados de la
identificación de inferencias llamativas, se tienen los elementos necesarios
para desplegar el tercer procedimiento, la intervención estratégica formativa,
en la cual se integran los componentes recursividad formativa y gestión
evaluativa de la formación.
La intervención estratégica
formativa, se orienta didácticamente al desarrollo de los procesos interactivos
entre los actores educativos participantes en el proceso formativo y se
caracteriza por la exposición y confrontación de los factores negativos, que
inciden en el componente educativo, y a partir del intercambio de ideas,
opiniones, criterios, la reflexión y el debate entre los participantes, permite
ofrecer una visión de cómo revertir la situación docente y educativa. Esta
puede desarrollarse por iniciativa aislada o también como dinámica colectiva
entre docentes y demás actores educativos.
Desde esta perspectiva, el profesor debe trabajar de manera interactiva y en red aprovechando el
trabajo de todos los factores del proceso y en equipo interdisciplinar. Se pretende
que el profesor adopte un nuevo rol: ya no solo es docente, sino un
dinamizador, motivador, comunicador consciente de los resultados y un
negociador de objetivos y proyectos dirigidos a
consolidar el proceso de formación a un nivel cualitativamente superior de
desarrollo. En síntesis, garantiza que los profesores puedan asumir la
responsabilidad en el proceso educativo, desde una posición creadora que les
permita reflexionar, planificar, organizar, proyectar, orientar y evaluar los
resultados desde su asignatura.
Acciones a
desarrollar en el procedimiento intervención estratégica
formativa:
·
Reflexionar
y adoptar decisiones sobre el rendimiento alcanzado por los estudiantes respeto
a los aprendizajes esperados, como punto de referencia para la mejora continua
de la calidad del proceso de formación.
·
Facilitar los
sistemas colaborativos entre los actores educativos para proyectar acciones comunes
en función del compromiso compartido para la retroalimentación y perfeccionar los resultados del
proceso formativo.
·
Reorientar
las prácticas y situaciones educativas con el propósito de corregir los errores
y perfeccionar los procesos y resultados de aprendizaje.
·
Facilitar
la autorreflexión y la auto-inclusión para que exista
la retroalimentación por parte del estudiante y desarrolle autonomía en el
aprendizaje (aprender a aprender).
En síntesis, el
método evidencial-interventivo como método de evaluación formativa en la dinámica del proceso de formación
híbrida, se convierte en el recurso pedagógico que permite al docente poner en
práctica de forma integrada, en contextos y
situaciones diferentes un saber (conocimiento teóricos sobre la evaluación formativa),
un saber hacer (un procedimiento de técnicas e instrumentos de evaluación
formativa, una habilidad, una destreza) y un saber ser (una actitud determinada
para la gestión de retroalimentación del proceso de formación).
El método evidencial-interventivo de la
evaluación formativa no solo posibilita perfeccionar el proceso evaluativo,
sino que se convierte en modo de actuación para mejorar, fortalecer,
desarrollar, corregir y ofrecer propuestas concretas para el mejoramiento
continuo de la calidad del proceso de formación. Además,
tiene en cuenta los insumos, contextos, modalidad de enseñanza, lugar y
resultados, e integra la diversidad de influencias educativas que confluyen en
el proceso de formación del estudiante con objetivo de ayudar y no de obstaculizar,
a través del empleo de una diversidad de técnicas e instrumentos de evaluación
formativa. Por lo que, se considera la evaluación formativa como una parte
reguladora y consustancial del proceso de formación.
Lo analizado hasta aquí permite plantear que el sistema de evaluación formativa en
el proceso de formación híbrida, consiste en el proceso
de valoración cíclica que realizan los profesores, grupo de estudiantes,
directivos, familia y demás actores educativos sobre el nivel de desarrollo
alcanzado por el estudiante en el sistema de conocimientos, habilidades,
destrezas, valores, sentimientos y actitudes acorde a los objetivos generales
planteados en el modelo del profesional, a fin de garantizar la retroalimentación y mejora
continua del proceso de formación recibido.
Conclusiones
1.
La evaluación formativa se modela desde lo
sistémico-estructural, a partir de las relaciones de integración entre los
diferentes actores educativos desde una visión integral, del que emerge el método evidencial-interventivo que dinamiza la evaluación formativa del estudiante
en el proceso de formación en la modalidad híbrida.
2.
Uno
de los constructos teóricos más relevante está en el método evidencial-interventivo,
que como recurso didáctico-pedagógico permite la dinámica de la evaluación
formativa en la formación híbrida, y es expresión
cualitativa de la cultura de la
evaluación formativa que se alcanza desde las relaciones colaborativas entre
los actores educativos que intervienen en el proceso de formación del
estudiante universitario, confiriendo el carácter integral, flexible,
recursivo, proyectivo e interventivo a este proceso,
con lo cual se adquiere un nivel más significativo para lograr la mejora
continua del proceso de formación.
Referencias
bibliográficas
Addine,
F. (2004). Didáctica, Teoría y Práctica. Pueblo
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