Titulillo: El pensamiento pedagógico de Fidel Castro
Artículo
de revisión
Ideas sobre el pensamiento pedagógico de Fidel
Castro: un educador social
Ideas
about the pedagogical thought of Fidel Castro: a social educator
Est. Daymis
Mariam Sánchez Riverón, Universidad de Granma, Cuba. (1)
Dr. C. Dayamis Riverón Cabrera, Universidad de Granma, Cuba. (2)
(1) Estudiante
de 2do Año de la Carrera Pedagogía-Psicología. Es Alumna ayudante, pertenece al
grupo científico Generando Voces. Facultad Educación Básica. Universidad de
Granma, Bayamo, Cuba. dmsanchezr@estudiantes.udg.co.cu
(2) Profesora
Titular. Doctora en Ciencias de la Educación. Máster en Ciencias de la
Educación. Licenciada en Educación Especialidad Economía. Jefa del departamento
Formación Pedagógica General. Universidad de Granma, Bayamo, Cuba.
MENDELEY: https://www.mendey.com/search/¿page=1&query=Dayamis%20River%C3%B3n%20Cabrera%20&sortBy=relevance
Resumen
El
artículo ofrece una nueva mirada, al legado pedagógico de Fidel Castro para
educar a las presentes y futuras generaciones. Para la elaboración del mismo se
realizó una sistematización y profundización en documentos, artículos, libros y
discursos pronunciados por Fidel en función de la educación. Es por ello que la
situación problémica que da origen a este artículo es: ¿Cuáles son las
principales ideas de Fidel Castro en torno a la Educación de las actuales y
futuras generaciones de cubanos, que constituyen su pensamiento pedagógico? De
ahí que el objetivo es: Reflexionar en torno a las ideas de Fidel Castro sobre
la Educación que constituyen la guía a seguir para la formación de las actuales
y futuras generaciones de cubanos y lo convierten en un educador social. Para
ello fue preciso aplicar diferentes métodos de investigación:
análisis-síntesis, inducción-deducción, revisión de documentos y triangulación
de los datos contrastados desde las diferentes fuentes. Este resultado brinda a
los educadores y a los propios educandos, protagonistas activos de su
educación: principios, pautas, premisas, consejos educativos de Fidel para convertirse
en mejores seres humanos, crecer en lo personal, profesional y social, para el
desarrollo de la humanidad.
Palabras claves: educación;
educador social; ideario pedagógico; reforma educacional
Abstract
The work offers a new look at
Fidel Castro's pedagogical legacy to educate present and future generations. To
prepare it, a systematization and deepening of documents, articles, books and
speeches given by Fidel based on education was carried out. That is why the
problematic situation that gives rise to this article is: What are Fidel Castro's
main ideas regarding the Education of current and future generations of Cubans,
which build his pedagogical thinking? Hence, the objective of this work is: to
reflect on Fidel Castro's ideas on Education that build the guide to continue
training current and future generations of Cubans and turn him into a social
educator. For them, it was necessary to apply research methods: analysis -
synthesis, induction - deduction, document review and triangulation of
contrasted data from different sources. This result provides educators and
students themselves, active protagonists of their education: principles,
guidelines, premises, educational advice from Fidel to become better human
beings, grow personally, professionally and socially, for the development of
humanity.
Key words: education;
social educator; pedagogical ideology; educational reform.
Introducción
La
Cuba que existía antes del triunfo revolucionario en el ámbito educativo era
muy diferente a la que se conoce en la actualidad. El país estaba sumido en la miseria y el
analfabetismo, situación que no escapó al visionario joven Fidel Castro Ruz. Él
realizó un análisis objetivo de la situación educacional de la población y se
percató de que una gran parte del pueblo era analfabeto.
Luego del triunfo de la Revolución el 1ro de
enero de 1959 se desarrolló una reforma educacional como jamás había existido.
Teniendo en cuenta que el proyecto social que se construía requería de hombres
capaces, con una Cultura General Integral que les permitiera desenvolverse
socialmente y a la vez aplicar conocimientos, habilidades, valores,
competencias que les permitieran enfrentar con acierto los disímiles problemas
profesionales, que se le presentan en la vida cotidiana una vez incorporados al
mundo laboral. Uno de los problemas que
la revolución naciente debía solucionar como manifestase Fidel Castro Ruz
(1926-2016) en el programa del Moncada era precisamente era el de la Educación.
En este sentido el realizó grandes aportes al sistema educacional a partir de
la proyección de sus ideas.
Es
por ello que resulta necesario el estudio del pensamiento pedagógico de Fidel Castro
para la formación de la actual y futura generación de cubanos. Él significó la
continuidad de todo el pensamiento educativo formado a través de la historia de
Cuba y que ha constituido un aporte extraordinario al pensamiento latinoamericano
y universal al realizar grandes contribuciones en el campo educativo.
Su
obra educativa construida en más de medio siglo y llevado a cabo por la
Revolución pone una vez más de manifiesto su capacidad pedagógica, capaz de
materializar la extensa obra educativa de Cuba y extenderla a países de América.
Una educación al estilo cubano, como manifestara Castro a Betto
en 1985 “Hemos recogido las ideas marxistas, las ideas de Martí, nuestras
propias ideas, las hemos combinado, pero también nuestra propia experiencia.
Nuestra escuela es otro mundo para la juventud...” (Betto,
1985, p. 256).
Con
esta expresión, el líder de la Revolución quiso decir que la educación que se
desarrolla en Cuba en la actualidad es toda una mezcla del pensamiento
revolucionario acumulado, tomando lo más positivo de la obra pedagógica cubana
y marxista, para construir una educación al estilo cubano, que garantiza la
formación y desarrollo de la sociedad actual. Creado a partir de las
necesidades y potencialidades del pueblo cubano.
Es
por ello que el objetivo fundamental del artículo se enmarca en: Reflexionar en
torno a las ideas de Fidel Castro sobre la Educación que constituyen la guía a
seguir para la formación de las actuales y futuras generaciones de cubanos y lo
convierten en un educador social.
Reviste
de singular importancia en la búsqueda de los hitos fundamentales del
pensamiento de Fidel Castro su visión sobre la formación de los profesionales
de la educación, componente de particular trascendencia en el proceso de
consolidación y desarrollo de la identidad cultural y nacional.
Para
el desarrollo de este trabajo se realizó una profundización y sistematización en
diferentes fuentes de información como artículos, libros y discursos pronunciados
por Fidel Castro, que permitió revelar, desde una nueva mirada, su legado
pedagógico para educar a los más jóvenes. Con la pretensión de brindar a los
educadores, fundamentalmente a los maestros y a los propios educandos,
protagonistas de su educación: principios, pautas, premisas, consejos educativos
provisorios de Fidel Castro a las presentes y futuras generaciones, para que
puedan ser cada vez mejores seres humanos, y crecer en lo personal, profesional
y social a favor de ellos mismos y de la humanidad.
Desarrollo
Fidel
Castro no fue egresado de ninguna escuela pedagógica, sin embargo, su manera de
enseñar trascendía el aprendizaje. En encuentros que sostenía con los jóvenes
facilitaba una producción mutua de conocimientos significativos, vivenciales y
realmente desarrolladores, donde aprendía de ellos y los jóvenes de su maestro.
Era un excelente orador, para desarrollar una conferencia magistral no
necesitaba un aula, plan de clases, computadora, ni ningún medio de enseñanza
sofisticado para trasmitir sus ideas, hacer valer una verdad o motivar hacia la
búsqueda de nuevos conocimientos; aunque consideraba imprescindible el uso de
la tecnología, la ciencia y la innovación en la producción de nuevos
aprendizajes a favor de la humanidad.
Teniendo en cuenta que Fidel Castro
no fue maestro de profesión es imprescindible remitirse a la definición del
concepto educador. Existen disimiles
posiciones al respecto, en el Sitio Web El Tintero (2023) se plantea:
Es
aquel individuo, que bajo el cumplimiento de una preparación profesional puede
educar a otras personas, trabaja dentro del ámbito de la enseñanza…la educación
es la clave que abre muchas puertas a las posibilidades en el desarrollo
profesional de una persona. (p.1)
Como se puede apreciar en esta
definición se circunscribe el calificativo de educador al profesional de la educación.
Sin embargo, Buenavilla (2002) plantea:
(…)
se reúne bajo el concepto de educador a todas las personalidades que se
relacionan de una forma u otra con la educación y los procesos pedagógicos
concomitantes y se incluyen aquí, no solo los que se mueven en la esfera de la
escuela y el sistema nacional de educación, sino aquellos que han ejercido una
influencia educativa, aunque no propiamente desde el sistema escolar”. (p.1)
Esta definición es un poco más amplia
e incluye no solo a los educadores de profesión, sino que agrupa dentro de este
grupo a maestros con títulos o sin ellos que son reconocidos por su labor en el
campo de la educación; que pueden ser personalidades pedagógicas, de alcance
nacional o internacional. Incluye también a las personalidades políticas, que,
sin provenir específicamente de la enseñanza, han ejercido una gran influencia
en la educación y formación de las nuevas generaciones de sus pueblos y que son
denominados educadores sociales. Entonces, asumiendo esta definición a partir
de la influencia educativa que ejercía Fidel Castro en todas las personas con
las que se relacionaba, es preciso definir el concepto educador social. Este
también cuenta con diversas definiciones dependiendo del posicionamiento teórico
a partir del cual, el autor Sáez (1993) lo define como, “profesional que
interviene y es protagonista de la acción social conducente a modificar
determinadas situaciones personales y sociales a través de estrategias
educativas”. (p. 183)
Por otra parte
Petrus (1997) lo define como “(…) todo aquel que tiene capacidad o cualidad de
educar. Es decir, dispone de capacidad o energía para formar o educar al ser
humano, a través de acciones o procesos conscientes o inconscientes”. (p.26)
Otra
posición es la de Mata (1998), “(…) es un agente de cambio social y un
dinamizador de grupos sociales a través de la acción educativa”. (p.48)
Por otra parte, Buenavilla
(2002), define el concepto de educador social y lista los términos siguientes: “Es
una personalidad ejemplar para la sociedad” (p.1). “Es un comunicador” (p.2). “Su
mensaje está dirigido a la comunidad humana” (p.3). “El mensaje es portador de
un contenido que puede ser educativo, estético, económico o socio-ideopolítico”
(p.4). “El contenido del mensaje tiene repercusión si se proyecta al futuro a
favor del desarrollo social” (p.5). “Muestra elevado nivel espiritual y su
labor es esencialmente ética” (p.6). “Es consciente de que la educación de las
masas es solamente posible a través de la educación del individuo” (p.7).
Más
adelante el propio autor Buenavilla y Fernández (2010) plantean:
(…)
es el sujeto, que, a partir de las cualidades de su personalidad, ejerce
influencia desde la sociedad sobre los individuos y su comportamiento social,
contribuye con su labor y su actuación a la adquisición de sus conocimientos y
habilidades, a la formación de sus convicciones y valores y a la consolidación
de la sociedad educativa. Su capacidad de comunicación le permite además
trascender a las masas propiciando la universalización de la educación, la
justicia social y el desarrollo de la cultura. (p.7)
Se asume esta última definición a partir de considerarla abarcadora
y completa. Y por tanto se puede calificar a Fidel Castro de educador social, puede
decirse que fue uno de los más grandes educadores sociales que ha conocido la
historia de la humanidad. Teniendo
en cuenta que fue una personalidad ejemplar en su conducta social, que tenía
como rasgo distintivo ser un excelente comunicador, que trasmitió siempre un
mensaje claro y sincero en aras del bienestar de su pueblo y la humanidad en
sentido general. Con un gran contenido ideológico, educativo, social, de paz,
político, económico, con una visión extraordinaria adelantada para el momento
histórico que le tocó vivir. Pues era capaz de predecir lo que iba ocurrir en
el futuro. Como dijo alguien una vez, Fidel Castro tenía la capacidad de ir al
futuro y retornar, teniendo en cuenta la fiabilidad de sus predicciones.
Fue un líder colmado de valores
humanos, la responsabilidad, el sentido de pertenencia, la dignidad humana, humanismo,
antiimperialismo, solidaridad, entre muchos otros. Su ejemplo personal era
digno de admirar, por ello fue respetado por políticos, niños, jóvenes, hasta
por sus enemigos. Su bandera siempre fue la honestidad y lucha incansable por
la defensa de su pueblo, incitando y luchando por su educación, persiguiendo la
máxima de que fuera uno de los más cultos del mundo, a costa de cualquier sacrificio
personal. Por lo que puede afirmase fue un educador de pueblo, que su pensamiento
y enseñanzas han trascendido a la educación de una nación, y en
otras naciones, por sus aportes a la formación de varias generaciones de niños,
adolescentes y jóvenes; en particular de los jóvenes. A los que les legó una
nueva visión sobre la educación sustentada en los valores humanos, la ética, el
comportamiento cívico y las formas más idóneas de llegar a ser un transformador
activo de la sociedad donde se forma, desarrolla y crece. Son numerosos los
investigadores que han profundizado en su legado pedagógico como Chacón (2013).
Según Núñez
(s.a) a Fidel Castro “... no puede sólo medírsele como un gobernante ni como un
estadista. Es el maestro de un pueblo porque ha sabido ser al mismo tiempo su
discípulo más extraordinario”. (p. 14).
Fidel Castro como educador social es
portador de una metodología marxista- leninista de análisis de la realidad contextualizada
al ámbito cubano y latinoamericano y se nutre de las esencias más progresistas
de todo el pensamiento precedente del mundo de hoy.
El
pensamiento pedagógico de Fide Castro estuvo forjado y marcado por las
condiciones socioeconómicas de la época en que le correspondió vivir. Desde su vida
de estudiante se manifestó en la justa lucha por los oprimidos. Su apegó la
justicia lo hicieron convertirse en un combatiente de la gesta de liberación
nacional iniciada en la década de 1950 y que expusiera en su alegato de
autodefensa después del asalto al Cuartel Moncada el 26 de Julio de 1953. Donde
uno de los grandes problemas planteados en el programa del Moncada se refería a
la situación de la educación y como debía ser solucionada. Su pensamiento
educativo trasciende las fronteras de Cuba y se ha convertido en un paradigma para
todo el mundo. Su vida y obra se engrandece a medida en que crece las
transformaciones en la educación a la que ha consagró toda su fecunda vida
desde estudiante universitario.
La
indagación en el pensamiento educativo de Fidel Castro revela un gradual y
lógico proceso de maduración, a través de su personal actuación, en contextos y
momentos diferentes del proceso revolucionario lo que se revela en la búsqueda
referencial de los contenidos de sus discursos, entrevistas y escritos. Se
aprecia la temprana toma de conciencia en las luchas estudiantiles
universitarias; en sus días de militancia activa en la Juventud Ortodoxa,
marcada por la prédica de Eduardo Chibás; en la experiencia dolorosamente útil
del Moncada; del perenne batallar en el exilio, el Granma y la lucha
insurreccional en la Sierra Maestra, hasta el triunfo revolucionario con su
cotidiano bregar, en pos de una sociedad más justa, solidaria y humanista.
Luego
del triunfo revolucionario del 1ero de enero de 1959, el asedio y la
persecución a la revolución naciente se hace notable, el gobierno los Estados
Unidos de América implanta el bloqueo Económico, Comercial y Financiero. En
estas condiciones, resulta imprescindible el desarrollo de la ciencia y la
técnica para el crecimiento económico y social del país, y la necesidad de
convertir las escuelas en pequeñas fábricas. Fidel Castro hace alusión a la
importancia de la vinculación del estudio con la producción como cuestión
fundamental; y la investigación e innovación debían estar encaminadas a elevar
la producción en todos los sentidos.
Es
precisamente el 7 de julio de 1981 el día en que se realiza la graduación de
estudiantes más grande de la historia de Cuba hasta ese momento, como dijera
Castro (1981) en el discurso pronunciado ese día:
Dudo de que alguna vez en algún país, con una
población de alrededor de 10 millones de habitantes, se hayan graduado en un
día 10 658 profesores, todos ellos con cinco años de estudios universitarios o
con cuatro. Y, por supuesto, estoy absolutamente seguro de que ningún país del
Tercer Mundo, cuyas condiciones ustedes conocen, haya graduado alguna vez más
de 10 000 profesores de nivel medio en un curso. (Castro, 1981, p.1)
Indiscutiblemente
la Educación es una de las más grandes conquistas de la Revolución. El estudio
de un grupo de discursos e intervenciones de Fidel Castro ha permitido
distinguir una serie de ideas relacionadas con la educación, las cuales en
ocasiones coinciden con los preceptos pedagógicos cubanos que le anteceden y en
otras reflejan concepciones novedosas de acuerdo con las condiciones
histórico-concretas.
Las ideas
relacionadas con la instrucción y la educación en su sentido más amplio
expresadas por Fidel Castro como el concepto de educación popular que se
expresa en la idea de contribuir a la culturización de todas las capas y
sectores sociales del país así como la necesaria
vinculación de las organizaciones sociales de masas a las tareas educacionales.
En este sentido considera que la educación es la solución para grandes
problemas sociales y es elemento básico para promover un cambio radical en la
vida del país, incluye la elevación del nivel escolar y cultural de la
población de manera que pueda enfrentar el desarrollo científico de la época,
significa además la elevación espiritual del ser humano, de todos por igual.
Un
elemento fundamental en ideario de Fidel Castro, conducente a la formación de
las nuevas generaciones, es el enriquecimiento y profundización del principio
del vínculo indisoluble entre el estudio y el trabajo, donde la práctica de la
creación productiva, desempeña un papel pedagógico de singular relevancia. Promueve
la presencia del vínculo estudio-trabajo en los diversos planes de formación
del personal docente tanto regulares como emergentes, los diferentes sistemas
de enseñanza, la concepción del Plan de la Escuela al Campo (1965) y la
creación de las Escuela Secundaria Básica en el Campo (ESBEC), desde fines de
la década de los 60 e inicios de los 70. Aborda la necesidad de formar a las nuevas
generaciones valores, normas de conducta y hábitos, educación político-ideológica,
y el concepto de educación popular.
Fidel
Castro (1981) avizoró sobre la importancia de la juventud para la nueva
sociedad que se construía.
(…) esa es nuestra
juventud, esos son nuestros estudiantes universitarios. Esa es la calidad que
se respira, es la continuidad de la tradición histórica, de la tradición revolucionaria
con nuevos pasos, y en una fase superior. No hay nada que se les pida a los
estudiantes universitarios que no se resuelva. No hay colaboración, por difícil
que sea, que no reciba una respuesta positiva, y hemos tenido muchos ejemplos.
(p.2)
En
conversaciones sostenidas con jóvenes, sus consejos educativos teniendo en
cuenta la visión que tenida de los jóvenes cubanos les aconsejaba que
debían: cultivar inteligencia, virtud,
ciencia y conciencia; expresar sus valores de altruismo, valentía, modestia,
sacrificio, solidaridad, valores éticos y morales y responsabilidad; desarrollar
el amor por los demás y por la justicia, la sed de transformación de la
sociedad para hacerla mejor; manifestar sentimiento de odio contra la
injusticia y contra el abuso; defender a los niños, no abusar de los niños, ni
de los padres de los niños, ni de la familia de los niños; evitar la
resignación, aprender cada día algo
nuevo, aprender cada día un poquito más que el día anterior; aprovechar las
lecciones de la vida diaria, entrenar el cerebro, la voluntad y la conciencia y
su capacidad de aprender, de superarse y desarrollarse; hacer valer sus propias
convicciones, hacer valer el pensamiento propio; procurar adquirir aquellos
conocimientos que sean más útiles en cada momento a la nación; dedicarse a
trabajar y buscar soluciones a los problemas; desarrollar la creatividad humana
en todas sus facetas como algo que es muy importante; usar la ciencia y la
técnica en beneficio propio y de la humanidad; desempeñar un papel de
extraordinario valor, en la educación y en la defensa del país; cuidar la salud
tan imprescindible para la vida plena; practicar deporte como un instrumento de
disciplina, de educación, de salud, de buenas costumbres, como un antídoto del
vicio.
Por
otra parte, ofreció premisas pedagógicas para la orientación hacia los valores,
la ética y el
humanismo en proceso educativo de la juventud: No separar, jamás los orígenes
étnicos, ni istmos nacionales ni fronteras, ser por encima, de todo, seres
humanos llamados a ser justos, solidarios y pacíficos. Preservar las identidades nacionales, la
fraternidad y con ellas la verdadera libertad. Practicar verdaderamente el
humanismo, con hechos. Premiar y exaltar el espíritu de sacrificio, de trabajo,
las buenas prácticas, los buenos ejemplos. Que sea el mérito, la capacidad, el
espíritu creador y lo que el hombre realmente aporte al bienestar de la
humanidad.
Estimular
y lograr el acceso al conocimiento y a la cultura para poder acceder a la
ética, con conciencia de que sin educación y sin cultura no hay ni puede haber
democracia. Salvar la naturaleza con la investigación científico, técnica y
conciencia. Fidel Castro en sí mismo sintetiza: la unidad de la idea y la
acción; de la dialéctica necesaria del ser, el deber ser y el ideal; del
pensamiento y acción estratégica; de la combinación moral entre el fin y los
medios; el profundo espíritu crítico y autocrítico ante lo mal hecho; la
defensa indetenible por hacer valer los valores morales más universales.
En
los discursos pronunciados en estos años por Fidel Castro, se aprecia
claramente la importancia social que tiene el maestro para la formación del
hombre nuevo. En el discurso pronunciado
el 7 de julio de 1981, deja bien claro el papel del maestro en la formación de
la nueva sociedad. Estaba convencido que en la medida en que un educador esté
mejor preparado, en la medida en que demuestre su saber, su dominio de la
materia, la solidez de sus conocimientos, así será respetado por sus alumnos y
despertará en ellos el interés por el estudio. Al respecto, aportó importantes
pautas pedagógicas al maestro para la preparación y auto preparación en el
ejercicio del arte de enseñar, en este discurso manifestó que, el educador debe
ser, un activista de la política revolucionaria del Partido, un defensor de la
ideología, la moral y las convicciones políticas de la Revolución.
Un
ejemplo de revolucionario, comenzando por el requisito de ser un buen profesor,
un trabajador disciplinado, un profesional con espíritu de superación, un
luchador incansable contra todo lo mal hecho y un abanderado de la exigencia. El
educador no debe sentirse nunca satisfecho con sus conocimientos. Debe ser un
autodidacta que perfeccione permanentemente su método de estudio, de
indagación, de investigación. Tiene que ser un entusiasta y dedicado trabajador
de la cultura. La autopreparación es la base de la cultura del profesor, su
inquietud por saber, por mantenerse actualizado, por mejorar su trabajo como
educador.
Para
llegar a ser un educador respetado por sus conocimientos, hay que dedicar mucho
tiempo a la lectura. Ser maestro significa ante todo,
serlo en todos los órdenes de la vida. En el ejercicio de la profesión está
implícita su ejemplaridad, divisa del educador comunista y condición
indispensable para cumplir los altos objetivos de la escuela socialista. La
ejemplaridad se demuestra en la puntualidad, disciplina, calidad de la clase,
cumplimiento de las normas, asistencia al trabajo productivo, en las relaciones
con los alumnos y con los compañeros maestros, en su higiene personal y en la
exigencia para consigo mismo y para con los demás. La vinculación de la palabra
con la acción, de las convicciones con la conducta son la base del prestigio
moral del educador.
El
maestro está obligado, ante todo, a plantearse ante sí altos requerimientos
morales, ya que no se puede exigir a los demás lo que él mismo no practica. La
elevada formación ideológica, científica y pedagógica, la asistencia y
puntualidad, el cumplimiento de la misión docente-educativa, la participación
activa en las tareas revolucionarias y las relaciones que se establecen con los
alumnos sobre la base del respeto mutuo, son factores que posibilitan el
prestigio y la autoridad que deben caracterizar la labor diaria del maestro.
El
maestro debe ser un permanente estudioso del marxismo-leninismo, debe estar
actualizado sobre el acontecer nacional e internacional. El educador tiene que ocupar los primeros
lugares en la trinchera de la lucha ideológica contemporánea. Hay que continuar
superándose también científicamente. Hay que aspirar a que los maestros y
profesores estén preparados para realizar investigaciones pedagógicas,
preparados para experimentar, para plantearse la solución de los problemas de
la escuela por la vía de la ciencia pedagógica.
En
las condiciones de la revolución científico-técnica contemporánea no se concibe
al maestro con métodos artesanales de trabajo, se concibe como un activo
investigador, como una personalidad capaz de orientarse independientemente,
como un intelectual revolucionario que toma partido ante los problemas y
plantea soluciones desde el punto de vista de la ciencia. La forma fundamental
de organización del proceso docente educativo es la clase, ella constituye la
actividad principal en que se materializa el cumplimiento de los objetivos de
los planes y programas de estudio. La primera responsabilidad de todo maestro
es la de impartir clases de alta calidad.
El
análisis de los discursos y artículos revisados permitieron valorar como rasgos
generales del ideario pedagógico de Fidel Castro en la formación del personal
docente los siguientes:
Reflexión acerca de las problemáticas
educativas inspirada en una original conjunción del ideario martiano y
marxista. Contextualización de las prioridades educativas en general y de la
formación del personal docente en particular. La concepción de la educación como derecho de
todo el pueblo, que sin desconocer las responsabilidades de la escuela como
núcleo protagónico esencial. Comprensión
del papel de la educación en la formación de personalidades integrales, capaces
de transformar el entorno natural y social, en beneficio de la humanidad y
portadoras de una elevada espiritualidad, basada en sólidos valores ético y políticos.
La concepción de alternativas de
formación del personal docente, tanto regulares como emergentes, en los niveles
de primaria y enseñanza media, con la aspiración de una convocatoria motivada
en factores de concientización más que económicos, sustentada en la confianza
en los valores patrióticos implícitos en las jóvenes generaciones. Su accionar
como impulsor del reconocimiento a la labor del maestro, como uno de los
protagonistas principales de las transformaciones sociales y de formación del
hombre nuevo que demanda la construcción socialista.
La comprensión de la educación en sus
vínculos estrechos con la cultura, la ciencia y la técnica, los valores y la
identidad nacional. El enriquecimiento teórico y práctico de la concepción
martiana del vínculo estudio-trabajo y su materialización en todos los niveles
y perfiles del sistema educacional. Su concepción de una cultura general
integral, asequible a todo el pueblo, como encargo social ineludible, a través
de diversas vías, recursos e instrumentos, desde la informática hasta el empleo
con fines educativos de los medios masivos de comunicación.
Su quehacer como promotor de la
posible conciliación de la masividad y la calidad, mediante el continuo
perfeccionamiento del sistema educativo, la incorporación al proceso de enseñanza-aprendizaje
de las técnicas pedagógicas más científicas, de los medios de enseñanza de más
avanzada tecnología y la sistemática superación personal de maestros, profesores
y cuadros. Promotor del derecho a la educación de todos los pueblos, como única
vía de conquistar su libertad política, garantizar su identidad cultural y
nacional y ejercicio de soberanía. La comprensión de la educación, la cultura y
los valores como instrumentos de transformación de las estructuras económicas,
políticas y sociales injustas, impuestas al tercer mundo por el imperialismo.
Fidel Castró legó una trascendente
influencia educativa, como un genuino educador social, a través de la práctica
revolucionaria, que le otorgan un elevado consenso de reconocimiento popular
aunado a sus poco comunes cualidades como comunicador social que le permiten la
utilización de la oratoria como vía por excelencia de transmisión de su pensamiento,
particularmente su ideario educativo, uno de sus pilares sustentadores.
Conclusiones
1.
La Educación Cubana, ha recibido la impronta de Fidel Castro, su ideario
pedagógico a legado a las nuevas generaciones múltiples orientaciones medulares
para conformar un Sistema Nacional de Educación, que goza de prestigio y
reconocimiento en el mundo entero.
2.
El legado pedagógico de Fidel Castro constituye un imperativo en el quehacer y
la actuación cotidiana de los educadores, en particular de los maestros; y
representa para los más jóvenes, una fuente inagotable en que pueden encontrar
los más valiosos aportes, claves, premisas y consejos a favor de los más nobles
valores, ideales y metas que se propongan alcanzar como estudiantes, profesionales,
investigadores y científicos.
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