Recibido: 22/06/2023
│ Aprobado: 13/09/2023
Senses of agroecology in students
of secondary vocational education (Original).
Niny Johanna
Potosi Estrada. Licenciada en Ciencias
Naturales y Educación Ambiental. Magíster en Educación. Doctoranda en Ciencias de la
Educación. Profesora Ocasional tiempo completo. Universidad del Cauca. Popayán, Colombia.
[ ninyp@unicauca.edu.co
] .
Resumen
Este artículo da cuenta de la investigación que se realizó
en la Institución Educativa Casas Bajas ubicada en el municipio de Cajibío,
Departamento del Cauca. Surgió de la necesidad de que los estudiantes de grado
once desarrollarán sus labores agropecuarias de una forma más amigable con el
ambiente teniendo en cuenta los saberes propios y así, develar el sentido que
ellos le otorgan a la agroecología. Desde la etnografía se realizaron
observaciones para la descripción de las prácticas de los estudiantes y cuestionarios
abiertos para identificar la importancia que tiene la agroecología en sus
vidas; además, se complementó con entrevistas a profundidad para la
contrastación de prácticas de agroecología en el colegio, frente a la
importancia que tiene para ellos la agroecología en sus prácticas
agropecuarias. Tras un análisis desde la teoría fundamentada se generaron los
siguientes hallazgos: la comunidad como desarrollo de interés común, el
territorio como base de la sustentabilidad, y la importancia de la agroecología
para el medio ambiente. En estas categorías se evidencia que la agroecología
más que una práctica, se convierte en un pensamiento político en el que la
comunidad, el territorio y la sustentabilidad integran un conjunto de saberes
particulares y, al ponerlos en común, hacen de la práctica cotidiana una
reflexión constante, en la que se construyen entornos aptos para ellos y las
futuras generaciones; además un aspecto importante es el papel del docente en la
construcción de conocimiento, que le permite sustentar la toma de decisiones que
repercuten en el contexto local.
Palabras
clave: agroecología; sentidos;
educación ambiental; ámbito rural; sustentabilidad
Abstract
This article gives an
account of the research that was carried out at the Casas Bajas Educational
Institution located in the municipality of Cajibío, Department of Cauca. It
arose from the need for eleventh grade students to develop their agricultural
work in a more environmentally friendly way, taking into account their own knowledge
and thus reveal the meaning that they give to agroecology. From ethnography,
observations were made to describe the practices of the students and open
questionnaires to identify the importance of agroecology in their lives; In
addition, it was complemented with in-depth interviews to contrast agroecology
practices in the school, given the importance that agroecology has for them in
their agricultural practices. After an analysis from the Grounded Theory, the
following findings were generated: the community as a development of common
interest, the territory as the basis of sustainability, and the importance of
agroecology for the environment. In these categories it is evident that
agroecology, more than a practice, becomes a political thought in which the
community, the territory and sustainability integrate a set of particular
knowledge and, by putting them in common, make daily practice a reflection.
constant, in which environments suitable for them and future generations are
built, in addition, an important aspect is the role of the teacher in the
construction of knowledge that allows him to support
decision-making that has an impact on the local context.
Keywords: Agroecology; senses; environmental
education; rural area; sustainability
En el
contexto rural la educación contemporánea se enfrenta a constantes desafíos,
desde la idoneidad de los currículos para el entorno de formación, hasta el
orden pedagógico. Estos retos motivan a repensar principios, métodos y
objetivos que son necesarios para enfrentar dos problemas en particular: por un
lado, la educación ambiental en la formación de los estudiantes; y por otro
lado, la crisis ambiental del planeta caracterizada por alteraciones, sea del
clima, de los ciclos de nutrientes y del agua, pérdidas alarmantes de
biodiversidad, mayor demanda de alimentos y otros procesos que han generado
afectaciones en el medio ambiente (Millenium Ecosystem Assessment, 2005).
En este
sentido, la agroecología surge en este contexto como respuesta a los impactos
negativos que la Revolución Verde ocasionó en los ámbitos ecológico, social y
económico. El concepto hace referencia al manejo ecológico de los recursos
naturales “a través de formas de acción social colectiva que presentan
alternativas al actual modelo de manejo industrial […] intentando establecer
formas de producción y consumo que contribuyan a encarar la crisis ecológica y
social” (Sevilla, 2006, p.15). En la agroecología se articulan procesos que
propenden por la recuperación del conocimiento tradicional y que se apoyan en
redes sociales y económicas de tipo comunitario para acceder a los mercados y
para el manejo integrado de producción agrícola, ganadera y de bosques, que
derivan en la seguridad alimentaria de los pueblos, estabilidad biológica,
conservación de los recursos, y equidad social (Floriani
& Floriani, 2010).
Desde el punto de vista de las bases
epistemológicas, la agroecología se concibe bajo varias posturas, una de ellas
se refiere a un constructo multidisciplinario (Caporal y Costabeber, 2002), o
también es comprendida como una disciplina holista en tanto que aborda
problemas de la naturaleza y la sociedad, por ello, es un concepto tratable a
partir de un enfoque transdisciplinario y multidimensional (Gómez-Galán,
2018). Otras consideran el
concepto como parte del diálogo de saberes, lo que da prioridad a escuchar
antes que transferir conocimientos, por lo que el pluralismo y revaloración de
la voz del campesino es el requisito fundamental para la producción
participativa de conocimiento agrario (Floriani
& Floriani, 2010).
Ante estas posturas, la Educación Ambiental
puede dinamizar el proceso de formar en los estudiantes las aptitudes
necesarias para contribuir a la generación de una conciencia colectiva, esto
es, a partir del vínculo entre la acción educativa y los elementos que
incorpora la agroecología para la transmisión eficiente de las nociones
científicas, de esa forma crear conciencia social, política, económica y
ambiental en alumnos del contexto educativo rural. La conciencia ambiental y
social, es la tarea que la educación se ha propuesto, en la que la agroecología
puede convertirse en una alternativa de desarrollo rural que garantice, además,
de la formación de los estudiantes, un conjunto de conocimientos destinados a preservar el medio
ambiente y el aseguramiento de la alimentación.
De este modo, el objetivo de este
artículo es develar el sentido que le otorgan a la agroecología los estudiantes
de grado once de la Institución Educativa Casas Bajas (IECB)
que se encuentra ubicada en la zona rural, en la Vereda Santa
Teresa del Municipio Colombiano de Cajibío, en el Departamento del Cauca, a una distancia de 29 km al norte de Popayán,
Cauca. La Institución Educativa Casas Bajas
está ubicada entre las cordilleras Occidental y Central. La mayor parte de su
territorio es quebrado y de montaña, también existe una zona de ladera con
accidentes geográficos poco pronunciados y atiende una población
de 393 estudiantes, en su mayoría pertenecientes a la
comunidad afrocolombiana. Ofrece y promueve una educación
integral, enfocada en la construcción de una
personalidad sólida en un marco humanista, intercultural y democrático, formando valores en la
familia y el entorno, el respeto por la vida, promoviendo métodos y técnicas de
enseñanza innovadora. Promueve la investigación con un enfoque agroambiental
que permita a nuestros estudiantes ofrecer soluciones oportunas y pertinentes
en las problemáticas de su medio y la sociedad.
Inicialmente se describen algunos aspectos
conceptuales sobre la agroecología y la correspondencia que guarda la Educación
Ambiental. En seguida se explican los elementos de tipo hermenéutico y
etnográfico que permiten interpretar los sentidos que los estudiantes otorgan a
la agroecología bajo el paradigma cualitativo y la teoría fundamentada de
Strauss y Corbin (2002) como técnica de análisis. Finalmente se muestran los
resultados de la investigación a partir de tres momentos: primer
momento de descripción de las prácticas de los estudiantes en las clases de
agroecología, segundo momento de identificación de la importancia que tiene la
agroecología para los estudiantes de contexto rural y tercer momento de
contrastación de prácticas de los estudiantes en las clases de agroecología,
frente a la importancia que tiene la agroecología para los estudiantes de
contexto rural.
La agroecología se sustenta desde una base
filosófica diferente a la de las ciencias agrícolas convencionales, implica un
abordaje holístico y no un tratamiento atomista respectivamente. De hecho, se
considera como una práctica tan antigua como la agricultura misma. Papadakis (1938) considera que trata del manejo de cultivos con base en la
respuesta de estos al medio ambiente y, posteriormente, la ecología agrícola
concebida en los años 60 por Tischler (1965) se integró al currículo de la
agronomía.
Es así como en los primeros años de la segunda
mitad del siglo XX, investigadores como Azzi (1959) enfatizaron en que,
las ciencias como la meteorología, la edafología y la entomología a pesar de
ser diferentes, convergen en una ciencia agroecológica que debería iluminar la
relación entre las plantas cultivadas y su medio ambiente. A partir de los años
70, la literatura agronómica con un enfoque agroecológico, ha crecido
notablemente al punto que excede este espacio para caracterizar sus líneas
generales.
Según Altieri
(1999), la agroecología consiste en el aprovechamiento de recursos
naturales para campesinos pobres en ambientes marginales, en vista que la
cuarta parte de la población en el mundo permanece intacta ante la tecnología
agrícola moderna. En ese sentido, propone un nuevo manejo de sistemas que puede
ser diseñado y adaptado en forma de sitios específicos a las condiciones
agrícolas altamente variables y diversas, típicas de los campesinos pobres de
escasos recursos económicos.
Con la incorporación de estas prácticas en la
agricultura, se ha logrado que desde tal actividad económica se haya
establecido una estrecha relación con el desarrollo sustentable, un concepto
que surgió en el ámbito de la teoría del desarrollo en la última década del
siglo XX, que acoge posturas para la discusión frente al
carácter ambiental con teorías de la estabilidad resiliencial y adaptabilidad,
conjugándolas con el enfoque económico basado en productividad, eficiencia y
eficacia y la discusión social sobre equidad. En esta discusión la Educación
Ambiental se erige como instrumento de cambios en los paradigmas de producción
agrícola.
La relación agroecología-educación, generalmente
se ha venido desarrollando por medio de las denominadas huertas escolares, que
son experiencias que pueden generar un gran potencial transformador de saberes,
actitudes y prácticas en torno a la sustentabilidad. Al respecto, aunque los
impactos de las prácticas en las huertas escolares pueden considerarse
múltiples e interconectados, la mayoría de los estudios realizados,
principalmente en países anglosajones, enfocan sus intereses en los cambios
provocados por estas prácticas sobre los hábitos alimentarios y la salud
nutricional de los estudiantes (Robinson-O’Brien et al., 2009);
En el contexto latinoamericano las
experiencias significativas que pueden destacarse son la Red Latinoamericana de
Investigaciones en Agricultura Urbana (Red AGUILA), en Bolivia; la Actividad
Hortícola Agroecológica a través de Proyectos Interdisciplinarios que incluyen,
por ejemplo, la expresión artística en Brasil (De Lima et al., 2009), lo mismo que la formación de redes con grupos
ambientalistas locales (Moreira, 2011) y movimientos sociales (Quental y Souza,
2007); las Huertas Agroecológicas de la Universidad Nacional de Colombia que
son experiencias educativas de gran éxito de aplicación de saberes autóctonos
tradicionales y otros. Sin embargo, en el nivel
de educación secundaria las experiencias son escasas o al menos no se han
registrado y documentado como ha ocurrido en el nivel educativo terciario.
Sin importar los avances quizá aún incipientes
en esa relación agroecología–educación, es necesario según algunos
investigadores avanzar desde los elementos epistémicos y pedagógicos para la
efectividad y durabilidad de la educación agroecológica, para ello sugieren:
●
La incorporación de temáticas sistémicas,
interdisciplinarias e integrativas al currículum de las ciencias naturales,
ambientales y ecológicas (Francis, 2004; Altieri y Francis, 1992).
●
La utilización de metodologías para propiciar el
aprendizaje experiencial en el contexto rural, a fin de propiciar el desarrollo
de conocimientos científicos y de competencias sociales en estudiantes de
secundaria (Bellenda, 2005).
●
La formación de personas y grupos sociales
capaces de pensar crítica y creativamente sobre el presente y proyectarse
responsablemente hacia el futuro (Lieblein
& Francis, 2007).
Ante estas sugerencias, las
experiencias desarrolladas en las instituciones educativas de secundaria, son
una forma de contribuir con la visibilización de prácticas agroecológicas en
los entornos rurales, con la consecuencia de generar conciencia ambiental y
social de las comunidades educativas y las posibilidades de replicarse en
otras. En ese sentido, se pone a consideración una experiencia en la cual los
estudiantes otorgan sentidos a la agroecología como una alternativa frente a
los cambios ambientales y a las necesidades de una educación que garantice la
soberanía alimentaria, haciendo del estudiante rural, un individuo que se
preocupe por el desarrollo de su comunidad sin emigrar a la ciudad en busca de
opciones de proyecto de vida.
Este ejercicio contiene elementos de
tipo cualitativo-hermenéutico para interpretar y comprender los sentidos que se
construyen los estudiantes frente a la agroecología como una realidad en el
contexto educativo rural de la IECB de Cajibío, Cauca. Al ser una experiencia
en la que confluyen la multiculturalidad (campesinos, mestizos e indígenas), la
actividad agrícola y educativa como aspectos centrales, el estudio también
contiene elementos de tipo etnográfico[1].
Para ello, se tuvo en cuenta
aspectos fundamentales del modo de vida de los habitantes de la región dentro
de un contexto de ruralidad y los problemas que conlleva esta población, esto
es, las limitaciones respecto a la presencia del Estado y sus instituciones,
dificultad para el acceso a servicios públicos y de salud, falta de
oportunidades laborales entre otros.
En
tanto corresponde a un diseño de tipo etnográfico, no consiste en describir una
realidad, sino en reflexionar sobre lo que percibe el investigador en el proceso de observación. Para ello, se
recurre a la observación participante
para el caso, la
observación se enfoca en la reflexión de los estudiantes respecto al enfoque
agroecológico en la institución y su proyección para la vida cotidiana o como
modo de vida. La reflexión surge respecto a su saber y hacer, la proyección a
futuro de la región y el papel de la agroecología en ello.
De
forma complementaria se utilizaron tres cuestionarios con preguntas abiertas,
que permitieron caracterizar las percepciones de los estudiantes y los
docentes. Como técnica de análisis, se utilizan
elementos de la teoría fundamentada de Strauss y Corbin
(2002) que se deriva de datos recopilados de manera sistemática y analizados
por medio de un proceso de investigación. Bajo esta teoría, se realiza una
serie de categorizaciones a partir de un procedimiento de codificación, de los
datos estructurados de los cuestionarios.
Posteriormente, se procede a la elaboración del manual de códigos y a la
codificación de las encuestas. En la Tabla
1 se muestra la descripción de los momentos en los que se realizó la
investigación con los problemas, objetivos, la muestra, técnicas e instrumentos
de recolección de la información.
Tabla 1. Descripción de los
momentos para llegar a los hallazgos
Momentos |
Problemas |
Objetivos |
Muestra |
Técnicas e Instrumentos |
Análisis |
|
Momento de descripción de las
prácticas de los estudiantes en las clases de agroecología |
¿Cuáles son las características de
las prácticas de los estudiantes en las clases de agroecología? |
Describir las prácticas de los
estudiantes en las clases de agroecología. |
Clases de agroecología |
Observación Diario de campo |
Análisis de contenido |
|
Momento de identificación de la
importancia que tiene la agroecología para los estudiantes de contexto rural. |
¿Qué papel juega la agroecología
en la vida de los estudiantes? ¿Cómo se reflejan las prácticas de
agroecología de la Institución en las prácticas cotidianas de los
estudiantes? |
Identificar la importancia que
tiene la agroecología en la vida de los estudiantes de contexto rural. |
Tres cuestionarios a 29
estudiantes y un cuestionario a nueve estudiantes. |
Cuestionarios de preguntas
abiertas. |
Análisis de contenido. |
|
Momento de contrastación de prácticas de los
estudiantes en las clases de agroecología, frente a la importancia que tiene
la agroecología para los estudiantes de contexto rural. |
¿Cuáles son las semejanzas y diferencias
entre las prácticas de agroecología y la importancia de las agroecología en la vida de los estudiantes? |
Contrastar prácticas de los
estudiantes en las clases de agroecología, frente al sentido de la
importancia que tiene la agroecología en la vida de los estudiantes de
contexto rural. |
Una entrevista al profesor de
agroecología y seis entrevistas a estudiantes seleccionados a través de las
encuestas. |
Preguntas abiertas. |
Análisis de contenido. |
|
1.
Descripción de las prácticas de
los estudiantes en las clases de agroecología
Se realizaron varias observaciones en el aula de clase y en
las prácticas que llevan a cabo los estudiantes en el área de agroecología. Se
resalta en tales actividades aspectos claves como el trabajo
colaborativo, el compañerismo y cooperación, el diálogo entre los miembros de
grupo para la resolución de problemas, brindar apoyo y aclarar procesos y
conceptos. Es precisamente en estos procesos dialógicos en los que los
estudiantes definen y se apropian del discurso del desarrollo sustentable y
articulan nociones sobre el desarrollo, medioambiente, comunidad y el
territorio. De esta forma se logró extraer, de este momento de observación y la
entrevista con los jóvenes y docentes, como categorías de análisis: 1. La comunidad como desarrollo de interés
común, 2. El territorio como base de
la sustentabilidad, y 3. Importancia
de la agroecología para el medio ambiente.
En estas categorías se evidencia que, para ellos, la
agroecología más que una práctica, se convierte en un modo de vida y un
pensamiento político, en el cual, la comunidad, el territorio y la
sustentabilidad integran un conjunto de saberes particulares, que al ponerlos
en común hacen de la práctica cotidiana una praxis,
esto es, como la define Freire (2012) la articulación entre reflexión y
acción, o,como principio crítico que lleva implícita la praxis política al
tematizar los problemas que afrontan como comunidad y las posibles acciones que
pueden establecerse, en la que se construyen entornos aptos para ellos y las
futuras generaciones.
La comunidad como
desarrollo de un interés común
La comunidad es el resultado de una gran variedad de
procesos e interacciones, los sujetos que participan de estos escenarios se
relacionan desde sus significados y sentidos, aportando desde su visión
particular a las prácticas colectivas que son una construcción histórica.
El sentido de la comunidad y el interés común, pues, se proyectan más allá de
la generación de jóvenes en la actualidad e incluye tanto el saber de los
ancestros, de su legado, de sus ideas, prácticas, saberes y valores, como de
las futuras generaciones que deben de tener seguro el territorio que los acoge.
Esta visión de comunidad permite a
las personas dejar de lado intereses personales y ampliar su visión y pensar en
el futuro, de esta manera, el campesino reflexiona sus prácticas, de acuerdo a
la incidencia que estas puedan tener en la comunidad, sabe que sus prácticas
parten desde la comunidad y los resultados que obtenga volverán a ella.
Cabe mencionar que Sevilla Guzmán
(2006) considera como central la “matriz
sociocultural o cosmovisión
contraria a la teorización y abstracción” (p. 14) en
que se inserta el agricultor; es decir la matriz sociocultural que dota de una praxis intelectual y política a su
identidad local y a su red de relaciones sociales. Desde esta perspectiva, la
agroecología como práctica en la comunidad, va más allá de un hacer, implica
una reflexión y pensamiento personal que enriquece el contexto. Así mismo en
los relatos se manifiesta en un pensar en el otro, con visión de futuro, desde
una práctica agroecológica en la que la producción de los campesinos evite el deterioro
de la naturaleza y la sociedad, comprometiéndose en la búsqueda de alternativas
en comunidad.
El territorio como base de la sustentabilidad
En el territorio se establecen
particularidades, mediadas por los saberes que aportan a las relaciones entre los
individuos, ya que sus formas de pensar, de sentir y de actuar, frente al medio
que los rodea, es una construcción personal que aporta al colectivo desde el
pensamiento y la práctica. Respecto a este planteamiento, se logra ver a través
de los relatos que para el campesino el territorio representa vida, sueños y
esperanza.
En este sentido, cuando se habla de
esperanza se refiere a la visión que tiene de futuro, de dejar una tierra con
producción limpia, vivible, con recursos para las futuras generaciones, en el
que se transmiten los saberes implícitos en las prácticas agroecológicas.
Así mismo Romero (2012) dice que “el territorio es una construcción
social, una unidad espacial, integrada por un tejido social particular que
tiene como sustento una determinada base de recursos materiales”
(p.26) ;
en contraposición a este pensamiento se ve como la tierra en contextos rurales ha
sido vista como un recurso para ser agotado sin compasión, así es como lo
expresa un docente que participa en la investigación.
La importancia de la agroecología para el medio
ambiente
Desde la visión de sustentabilidad, los participantes
comprenden que tal práctica apunta a un desarrollo rural de la comunidad
campesina para encarar la crisis ecológica y social actual
y, reconocen
que tienen que reflexionar su propia práctica agrícola y pecuaria a través de criterios
agroecológicos, que están siendo impulsados por agricultores con visión
ecológica desde las comunidades rurales. En la comunidad, hay miembros que se
han interesado por la agroecología y tratan de impulsar la práctica, los
programas e implementan los principios de este enfoque en sus terrenos; por
supuesto, no sin cierta resistencia por miembros de la comunidad. El problema
radica en las necesidades económicas de las familias, pues, el enfoque
agroecológico implica un mayor tiempo de
espera para las cosechas, entre tanto, con el enfoque agropecuario, se
trata de poder extraer cosechas en un menor lapso de tiempo.
De igual modo Soler y Rivera (2010) mencionan con un enfoque agroecológico que
las
comunidades campesinas han desarrollado formas de manejo de los recursos
naturales, con elevados grados de autonomía del mercado, criterios de cohesión
social y solidaridad guiadas por una racionalidad ecológica que respeta los
límites de la naturaleza y en las que el trabajo humano se orienta a garantizar
y mantener la capacidad productiva del agroecosistema de la que depende su modo
de vida desde un desarrollo rural (p.11)
La problemática de los monocultivos
ha afectado mucho la comunidad campesina de Cajibío, uno de ellos es el
problema de la tenencia de la tierra por parte de sectores específicos
relacionados con la clase política en afán de obtener un territorio cultivable,
ha traído consigo problemas sociales, ambientales, ecológicos y económicos,
afectando los ecosistemas. Estas prácticas del monocultivo, utilizan grandes
extensiones de tierra, en la que eliminan muchas especies de flora y fauna para
cultivar una sola especie, en este caso, el eucalipto y el pino; además, el proceso
de cosecha y cultivo permanente no permite que el suelo recupere los
nutrientes, lo que causa un desgaste muy grande acabando con la fertilidad del
suelo, lo que da origen a la erosión,
también la industrialización del proceso de monocultivo requiere poca mano de
obra, lo que no genera empleo suficiente en la región.
Identificación de la importancia de la agroecología
para los estudiantes de contexto rural
Se realizaron en este momento de la investigación preguntas abiertas, a través de cuatro cuestionarios, para indagar el sentido que le otorgan los estudiantes a
la agroecología en
el contexto rural, de esta manera se establecen
las siguientes categorías: 1. el sentido
de la agroecología en contexto rural con visión de territorio, 2. el sentido del medio ambiente a través de la
agroecología, y 3.
el sentido de la
sustentabilidad como medio de conservación de los recursos naturales para las
futuras generaciones, que
más allá de un pensamiento político, acerca la práctica agroecológica a la
realidad campesina que lucha por sobrevivir en un contexto rural que exige
producción y demanda de gastos económicos; pero, a la vez compromete a la
presente generación a tener una visión de futuro.
El sentido de la agroecología en contexto rural con visión de
territorio
La agroecología en un contexto rural debe tener en cuenta los
saberes locales para que, a partir de estos, las prácticas posibiliten
disminuir los riesgos ambientales. En la actualidad se evidencia una crisis
social y ecológica, frente a estas condiciones se postula la necesidad de
prácticas agrarias ecológicas y participativas, que implican un cambio de
pensamiento que pueda aportar al territorio. Un
docente participante considera que “lo que hace que la agroecología tenga
sentido es cómo descubrir qué es, cómo se maneja y la relación que tiene con la
tierra en donde cultivamos nuestros alimentos. Ese cómo saber aprovecharla,
pero cuidarla”.
Hay que mencionar, además, que la
mentalidad individualista ha llevado a prácticas industriales que deterioran
los territorios, al menos eso lo han considerado algunos miembros de la
comunidad, junto a transformaciones en las relaciones familiares y comunitarias
en lo rural. De esta manera, es un reto para los jóvenes campesinos,
buscar nuevas estrategias que proporcionen opciones que les permitan mantener
su capacidad de producción agrícola y prácticas culturales.
Uno
de los participantes subraya que “es importante que los productos que
podamos llevar a venderlos sean más orgánicos, que sean 100% saludables y sobre
todo sabiendo cultivar ecológicamente, para no dañar nuestras tierras, ya que
dependemos mucho de ellos”.
En este sentido, la agroecología
amplía la mirada del campesino, que más allá de cultivar diversidad de
productos, establecen formas de cultivo orgánicos y limpios, evitando así
depender de los químicos, que están afectando el suelo y la economía; asimismo,
las comunidades campesinas a través de estas prácticas limpias contribuyen a
que el territorio no se deteriore, garantizando que permanezca la
capacidad productiva del suelo de la que depende su modo de vida.
El sentido del medio
ambiente a través de la agroecología
El medio ambiente, desde un enfoque agroecológico,
está integrado por elementos naturales y culturales, que a su vez están
mediados por diversas prácticas sociales. De esta interacción surgen los
recursos necesarios para la producción, comercialización y consumo dados desde
el entorno natural, de aquí la gran responsabilidad que tiene la población
campesina para cuidarlo y adaptarlo a sus necesidades; en la investigación, se
puede ver cómo los estudiantes piensan sus prácticas, teniendo en cuenta el
cuidado del medio ambiente.
A su vez es evidente que para la
población de Cajibío, la problemática de los monocultivos es un factor ambiental
que afecta el territorio, el municipio enfrenta la exigencia de reconciliar
estas prácticas industriales con prácticas agroecológicas que lleven a proteger
y administrar debidamente la flora, fauna y recursos, así alcanzar un
equilibrio ambiental. Esta necesidad se manifiesta en las respuestas de los
estudiantes: “cuando estoy realizando las prácticas de agroecología me
siento alegre porque estoy aportando a cuidar el medio ambiente, donde siento
que es algo muy importante, ya que con ellos estoy aportando a cuidar el medio
ambiente”.
Esto
quiere decir que el Medio
Ambiente a través de la agroecología integra los valores naturales, sociales y
culturales existentes en un lugar, que influyen en la vida
de
los campesinos que hacen parte del territorio y en las generaciones venideras.
Es decir, no se trata solo
del espacio en el que se desarrolla la vida, sino que también abarca otros
componentes como la cultura. En los relatos se puede notar una
gran preocupación por la sustentabilidad, como medio de conservación de los
recursos naturales para las futuras generaciones.
El sentido de la
sustentabilidad como medio de conservación de los recursos naturales para las
futuras generaciones
En esta categoría, los
participantes consideran que el objetivo de las actividades agrarias realizadas
es satisfacer las necesidades de las generaciones actuales, a la vez, que no comprometan los recursos y oportunidades
para el sustento y desarrollo de las generaciones futuras.
En este punto es
importante señalar que los aprendizajes que se dan, deben aportar a que las
prácticas se efectúen pensando a futuro, como se manifiesta en sus respuestas:
“lo
que siento es alegría porque cada día estamos aprendiendo cosas diferentes,
que nos sirven para el futuro de nosotros y las futuras generaciones”, “lo que
yo siento cuando realizo prácticas de agroecología, siento que empiezo a construir
un mejor futuro para mí y para los demás”.
Conviene subrayar que se
reconoce partir de un compromiso fuerte con el territorio desde una práctica sustentable en la que se
satisfagan necesidades sin perjudicar a las futuras generaciones, en este
sentido la sustentabilidad ecológica y socioeconómica ayudará a mantener el equilibrio para conservar los recursos
naturales y ecosistemas que mantendrán la vida de las futuras generaciones.
Lo expresado hasta aquí, coincide con lo planteado por Segovia y
Ortega (2012), sin olvidar el cuidado
ambiental como fundamento de un futuro sustentable estructura una noción de desarrollo rural sustentable, quienes consideran que
está
en estrecha relación con las posibilidades reales que tengan las comunidades
rurales (incluso los pueblos indígenas) de construir un capital humano, social,
cultural y productivo que les permita mejorar sus condiciones de vida en base a
la satisfacción de sus necesidades materiales y culturales (p.24)
Contrastación de las prácticas en
las clases de agroecología, frente a la importancia que tiene en la vida de los
estudiantes la agroecología
Finalmente se realizaron siete entrevistas con preguntas
abiertas y se establecieron las siguientes categorías: las prácticas mediadas
por un pensamiento crítico con visión de sustentabilidad desde la agroecología
y las prácticas desde la comunidad con visión de territorio en contexto rural, que hacen
referencia a la contratación de las
prácticas en las clases de agroecología, frente a la importancia que tiene en
la vida de los estudiantes la agroecología.
Las prácticas mediadas
por un pensamiento crítico con visión de sustentabilidad desde la agroecología.
Después
de realizar la indagación de las prácticas a través de las observaciones, se
evidencia que estas están mediadas por un pensamiento político
inculcado por el docente de agroecología, ya que en el salón de clase y en los
espacios de agroecología, los estudiantes hacen una reflexión crítica de lo
rural, cultural, ambiental y ecológico. De esta manera, a través de las
diversas prácticas y discusiones ellos pueden analizar, entender, interpretar y representar el medio que los
rodea, ya que forma parte de sus realidades y prácticas cotidianas,
como lo muestra la respuesta de un docente
participante: “creo que esa es la diferencia, más en
la apuesta del pensamiento, de la apuesta política que debe haber, no tanto lo
mecánico de sembrar un árbol o de sembrar mecánicamente, sino en la reflexión
que se hace de esa acción.”
Se debe agregar que, para pensar críticamente, las personas deben interesarse por conocer las
problemáticas, tener una buena base de conocimiento que les permita entender el
contexto en el cual están inmersos con posturas firmes que les potencie a
proponer soluciones creativas a las problemáticas de la vereda, participando
como líderes en los diversos procesos políticos de la región, de este modo, “hoy por ejemplo tenemos en la región dos exalumnos que son
presidentes de una junta de acción comunal, ya por lo menos cuestionando cosas,
eso me parece que es importante” (Participante de la investigación).
La escuela tiene posibilidades de formar líderes sociales comprometidos con la
agroecología y el cuidado al medio ambiente, que dinamicen los cuestionamientos
sobre el hacer y métodos agropecuarios y proponer soluciones que estén a mano
de la comunidad.
Según Robles (2013) el pensamiento crítico es
una actividad reflexiva y hace hincapié en el hecho de que se trata de “un
pensamiento totalmente orientado hacia la acción. Siempre hace su aparición en
un contexto de resolución de problemas y en la interacción con otras personas,
más en función de comprender la naturaleza de los problemas que en proponer
soluciones” (p.13). Así, “cuando te pones en el ejercicio de que los chicos te
cuenten un poco de las problemáticas que viven cada uno de ellos en las
diferentes veredas, logras encontrarte con la teoría y a partir de eso ellos en
espacios de debate y discusión construyen otras cosas” (Participante de la investigación).
Así mismo, en las
entrevistas se evidencia que hay una estrecha relación entre agricultura, medio
ambiente y prácticas comunitarias desde un pensamiento crítico, estas deben orientarse a través de estrategias
que presten especial atención al manejo sostenible de los recursos naturales y
la necesidad de investigar y desarrollar técnicas y buenas prácticas agrarias
que preserven el medio ambiente y los recursos. Uno
de los docentes invita a la reflexión a través de análisis de situaciones
concretas “entonces se cuestiona a los estudiantes de este Municipio a
decirles, bueno caramba, si tenemos una multinacional como Cartón Colombia,
muchas hectáreas de tierra muy buena para cultivar, porque tiene un campesino
que terminar con los montes que son los que tienen el agua” y continúa otro: “son realidades que en un
momento dado tienen ellos que expresarla, ahorita como estudiantes o tal vez
cuando estén fuera de la comunidad, algo tendrán que hacer frente a eso”.
Hay que mencionar que los
estudiantes han incluido en las prácticas cotidianas de cultivo en sus fincas, cultivos
orgánicos que tienen como finalidad una producción campesina sustentable que
garantice la autonomía y seguridad alimentaria y una producción autosuficiente
de insumos, como se manifiesta la respuesta de uno de ellos: “Abonos orgánicos,
trabajo que el profe nos dejó, lo hice con mi hermano en la finca, lo hicimos
de los residuos que salen de la caña, lo que sale cuando uno desyerba el café,
la caña, le echamos tierra para que los gusanos descompongan lo que echamos,
luego lo revuelve y cuando esté listo lo aplica al café y a la caña”.
Las prácticas desde la
comunidad con visión de territorio en contexto rural
En las entrevistas se relata como la agricultura desempeña un papel importante en la economía rural,
confirmando que la agricultura continúa siendo clave para el desarrollo rural;
aunque también se reconoce que debe haber responsabilidad por parte de los
campesinos para que el territorio rural sea una construcción social, cultural y
productiva, privilegiando una agricultura limpia. Los estudiantes responden: “la
vida en el campo es difícil. Pero una por acá puede tener sus ingresos, por
eso, para cumplir mis metas tengo que ahorrar un tiempo por acá y luego ir a
capacitarse a la ciudad”. Pero basta recordar que son ellos quienes desde la
institución van adquiriendo los conocimientos y prácticas agroecológicas que
serán fundamentales para su economía “El proyecto de los abonos orgánicos que
realizamos, nosotros ahí tenemos esa cáscara de café, que uno la deja ahí y le
echa ceniza y ella sirve para cultivar y lo otro son los desechos, como tenemos
gallinas, sacamos esos desechos y sacamos el abono, para utilizarlo en el café” (participante de la investigación).
Finalmente, es importante señalar que las buenas prácticas
agropecuarias le garantizan a la comunidad el bienestar, calidad de los productos y desarrollo rural,
por lo cual, el territorio se considera como sustentable, y se le concibe con una mayor comprensión social y
política del valor estratégico que tienen los recursos naturales, especialmente
el agua, el suelo y los bosques:
“Que, si comparan este corregimiento respecto al corregimiento de la laguna,
cuesta arriba, es un corregimiento que está prácticamente sin cobertura
vegetal, entonces esa relación les permite a ellos decir: vale la pena tener y
cuidar lo que tenemos”
(participante de la investigación). También,
otro participante manifiesta “Afortunados que no tenemos que entregar un valor
económico para que estén contribuyendo a la riqueza del territorio, sino que la
gente está diciendo esto debemos seguir haciéndolo por nosotros mismos, porque
es lo que yo me merezco, esa es la diferencia”.
Las prácticas de los estudiantes en
las clases de agroecología están medidas por un pensamiento crítico, que les permite ver la realidad de
forma propositiva y los lleva a interesarse por conocer las problemáticas locales.
Esto le confiere la capacidad de proponer soluciones creativas a las
problemáticas de la Vereda, participando como líderes en los diversos procesos
políticos de la región.
Las prácticas agroecológicas para
los estudiantes tienen un valor comunitario, les permite trascender el
pensamiento individualista. El joven campesino reflexiona sobre sus prácticas de acuerdo
a la incidencia que estas puedan tener en la comunidad, sus acciones pueden
aportar o afectar a los demás, por ello, pensar en el otro implica ir más allá
de los propios procesos productivos y económicos para contribuir a la
comunidad, teniendo en cuenta los saberes propios y prácticas de producción
limpias.
Las
clases de agroecología enfatizan en el territorio, pues, las prácticas están
mediadas por los saberes que influyen en las formas de pensar, sentir y actuar
frente al medio a través de una construcción personal. Respecto a este
planteamiento se logra apreciar a través de la investigación que para el
campesino el territorio representa vida, sueños y esperanza.
La agroecología promueve el uso
sostenible de los recursos naturales, como el agua y el suelo. Además, al
involucrar a los estudiantes, padres y miembros de la comunidad en la
planificación y ejecución de proyectos agroecológicos, se crea un sentido de
pertenencia y responsabilidad compartida hacia la producción de alimentos
saludables y sostenibles.
La importancia que tiene la
agroecología para los estudiantes de contexto rural, está enmarcada desde una
visión de sustentabilidad, para un desarrollo rural de la comunidad campesina,
de esta manera sus prácticas están pensadas desde una base sustentable, que
lleve a disminuir los riesgos ambientales, de aquí la importancia que dan a que
las prácticas agrarias sean ecológicas y participativas, en la que los actores
sociales aporten de manera integral, lo que implica un cambio de pensamiento
que aporte al territorio. De esta manera, para encarar la crisis ecológica y
social actual, la escuela tiene un papel importante, ya que es en esta que el
joven campesino reflexiona su propia práctica agrícola y pecuaria, basándose en
criterios agroecológicos, que están siendo impulsadas por agricultores con
visión ecológica desde las comunidades rurales.
Finalmente, es importante resaltar
que la agricultura desempeña un papel fundamental en la economía rural,
confirmando que esta sigue siendo clave para el desarrollo rural.
Se
reconoce también que debe haber responsabilidad por parte de los campesinos
para que el territorio rural sea una construcción social, cultural y
productiva, privilegiando una agricultura limpia.
Conclusiones
1. La agroecología contribuye a la formación
integral, los estudiantes pueden aprender sobre la relación entre la
naturaleza, la producción de alimentos y la comunidad. A través de la
implementación de proyectos agroecológicos, se fomenta el desarrollo de
habilidades prácticas, la conciencia ambiental y la valoración de la
agricultura sostenible y sustentable.
2. Resulta necesario
dar tratamiento en las escuelas a la situación de la crisis ecológica y social actual, con énfasis en la
acción de los agricultores de las comunidades rurales para garantizar una práctica agrícola y pecuaria, basada en criterios
agroecológicos.
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[1] Es necesario mencionar que estos elementos
etnográficos se encuentran consignados en el documento original de la
investigación disponible en el repositorio de la Universidad del Cauca. Para
efectos del presente artículo y del espacio disponible, se omiten los detalles,
aunque están en consideración en los procesos de análisis e interpretación de
la información.