Original
Actividades
para de la formación de valores por parte de la familia en niños de cinco a
diez años
Activities
for the formation of values by the family in children from five to ten years
Est. Lianys de la Caridad Chávez Martí,
Universidad
de Granma, Bayamo, Cuba (1)
Dr. C. Lisandra Lao Santos, Universidad de Granma, Bayamo, Cuba (2)
M. Sc. Yoandris Espinosa Quintana, Universidad de Granma, Bayamo, Cuba (3)
(1) Estudiante de 4to. Año de Licenciatura en Educación
Primaria. Facultad de Educación Básica. Universidad de Granma, Bayamo, Cuba, lianyschm@nauta.cu
(2) Doctor en
Ciencias Pedagógicas. Profesor Auxiliar. Licenciado en Educación Primaria.
Coordinadora de carrera del Departamento Educación Primaria, Universidad de
Granma, Bayamo, Cuba, lisandralao280@gmail.com, https://orcid.org/0000-0002-7412-6568
(3) Máster en Ciencias. Profesor
Instructor. Licenciado en Cultura Física. Profesor del Departamento de Educación
Física, Universidad de Granma, Bayamo, Cuba, yoa.master10@gmail.com, https://orcid.org/0000-0001-6043-7667.
Resumen
La presente investigación tiene como finalidad
describir la importancia de una educación en valores desde la familia, en niños
de cinco a 10 años. Se muestra la importancia de que la adquisición de buenos
valores depende de que el niño se sienta querido y seguro, de desarrollar un
clima afectivo con la familia y de tener confianza en sí mismo. Sobre una base
de amor y seguridad aprenderá a interiorizarlos, se llenará de estos y
aprenderá a vivirlos de la mejor manera siempre. El texto del artículo forma
parte del trabajo presentado en el fórum estudiantil universitario y es
resultado del proyecto de investigación institucional “La educación en valores
desde la asignatura Educación Cívica”. Se presentan varias actividades que la
familia puede desarrollar en el hogar para fomentar valores en los niños,
principalmente el valor respeto, para que aprendan a tratar a los demás como
les gustaría que ellos sean tratados.
Palabras
clave: Educación; valores; familia; niños.
Abstract
The purpose
of this research is to describe the importance of education in values from
the family, in children from five to 10 years. It shows the importance of the
fact that the acquisition of good values depends on the child feeling loved
and safe, on developing an affective climate with the family and on having
confidence in him. On a basis of love and security, you will learn to
internalize them, you will be filled with them and you will always learn to
live them in the best way. The text of the article is part of the work
presented at the university student forum and is the result of the
institutional research project "Education in values from the Civic
Education subject". Several activities are presented that the family can
develop at home to foster values in children, mainly the value of respect, so
that they learn to treat others as they would like to be treated.
Keywords: Education;
values; family; children.
Introducción
En el proceso de transformaciones que se desarrolla en
la sociedad contemporánea desempeña un importante papel la formación ciudadana,
preparar al hombre para vivir y actuar en las complejas condiciones que impone
el desarrollo mundial es tarea esencial de la educación cubana. Para la escuela
cubana educar en el civismo significa desarrollar la capacidad para captar o
percibir los problemas sociales como propios, incorporándose a su solución con
eficiencia y conciencia de sus deberes y derechos ciudadanos, por lo que el
Sistema de Enseñanza concibe la asignatura Educación Cívica como la encargada
de la instrucción del ciudadano. (Constantino et al., 2016, p 23)
La situación difícil en el país hoy, exige a la
familia una acción que oriente, apoye y ayude a formar los valores
permanentemente, ya que son considerados como principios, pilares y fines que
fundamentan las relaciones humanas individuales y sociales. La familia posee
una función esencial en la formación de las futuras generaciones, pues en ella
radican los cimientos para la educación en valores que contribuyen al
desarrollo de la sociedad saludable y virtuosa que se necesita.
La primera educación que recibe el niño es en su
hogar, de modo que este es su primer ámbito social. Por ende, la educación es
responsabilidad de los padres y es un derecho de los hijos recibirla de forma
adecuada dentro de un ambiente propicio; de ahí, la importancia de la familia
en la formación de valores de sus hijos en los primeros años de vida; la
transmisión de estos crea un vínculo afectivo que ayuda a su desarrollo
integral futuro.
Por ello, resulta impostergable mejorar las bases
teóricas y metodológicas que orienten su actuación, así como también lograr herramientas
eficaces para motivar y adiestrar en el despliegue de su papel rector educativo
para cimentar generaciones de calidad, lo cual constituye un reto
imprescindible. (Brizuela et al., 2021, p 51) Por lo que se hace necesario
realizar un estudio teórico del tema para destacar la importancia de una
educación en valores desde la familia, en niños de cinco a 10 años.
Desarrollo
Hablar de Educación en valores no se trata de trabajar
con conflictos que se observan de forma lejana y ajena, sino de formarse para
responder a situaciones que se viven a cada minuto en la familia, las aulas o
en los barrios. Se trata de lograr que las actitudes y acciones contribuyan a
construir una sociedad más justa, sostenible, equitativa y solidaria. Se trata
por tanto de pensar globalmente para actuar localmente desde la convicción de
que otro mundo es posible.
Los valores son los principios que permiten orientar
el comportamiento de la conducta que se realiza. Son hechos fundamentales que
ayudan a preferir, apreciar y elegir algunas cosas sobre los demás, o el
comportamiento en lugar. También son una fuente de satisfacción y realización.
(Jiménez, 2016, p 32)
Los valores familiares
se refieren a lo que la familia cree que está bien y lo que está mal. Tienen
que ver con los valores personales de los padres, aquellos con los que educan a
sus hijos, a medida que crecen, puede aportar a su familia. Los valores
familiares son los primeros en conocer al hijo y deben saber cómo enseñar con
paciencia, amor y cuidado, puede ser una buena base sobre la que apoyar,
aceptar o rechazar otras experiencias, para que no tengan ningún problema en
toda su vida. (Rendón, 2014, p 53)
La responsabilidad de los padres para promover los
valores a sus hijos es muy importante. Los valores se aprenden a través de
ejemplos prácticos del comportamiento de los padres en sus vidas diarias. Por
lo general cuando se habla de valores, la familia es el núcleo principal de la
conversación y transferencia, ya que ésta en su responsabilidad, asegurar que
cada uno de los miembros de la familia tenga sus normas y conductas para que se
respete su integración en la sociedad, la familia es el seno donde los niños
viven, por lo tanto, es donde adquieren los principales valores y
comportamiento de la familia que simultáneamente se repite en el núcleo social
en donde se desenvuelvan. (Jiménez, 2016, p 35)
Sin embargo en la realidad, esta suposición es
errónea, ya que los niños están lejos de contribuir y apropiarse de los
valores, en algunos casos, son irrelevantes y a veces contrarios a los valores
que tienen adquirido en la familia y en su entorno social. La niñez es una
etapa maravillosa en la vida del ser humano, en ella se aprenden muchas cosas,
se comparten afectos y se viven experiencias que ayudan a enfrentar la vida en
la etapa adulta.
Es también el momento en el que los niños obtienen
seguridad en sí mismos, aprenden a construir sus propias ideas acerca de la
responsabilidad, el orden, el aseo, la disciplina, la puntualidad, el respeto a
sí mismos y a los demás, así como también, desde los primeros años, a tomar
decisiones. De esta manera, poco a poco se dejan ver los valores que el niño va
aprendiendo.
Es un hecho que los valores no se aprenden como una
receta de cocina, paso por paso; tampoco se aprenden de memoria; las personas
los hacen suyos a través de la práctica diaria, pero sobre todo, es el ejemplo
como padres lo que sirve de guía a los hijos para que aprendan o no los
valores, por eso es importante hacer lo mismo que decimos; por ejemplo, si se
habla de respeto con los niños, debe tratarlos con amor, pedirles las cosas por
favor, darles las gracias, llamarles la atención de la mejor manera posible,
sin gritos, golpes ni insultos; de esta manera ellos aprenden a relacionarse
con los demás de manera sana, cordial y armoniosa.
Ser padres es una tarea muy importante porque no sólo
hay que cuidar, vestir y dar alimento a los hijos; ser padres es una gran
responsabilidad que significa darle a los niños las herramientas que les ayuden
a ser mejores personas durante toda su vida, y la mejor manera de lograrlo es a
través de la educación en valores.
Que los niños adquieran correctos valores depende no
solo de su propio carácter, sino de lo que aprendan en el seno familiar. Si
crece en un ambiente en el que se siente querido, respetado y protegido aprende
valores éticos adecuados. Los niños necesitan a alguien que los guíe, que los
anime y los ayude en el transcurso de su vida. Necesitan sentirse apoyados,
valorados y queridos. Y para eso están los padres, que deben ser su mejor
ejemplo, su modelo a seguir en todos los aspectos. Tienen que enseñarles con el
ejemplo y utilizar los valores que quieren que aprendan, no solo por ellos sino
por sí mismos.
Educar en valores es un trabajo de siembra, ya que
estos no se transmiten vía genética; es a través del ejemplo, la reflexión y la
superación personal como se logra la incorporación de los mismos. A partir de
los cinco años, los niños pueden comportarse de forma cruel, aunque sin tener
verdadera conciencia. Pueden herir, sin quererlo y sin saberlo, los
sentimientos de los demás. (Ramos y González, 2017, p 23)
Del mismo modo pueden ser víctimas de burlas. Por eso
necesitan explicaciones y mucho apoyo de los padres y docentes. Se deben
implicar y enseñarles a mantenerse al margen de peleas y a pedir ayuda. Es muy
importante la actitud de éstos, ya que a esta edad los niños se fijan mucho en
ellas e intentan imitarlos.
El mundo que los rodea está cargado de actos y
situaciones poco éticas, desagradables e incorrectas, y los niños lo absorben
todo. Por eso, es de gran importancia el papel de los padres en la correcta
educación. Todos los valores deben surgir del seno familiar. Los niños no nacen
con virtudes sino que son, primero los padres y luego el entorno, quienes se
los muestran.
El primer agente transmisor de valores es la familia,
principal protagonista en la vida del individuo, y la muestra de valores que se
transmitan en ella es el pilar fundamental para sus relaciones y actitudes
sociales futuras. Los padres quieren que sus hijos se comporten correctamente y
que lleguen a ser buenas personas. Por ello, es necesario que desde pequeños
les inculquen valores positivos.
Al nacer los hijos no son ni buenos ni malos,
desconocen las normas que rigen su familia o su sociedad. Su conciencia ética
se va a desarrollar con el paso de los años pero necesita de ayuda que les
indique que sus actos son correctos o incorrectos. Por eso, es tan importante
que se les enseñe los valores éticos que les permitan crecer y convivir
socialmente.
Conseguir que los niños entiendan lo que es bueno y
correcto y sepan diferenciarlo de lo que es malo e incorrecto, depende de la
madurez, del grado de entendimiento y de la comprensión del niño. Para enseñar
valores hay que tener en cuenta su edad y desarrollo (emocional, mental y
social)
El respeto es reconocer los derechos de las personas y
no ofenderlas o causarles daño. Es tratar a los demás como nos gustaría que
ellos nos tratasen a nosotros mismos. La educación en el respeto empieza en
casa, cuando la manera de dirigirnos entre nosotros es correcta, cuando se
mantiene una actitud cordial y respetuosa con los hijos. Así se está inculcando
este importante valor en ellos. (Cantini, 2014, p 25)
Hay que mostrar respecto por los niños aceptando sus
opiniones, sus deseos y sus gustos, y haciéndoles partícipe de los asuntos de
casa, pero eso tampoco significa que se les deban otorgar todos los caprichos.
Todos los niños viven la etapa de las palabras obscenas, hay que hacerles
entender que esas palabras malsonantes pueden herir o molestar a los demás y
que lo mismo sucede con las peleas. (Cantini, 2014, p
25)
Replicar, responder irrespetuosamente y las malas
contestaciones están en alza, y esto puede tener resultados muy negativos en el
ámbito social. Corregirlas es trabajo de los padres y los maestros. Ante una
situación de falta de respeto lo primero que hay que hacer es decirlo, explicar
cómo se siente uno al ser tratado así y enseñar nuevas conductas que sustituyan
a las inapropiadas. También hay que enseñar a los niños a discrepar
respetuosamente, mediante el uso de la palabra y siendo correctos.
El aprendizaje de los valores se alcanza en la vida de
relación con los demás; de esta manera, las relaciones interpersonales se
convierten en la plataforma del proceso de formación de los mismos, por medio
de las interacciones que se crean con personas significativas, es decir,
aquellas que dejan improntas importantes en la personalidad de sus alteregos.
La familia como grupo primigenio de la sociedad, juega
un papel determinante en el proceso de formación de valores. Allí se gestan
valores tales como: la colaboración, el compartir, la solidaridad y el respeto,
entre otros. De ahí la razón, por la que Moleiro (2001) señale que la familia
es la “primera escuela de valores donde se forman los primeros hábitos”.
¿Cómo lograr el respeto en los niños?
·
Demostrando
cariño incondicional (a toda prueba) con palabras y acciones. Dígale a sus
familiares cuánto los quiere; abrácense, sonríanse, salúdense con un beso
cariñoso, y otras ideas que se les ocurrirán a ustedes.
·
Fijándose más
en las cualidades de cada integrante de la familia y menos en los defectos.
Aceptando que cada persona es diferente y merece respeto siempre.
·
Tratándose por
el nombre y con palabras amables.
·
Entregándoles
seguridad y confianza a sus niños, felicitándolos, animándolos, acompañándolos
y apoyándolos en lo que necesiten.
·
Buscando
momentos para compartir en familia: comer, jugar, ver y comentar un programa de
televisión, todas actividades que pueden hacer juntos.
·
Dejando que los
niños jueguen libres aunque desordenen un poco (después pueden ayudar a
ordenar)
·
Hablando con
respeto y cariño del padre o la madre aunque él o ella esté ausente.
Hablándoles mirándolos a los ojos y sentándose a su misma altura.
·
Escuchándoles
atentamente, con respeto y demostrando interés. Dándoles la oportunidad de
decir lo que les pasa, antes de que usted opine.
·
Evitar los
gritos, es mejor un tono firme pero calmado, hablar tranquilo, mirando a los
ojos y con algún tipo de contacto físico, como poner una mano sobre su hombro.
·
Reconocer las
buenas conductas y felicitar al niño para asegurar que lo vuelva a hacer: “Qué
bien lo hiciste, te felicito”. El padre, la madre y/o adulto responsable no
deben desautorizarse entre sí porque desorientan al niño. Las diferencias de
opinión entre los adultos tienen que conversarse en privado, buscando un
acuerdo.
·
Buscando
espacios para estar solos los adultos (Ej. para conversar tranquilos)
Los adultos (madres, padres, abuelos, etc.) tienen la
responsabilidad de poner normas y límites a sus niños para protegerlos y
ayudarlos a convivir en sociedad. Deben ponerse de acuerdo en las normas y
límites, sin desautorizarse frente a los niños. La autoridad ejercida con
respeto y cariño, entrega a niños y niñas un marco que les da seguridad y les
permite actuar con confianza.
Cuando los niños se portan mal, es normal que los
adultos sientan cansancio, rabia o pena. Si hay normas y límites establecidos
de antemano, es más fácil enfrentar adecuadamente el comportamiento de ellos y
se evitan reacciones inadecuadas como gritos, insultos o golpes.
Cuando no obedecen una norma establecida con claridad,
lo primero es preguntarse o preguntarle al niño qué le está pasando. Muchas
veces, no hacen caso porque están cansados, malhumorados, aburridos,
preocupados. En esos casos basta con tratar de solucionar ese problema, así, el
niño se sentirá comprendido.
Otras veces no hay razones atendibles y en esos casos
hay que exigirles que cumplan las normas con acciones como:
1.
Expresarle lo
que usted siente cuando él o ella se porta mal. Por ejemplo, “me molesta que
hagas tanto ruido”, “me enoja que no ordenes tus juguetes”, “me da pena que no
cumplas el acuerdo”.
2.
Deje claro que
rechaza su conducta y no su persona. Es mejor decir “ordena tus cosas” que
“eres un desordenado”.
3.
No prestar
atención: Muchas veces los niños se portan mal para llamar la atención de los
adultos, como ocurre con las perretas. Ignorar al niño y su perreta es la mejor
forma de conseguir que no se repita.
4.
Evitar las
amenazas, especialmente cuando no las va a cumplir.
5.
Las
consecuencias deben ser proporcionales a la conducta negativa. Una conducta
grave trae una consecuencia importante, una conducta leve trae una consecuencia
más leve. Ej.: Si un niño no se quiere acostar por ver televisión, no
corresponde castigarle por un año sin ver televisión, es suficiente con que al
día siguiente no pueda ver.
6.
No dejarlo
hacer cosas que le gustan.
7.
Dejar que pase
lo que tiene que pasar si tiene una conducta indeseada. Ejemplo, si no quiere
comer, se queda con hambre y sin comer nada hasta la próxima comida.
No hay que castigar físicamente ni agredir
psicológicamente al niño. Es una falta de respeto grave a los niños y vulnera
sus derechos. Sólo consigue que obedezcan por miedo a sus padres y aprenden a
maltratar a otras personas. Los niños aprenden a través del ejemplo. No es una
manera adecuada de expresar sentimientos y solucionar problemas. Se deteriora
la relación entre padres e hijos, ya que nadie puede querer a alguien que le
hace daño intencionalmente. Como los niños no pueden defenderse, acumulan
sentimientos de rabia y frustración.
Por ningún motivo de cachetadas, tirones de pelo,
pellizcos, golpes, amenazas de maltrato físico, burlas, insultos y faltas de
respeto a los niños. Eduque en el buen trato. Enseñe a resolver conflictos de
manera pacífica. Después de que el niño haya obedecido o cumplido su sanción,
es bueno perdonar y olvidar. El acceso a la escuela es un derecho de todos los
niños pero es una obligación de las personas adultas de la familia el que ellos
asistan todos los días. Esta responsabilidad es compartida por los niños a
medida que van creciendo.
Los niños tienen que asistir a la escuela por es que
allí donde aprenden conocimientos que le sirven para la vida, asimilan hábitos,
aprenden valores, hacen amigos, aprenden a relacionarse con otros y tienen
actividad física para mantenerse saludables. (Rodríguez y Vava, 2010, p 2)
Es importante que los niños asistan todos los días a
la escuela porque si no lo hacen, dejan de ejercer su derecho a la educación.
Si no van, se pierden algunas materias que son necesarias para aprender otras.
El Ministerio de Educación exige un mínimo de asistencia para pasar de curso.
Además de no faltar a la escuela, es importante la puntualidad. Hay que
asegurarse de que los niños de la familia lleguen a la escuela a la hora.
(Londoño y Ramírez, 2012, p 22)
Acciones que se pueden hacer con los niños entre cinco
y 10 años que los eduquen en el respeto.
·
Darle
oportunidad de realizar actividades que le gusten como moverse, correr, saltar,
trepar, saltar a la cuerda, bailar, andar en bicicleta o en patines.
·
Proporcionarles
al menos una hora diaria de juegos activos al llegar a casa desde la escuela.
Hay que permitirles realizar juegos y actividades cuidando de que estén
seguros.
·
Buscar lugares
seguros cercanos al hogar a los cuales ir de vez en cuando. Es importante que
los niños siempre estén acompañados por un adulto responsable cuando salen de
su casa.
·
Compartir en
familia, ir juntos a la plaza del barrio, a comprar, a la cancha, jueguen
juntos en la casa, salgan de paseo, entre otros.
Enseñar a los niños buenos hábitos puede ser uno de
los mayores desafíos de la paternidad. La moral es un concepto que a menudo es
difícil para los niños entender, debido a que la moralidad puede ser diferente
en todas las culturas y religiones, puede ser aún más difícil de explicar a los
niños por qué la moral de su frecuencia es importante y valiosa.
Los niños siempre se rigen por el impulso de las emociones,
el deseo de agradar a las personas, lo que puede llevar a malas elecciones
morales. Pero a los niños que se les enseñan valores desde temprana edad, son
más propensos a desarrollar un sentido de conciencia necesario pensar dos veces
antes de contestar. Todos los niños cometen errores y se portan mal a veces, es
importante la utilización de estas malas decisiones como una oportunidad de
aprendizaje.
Actividades que la familia puede realizar con los
niños de cinco a 10 años para formar valores, principalmente el respeto.
1.
Soy un sol
Materiales: cartulina, rotuladores, tijeras,
pegamento, fotos de cada niño/a, fotos del sol.
Desarrollo: Sentados en círculo, se habla sobre los
niños, sobre aspectos que los definen, cosas que les gusta hacer o que se les dan
bien, y entre todos se ayudan.
Con todas las características del niño se elabora su
propio sol, con la foto del niño en el centro y en cada rayo los aspectos o
cualidades que ellos consideren que poseen.
La familia puede ir agregando rayos al sol en la
medida que los niños mejoren su conducta y vayan alcanzando logros en el hogar.
2.
Colaboración
Fuente: Libros infantiles
Con esta actividad se busca hacer ver a los niños que
las cosas que parecen imposibles para uno sólo pueden conseguirse cuando todos
en la familia ayudan. Por eso el valor educativo es la colaboración y espíritu
de equipo. Un día determinado todos colaboraran con los quehaceres hogareños:
limpiar la casa, acomodar los juguetes, recoger los desechos, limpiar el
jardín, hacer las camas, fregar la losa, entre otros.
3.
Búsqueda del
tesoro
En diferentes partes de la casa se esconderán pequeñas tarjetas con frases
alegadoras para los niños. Ejemplo: Has algo que valga la pena, las
oportunidades no vuelven; Quiérete, es gratis, Se feliz, no aceptes menos;
Antes de hablar piensa, pero antes de pensar, lee; La risa es la medicina más efectiva para el
dolor; Habla menos y observa más; disfruta de las pequeñas cosas.
4.
Álbum de
valores
Con esta actividad de síntesis, se pretende que los
niños recopilen las ideas e interioricen los aprendizajes llevados a cabo e
inculcados por la familia. Puede ser a través de láminas, recortes o dibujos
realizados por los niños. El dibujo o las láminas y recortes se colgaran en un
lugar de la casa destinado a la formación de valores.
5.
Que importante
me siento.
Fuente: Dibujos realizados por los niños
Los niños dibujarán o realizarán un relato oral, que
será escuchado por toda la familia, sobre el sitio donde se sientan más
importantes.
6.
La magia de
contar un cuento.
Suspender el tiempo con un buen relato y hacer que los
niños se apoderen de la realidad es el secreto de los cuentos. Se deben basar
en historias de niños que no respetan las normas de conducta y otros que si lo
hacen para que los niños puedan ver las diferencias y comparar. Hay muchos
padres y otros integrantes de la familia que inventan cuentos, entonces no solo
es leer sino relatar.
En la elaboración de esta propuesta de actividades que
puede desarrollar la familia es importante poder visualizar diferentes
problemáticas sobre la insuficiencia del valor respeto en los niños y tener la
oportunidad de fomentarlo. Es también una ocasión de brindar a los niños
actividades que le puedan dejar en su conducta diversos valores.
Desde el punto de vista social tienen un peso
privilegiado las relaciones con la familia, es decir a partir de estas
relaciones se definen los significados más profundos de su relación con el
resto del mundo socio cultural y natural. Desde el punto de vista psicológico,
los impulsos hacia la vida adquieren el sentido y la forma, se van expresando
en la diversidad de relaciones que tiene el niño con sus semejantes y otras
personas.
La mejor manera de contribuir al desarrollo sano y
feliz del niño es ofrecerles un ambiente familiar seguro lleno de amor, donde
se estimule su desarrollo, aprendizaje y se vayan formando valores importantes
como el respeto. Transmitiéndoles enseñanzas a través de la reflexión y ni de
reglas, ni mucho menos de castigo, los niños son el mejor regalo del universo
para cada familia.
Conclusiones
1. Enseñar a
los niños las buenas costumbres y valores es un reto para todos los padres,
pero esta área fundamental de la vida cotidiana se puede transmitir de padres a
hijos, centrados en la enseñanza y el refuerzo de los principios morales en
cada oportunidad.
2. La falta de
valores en el seno familiar genera diversos comportamientos, tanto en los niños
como en los adultos responsables de estos; pero una de las más difíciles
problemáticas que un menor de edad puede vivir, es crecer dentro de una familia
donde exista el maltrato o la violencia intrafamiliar, teniendo en cuenta que
el resultado de estas actitudes deja secuelas a nivel físico, mental y
emocional.
3. Las
actividades que se presentan contribuyen a la formación de valores en los niños
de cinco a 10 años, principalmente el valor respeto.
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