Influencia de
la concepción cultural y del contexto comunitario en el cuidado infantil local
(Original)
Influence of cultural conception and community context on local child
care (Original)
Daineris Yolanda González Suárez. Licenciado
en Estudios Socioculturales. Máster en
Desarrollo Social Comunitario. Profesor Asistente. Universidad de Granma.
Bayamo. Granma. Cuba. dainerisgonzalezs@gmail.com
Rosa María Suárez Téllez. Licenciado en Educación en
la especialidad de Español - Literatura. Máster en Filología Española. Profesor
Auxiliar. Universidad de Granma. Bayamo.Granma. Cuba. suareztellezrosa@gmail.com
Dilcia Macareño Piña. Licenciado en Educación en la
especialidad de Educación Musical. Máster en Educación. Profesor Asistente.
Universidad de Granma. Bayamo. Granma. Cuba. dmacarenop@udg.co.cu
Recibido:
13-12-2024/Aceptado: 08-03-2025
Resumen
En Cuba, el estudio del cuidado de menores en
guarderías infantiles ha adquirido relevancia en las últimas décadas; actualmente
revela especificidades generadas por las construcciones culturales de género y
el contexto sociocultural, que tipifican los modos de vida de las personas que
ejercen esta labor según el sentido y significado que para ellas representa el
acto de cuidar. Comprender la labor que realizan las cuidadoras de niños,
implicó necesariamente reconocer las diferencias establecidas entre ellas; por
tanto, resultó importante profundizar en el cuidado desde los posicionamientos
culturales distintivos del arte de cuidar. Por estas razones, se planteó como
objetivo del artículo determinar los componentes culturales que intervienen en la práctica
del cuidado de menores en guarderías infantiles, teniendo en cuenta el contexto
comunitario de la ciudad de Bayamo. Se emplearon para ello métodos teóricos
como el histórico-lógico, el análisis-síntesis y la inducción-deducción;
empíricos como la observación científica y la triangulación; así como las
técnicas del cuestionario y la entrevista, los que permitieron la
caracterización de las comunidades de estudio, teniendo en cuenta las
diferencias que las distinguen, y la determinación de los principales
componentes culturales que condicionan las formas de cuidado infantil: el nivel
escolar de la cuidadora, las construcciones culturales de género y el contexto
sociocultural anclado en las comunidades donde se insertan las guarderías
infantiles.
Palabras clave: cuidadoras; guarderías;
componentes culturales; cuidado infantil.
Abstract
In Cuba, the study of child care in daycare centers has gained relevance in recent decades; it currently reveals specificities generated by cultural gender constructs and the sociocultural context, which typify the ways of life of the people who perform this work according to the sense and meaning that the act of caring represents for them. Understanding the work carried out by child caregivers necessarily involved recognizing the established differences among them; therefore, it was important to delve into care from the distinctive cultural standpoints of the art of caring. For these reasons, the article's objective was to determine the cultural components involved in the practice of child care in daycare centers, taking into account the community context of the city of Bayamo. Theoretical methods such as historical-logical, analysis-synthesis, and induction-deduction were used for this purpose; empirical methods such as scientific observation and triangulation; as well as the techniques of questionnaires and interviews. These allowed for the characterization of the study communities, taking into account the differences that distinguish them, and the determination of the main cultural components that condition the forms of child care: the educational level of the caregiver, the cultural gender constructs, and the sociocultural context anchored in the communities where the daycare centers are located.
Keywords: caregivers; daycare centers; cultural
components; child care.
Introducción
La comunidad es expresión de la vida
cotidiana de sus miembros, por ese motivo es considerada una unidad cultural, ya que en ella se evidencian
la integración entre los pobladores, los intereses colectivos e individuales, los
tipos de propiedad, los objetos y medios de trabajo representativos del sentir
de sus miembros, etc. Además, en la comunidad se revelan las necesidades,
aspiraciones, objetivos, sueños y metas, que en su conjunto constituyen las diferentes maneras de aprehender, transmitir
y proyectar los valores y realidades propios a las generaciones que van
surgiendo.
En la sociedad actual se valoran las
habilidades sociales adecuadas y la capacidad de respuesta asertiva; debido a
esto, es necesario que los niños/as emerjan de su pequeño mundo egocéntrico y
se interrelacionen más con el contexto que los rodea para así ampliar sus
posibilidades de acción e inserción social. Todo ello forma parte del proceso
de socialización que el ser humano realiza a lo largo de toda su vida, siendo
este periodo especialmente sensible para el adecuado desarrollo individual y la
formación cultural (Cigna Helthcare,
2024; Samman & Lombardi, 2019).
El desarrollo integral del niño se
lleva a cabo sobre la base de la apropiación de la experiencia acumulada por la
humanidad en cuyo proceso es importante la comunicación entre él y las personas
que tiene a su alrededor. Estos adultos con los que interactúa el menor poseen
los conocimientos, las habilidades y una cultura solidificada que le son
transmitidos al pequeño mediante intercambios que muchas veces se propician
entre la familia y la comunidad (Comisión Nacional para la Mejora Continua de
la Educación, 2023). Deben enseñársele los mejores ejemplos ya que la cultura
que adquiere el infante en esta edad preescolar, depende de la cultura de la
familia, de la educadora y del entorno comunitario donde se desarrolle.
De la amplia producción
latinoamericana al respecto resaltan autores como Moreno y Ramírez (2014), Zibecchi
(2014) y la
Secretaría de Educación Pública (2024). Sus investigaciones se encuentran
dirigidas a perfilar el trabajo que se realiza en los Centros de Desarrollo Infantil
(Cendi), guarderías, parvularios y jardines
infantiles mediante la estimulación del desarrollo físico, mental y emocional
de los niños.
Cuba no constituye una excepción en
este sentido. Son varias las investigaciones, mayoritariamente de corte
pedagógico, que han surgido dedicadas al trabajo con la comunicación, con el
lenguaje oral y escrito, así como con la estimulación a infantes con necesidades
educativas especiales (Campoalegre, 2022). En los últimos años, dichos estudios
se han ampliado y ya no solo se acercan a los infantes, sino también a sus
cuidadoras. En este campo resaltan autores como Iglesias (2013), Romero (2014)
y Medina y Torres (2022), quienes centran su mirada en las guarderías y en las
cuidadoras de niños.
Estos estudios se consideran
insuficientes y limitados pues la realidad impone la necesidad de incorporar al
ámbito científico más investigaciones que visibilicen a las cuidadoras desde
perspectivas diferentes, profundizando en su pensamiento, el cual se encuentra
condicionado por un conjunto de normas, costumbres y circunstancias del entorno
que les rodea.
Los resultados arrojados en el
estudio realizado y que se describen a continuación constituyen un apoyo para
capacitar e instruir a los decisores en políticas educativas que son factibles
al Ministerio de Educación (MINED), a la Federación de Mujeres Cubanas (FMC) y
a la Casa de orientación a la mujer y la familia. Por otra parte, dichos
resultados revelan que la estimulación temprana de los menores cubanos,
comprendidos en el rango de 0 a 6 años, se logra a través de dos vías de
educación: las institucionalizadas y las no institucionalizadas. Las vías no
institucionalizadas atienden a la gran mayoría de la población infantil
enmarcada en este grupo etario a través del Programa Educa a tu hijo, siendo su
principal objetivo orientar y preparar a la familia para enfrentar el rol
educativo con sus pequeños, mediante un enfoque desarrollador a partir de las
propias vivencias del niño, las cuales se construyen durante el intercambio y
la comunicación; el resto de los
infantes son atendidos en los círculos infantiles, los que constituyen las vías
institucionalizadas que propician su desarrollo integral.
Actualmente no todas/os las/os
niñas/os están vinculados a las vías institucionalizadas; las plazas existentes
no son suficientes para cubrir la amplia solicitud de madres trabajadoras que
requieren de tales servicios. Como contrapartida, se produce un crecimiento de
casas de cuidado infantil o guarderías que, como vía alternativa, contribuyen a
atenuar la amplia demanda. Debido a esto se consideró necesario profundizar en
la realidad del cuidado infantil en guarderías que presentan diferencias de
acuerdo con el contexto comunitario (González & Suárez, 2024). Para ello,
se realizó el análisis en comunidades diferentes de acuerdo con su ubicación y
sus realidades socioeconómicas y culturales.
Se determinó el estudio de los
repartos San Juan y El Cristo, situados en el centro de la ciudad y los
repartos Ciro Redondo y Rosa La Bayamesa ubicados en su periferia, ambos en el
municipio Bayamo, provincia Granma. Debido a lo antes analizado y a las
problemáticas investigativas esbozadas, el presente artículo tiene como
propósito determinar los componentes culturales que intervienen en la práctica
del cuidado de menores en guarderías infantiles, teniendo en cuenta el contexto
comunitario de la ciudad de Bayamo.
Materiales y métodos
La investigación se realizó en tres
etapas:
1) Pilotaje para establecer la
proliferación de las guarderías infantiles en el municipio Bayamo.
2) Caracterización de las cuidadoras
que laboran en las guarderías, teniendo en cuenta el entorno sociocultural
comunitario donde ejercen su labor.
3) Análisis interpretativo de los
datos: expresiones y concepciones de las cuidadoras, cómo ejercen el cuidado infantil
desde la óptica de los familiares de los niños que los acompañan a las
guarderías, así como de los informantes claves que ayudaron a la comparación
entre el trabajo de las guarderías del centro con las de la periferia.
Intencionalmente se seleccionó una
muestra de 10 cuidadoras de niños, tres localizadas en los repartos San Juan y
el Cristo y siete, en los repartos Ciro Redondo y Rosa La Bayamesa; algunas fueron
seleccionadas por las referencias emitidas por los comunitarios y otras, por
estar sus guarderías situadas geográficamente en esos repartos, con una marcada
diferencia entre ellos.
El trabajo se sustenta en el paradigma
cualitativo, pues mediante él se aborda e interpreta la realidad de los
fenómenos implícitos en los procesos culturales. Este se considera como el más
conveniente para el estudio del proceso de trabajo de las cuidadoras desde una
perspectiva de género, ya que pueden ser conocidos y analizados los
acontecimientos, acciones, normas y valores que expresa la muestra estudiada desde
sus particularidades y peculiaridades.
Como métodos teóricos se emplearon el
histórico-lógico, el analítico-sintético y el inductivo-deductivo. Dentro de
los empíricos fue pertinente la observación no participante en determinados
hogares de cuidadoras y la entrevista en profundidad. Así se establecieron los parámetros
que se consideraron como indicadores para el estudio. Se observó la forma en
que la cuidadora recibe y despide a los niños de la guardería, el lenguaje que
utiliza para comunicarse con ellos, si los maltrata verbal o físicamente, las
labores domésticas que realiza con ellos, si recibe o no en ese tiempo de
cuidado a alguna persona ajena a la guardería y si posee buena higiene
personal; es decir, se observan conductas, hábitos, costumbres y gestos de las
cuidadoras que permiten descubrir sus características particulares, obteniéndose
una información notable sobre la relación cuidadora-niño y cómo esta se
produce.
Se empleó la triangulación para
comparar los datos, opiniones y criterios ofrecidos de cuidadoras en las guarderías
referenciadas y no referenciadas, así como la opinión de los padres acerca de
una misma interrogante. A partir de la triangulación de los métodos y las
técnicas empleadas, se logró comprender que existen elementos que condicionan,
pautan, norman o rigen la forma de cuidado que adopta cada cuidadora.
Análisis y discusión de los resultados
Primeramente fueron precisadas las
diferencias entre ambos contextos y las guarderías que en ellos se ubican. El Consejo Popular San Juan y El Cristo comprende las dos comunidades
con el mismo nombre. Ambas constituyen una zona netamente urbana en la que se
concentran edificios con arquitectura de valor histórico. El consejo popular
cuenta con 26 226 habitantes y una extensión territorial de 1.6 km². Posee
varios objetivos económicos, entre los que se destacan: restaurantes, centros
nocturnos y hoteles. También se ubican instalaciones de telecomunicaciones,
tiendas de recaudo de divisas, bancos de ahorro, cafeterías, entre otros. De
igual modo, dentro de este consejo popular se sitúa el acueducto de la ciudad,
el hospital provincial, varias farmacias, consultorios médicos, gimnasios,
iglesias y las principales oficinas de varios organismos y organizaciones.
En el territorio se encuentran situadas también las emisoras de radio
provincial y municipal, la Casa de la Cultura Municipal y varias instituciones
culturales y educativas como salas de video, cines, teatros, museos,
bibliotecas, escuelas, círculos infantiles, entre otros. Los fines de semana se
realizan programas para los niños desde las diferentes instituciones culturales
y educativas, con encuentros deportivos, concursos de diversas materias, juegos
y otras acciones. En el horario de la noche se desarrollan las actividades del
"Sábado de la cubanía", con variadas ofertas culturales,
gastronómicas y recreativas.
Los repartos Ciro Redondo y Rosa La Bayamesa son consejos populares que
se ubican en la zona periférica de la ciudad de Bayamo y que surgieron como
barrios residenciales. El primero cuenta con más de 11 000 habitantes y se
constituyó antes que la comunidad Rosa La Bayamesa, la cual cuenta con
alrededor de 21 208 habitantes y ya supera en extensión territorial al primer
reparto. En el orden económico, las comunidades antes mencionadas no cuentan
con grandes empresas ni establecimientos o centros importantes nacionales y
provinciales. Existen pocos centros productivos y de servicio a la población.
Entre las instalaciones educativas y de servicios a resaltar en ambas
comunidades se encuentran las escuelas, los círculos infantiles, los
consultorios médicos, las farmacias, un combinado deportivo, una sala de video,
un parque y una zona comercial. Algunos fines de semana, los niños y jóvenes de
estos repartos cuentan con la opción de actividades recreativas y deportivas;
además, para la población adulta se desarrollan
las ferias agropecuarias, ubicando los puntos de venta en las calles que
rodean el Parque Ciro Redondo y al mercado de Rosa La Bayamesa.
De igual forma, se precisan otras
realidades diferentes entre ambos contextos. Las guarderías ubicadas en el
centro de la ciudad tienen la particularidad de ser referenciadas porque forman
parte del Proyecto Internacional “Fortalecimiento al Programa Educa a Tu Hijo”
en Bayamo, respaldado desde el año 2006 por el Fondo de las Naciones Unidas
para la Infancia (UNICEF). Esas naturalmente cumplen con los reglamentos
legales, lo que significa que las cuidadoras pertenecen a la modalidad de
cuenta propia bajo términos controlados por el Ministerio de Salud Pública
(MINSAP). Además, se encuentran afiliadas al Ministerio de Trabajo y Seguridad
Social (MTSS) y pagan un tributo a la Oficina Nacional Tributaria (ONAT). Pese
a que el Ministerio de Educación no regula o controla la calidad del trabajo en
las guarderías, las orientaciones educativas emitidas al respecto deben cumplirse
obligatoriamente.
Las guarderías que se encuentran en
la periferia no están referenciadas, ni afiliadas al MTSS ni a la ONAT.
Funcionan en todas aquellas casas donde se cobra por cuidar niños y a
diferencia de las del centro de la ciudad, no cumplen con lo pactado en las
orientaciones emitidas por el MINED (González & Suárez, 2024).
Análisis de las etapas y de los principales resultados
La primera etapa de la investigación
arrojó como resultado el número de guarderías infantiles existentes en el
municipio: registradas legalmente hay 21 guarderías y laborando en ellas, 55
mujeres, un 32,8 % de la cifra total de iniciantes. De las guarderías
identificadas, se seleccionaron tres para participar en la investigación, las
cuales están ubicadas en el centro de la ciudad y son de tipo referenciadas por
pertenecer al proyecto de la UNICEF. La pesquisa llevada a cabo permitió
conocer algunas (15) de las guarderías que de forma ilegal funcionan en el
municipio; de ellas se tomaron siete como muestra, las cuales están ubicadas en
la periferia de la ciudad. Así se determinó que el total de las guarderías para
trabajar como muestra es de 10.
En la segunda etapa se caracterizaron
las cuidadoras que laboran en las guarderías, teniendo en cuenta quiénes son
estas mujeres y el entorno sociocultural comunitario donde ejercen su labor. Se
empleó la observación científica y se les aplicó a las cuidadoras infantiles la
entrevista en profundidad.
Mediante la observación científica se
captaron las características de las cuidadoras en su propio medio social. Se
observaron sus comportamientos, las decisiones tomadas, las actividades
domésticas realizadas, las relaciones interpersonales entre los miembros de su
familia y con el personal que labora en la guardería (específicamente en el caso
de las cuidadoras legales que contratan mujeres ayudantes), la relación
cuidadora-niño (formas de alimentación, higiene, actividades que realizan y si
estas van encaminadas a desarrollar una educación formal en el niño o no).
Asimismo, se valoraron las condiciones constructivas e higiénicas de las
viviendas, los servicios de agua y electricidad, así como la tenencia de
equipos electrodomésticos y el mobiliario.
En esta etapa se utilizaron, además,
los datos que arrojó la entrevista en profundidad, específicamente los de tipo
cuantitativo, como son: edad, estado civil, nivel escolar, años de experiencia
desempeñando esa labor, número de hijos, lugar de residencia (tabla 1).
Tabla
1. Caracterización de las cuidadoras en las guarderías muestreadas

Fuente:
elaboración propia.
También, las características
de las guarderías evaluadas en el levantamiento poseen gran valor ya que
inciden en las condiciones objetivas del cuidado que recibe cada niño, puesto
que las guarderías son el espacio donde las cuidadoras ejercen su trabajo y que
coincidentemente es el lugar donde viven. Se evaluó hasta qué punto esto
influye o no en su desempeño, en especial porque las guarderías de la periferia
no presentan iguales condiciones que las del centro. Debido a esto se considera
que las cuidadoras de la periferia no pueden garantizarles un adecuado cuidado
a los pequeños pues muchas no cuentan con las condiciones objetivas para ejercer
dicho trabajo.
Muchos de los elementos
diagnosticados afectan el bienestar de las cuidadoras, lo que no les facilitan
la labor que realizan. El ingreso económico que obtienen lo dedican a priorizar
la supervivencia y la alimentación de su hogar, por lo que obvian otros
aspectos y necesidades que también deben suplir pero a los que, debido a los
altos precios del mercado negro y del estatal, no pueden acceder.
La tercera etapa de la
investigación fue fundamental para interpretar las expresiones de las
cuidadoras, analizar el cómo ejercen el cuidado infantil, contrastar el resultado
con las opiniones de los familiares de los niños que asisten a las guarderías y
los criterios de los informantes claves.
La entrevista en profundidad
aplicada a las cuidadoras arrojó que las que viven en el centro de la ciudad
tienen una vocación pedagógica precedente, la cual les fue inculcada en su
profesión anterior, por lo que están conscientes de la educación que debe
recibir el niño. Debido a esto, no solo velan por el cuidado, dígase la
seguridad y estabilidad del pequeño, sino que profundizan en su formación desde
el orden instructivo, incluso escolar (González & Suárez, 2024). Debido a
las aptitudes/actitudes que poseen estas cuidadoras, logran enseñar, orientar y
ayudar a los niños, asumiendo esta tarea con responsabilidad y compromiso. En la
concepción que poseen para el cuidado infantil, se constituye como fundamento
de primer orden, la necesidad de cuidar vinculada a la exigencia de educar.
Diferente es la realidad que
presentan las cuidadoras de guarderías situadas en la periferia pues de ellas,
las que alcanzaron el nivel superior no se han desempeñado en materias de tipo
pedagógico; por ende, no poseen determinados conocimientos afines a la tarea
que realizan. El interés principal es velar por el cuidado, dígase la seguridad
y alimentación de los pequeños; ellas no profundizan en su formación desde el
orden instructivo ni escolar (González & Suárez, 2024).
En las entrevistas a los
padres de los niños que asisten a las guarderías del centro, se evidenció que
prefieren que sus hijos sean cuidados en estas casas, aunque estén distantes de
sus hogares y centros de trabajo por las características del lugar y las
recomendaciones de otros padres. Aquí existen condiciones para el correcto
cuidado infantil, plantean su satisfacción con las cuidadoras y el trabajo que
realizan con sus hijos.
Los padres de los niños que
asisten a guarderías de la periferia plantearon que entienden que allí sus
hijos no poseen todas las condiciones para el correcto cuidado infantil,
algunos plantean insatisfacción respecto a ciertas conductas que manifiestan
las cuidadoras y asumen que las condiciones de las guarderías no son las
mejores tampoco. No visibilizan adelantos educativos en sus hijos, salvo que
saben comer y vestirse solos y, obviamente, esto no se considera un logro
educativo: se mantiene el adecuado cuidado, pero no se prioriza la instrucción.
Debido a la necesidad que poseen de que sus hijos sean cuidados cerca de sus
trabajos o de sus casas, aceptan las condiciones que dichas guarderías poseen y
sus resultados.
Otros informantes claves
fueron un maestro de primer grado y un médico pediatra. El primero fue de gran
ayuda para conocer las diferencias existentes en relación con los conocimientos
entre los niños provenientes de las guarderías de ambos grupos y los del
círculo infantil. El especialista en salud fue utilizado para investigar el
nivel de salud de forma comparativa entre los niños provenientes de círculo
infantil y de ambas guarderías.
Análisis de los componentes culturales determinados
Investigar la práctica del cuidado de
menores, demanda un análisis interpretativo desde el enfoque cultural que
penetre en el pensamiento de las cuidadoras. Este le imprime un sello único a
su comportamiento, el cual entre otros factores está determinado por el
significado que para cada una tiene el acto de cuidar un niño. Teniendo en
cuenta esta idea, es importante comprender los componentes culturales que
condicionan las formas de ejercer el cuidado y que en este estudio se precisan
como: el nivel escolar, las construcciones culturales de género (maternidad
ejercida) y el contexto sociocultural anclado en las comunidades donde se
insertan.
I. Nivel escolar
El nivel escolar constituye un
elemento que establece diferencias con respecto a la responsabilidad educativa
e instructiva de las cuidadoras sobre los niños. Entre mayor resulta el nivel
de escolaridad, mejores condiciones presentan las cuidadoras para educar a los
infantes ya que instruidas con determinado nivel pedagógico o profesional,
están en mejores condiciones de brindar conocimientos sobre bases didácticas y
formativas. Por su parte, las cuidadoras que no poseen el mismo nivel
educacional presentan algunas desventajas para comprender las formas educativas
más convenientes y se basan más en sus experiencias como madres, las cuales han
socializado con generaciones precedentes.
El análisis sobre la escolaridad
entre las cuidadoras residentes en los repartos analizados muestra diferencias.
Las que laboran en las guarderías referenciadas ubicadas en los repartos San
Juan y El Cristo son graduadas universitarias (tres), tienen una vocación
pedagógica y enseñan, orientan, ayudan e instruyen a los niños, asumiendo esta
tarea con responsabilidad y compromiso. La concepción que poseen para el
cuidado infantil vincula, como fundamento de primer orden, la necesidad de
cuidar con la exigencia de educar. Sin embargo, no sucede así en los repartos
Ciro Redondo y Rosa La Bayamesa, donde predominan menores índices de
escolaridad: el mayor número de cuidadoras escolarizadas han culminado el doce
grado (cuatro) y otras poseen como máxima escolarización la secundaria básica
(tres). Estas cuidadoras están condicionadas por el contexto patriarcal de la
familia, la responsabilidad ante su cuidado y el rol de madres asignado. No
tuvieron las opciones de enseñanza que existen actualmente para las mujeres más
jóvenes y se dedicaron a la crianza de los hijos y al cuidado de la casa.
II. Construcciones culturales de
género
Las construcciones culturales de
género inciden en la forma en que se desarrolla el cuidado porque es innegable
que al ser madres se adquieren determinadas destrezas y experiencias para la
crianza y educación de otros niños. Por un lado, las mujeres que no han sido
madres asumen como significativas determinadas posiciones de vida en su plano
profesional y personal (planes, proyectos, necesidades, comportamientos); por
otro lado, las mujeres que son madres expresan disposiciones distintas, basadas
en primer lugar por la relación con sus hijos, así como también asumen
distintos proyectos y emprendimientos en el plano profesional, pero siempre
partiendo del tiempo y dedicación a sus hijos, aún más cuando son pequeños.
Muchas se nutren de consejos o
experiencias que han vivido otras mujeres cercanas a ellas que ya han sido
madres. Han querido seguir los mismos patrones de cuidado y educación con que
fueron moldeadas, pero siempre llevando implícito su propio sello, portando y
trasmitiendo sus experiencias.
En este componente no se dividirá el
análisis de las cuidadoras, porque el hecho de ser madres no establece
diferencia entre unas y otras, es un aspecto que poseen en común. Las
cuidadoras de ambos contextos (centro y periferia) están preparadas para cuidar
a los niños porque ya poseen la experiencia como madres; ellas conocen cuándo
un niño está enfermo, tiene hambre, sed, sueño, porque la experiencia vital
propia del cuidado de los suyos o de otros de su familia, las ayudan. Un
elemento que sí las distingue en este aspecto es el nivel escolar que presenta
cada una, porque este les brinda herramientas para educarlos mejor, pero no
para cuidarlos; por lo tanto, de forma general, las cuidadoras de ambos
contextos al ser madres están preparadas para afrontar la tarea de cuidar a los
niños.
III. Contexto sociocultural
Estas cuidadoras habitan en un
entorno apacible, donde se evidencia la solidaridad y el respeto entre los
comunitarios, quienes respetan la privacidad de cada hogar. No se escuchan con
tanta frecuencia los anuncios de los bicitaxis, de los ciclistas o de los
peatones con las bocinas promocionando sus gustos y preferencias musicales.
Tampoco hay un tránsito exagerado de coches o los carretilleros con sus
pregones. Las calles y aceras permanecen limpias, así como no se visibilizan
con frecuencia alteraciones al orden público. De forma general, el ambiente
comunitario es bastante calmado y apacible.
El entorno comunitario donde conviven
las cuidadoras de guarderías situadas en la periferia, predominan las
instalaciones comerciales y de salud por encima de las culturales (González
& Suárez, 2024). Es una realidad que la inserción de instalaciones
comerciales en estos repartos tributa al bienestar y calidad de vida de las
cuidadoras, porque aquí obtienen los productos de primera necesidad sin tener
que trasladarse a otros lugares más alejados para adquirirlos. Sin embargo, la
carencia de instituciones culturales en estos repartos influye en las prácticas
artístico-educativas que poseen estas mujeres, ya que desarrollan su labor en
sus propios hogares y el entorno comunitario que las rodea no les permite
nutrirse de variadas ofertas culturales. Debido a la lejanía entre sus casas y
el centro de la ciudad, cuando los pequeños permanecen en estas guarderías, no
visitan las instituciones culturales.
El ámbito comunitario donde se
desarrollan los niños que asisten a estas guarderías de la periferia es
agitado, predomina el bullicio pues son zonas de la ciudad donde transitan
muchos vendedores, bicitaxeros y cocheros. El ruido de la música, dentro y fuera
de las casas, en los portales y esquinas, es un mal común. Es frecuente el uso
de palabras obscenas y visibles las constantes riñas entre los comunitarios.
Entonces, puede afirmarse que las
diferencias entre los contextos comunitarios donde conviven estas cuidadoras,
están marcadas por factores culturales: en los contextos de la periferia hay
bullicio, las personas gritan y escuchan música extremadamente alta, mientras
que el entorno apacible, la disciplina de los comunitarios y la cercanía de
instituciones culturales y recreativas,
son oportunidades con las que cuentan las cuidadoras del centro. Tales
diferencias se constituyen en inconvenientes o amenazas para las residentes en
los barrios de la periferia.
Conclusiones
1. Los principales resultados en
el siglo XXI evidencian la inclusión de nuevas formas de educar con el trabajo
que se realiza en algunas guarderías, donde se tienen en cuenta la educación
formal, la instrucción y se le concede un importante papel a la familia y a la
comunidad dentro de la educación infantil.
2. Se evidenció que el cuidado
infantil que se ejerce en estas guarderías se rige por los componentes
culturales expuestos, los cuales pautan diferencias en dependencia del contexto
comunitario donde se insertan.
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