Artículo
de revisión
Las mujeres cubanas en la revolución: ejemplo
de valentía y heroísmo
Cuban women in the revolution: example of bravery and
heroism
Est. Daymis Mariam Sánchez
Riverón, Universidad de Granma, Cuba (1)
Dr. C. Dayamis Riverón
Cabrera, Universidad
de Granma, Cuba (2)
(1) Estudiante de 2do Año de la Carrera Pedagogía-Psicología.
Es Alumna ayudante, pertenece al grupo científico Generando Voces. Facultad
Educación Básica. Universidad de Granma, Bayamo, Cuba. dmsanchezr@estudiantes.udg.co.cu
(2) Profesora Titular. Doctora en Ciencias de la
Educación. Máster en Ciencias de la Educación. Licenciada en Educación
Especialidad Economía. Jefa del departamento Formación Pedagógica General.
Universidad de Granma, Bayamo, Cuba.
MENDELEY:
https://www.mendey.com/search/¿page=1&query=Dayamis%20River%C3%B3n%20Cabrera%20&sortBy=relevance
Resumen
La
mujer Cubana ha tenido una participación activa en las luchas por la liberación
nacional. Desde el inicio lucharon por la promulgación de leyes y disposiciones
jurídicas que aseguran los derechos de la mujer en la sociedad. En particular,
lucharon por los derechos a: la vida, la salud, la educación, el empleo, la
superación técnica y cultural, al acceso a cargos de dirección, al voto, a
elegir y ser elegidas, a proteger sus derechos reproductivos y sexuales, de
planificación familiar, entre otros. Es por ello que la situación problémica
que dio origen a este artículo es: ¿Qué papel jugaron las mujeres cubanas en
las diferentes luchas por alcanzar la liberación nacional y defensa de sus
derechos? De ahí que el objetivo del mismo es: Reflexionar en torno al papel de
la mujer cubana en las luchas por la independencia de Cuba en defensa de sus
derechos y de la sociedad. Para la
elaboración del artículo se emplearon los métodos de: Análisis-Síntesis,
Inducción-Deducción y la Revisión de documentos. Este trabajo reviste gran
importancia, pues contribuye a resaltar la vida y obra de mujeres que se
destacaron en las diversas luchas por la independencia, permitiendo su
reconocimiento social.
Palabras claves: Mujer
cubana, derechos, valentía, independencia
Abstract
Cuban women have had an
active participation in the struggles for national liberation. From the
beginning they fought for the promulgation of laws and legal provisions that
ensured the rights of women in society. In particular, they fought for the
rights to: life, health, education, employment, technical and cultural
improvement, access to leadership positions, to vote, to elect and be elected,
to protect their reproductive and sexual rights, family planning, among others.
That is why the problematic situation that gave rise to this article is: What
role did Cuban women play in the different struggles to achieve national
liberation and defense of their rights? Hence, the objective of this work is:
to reflect on the role of Cuban women in the struggles for Cuban independence
in defense of their rights and society. To prepare the article, the methods of:
analysis - synthesis, induction - deduction and document review were used. This
work is of great importance as it contributes to highlighting the life and work
of women who stood out in the various struggles for independence, allowing
their social recognition.
Key words: Cuban woman, law, courage and independence
Introducción
Las
mujeres cubanas han estado siempre presentes en las luchas por la liberación
nacional: las guerras de independencia, la Revolución del 30, la lucha contra
la dictadura de Batista y posterior al triunfo de la revolución, en la lucha
por preservar la independencia alcanzada.
Han
estado presentes en todos los grandes momentos revolucionarios del país, aunque
sus historias no se hayan divulgado suficientemente, por lo que urgen estudios
sobre la memoria histórica de las mujeres y una mayor divulgación (Áreas, 2013).
Desde
épocas inmemoriales la sociedad en Cuba se caracterizaba por las grandes
desigualdades, los notables contrastes entre riqueza y pobreza, y la miseria en
el campo. Todo ello sumía al pueblo en una inmensa penuria y necesidad.
En
tanto la mujer era discriminada y se le privaba de los derechos humanos vitales
como son:
el
derecho a la vida, a la salud, a la educación, al empleo, a la superación técnica
y cultural, al acceso a cargos de dirección, al voto, a elegir y ser elegidas,
a proteger sus derechos reproductivos y sexuales, de planificación familiar,
entre otros (Bell, 2012).
Es
por ello que la mujer cubana comenzó una lucha incansable en la defensa de sus
derechos, entre ellos un derecho vital, el derecho a la libertad es por ello
que se unió a los hombres en las diferentes guerras, en aras de conquistar la
ansiada emancipación.
Teniendo
en cuenta lo antes expuestos se plantea la siguiente situación problémica: ¿Qué
papel jugaron las mujeres cubanas en las diferentes luchas por alcanzar la
liberación nacional y la defensa de sus derechos? De ahí que el objetivo de
esta pesquisa es: Reflexionar en torno al papel de la mujer cubana en las luchas
por la independencia de Cuba en defensa de sus derechos y de la sociedad.
Desarrollo
En
la etapa de la colonia existieron grandes mujeres que lucharon codo con codo
junto a los hombres para satisfacer las ansias de libertad. Una de ellas fue Mariana
Grajales Coello (1815-1893), mujer de raza mulata, destacada patriota cubana, luchadora en las gestas independentistas,
paradigma de mujer, madre cubana y progenitora de los Maceo, estirpe que
simboliza toda la hidalguía y el valor del pueblo cubano.
Participó activamente en la Guerra de los
Diez Años, al concluir la guerra en 1878 parte hacia Jamaica y aún desde lejos continúa colaborando con
la causa, junto a sus hijas y nueras, en la creación de clubes patrióticos. El pueblo de Cuba le debe a Mariana algunos de
sus más valiosos héroes como Antonio y José Maceo, a los que ella supo educar
justamente y convertir en hombres generosos y valientes capaces de dar su vida
por la libertad de su patria (Espin, 1978).
Otra de las grandes
mujeres de esta etapa fue Rosa Castellanos (1834-1907), más conocida como “Rosa
La bayamesa”, fue Capitana de Sanidad cubana nacida en el antiguo departamento
de Oriente. Ella era una esclava bayamesa liberada con el inicio de
la Guerra de los Diez Años el 10 de octubre de 1868. En una prefectura se desenvolvió como enfermera
gracias a sus conocimientos del herbario cubano. Apoyando y prestando servicios
de costurera,
cosiendo las raídas ropas de los mambises. Tras contraer matrimonio con el que
fuera esclavo José Francisco Varona, crean un hospital en Lomas de Najasa,
Camagüey.
Entregó todos sus esfuerzos a la contienda cubana
independentista, desde el hospital más grande de aquellos tiempos en la Isla,
creado en San Diego del Chorrillo. El Generalísimo Máximo Gómez
reconoce su abnegada labor, nombrándola Capitana de sanidad del Ejército
Libertador. Allí continúa hasta el final de la contienda en 1878, para luego seguir la lucha en 1895 (Espín, 1978).
Al estallar la guerra del 95, residía en las lomas de
Najasa en Camagüey y pronto le fue confiado el cuidado del Hospital de
sangre denominado “Santa Rosa” con el grado de Capitana de Sanidad del Ejército Libertador. Cubría turnos en las filas de combate, cargando armas, disparando
fusiles y manejando el machete con precisión y destreza propia de un
hombre de verdadera fortaleza física, sin tener en cuenta en su condición de
mujer. En esta etapa muchas otras mujeres se destacaron en la lucha por la
anhelada libertad como fueron: Ana Betancourt, Amalia Simoni, Isabel Rubio,
entre otras. Todas ellas con personalidades diferentes, pero bajo los mismos
ideales de independencia y emancipación.
En la etapa neocolonial las mujeres
continuaron luchando por lograr la verdadera independencia. Los abusos y
atropellos cometidos por el régimen contra el pueblo trajeron consigo la lucha
armada clandestina en las ciudades y pueblo. Entre las filas de estas
organizaciones clandestinas se encontraba una granmense, nacida en el municipio
Media Luna, Celia Sánchez Manduley (1920-1980), quien
fue la primera mujer combatiente en el Ejército Rebelde. Miembro del Partido
Ortodoxo en 1947. Además, se convirtió en dirigente en la provincia de Oriente
de la campaña de amnistía para los prisioneros del Moncada.
En
1955 fue una de las fundadoras del Movimiento 26 de julio y se convirtió en su
principal organizadora en Manzanillo. Un aspecto muy importante, es que fue la
primera mujer combatiente en el Ejército Rebelde y perteneció a la comandancia
general desde el mes de octubre de 1957.
Celia
se convirtió en la mano derecha de Fidel Castro en la Sierra Maestra. Se le consideró por muchos como el alma de la
Sierra Maestra, teniendo en cuenta que fue encargada de organizar todas las
actividades en la Sierra Maestra. Puebla (2003) señala que: “Celia era la
persona más humana, más sencilla, que había.” (p. 34)
Celia
Sánchez antes de convertirse en secretaria de Fidel Castro (1926-2016),
organizó a los campesinos de las lomas. Fue considerada la primera mujer en
utilizar el fusil en la gesta heroica hecho que le dio el sobrenombre de ¨Heroína
de la Sierra ¨. Fue integrante del
Ejército Rebelde desde el 23 de abril de 1957 y desde este lugar fue la
principal promotora de la creación del pelotón femenino Mariana Grajales. A ella se unieron otras mujeres, en 1958, Teté
Puebla la ayudó a organizar escuelitas en la Sierra Maestra.
Esta
última, Delsa Esther Teté Puebla (1940 hasta la actualidad), más conocida con
el nombre de Teté Puebla es otra de las mujeres dignas de destacar, ella se
unió a la lucha para derrocar la dictadura de Fulgencio Batista cuando solo
tenía 15 años. Ella también era de la provincia Granma, vivía en el municipio
Yara, y junto a su familia apoyó y o participó en el Movimiento Revolucionario
26 de julio. Puebla venía de una familia guerrillera y revolucionaria. Sus
ideas libertarias la incitaron a abandonar los estudios para ingresar al
Ejército Rebelde. Por su condición de mujer pudo colaborar de forma activa con
la causa revolucionaria, trabajando como mensajera, utilizaba su falda para
transportar materiales necesarios, en ocasiones se disfrazó de embarazada para
esconder objetos y mensajes. Este accionar trajo consigo que por seguridad a
los 16 años tuvo que unirse al Ejército Rebelde, al ser perseguida por los
esbirros.
En
1958 se convirtió en miembro fundadora y también segunda al mando del pelotón
Mariana Grajales junto a Celia. Desde 1959 fue directora en el Ejército Rebelde
del Departamento de Asistencia a las Víctimas de Guerra y sus familiares. Su
trabajo no terminó allí, en 1963 fue encargada de la educación en el Ejercito
Oriental.
Según La Villa (2000) otra
mujer destacada en esta etapa fue Haydée Santamaría Cuadrado (1922-1980) quien tras cursar sus primeros
estudios en una escuela rural del central azucarero Constancia, se trasladó a
La Habana, donde comenzó a militar en las juventudes del Partido Ortodoxo
e inició su accionar contra la dictadura de Fulgencio Batista.
Durante estos años junto a su hermano Abel Santamaría ofrecieron su casa y la convirtieron en punto de encuentro de la juventud
radical en La Habana. Tras el golpe de Estado del 10 de marzo de 1952, junto a
su hermano Abel Santamaría y otros revolucionarios editan los periódicos
clandestinos: Son los Mismos y El Acusador, que les permite realizar
una intensa labor de agitación. Después de conocer a Fidel Castro, su pequeño
apartamento en La Habana se
convierte en centro del naciente movimiento revolucionario, conocido como
Generación del Centenario.
El 26 de julio de 1953 participó
en el asalto al cuartel Moncada dirigido por Fidel Castro. Haydée fue la encargada de trasladar
las armas hacia Santiago de Cuba para el ataque, y durante el mismo,
su misión consistiría en tomar el Hospital Saturnino Lora para atender a los
heridos. Con el fracaso del asalto, Haydée fue detenida, así como su hermano
Abel y Boris Luis Santa Coloma que era su pareja, ambos murieron producto a las
torturas del ejército. Una de las anécdotas más conocidas de este momento fue
cuando le mostraron un ojo de Abel y los restos de los genitales de su novio. A
pesar del dolor, no pudieron sacarle ninguna información. Fidel Castro recuerda
en su alegato la Historia me absolverá el acto de Haydée y manifiesta que nunca
fue puesto en un lugar tan alto de heroísmo y dignidad el nombre de la mujer
cubana.
Con el inicio de la lucha guerrillera, Haydée participó
tanto en las acciones del Movimiento 26 de Julio tanto en la Sierra Maestra como en el
llano, donde
integró el pelotón María Grajales del Ejército Rebelde y el cual estaba
compuesto íntegramente por mujeres. De allí partiría al exilio, designada por
Fidel como delegada del Movimiento 26 de Julio para aglutinar las fuerzas en el
exterior obtener armas. Una vez huido Batista y tras el triunfo de la Revolución
Cubana, Haydée trabajó durante un corto tiempo en el Ministerio de Educación.
Luego del triunfo de la Revolución Haydée por orden de
Fidel crea “Casa de las Américas”, institución cultural emblemática de Cuba. En 1965 participa en la fundación del Partido Comunista de Cuba, del cual se
convierte en miembro y es electa miembro de su Comité Central. En 1967 forma parte de la presidencia de la Organización
Latinoamericana de Solidaridad (OLAS). Allí recibiría a los intelectuales más importantes del mundo
que visitan Cuba.
En toda esta etapa estuvo junto a su compañera y amiga Melba Hernández Rodríguez (1921-2014) quien participó activamente en las luchas contra la dictadura de Fulgencio Batista y desde 1952 formó parte del revolucionario Movimiento 26 de Julio. Melba formó parte del grupo de 162 hombres y 2 mujeres (la otra fue Haydée Santamaría) involucradas en el asalto al cuartel Moncada el 26 de julio de 1953.
Ellas se encontraban con el grupo de Abel Santamaría,
que debían tomar el hospital provincial Saturnino Lora. Todos fueron detenidos
y torturados. A pesar de las presiones ejercidas por el ejército y deducir que
sus compañeros no habían delatado resolvieron tampoco hacerlo.
Casi
inmediatamente después del encarcelamiento participó en la impresión y
distribución del Manifiesto a Cuba que
sufre, en el cual Fidel Castro y sus compañeros de presidio patentizaban
su decisión irrevocable de continuar la lucha contra el régimen de Fulgencio Batista.
Fue también Melba, junto Haydée Santamaría, Esperanza
Behmaras y Lidia Castro, quien recopiló y organizó las notas que Fidel Castro
iba logrando sacar de la prisión, escritas con zumo de limón y en la cual reconstruía su alegato
en el juicio del Moncada, que luego sería conocido como “La Historia me absolverá”. Fidel
Castro le encomendó a Melba y Haydée la dura tarea de recaudar fondos para la impresión
de La Historia me absolverá.
Peso a peso lograron acumular el dinero necesario para editar el manuscrito. Posteriormente
con una pequeña parte del dinero recaudado y cumpliendo orientaciones de Fidel,
Melba parte hacia México para encontrarse
con los asaltantes del cuartel Moncada que allí se encontraban en el exilio. La
llegada de Melba con ayuda económica alivió la precaria situación económica que
estos padecían. En México
participó en los preparativos de la expedición del Yate Granma y despidió a los combatientes en el puerto de Tuxpan.
Con Fidel en la Sierra Maestra, se incorporó al Ejército Rebelde en el Tercer Frente Mario Muñoz. Con el triunfo de la Revolución
cubana fue
fundadora del Partido
Comunista de Cuba y miembro de su Comité Central. Cumplió numerosas tareas, siendo una de
las más importantes su gestión como representante de la solidaridad del pueblo cubano con los países del denominado Tercer
mundo. Fue
nombrada directora del Reclusorio Nacional de Mujeres, en Guanajay.
Por la hazaña del 26 de julio de 1953, fue
declarada “Heroína del Moncada”. A principios de los años sesenta estuvo a cargo de las cárceles de mujeres en
Cuba. Durante la invasión estadounidense a Vietnam fundó y presidió desde su creación el Comité
Cubano de Solidaridad con Vietnam, que más tarde extendió su trabajo a Camboya y Laos (Espín, De los Santos y Ferrer,
2012).
Fue vicepresidenta del Movimiento Cubano por
la Paz y la Soberanía de los Pueblos, y miembro del presídium del Consejo
Mundial por la Paz. Después del triunfo de Vietnam, Fidel Castro nombró a Melba
Hernández embajadora de Cuba en la República Socialista de Vietnam y en Camboya y secretaria general de la Organización de
Solidaridad con los Pueblos de Asia, África y América Latina. Entre 1976 -1993 fue diputada en la Asamblea Nacional
del Poder Popular representando al municipio Diez
de Octubre en
la provincia de Ciudad de La
Habana.
Otra
de las mujeres destacadas en esta etapa fue Aleida March (1936 hasta la
actualidad), cubana, natural de Santa Clara, fue combatiente del Movimiento 26
de Julio en la clandestinidad y guerrillera. Estuvo en la guerrilla desde
noviembre de 1958. Se convirtió en ayudante del comandante Ernesto ''Che''
Guevara, con el que posteriormente contrajo matrimonio.
Pero
cuando se habla de mujeres de la Revolución existe un nombre que no se puede
dejar de pronunciar, y es el de Vilma Espín Guillois (1932-2007), quien
pertenecía a la alta burguesía de la provincia de Oriente. Era considerada la
mujer más influyente de Cuba debido a que fue líder de la Revolución Cubana.
Estuvo cerca de los líderes principales, fue mensajera y gozaba de la confianza
del líder Frank País. Vilma Espín fue líder estudiantil y guerrillera del
Ejército Rebelde en la Sierra Maestra, segunda mujer Ingeniero Químico en Cuba.
Desde
muy joven y antes de la Revolución cubana, esta mujer se destacaba en las
luchas estudiantiles en la Universidad del Oriente. Donde participaba en las
manifestaciones en contra del gobierno de Fulgencio Batista.
Fue
luchadora clandestina y se alzó en la Sierra Maestra. Fue la fundadora de la
Federación de Mujeres Cubana (FMC) en 1960. Fueron muchas las facetas que Vilma Espín
realizó en su vida. Entre sus logros estuvo la lucha por la mujer cubana.
Admiradora de las cubanas del siglo XIX Ana Betancourt y Mariana Grajales.
Vilma siempre citaba y nombraba a Ana Betancourt en la mayoría de sus discursos
y mensajes a las mujeres cubanas. También mencionaba a otra fémina
revolucionaria del siglo XIX en Cuba, la madre de los Maceo, Mariana Grajales.
Para
Espín (1978) Mariana Grajales representaba la rebeldía y el patriotismo de la
mujer cubana en la lucha por la libertad e independencia de Cuba. En su
discurso presentado en Santiago de Cuba el 26 de junio de 1978 titulado Mariana
Grajales representaba la rebeldía y el patriotismo de la mujer cubana en todas
las épocas menciona la importancia de esta mujer negra del siglo XIX que fue a
las montañas con sus hijos y les enseñó el amor a la libertad y lucha por la
patria cubana.
Ofreció discursos relacionados a mujeres que
conoció durante la causa revolucionaria como Haydée Santa María y Celia Sánchez
Manduley. Además, no olvidó mencionar y recalcar la importancia del Pelotón
Mariana Grajales. Vilma Espín es una de
las mujeres más recordadas en la política y lucha femenina en el siglo XX en
Cuba.
Vilma
también integró también el pelotón Mariana Grajales, todas las mujeres que
formaron el pelotón estaban en la Sierra Maestra y colaboraban con la causa
revolucionaria desde antes de 1958. Ellas desde sus inicios reclamaron el
derecho a tomar el fusil y pelear junto a los hombres. Muchos de ellos no
estaban de acuerdo pues manifestaban, que, con tantos hombres desarmados, como
le iban a dar un fusil a una mujer. A lo que Fidel Castro contestóː “Porque
son mejores soldados que ustedes. Son más disciplinadas.” (Puebla, 2003, p. 46)
Entonces,
se formó el pelotón femenino Mariana Grajales. Llevaba el nombre de una mujer
importante de la revolución durante el siglo XIX. Mariana Grajales, la madre
del Titán el General Antonio Maceo. Su jefa fue Isabel Rielo y Teté Puebla fue
la segunda al mando.
El
pelotón fue enseñado a disparar por Fidel Castro y utilizaban el fusil M ̵
1. Pero sabían utilizar todo tipo de armas. Además, se convirtieron en la
avanzada de Fidel. Teté Puebla señala que Fidel Castro lo hizo para demostrar
su confianza en las mujeres, en la igualdad de la mujer.
La Revolución triunfó el 1 de enero de 1959.
Isabel Rielo y Teté Puebla fueron ascendidas con el grado de primer teniente.
Luego, el 24 de mayo de 1959, Teté Puebla fue ascendida a capitana.
El
papel que desempeñaron las mujeres en el proceso revolucionario resulta ser de
extraordinaria importancia. Realizaban todo tipo de labores y tareas de
combate. Las mujeres desempeñaron tareas como mensajeras, cocineras,
enfermeras, médicos, costureras, organización civil y en combate.
En la etapa
revolucionaria posterior al 1ro de enero de 1959 se crea la Federación de
Mujeres Cubanas (FMC), fue fundada por Vilma Espín Guillois el 23 de agosto de
1960. El propósito de la FMC fue lograr la igualdad de la mujer cubana en todos
los ámbitos y niveles de la sociedad.
Todas
las agrupaciones femeninas se unieron en una sola organización para todas las
cubanas.
Resulta
interesante observar en Cuba, la gran participación de las féminas en la
sociedad. Desde el inicio de las transformaciones revolucionarias se ha llevado
a cabo un modelo de desarrollo económico, político, ideológico, jurídico,
educacional, cultural y social, donde se ha priorizado la inclusión de todas
las personas con los mismos deberes y derechos, y los aspectos sociales han
estado en el centro de los objetivos, lo que ha estimulado la participación de
las mujeres.
Según
Espín, De los Santos y Ferrer (2012) Cuba fue el primer país en firmar, en la
Organización de Naciones Unidas, la Convención sobre la eliminación de todas
las formas de discriminación contra las mujeres y el segundo en ratificarla. El
Estado cubano ha presentado periódicamente los informes ante el Comité para la
Eliminación de la Discriminación contra la Mujer en cumplimiento de sus
compromisos y obligaciones internacionales, y en correspondencia con la
voluntad política del Partido y el Gobierno cubanos de garantizar el pleno
ejercicio de la igualdad de las mujeres en todos los ámbitos de la sociedad
La
FMC, como organismo rector de las políticas hacia las mujeres, ha sido un
puntal decisivo en cuanto a iniciativas, proposiciones y materialización de
importantes leyes para su beneficio y el de las familias cubanas. Existen
mujeres no tan conocidas por el pueblo cubano, pero si las mujeres que trabajan
todos los días, van al hospital, a la escuela, a la industria, al campo. La
revolución está plagada de marianas (Espín, De los Santos y Ferrer, 2012).
Conclusiones
·
Sin la participación
activa de la mujer cubana en las luchas por la independencia no hubiera sido
imposible el triunfo revolucionario, así como mantener las conquistas de la
Revolución.
·
La Federación de Mujeres Cubanas
es la organización insignia de la mujer cubana, quien las aglutina y vela por
sus derechos en la sociedad.
·
En Cuba se respetan y
protegen los derechos de la mujer. Esta constituye fuerza de trabajo
indispensable en el desarrollo de la sociedad, teniendo en cuenta que existe
presencia femenina en las áreas de la salud, la educación, el gobierno, la
industria, el deporte, la cultura, la innovación y demás sectores económicos,
políticos y sociales del país.
Referencias
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