Original
Estudio de algunos indicadores de estrés oxidativo en un rebaño
bovino presumiblemente afectado de infección subclínica
Study of some indicators of oxidative stress in a
bovine herd presumably affected by subclinical infection
Est. Antonio García Vanega, Universidad de Granma, Bayamo, Cuba (1)
MSc. Lázaro
Eduardo Valdés Izaguirre, Universidad de
Granma, Bayamo, Cuba (2)
(1) Estudiante
de 5to. Año de la carrera de Medicina Veterinaria. Alumno Ayudante de la
asignatura de Bioquímica Medica. Facultad de Ciencias Agropecuarias. Universidad
de Granma, Bayamo, Cuba. antonio.garciavanega@gmail.com
(2) Profesor
Asistente. Máster en Manejo Sostenible de Recursos Naturales. Licenciado en
Bioquímica y Biología Molecular. Doctor en Medicina Veterinaria. Profesor del
Departamento de Medicina Veterinaria. Facultad de Ciencias Agropecuarias.
Universidad de Granma. Bayamo. Cuba. lazaroeduardovaldesizaguirre@gmail.com
ORCID: https://orcid.org/0000-0002-5285-0264
Resumen
El estudio de indicadores de
estrés oxidativo, de conjunto con la triada, el hemograma y el perfil
metabólico son herramientas importantes para monitorear el estado de salud de
los bovinos. Con el objetivo de estudiar algunos indicadores de estrés oxidativo
en bovinos presumiblemente afectados de una infección subclínica, se realizó el
estudio de los componentes de la triada, del hemograma, potencial reductor
férrico del suero (FBR) y la concentración de sustancias reactivas al ácido tiobarbitúrico (TBARS). Los resultados de la triada fueron
normales, así como los valores de la serie roja, del hemograma y las plaquetas,
no así el leucograma donde se reconoce incremento del número de leucocitos, de
los granulocitos y disminución de los linfocitos. Se concluye que los animales
estudiados presentan valores normales de la triada, del eritrograma
y plaquetas, no así del leucograma, donde se aprecia leucocitosis, linfopenia y granulocitosis,
indicadores de la presencia de una enfermedad infecciosa de carácter subclínico.
Los indicadores de estrés oxidativo estudiados se corresponden con los
determinados para la especie.
Palabras clave: bovinos; estrés oxidativo; hemograma; signos vitales;
granulocitosis.
Abstract
The
study of oxidative stress, together her with the triad, the hemogram and the
metabolic profile are important tools to monitor the health status of cattle.
In order to study some indicators of oxidative stress in bovines presumably
affected by a subclinical infection, the study of the components of the triad
the hemogram, the serum ferreric
reducing potential (BRF) and the concentration of substances reactive to thiobarbituric acid was carries out (TBARS). The results of
the triad were normal, as well as the values of the red series of the hemogram
am platelets, but not the leukogram where an increase in the number of
leukocytes, gtanulocytes and the crease in lymophocytes was recognize. It is concluded that the
studies animals present normal values of the triad, the heritrogram
and platelets, but not the leukogram, where leukocytosis, lymphopenia
and granulocytosis can be seen, inducing the presence
of an infectious disease of a subclinical nature. The oxidative stress
indicators studied correspond to those determined by the species.
Keywords:
bovine; oxidative stress; haemograma; vital singnus; granulocitosis
Introducción
La contribución de la
producción pecuaria a la seguridad económica y alimentaria de millones de
personas en el mundo resulta significativa. El vacuno, en particular, es la
fuente principal de carne, leche y sus derivados, convirtiéndose en la base de
una industria que cada año ve incrementada la demanda de sus productos.
Constituye un renglón donde se realizan importantes inversiones, es fuente de
empleo, sobre todo en las zonas rurales, donde se convierte en motor de
desarrollo. Los productos de origen animal son los alimentos que mayor
proporción de proteínas de alto valor biológico aportan a la nutrición humana.
Aunque la vaca no fue de los primeros animales domesticados por el hombre la
ganadería vacuna desde su origen estuvo sometida a un fuerte proceso de
cambios, siempre con el objetivo de lograr la mayor cantidad de productos
básicos, llámese leche, carne, cuero y estiércol, hasta llegar a lo que tenemos
hoy, una ganadería intensiva, capaz de lograr producciones impensadas años
atrás, a partir de animales prácticamente diseñados para ello, sin embargo la
mayor parte de las veces no se tiene en cuenta la repercusión que esto tiene,
pues conlleva un enorme esfuerzo metabólico, que si no se atienden
convenientemente las demandas de los individuos, termina por provocar estados
incompatibles con su bienestar y la aparición de las enfermedades asociadas. El
bienestar animal como ciencia trata de determinar el estado en que se
encuentran los individuos en su intento de estar en armonía con el medio. Por
lo tanto, se refiere “al estado de los animales”, y no al cuidado o
responsabilidad de los seres humanos hacia ellos, ni a las ventajas económicas
de su explotación. Por supuesto, podemos considerar que aspectos tales como
protección, conservación, legislación y producción sean sus principales
aplicaciones (Cao, 2020). En los últimos años, tanto en medicina humana como en
veterinaria, los conocimientos de los indicadores de estrés oxidativo se suman
a los saberes que ayudan a conocer el real estado de salud de los animales y
por tanto es otra herramienta en manos de los veterinarios para actuar en los
casos que los desajustes así lo requieran. En el desarrollo de los procesos
bioquímicos, los organismos mantienen un balance de oxidación-reducción
constante, preservando el equilibrio entre la producción de especies reactivas
y radicales libres, que se generan como resultado del metabolismo celular y los
sistemas de defensa antioxidantes, la pérdida de dicho balance lleva a un
estado de estrés oxidativo (Cortéz et al., 2020).
El estrés oxidativo aparece
cuando se producen alteraciones en los mecanismos de defensa (por déficit de
las enzimas antioxidantes o bajo consumo de antioxidantes) o por
sobreproducción de especies reactivas (Oliveira et al., 2018), por lo
cual, se ha reconocido como un estado en el cual existe un desequilibrio entre
las especies moleculares de alto potencial oxidante (principalmente EROs y ERNs) y los sistemas de
defensa antioxidante a favor de las primeras, con afectaciones transitorias o
definitivas en la relación estructura – función de todos los niveles de
organización biológica (Newsholme et al., 2016).
Aunque en medicina humana se trata de un tópico ampliamente tratado, en
medicina veterinaria los estudios se han limitado a determinados aspectos. El
empleo del término estrés oxidativo emana de los resultados de los estudios
realizados sobre la base de la importancia de los suplementos
vitamínico-minerales para prevenir ciertas patologías metabólicas o la
incidencia de las mastitis. Además, en el primer caso, el papel de determinados
oligoelementos y vitaminas se analiza sobre la base de la enfermedad que podía
ocasionar su intoxicación y, sobre todo, sus carencias (Castillo et al., 2001).
En la literatura revisada no
se encuentran referencias a estudios realizados en Cuba referidos a este campo
de la investigación en medicina veterinaria, por lo que nos proponemos como:
El estudio de indicadores de
estrés oxidativo en bovinos presumiblemente afectados de una infección subclínica.
Desarrollo
Materiales y métodos: El
presente trabajo se desarrolló a partir del estudio de una muestra de los
bovinos pertenecientes al rebaño del Vivario de la Universidad de Granma. Antes
de la toma de las muestras se realizó la observación clínica del efectivo en el
área de descanso y durante el pastoreo, comprobando que ninguno de los animales
se mostraba síntomas sugerentes de enfermedad, con una condición corporal
superior a los tres puntos y sin manifestaciones evidentes de enfermedad. El
ensayo se realizó en el mes de octubre, al término de la época lluviosa, con
disponibilidad de comida suficiente como para que los animales mantengan una
condición corporal y aptitud adecuada. La evaluación de las funciones vitales:
la frecuencia cardiaca (FC), registrada con el estetoscopio, colocado en el
área precordial izquierda y contando los latidos en un minuto; la frecuencia
respiratoria (FR), registrada mediante la cuenta de los movimientos
respiratorios (expansión toraco-abdominal) durante un minuto, de forma visual;
y la temperatura corporal (TC) mediante termometría rectal, utilizando el
termómetro de máxima, lubricado e introducido por el ano durante tres minutos.
La muestra se conformó a partir de la selección de los animales teniendo en
cuenta la edad de los mismos, quedando distribuidos como sigue:
· Bovinos jóvenes (3 hembras y 3
machos de hasta 12 meses de edad) ….... 6
· Bovinos adultos (3 hembras y 3
machos mayores de 12 meses de edad).... 6
La toma de las muestras de
sangre se realizó mediante venipuntura yugular con antisepsia previa a base de
alcohol al 70%, utilizando una jeringa desechable con aguja 21, estéril y
conteniendo K2EDTA como anticoagulante. Las muestras se mantuvieron en una caja
térmica fresca y se transportaron al laboratorio antes de una hora de la
extracción para su procesamiento.
Estudio del hemograma: El
análisis hematológico se llevó a cabo con un Analizador Hematológico Automático
MINDRAY BC-2800Vet, el cual utiliza el principio de Coulter para contar células
blancas (WBC), células rojas (RBC) y plaquetas (PLT) y construir histogramas a
partir de los valores de volumen de los mismos (MINDRAY, 2011).
Determinación de los marcadores de
estrés oxidativo: A cada muestra de sangre se le evaluó el estado del
potencial reductor férrico del suero (FRP) siguiendo la metodología propuesta
por Bahr y Basulto (2004). Un mL de cada muestra fue
mezclado con 2,5 mL de tampón fosfato (0,5 mol/L, pH
7) y 2,5 mL de una disolución de ferricianuro de
potasio al 1 %. La mezcla se incubó a 50ºC durante 20 minutos. Posteriormente
se adicionaron 2,5 mL de ácido tricloroacético
(TCA) al 10 % y se centrifugó por 10 minutos a 3000 rpm. Parte de la solución
sobrenadante (2,5 mL) fue mezclada con 2,5 mL de agua destilada y 0,5 mL de
cloruro de hierro (III) al 0,1 %. Finalmente se determinó la absorbancia a 700
nm. Los resultados se expresaron valores de absorbancia, los mayores valores
significan niveles más altos de FRP. Se evaluó además la concentración de
sustancias reactivas al ácido tiobarbitúrico (TBARS)
por el método de Botsoglou et al (1994). Un
mililitro de suero se diluyó a 2,5 mL con tampón
fosfato salino (pH 7,4) y se añadieron 5 mL de
solución reactiva (0,9375 g de ácido tiobarbitúrico
(TBA), 37,5 g de TCA en 250 mL de HCl
(25 mol/L)). La mezcla se incubó por 15 minutos a 80 °C, luego de los cuales
fue centrifugada por 10 min a 3000 rpm y se midió la absorbancia del
sobrenadante a 532 nm. Los resultados se expresaron en valores de absorbancia,
los mayores valores significan niveles más altos de TBARS.
Procesamiento
de resultados: A todos los datos obtenidos se le
comprobó la normalidad por la prueba de Kolmogorov-Smirnov
y la homogeneidad de la varianza según Bartlett, se sometieron a análisis de
varianza (ANOVA) de clasificación simple y comparación múltiple de medias según
la prueba paramétrica de Tukey; y a análisis de regresión lineal entre los
valores de los marcadores de estrés oxidativo. Para todas las pruebas se
estableció una probabilidad de error del 5 % (p < 0,05) empleando el paquete
estadístico Graph Pad Prism versión 7.01 para Windows (2016).
Resultados
y discusión: En la Tabla I se muestran los valores
obtenido en el estudio de la triada; Frecuencia Respiratoria (FR), Frecuencia
Cardíaca (FC) y Temperatura corporal (TC). En el caso de la FR, siempre dentro
de lo considerado como normal, estos indicadores se desplazan desde 23 a 28
rpm. La FC muestra valores entre 61 y 81 ppm, considerados fisiológicos, lo
mismo que la temperatura, que se encuentra entre los 38,32 y 38,80°C. En
ninguna de las variables estudiadas se encontró diferencia estadísticamente
significativa al comparar los grupos, ya sea por sexo o por edad. Aunque se
aprecian valores superiores de todos los indicadores en los animales jóvenes y
hembras. Los inferiores se encuentran en los adultos y machos.
Tabla I. Valores de la triada.
|
Frecuencia
Respiratoria (rpm) |
Frecuencia
Cardiaca (ppm) |
Temperatura
0C |
|
Por
sexo |
||||
Machos |
23 ± 3,6 |
61 ± 5,3 |
38,32 ± 0,1 |
|
Hembras |
26 ± 2,8 |
66 ± 3,3 |
38,57 ± 0,2 |
|
Por
edad |
||||
Jóvenes |
28 ± 5,2 |
81 ± 6,9 |
38,80 ± 0,35 |
|
Adultos |
24 ± 3,2 |
64 ± 5,1 |
38,42 ± 0,18 |
|
Valores
de referencia (Feitosa, 2014) |
||||
Jóvenes |
24 – 36 |
70 – 100 |
38,5 – 39,5 |
|
Adultos |
10 – 30 |
60 - 80 |
37,8 – 39,2 |
|
Los valores de la FR
determinada se corresponden con los referidos como normales, enmarcados entre
12 y 36 rpm, reportados por Radostits et al., (2007).
Feitosa (2014) sitúa estos valores entre 10 y 36 rpm.
Por su parte Rimbaud, (2004) plantea que en bovinos mantenidos en ambientes con
temperatura ambiente entre 24 y 31°C este indicador se mueve entre 45 y 90 rpm,
valor que no coincide con lo determinado en nuestra investigación, aun cuando
los valores de temperatura ambiental resultan similares. Por su parte, García et
al., (2012) encontraron en bueyes de trabajo valores entre las 73,22 y
81,43 rpm, condicionado, seguramente, por el régimen de trabajo y las condiciones
ambientales a que son sometidos estos animales.
Respecto a la FC, en
general, los valores que se obtienen están dentro de los referidos por Radostits et al., (2007), quienes la sitúan entre 40
y 80 ppm. García et al., (2012) reportan en bueyes de trabajo valores
entre los 73,22 y 81,43 ppm, ligeramente superiores a los encontrados en este
trabajo y los reportados por el autor antes citado. El comportamiento de la
temperatura corporal, como se muestra en la Tabla I, mantuvo un comportamiento
normal, siempre moviéndose entre 38 y 39 °C, valores similares a los expuestos
por Feitosa (2014), quien sitúa la temperatura
corporal normal de los bovinos adultos entre 37,7 y 39,2 °C. En bueyes de
trabajo, García et al, reporta valores entre 37,99 y 39,10 °C. Al estudiar los
valores del leucograma (Tabla II) es evidente que todos los grupos de animales
estudiados, excepto los monocitos, presentaron valores divergentes respecto de
los reportados como normales para la especie. En ningún caso se observó
diferencias estadísticamente significativas entre los grupos en los que fueron
divididos los animales, aun cuando normalmente deben encontrarse valores dirferentes cuando se comparan animales jóvenes y adultos,
coincidiendo con lo establecido por Friedrichs et
al., (2012), quien considera la edad, el genotipo y las condiciones de
manejo como factores que condicionan las constantes fisiológicas en los
terneros. En todos los grupos al realizar el conteo total de las células
sanguíneas blancas (WBC), se aprecia un incremento del número de leucocitos,
superiores a los reportados por Wood y Quiroz-Rocha, (2010) y Panousis et al., (2018), compatible con un cuadro de
leucocitosis, que puede ser provocado por el aumento de toda la población
leucocitaria o, por el contrario, puede que solo afecte algún tipo celular en
específico. Es por ello que el recuento del total de leucocitos debe
acompañarse siempre de un recuento diferencial (Aceña et al., 2003). En
el caso de los linfocitos se determinó la existencia de valores inferiores a
los considerados como normales por Wood y Quiroz-Rocha, (2010) y Panousis et al., (2018), compatible con un cuadro de
linfopenia, que puede estar condicionado por
consecuencias de un aumento de corticoides endógenos (típicos de leucograma de
estrés, con neutrofilia y linfopenia)
o exógeno, por estrés prolongado o por enfermedades víricas que conllevan
aplasia medular (acompañándose de leucopenia generalizada), también se describe
en casos de enteropatía con pérdidas de proteínas (Ježek
et al., 2011).
Los monocitos se encuentran
dentro de los rangos considerados como normales por los autores antes citados.
Tabla II. Indicadores
hematológicos. Serie blanca.
|
WBC
(109/L) |
Linfocitos (#) |
Monocitos(#) |
Granulocitos (#) |
Por
sexo |
|
|||
Machos |
150,10 ± 7,76 |
14,60 ± 1.63 |
5.74 ± 0.55 |
129,78 ± 6.25 |
Hembras |
155,60 ± 22,94 |
16,18 ± 7.32 |
6,18 ± 2,18 |
133,24 ± 13.50 |
Por
edad |
|
|||
Jóvenes |
156,82 ± 20,11 |
16,87 ± 6,18 |
6,43 ± 1,82 |
133,53 ± 12,40 |
Adultos |
146,90 ± 7,42 |
13,18 ± 1.55 |
5,25 ± 0,55 |
128,48 ± 5,34 |
Valores
de referencia (Wood y Quiroz-Rocha,
2010) |
|
|||
|
51.0 – 133,0 |
25 – 75 |
0 – 8 |
18 – 63 |
Dentro de la denominación
granulocito se engloban las células leucocitarias que por sus características tintoriales presentan granulaciones dentro de su
citoplasma, dígase neutrófilos, eosinofilos y
basófilos (Delgado et al., 2014). En nuestro estudio encontramos un
incremento considerable del número de estos tipos de células, superiores a los
descritos como fisiológicos por Wood y Quiroz-Rocha, (2010) y Panousis et al, (2018), compatible con un cuadro
infeccioso provocado por parásitos en el caso de la eosinofilia, bacterias en
la neutrofilia y basofilia.
Cualquier incremento en el número de neutrófilos circulantes se denomina
neutrofilia. Si ésta se asocia a un aumento de los leucocitos totales se llama
leucocitosis neutrofílica. Algunas de las causas habituales de neutrofilia son:
organismos infecciosos, especialmente bacterias piogénicas (formadoras de pus),
inflamación, especialmente se incluye necrosis tisular, neoplasias, intoxicaciones
y presencia de corticoesteroides o epinefrina, ya sean administrados o
endógenos a causa de excitaciones o estrés. La neutrofilia fisiológica puede
ocurrir en respuesta a la adrenalina por una disminución de la adherencia de
los neutrófilos y un aumento del flujo sanguíneo a través de la
microcirculación. La neutrofilia transitoria (dura de 20 a 30 minutos) es común
en animales jóvenes la cual es generada por emociones, miedo, excitación y
ejercicio corto pero intenso (Roldán et al., 2005). Luego de este
análisis es posible afirmar que los animales estudiados se encuentran afectados
por un cuadro infeccioso de carácter subclínico, toda vez que no aparecen
manifestaciones clínicas evidentes de enfermedad específica, el estado
nutricional, el aspecto y comportamiento de los animales es bueno, sin embargo,
la presencia de un cuadro de leucocitosis con neutrofilia es indicador del
padecimiento de algún proceso infeccioso o inflamatorio subclínico,
coincidiendo con (Aceña et al., 2003). Los indicadores de la serie roja
estudiados; conteo total de células sanguíneas rojas (hematíes o glóbulos
rojos) (RBC), hematocrito (HTC) y volumen corpuscular medio (VCM), se muestran
en la Tabla III.
Tabla III. Indicadores
hematológicos. Serie roja.
|
RBC (10^12/L) |
HCT (%) |
VCM (fL) |
Por
sexo |
|||
Machos |
7,82 ± 1,55 |
30,64 ± 1,05 |
40,30 ± 6,71 |
Hembras |
6,37 ± 1,35 |
29,22 ± 6,63 |
45,98 ± 5,93 |
Por
edad |
|||
Jóvenes |
7,46 ± 2,00 |
28,77 ± 5,53 |
39,48 ± 5,47 a |
Adultos |
6,54 ± 0,23 |
31,68 ± 2,01 |
48,63 ± 4,13 b |
Valores
de referencia (Wood y Quiroz-Rocha,
2010) |
|||
|
4,9 – 7,5 |
21 - 30 |
36 – 50 |
Letras distintas indican
diferencias significativas entre los grupos.
En el caso del RBC, no se
aprecia diferencia significativa entre ninguno de los grupos estudiados y se
corresponden con los determinados como normales para la especie por Wood y
Quiroz-Rocha, (2010) y Panousis et al, (2018).
En el caso del HCT, tampoco es posible determinar diferencia estadísticamente
significativa entre los grupos, aun cuando el valor encontrado sea ligeramente
superior en el grupo adultos, siempre dentro los rangos considerados normales
por los autores citados anteriormente. En el caso de VCM se observa que existe
diferencia significativa entre los grupos de edad, jóvenes y adultos, siendo
superior en el caso de estos últimos, aun cuando en todos los casos este
resultado se corresponde con lo establecido por Wood y Quiroz-Rocha, (2010) y Panousis et al., (2018). La Tabla IV muestra los
valores referidos al número de plaquetas (PLT) y volumen plaquetario medio
(VPM). Encontrando en ambos casos valores medios que se corresponden con los
planteados por Wood y Quiroz-Rocha, (2010) y Panousis
et al., (2018) como normales para la especie.
Los valores de PLT, no
muestran diferencia estadísticamente significativa entre los grupos, no así en
el caso de VPM donde sí se aprecia diferencia significativa entre los distintos
grupos, ya sea entre hembras y machos y entre jóvenes y adultos. En el primer
caso el mayor valor se encuentra en las hembras respecto a los machos y en el
segundo los adultos poseen una cuantía superior a la determinada en el caso de
los jóvenes. Según Ramírez (2006), las concentraciones de plaquetas varían en
las distintas especies, observándose las menores concentraciones en las aves,
peces, reptiles y batracios. También se ha señalado variaciones entre
individuos de una misma especie de acuerdo a factores como la edad, la raza, el
sexo y algunos estados fisiológicos. Las más altas concentraciones se han
reportado en rumiantes como los bovinos, ovinos, cabras y búfalos.
Tabla IV. Indicadores
hematológicos. Serie plaquetaria.
|
PLT (10^9/L) |
VPM (fL) |
Por
sexo |
||
Machos |
362,40 ± 86,25 |
4,70 ± 0,29 a |
Hembras |
341,80 ± 119,61 |
5,34 ± 0,54 b |
Por
edad |
||
Jóvenes |
372,17 ± 118,10 |
4,72 ± 0,38 a |
Adultos |
322,00 ± 63,91 |
5,48 ± 0,39 b |
Valores
de referencia (Wood y Quiroz-Rocha,
2010) |
||
|
160 - 650 |
4,6 – 7,4 |
Letras distintas indican
diferencias significativas entre los grupos.
En la Tabla V se muestran
los resultados de la determinación de los parámetros de estrés oxidativo
estudiados (FRP y TBARS) por grupos de edad y sexo de los animales. El
potencial reductor férrico varió entre 1.204 unidades de absorbancia para los
machos adultos, y 1.448 para las hembras jóvenes como valores promedio
extremos. Estos valores de FRP pueden deberse a la presencia en el suero de los
animales de compuestos como el ácido úrico, las albúminas y las bilirrubinas, tanto
directa como indirecta (Cortéz et al., 2020).
Por su parte los niveles de sustancias reactivas al ácido tiobarbitúrico
se encontraron entre 0,126 para los machos adultos y 0,266 para las hembras
jóvenes. Entre las TBARS el principal compuesto reportado en el suero de los
animales es el malondialdehído (MDA) que se produce
por la descomposición oxidativa de los ácidos
25 grasos poliinsaturados
presentes en las lipoproteínas y en forma de ácidos grasos libres del suero
(Rossi et al., 2016).
Tabla V. Parámetros de
estrés oxidativo.
Grupos |
Hembras |
Machos |
FRP |
||
Jóvenes |
1.448 ± 0.154 a,1 |
1.242 ± 0.031 b,1 |
Adultos |
1.252 ± 0.037 a,2 |
1.204 ± 0.002 a,1 |
TBARS |
||
Jóvenes |
0.266 ± 0.026 a,1 |
0.194 ± 0.024 b,1 |
Adultos |
0.194 ± 0.007 a,2 |
0.126 ± 0.003 b,2 |
Nota: Letras distintas
indican diferencias significativas entre los sexos. Números distintos indican
diferencias significativas según los grupos de edad.
El FRP muestra diferencias
significativas según los grupos de edad para el caso de las hembras, pero no
para los machos, lo cual pudiera estar relacionado con la tasa metabólica
diferencial entre los sexos. Los animales jóvenes tienden a presentar mayores
niveles de recambio de los componentes del plasma, con las consecuentes
variaciones del FRP, las hembras acumulan durante la etapa de crecimiento
mayores cantidades de proteínas que contribuyen al aumento del potencial
reductor como parte de la preparación para enfrentar los procesos fisiológicos
de gestación, parto y lactancia. Por su parte los machos jóvenes tienden a
enfrentar el crecimiento de manera más lenta y constante acumulando menores
niveles de compuestos contribuyentes al FRP, lo que provoca que presenten
menores valores de poder reductor plasmático (Contreras, 2000). Los principales
antioxidantes del suero son la albúmina y el ácido úrico, los cuales conforman
más del 50 % de la actividad antioxidante total en la mayoría de las muestras
biológicas, aunque existen otros compuestos como el ácido ascórbico, el α-
tocoferol, la bilirrubina, la transferrina y otros antioxidantes no medidos
normalmente, que contribuyen en medidas variables a esta actividad. Se utiliza
el término de actividad residual o brecha antioxidante (GAP) como medida de la
actividad antioxidante de estos componentes del suero (Sies
et al., 201 7). La actividad reductora del suero se justifica mediante
la capacidad de sus compuestos de ceder electrones al hierro férrico para
reducirlo a ferroso y a la vez de auto estabilizarse por medio de la formación
de enlaces intra o intermoleculares. Esta capacidad juega un importante papel
en el mantenimiento de los estados de óxido
reducción de los componentes lipídicos y proteicos de la sangre, garantizando
la integridad de las propiedades biológicas de los mismos (Fotina
et al., 2013). Los niveles de TBARS resultaron significativamente
diferentes entre todos los grupos del estudio. Las diferencias entre los grupos
de edad pudieran estar relacionadas con los mayores niveles de recambio
molecular que presentan los animales jóvenes, lo que los predispone a una mayor
exposición de los lípidos a la oxidación y, por tanto, al aumento de los
niveles de TBARS (Kaneko et al., 2008). Los mecanismos moleculares que
participan en el proceso de crecimiento de los mamíferos están estrechamente vinculados
a la aparición de estrés oxidativo, debido a que el aumento transitorio de la
tasa de metabolismo basal, unido a los cambios en el balance hormonal que se
producen en esta etapa, conllevan a un aumento del grado de oxidación de
combustibles metabólicos y de la circulación de especies potencialmente
oxidantes como la transferrina y la ceruloplasmina que transportan iones de
hierro y cobre respectivamente (Kaneko et al., 2008). Las diferencias
entre sexos en los niveles de TBARS sugieren un aumento en los niveles de perooxidación lipídica en las hembras con respecto a los
machos, lo cual pudiera estar relacionado con el aumento de la movilización
lipídica que se verifica en las hembras como parte de los procesos implicados
en el dessarrollo, la maduración y funcionamiento de
las glándulas mamarias (Sordillo y Aitken, 2008). Los
valores de FRP y TBARS de las hembras (independientemente de la edad), y de los
animales jóvenes (independientemente del sexo) se ajustaron a modelos de
correlación lineal positiva (figuras 1 y 2 respectivamente) con valores de R2
superiores a 0,8 y de p < 0,05, lo que se interpreta como un buen ajuste al
modelo de regresión utilizado. Estos resultados no coinciden con lo reportado
en la literatura para la relación entre estos indicadores en el plasma humano (Bhar y Basulto, 2004). Núñez
(2011) plantea que la desprotección que significa la disminución del FRP y
otros parámetros antioxidantes resulta directamente responsable del aumento del
daño oxidativo a los lípidos y otras biomoléculas, lo que contradice a lo
encontrado en este estudio. La relación mostrada entre los parámetros de estrés
oxidativo estudiados sugiere una gran influencia de otros factores
bioquímico-metabólicos sobre el estado redox particular de los individuos además
de los descritos tradicionalmente (Cortéz et al.,
2020). En el plasma de los bovinos pudieran acumularse de manera significativa
altas cantidades de TBARS producto de los procesos oxidativos que se
desarrollan a nivel
del rumen y los tejidos del animal durante el crecimiento, que no desaparecen
fácilmente de la circulación sanguínea (Rossi et al., 2016).
Figura 1. Correlación lineal entre los valores de FRP y TABRS de las
hembras.
Figura 2. Correlación lineal entre los valores de FRP y TABRS de los
animales jóvenes.
La presencia de una relación
positiva entre las concentraciones de TBARS y el FRP sugiere la presencia de
mecanismos de regulación del estado redox que estimulan la síntesis o retención
de componentes antioxidantes en función de la acumulación de productos de
oxidación. En otras especies se han encontrado mecanismos moleculares
implicados en este tipo de respuesta (Cortéz et
al., 2020).
Conclusiones
1. Los animales estudiados
presentan valores normales de la triada, del eritrograma
y plaquetas, no así del leucograma, donde se aprecia leucocitosis, linfopenia y granulocitosis,
indicadores de la presencia de una enfermedad infecciosa de carácter
subclínico.
2. Los indicadores de estrés
oxidativo estudiados se corresponden con los determinados para la especie.
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