El
proceso de labor educativa en la escuela pedagógica, desde la educación para la
convivencia (Original)
The process of educational work in the pedagogical
school, from education for coexistence (Original)
Neisa
Román Machado. Licenciada en Pedagogía Psicología. Docente Especialista
Principal. Escuela Pedagógica Rubén Bravo Álvarez. Bayamo. Granma. Cuba.
Fredi
Fonseca Tamayo. Licenciado en Educación en la Especialidad Defectología. Doctor
en Ciencias Pedagógicas. Profesor Titular. Docente Experto del Ministerio de
Educación. Dirección General de Educación de Manzanillo. Granma. Cuba. ffonsecatamayo@gmail.com
Recibido:
02-03-2024/Aceptado: 07-05-2024
Resumen
La
formación integral de los estudiantes de la especialidad de maestros primarios
del nivel medio superior, es la encargada de todos los pilares de una
educación, en la que el aprender a convivir resulta fundamental. El estudio
histórico tendencial del proceso de la labor educativa en las escuelas
pedagógicas, con énfasis en la educación para la convivencia, se sostiene en los resultados de una tesis de doctorado y
del Proyecto Perfeccionamiento del proceso pedagógico de las
especialidades de educadores de la Escuela Pedagógica Rubén Bravo Álvarez. El
objetivo de este artículo es develar la evolución de la labor educativa, con
énfasis en la educación para la convivencia, en la formación del maestro
primario y los factores que en ello estuvieron involucrados hasta la
actualidad. Con ese fin se utilizaron métodos teóricos (análisis - síntesis,
inducción- deducción e histórico-lógico)
y empírico (análisis crítico de
documentos). Los resultados obtenidos se fundamentaron en las carencias teóricas y en la asunción de
los referentes de este proceso. El estudio concluye en tres etapas e
hitos que marcaron los cambios del proceso y que condujeron a las principales
tendencias.
Palabras clave: labor
educativa; maestro primario; escuela pedagógica; educación para la convivencia.
Abstract
The integral formation of the students of
the specialty of primary teachers of the upper secondary level, is in charge of
all the pillars of an education, in which learning to coexist is fundamental.
The historical tendency study of the process of educational work in pedagogical
schools, with emphasis on education for coexistence, is based
on the results of a doctoral thesis and of the Project Improvement of the
pedagogical process of the specialties of educators of the Rubén Bravo Álvarez
Pedagogical School. The objective of this article is to unveil the evolution of
the educational work, with emphasis on education for coexistence, in the
formation of the primary teacher and the factors that were involved in it up to
the present time. Theoretical (analysis-synthesis, induction-deduction and
historical-logical) and empirical (critical analysis of documents) methods were
used for this purpose. The results obtained were based
on the theoretical deficiencies and on the assumption of the referents of this
process. The study concludes in three stages and milestones that marked the
changes in the process and led to the main trends.
Keywords: educational work; primary teacher;
pedagogical school; education for coexistence.
Introducción
La convivencia escolar,
como aspecto particular asociado a la convivencia grupal, es un tema de estudio
recurrente en diversas instituciones internacionales, quienes revelan una
creciente preocupación por cómo estudiarla y promoverla. En este sentido, las
actuales transformaciones educacionales en la formación del profesional de la
educación en Cuba, se corresponden con las demandas del desarrollo de la
cultura general integral en toda la población.
Estas transformaciones son sistemáticas
en adaptación a las demandas de una sociedad que requiere que los egresados de
las escuelas pedagógicas expresen un desempeño profesional integral, lo que
significa dotarlos de una sólida preparación científica y técnica, una amplia
formación humanística, un elevado pensamiento filosófico, buenos valores
sociales y un alto compromiso social.
La problemática de la formación del
maestro como profesional de la educación, asociada a la convivencia escolar, ha
sido estudiada por diferentes autores a nivel internacional; entre ellos se
destacan: Apaza et al. (2022) y
Santamaría (2022), quienes han hecho aportes importantes
relacionados con teorías, con propuestas prácticas institucionales y áulicas,
así como con dinámicas que interrelacionan diferentes centros escolares,
contextos educativos y países, mediante las que se resignifica la necesidad de
enfrentar los problemas de convivencia escolar.
En Cuba se
destacan autores como Céspedes (2004), Álvarez (2016), Castro et al. (2018), y
Salas et al. (2023), los que enfatizan en el vínculo teoría-práctica como
elemento fundamental en la formación, pero se aprecia como regularidad la
carencia de intención marcada en función de lograr acercamientos sucesivos al
cómo abordar la convivencia dentro de los pilares constitutivos de su
desarrollo profesional pedagógico.
Otros autores que realizan aportes significativos a la
temática del aprender a vivir y a convivir, son Barrios et al. (2019), Ramírez y
Quesada (2019) y Muñoz et al. (2020); quienes recurren fundamentalmente a
la formación de las habilidades sociales para lograr dichos aprendizajes y más
recientemente efectúan consideraciones teórico-prácticas acerca del rol de la
convivencia escolar.
En relación al tratamiento a esta
temática, se considera que actualmente existen falencias, por lo que es
necesario el estudio de la evolución histórica de dicho proceso en la Educación
Primaria, por ser indispensable para atender el desarrollo de la educación para
la convivencia a partir de 1976.
Materiales
y métodos
La propuesta se desarrolla en la
institución educativa Escuela Pedagógica Rubén Bravo Álvarez del municipio de
Bayamo en la provincia Granma. Para el desarrollo de la investigación se aplicaron
como métodos
teóricos: analítico-sintético, inductivo deductivo e histórico-lógico, y empírico:
análisis crítico de documentos. Se utilizaron técnicas
de dinámicas grupales, hojas de trabajo, guías de preguntas y materiales
audiovisuales, los que permitieron aplicar la estrategia en la práctica
educativa.
Se
consideraron los siguientes indicadores, determinados en función de hitos
históricos, que marcan un momento en su evolución: concepción pedagógica y
metodológica de la labor educativa, documentos y normativas de la labor
educativa, presencia de la educación para la convivencia en la labor educativa,
utilización de influencias y métodos
educativos en la educación para la convivencia, así como reconocimiento de la educación para la
convivencia en la labor educativa en el contexto formativo del maestro
primario. Se concluye en tres etapas e hitos que marcaron los cambios y
que condujeron a las principales tendencias.
Análisis y discusión de los resultados
A partir del estudio histórico
realizado, se puede comprender la evolución de este proceso, ya que refleja las
distintas etapas, regularidades y tendencias por las que ha transitado y que
constituyen expresión de la evolución científica y pedagógica de la labor educativa en la educación para la
convivencia.
La sistematización teórica del objeto
definido para la investigación, permitió identificar como indicadores para el
análisis: la concepción pedagógica y metodológica de la labor educativa, los
documentos y normativas de la labor educativa, la presencia de la educación
para la convivencia en la labor educativa, la utilización de influencias y métodos educativos en la educación para la
convivencia, así como el reconocimiento
de la educación para la convivencia en la labor educativa en el contexto
formativo del maestro primario. En tal sentido, se establecieron tres
etapas:
Primera Etapa: Proyección de las
bases científicas para la labor educativa en la formación pedagógica del
maestro primario del nivel medio superior (1976-1998)
Las
transformaciones promovidas por la celebración del Primer Congreso del Partido
Comunista de Cuba (PCC), en diciembre de 1975,
toma como criterio básico de la política educacional cubana, las
expresiones de las Tesis y Resoluciones que se corresponden con el socialismo y
los ideales que este enuncia.
El
profundo movimiento de modificaciones estructurales desarrolladas en el país en
esta etapa, tanto en lo económico, político, social como en lo cultural, generó
la necesidad de formar profesionales de la educación para asumir el reto que la
Revolución demandaba en este contexto. Es por ello que en el marco del
Perfeccionamiento del Sistema Nacional de Educación, establecido por la
política nacional devenida del Partido Comunista de Cuba, se iniciaron, en el
curso escolar de 1976, las escuelas formadoras de maestros primarios, ubicadas
en diferentes ciudades del país.
En
estos centros educativos se realizaba la formación bajo un régimen interno, por año académico y por semestre, con un tiempo
de duración curricular de cuatro períodos lectivos completos, donde los estudiantes que aspiraban a ingresar en
ese entonces a las escuelas pedagógicas, debían cumplir requisitos adicionales,
además de aprobar una entrevista de contenido sociopolítico,
de tener aptitudes para el arte y las manualidades, unido a las recomendaciones
de sus docentes en el nivel precedente.
En
este tipo de escuela se exigen transformaciones en la concepción y organización
del proceso formativo, se establece el estudio-trabajo como principio básico de
la Pedagogía Revolucionaria Cubana y la concepción de la formación comunista de
las nuevas generaciones,
lo que permite aplicar un nuevo modelo educativo, con
características específicas para satisfacer el plan de estudio. Dicho modelo
está sustentado en facilitar la labor educativa, al encontrarse los
estudiantes, la mayor parte del tiempo en la escuela, lo que permite el
desarrollo de acciones educativas centradas en la formación del estudiante
desde una nueva convivencia creada en el contexto escolar.
El
proceso formativo del maestro primario, en esta etapa, está influenciado por un
conjunto de reformas educacionales generales, entre las que se encuentra la
concepción de la formación comunista de las nuevas generaciones, objetivo
esencial de la labor educativa en ese momento. En Granma se cumplió este
proceso de forma específica, como una de las provincias privilegiadas, con la
fundación de la Escuela Pedagógica Rubén Bravo Álvarez en el curso 1975-1976,
por idea del Comandante Fidel Castro, con el objetivo de suplir las necesidades
de fuerza docente en cada territorio y en respuesta a la formación de
profesionales capaces de garantizar la calidad del proceso docente
educativo.
En
1977 se fortalecen las relaciones con países de la antigua Unión de Repúblicas
Socialistas Soviéticas (URSS), donde existía un alto nivel científico que
favoreció la superación científica y académica de muchos docentes cubanos. En
los intercambios se contribuyó significativamente a la elevación de la
preparación de los docentes en cuanto al dominio de las metodologías en la
labor educativa; es por ello que se realizan cambios en los planes de estudio,
dirigidos a potenciar actividades metodológicas que enseñen a los docentes los
modos, procedimientos y métodos de trabajo educativo, así como métodos de la
labor educativa extradocente y extraescolar, todo
esto apoyado en las vías para elevar la
efectividad de la influencia educativa desde los medios de comunicación
masiva.
En
estos años se establecen como contenidos de esta metodología, la educación
ideológica moral, la formación de una actitud comunista ante el trabajo, la
educación estética, la educación física y se intenciona
la educación formal; además de trabajarse con énfasis en la lucha contra el diversionismo ideológico como parte de la educación
político-ideológica, lo que constituye el contenido esencial en este momento.
No
obstante, la labor educativa para la época se realiza de forma esquemática,
normativa, estandarizada, donde el docente usa, con ese fin, métodos de forma
arbitraria o no sistemática, así como apenas si se tienen en cuenta el
diagnóstico pedagógico ni los contextos de actuación del estudiante para
maestro primario, lo que se considera que en parte limita el éxito del proceso.
La
educación para la convivencia, en este marco de la labor educativa, se ajustaba
al cumplimiento de las normativas de conducta social, que se aplicaban en
virtud de métodos impositivos con un enfoque verticalista. Estos vestigios del conductismo, como parte
de la teoría psicopedagógica preponderante devenida del modelo formativo
soviético que se aplicaba en Cuba, no permitió la unidad de lo cognitivo-afectivo
en el desarrollo de las cualidades de la personalidad de los estudiantes.
Lo
estricto del desarrollo de la educación para la convivencia, se refleja en la
utilización sistemática del uso de hojas de conducta, reportes, cortes
disciplinarias y no tiene en cuenta las características personológicas
de los estudiantes, donde prima lo colectivo, más que lo individual y donde lo
normado y la palabra del docente resultan ley inequívoca.
Como
anexo a la labor educativa, se complementan actividades a realizar fuera del
aula de clases: se potencian las conversaciones informales y el aprovechamiento
de las situaciones incidentales; se utilizan las potencialidades de la
realización de los matutinos, tanto a través de la orientación y asesoramiento a
los estudiantes, como por medio de sus propias intervenciones; se impulsa el
trabajo productivo y socialmente útil, todo con esencia de promoción de la
crítica y la autocrítica como método educativo de formación de la personalidad
revolucionaria.
Finalmente,
para el análisis de la función de la familia en la labor educativa a
desarrollar para la formación del maestro primario en la escuela pedagógica, se
constata que se concibe la Escuela de Padres como forma de preparación de la
familia para su contribución con la escuela a la educación de los hijos. Sin
embargo, al integrar a la familia a la labor educativa, es escasa o poco clara
la delimitación de lo que le corresponde como función a los padres y lo que le
compete a los docentes. Además, se aprecia una carencia de estudios que
precisen las funciones de la familia para complementar la labor educativa que
desarrolla la escuela pedagógica para la fecha. En la mayoría de los casos, la
comunicación entre el docente y la familia adquiere un carácter informativo,
más que afectivo o cooperativo en torno a la labor educativa.
Los
primeros resultados de la expresión de la labor educativa, como manifestación
de los objetivos cumplidos en la formación del maestro primario en la Escuela
Pedagógica Rubén Bravo Álvarez de Granma, se constataron en 1978, al concebir
como espacio de la práctica pedagógica de los estudiantes en formación a la
Escuela Primaria Seminterna Adalberto Pesant González, fundada el 3 de septiembre del propio año.
Entre
el 16 y el 17 de junio de 1978 se desarrolla en la Habana la primera reunión
nacional de intercambio de experiencias con el objetivo de intencionar
el perfeccionamiento de las escuelas pedagógicas. Aunque las jornadas de
trabajo fueron realmente fructíferas en muchas aristas, se evaluaba de
insuficiente el tratamiento dado a la labor educativa en el plan de estudio
vigente, en parte porque se consideraba que el modelo educativo contenía
claridad en este aspecto desde el manual y los métodos ya establecidos, así
como que su cumplimiento estricto y normativo era suficiente para cumplimentar
dichos objetivos.
En
el análisis histórico lógico, una conclusión parcial de este primer período
dentro de la etapa histórica analizada, destaca que prevalece lo estrictamente
normativo como verdad absoluta que rige la labor educativa, sustentada en los
métodos soviéticos de formación de la personalidad comunista. Como consecuencia
de ello, la labor educativa general en las escuelas pedagógicas, prevista para
los planes de estudio posteriores a 1978, tiene como objetivo la modificación
de los fundamentos socio-filosóficos y políticos, pero sin desprenderse del
todo del momento antecedente, ya que incluyen en sus bases los contenidos
marxista-leninistas, pero se añaden los martianos, que en opinión de las
investigadoras dota de identidad significante el proceso de la educación
ideopolítica y profesional de los futuros maestros primarios que el país
necesita.
En el año 1980 continúa la mejora del Sistema Nacional
de Educación en general y para la Educación Primaria se hace énfasis en la
necesaria correspondencia entre el fin y la concepción del tipo de educación,
entre la relación teoría-práctica, a partir de los planes y programas de
estudio que continúan en perfeccionamiento. Para estos años
iniciales de la década de los 80 del siglo pasado, el contenido del plan de
estudio regía una labor educativa desde lo curricular, con la mayor parte de
las asignaturas desarrolladas sobre la base de programas soviéticos, en los que
el contenido carecía de contextualización a las características del maestro
primario cubano.
Es
por ello que a lo largo de dicha década, no se logran explotar al máximo las
potencialidades del contenido para darle salida docente a la labor educativa y
que la misma tribute a la educación para la convivencia en un entorno educativo
de régimen interno. La concepción de la
labor educativa, por tanto, está concebida a partir de la implementación del
reglamento escolar, como herramienta derivada del manual, pero atemperada a las
características de la escuela pedagógica, a su entorno comunitario, a las
fortalezas y debilidades en el proceso formativo general y se avizoran, de
forma primigenia, algunas amenazas y oportunidades asociadas a la educación
para la convivencia, pero que se contemplan con un marcado carácter general y
esquemático.
Finalmente,
se puede ser categórico en que continúan primando los métodos educativos que se
asumen de la concepción pedagógica soviética y alemana, donde predominaba la
concepción autoritaria con utilización de la sanción ante la violación de las
normas de convivencia escolar. En este marco, la concepción de las influencias
educativas toma como punto de partida las escuelas de padres para insertar a la
familia en dicho proceso, pero como un ente aislado, no integrado lo suficiente
al proceso de la labor educativa.
Segunda
etapa. Fortalecimiento de la labor educativa en los maestros
primarios del nivel medio superior (2010-2016)
La caída
del campo socialista constituyó una ruptura socio-económico y político-ideológica
entre Cuba y los países del antiguo bloque comunista Las afectaciones de este
hecho histórico llegaron profundamente a los cimientos estructurales,
funcionales y procesuales de la ciencia pedagógica y de la educación política,
por lo que también impactaron en las escuelas pedagógicas. Para Vidal et al.
(2021a), independientemente de las carencias y del cierre de dichas escuelas,
este es, sin lugar a dudas, el período de mayores y más importantes
transformaciones en tales instituciones educativas; lo que para las autoras de
la presente investigación es real, unido a que de igual manera ocurre para la
concepción posterior y actual de la educación para la convivencia en el
contexto de la labor educativa.
Si bien por
una parte se inicia la crisis y renovación de la economía cubana, lo que induce
la decisión del Consejo de Estados y de Ministros, asumida por el Ministerio de
Educación de la República de Cuba, de cerrar las escuelas pedagógicas; las
experiencias acumuladas hasta la fecha permiten la integración de los claustros
y los egresados a una etapa cualitativamente superior en la formación de las
nuevas generaciones de cubanos, con una expresión genuina en la labor educativa
que beneficiaría a las escuelas primarias del territorio granmense en
específico.
Independiente
a este proceso, la educación para la convivencia pasó a una generalización en
otras escuelas internas, pero las dinámicas propias que se singularizaron en la
escuela pedagógica no fueron reveladas o explicitadas por la no existencia del
contexto propicio. En ese decursar, los procesos
sociopolíticos del país como la Tercera Revolución Educacional en el año 1999, la formación de maestros
habilitados con onceno grado concluido bajo la tutela de la Dirección
Provincial de Educación y la
Universalización de la Educación Superior en el año 2001, el Programa de
Profesores Generales Integrales de Secundaria Básica en el año 2002, así como
un alcance de la mejora socioeconómica media, dimensionó la demanda de personal
docente y reveló condiciones propicias para el retorno a la apertura de las
escuelas pedagógicas.
Uno de los
aspectos que dinamizó este hecho, fue la necesidad de cobertura docente y su
relación con la necesaria orientación profesional que satisficiera un relevo de
maestros para la educación primaria de los territorios. En Granma, en
particular, esa cuestión estaba siendo resuelta en parte por el Instituto
Superior Pedagógico (ISP) Blas Roca Calderío, donde se encontraba la carrera de
Licenciatura en Educación Primaria, que transitó por los planes de estudio A,
B, C y D -fortalecido entre 2002-2009-, pero que no logró cubrir la creciente
demanda de los objetivos antes citados.
Como bien
se esclarece por Vidal et al. (2021b), como elementos trascendentes que
marcaron este período de no existencia de las escuelas pedagógicas, pero en el
que no desapareció la formación del maestro primario y, por tanto, tampoco la
labor educativa ni la educación para la convivencia ya que en los Institutos
Superiores Pedagógicos( ISP) el régimen formativo también era interno, se manifestaron
como regularidades: la sostenibilidad del Curso Regular Diurno de la
Licenciatura en Educación Primaria, el sistemático perfeccionamiento del
Sistema Nacional de Educación y formación pedagógica superior, la revelación de
nuevas modalidades de formación como la semipresencialidad,
así como la consolidación de planes y programas de estudio de cursos emergentes
de habilitación y regulares para la formación del maestro primario.
El 30 de julio del año 2010 se aprobó la
reapertura de la formación de maestros primarios como parte del sistema de
formación del personal docente; a los centros donde se efectuó dicha preparación
se les denominó escuelas pedagógicas. En ellas se hizo énfasis en la necesidad
de integración de la labor educativa desde los diferentes contextos de
actuación del futuro profesional, constituyendo ello el más importante de los hitos históricos en el objeto-campo de la
presente investigación.
La reapertura de las escuelas
pedagógicas, en esta ocasión con un carácter provincial, vio la creación de
nuevas instituciones de su tipo hasta llegar a un total 24 en el mes de
septiembre de 2010, con el encargo social de formar maestros primarios,
educadoras para preescolar y maestros de la educación especial, lo que
expresaba un nivel cualitativamente superior de estas formadoras de maestros
territoriales al garantizar la satisfacción de la necesidad de disponer de
nuevos docentes para asegurar la cobertura, la calidad y la reserva docente
necesaria demandada por la sociedad.
Con un plan de
estudio de cuatro años, se validan, en esta nueva etapa, los requisitos
adicionales que los estudiantes en su ingreso deben cumplir y que se
implementan en el año 2009, relacionados con el índice general, el aval de la comisión
de otorgamiento de becas y la
entrevista integral aprobada, en la que no deben expresarse
limitaciones físicas y/o logopédicas que pudieran interferir en el ejercicio de
la profesión pedagógica.
Los planes de estudio para la formación
del maestro primario son puestos a consideración para su aprobación en el año 2010
y son sometidos a un proceso de validación, sobre la base de las opiniones de
directivos y docentes, para perfeccionar la formación integral de los futuros
egresados. Se oficializa su entrada en vigor a partir del curso 2012- 2013 al
contar con modificaciones para los estudiantes continuantes y los de nuevo
ingreso en el año 2012.
Durante el curso 2014-2015 se consolida
en el volumen uno de las Normativas e
indicaciones metodológicas y de organización para el desarrollo del trabajo en
las escuelas pedagógicas; en dicho documento aparecen resoluciones
ministeriales, planes de estudio y el perfil del egresado por especialidad,
incluido el del maestro primario de nivel medio superior.
La labor educativa en este periodo antes
citado, es concebida desde la consecución de acciones psico-pedagógicas y en el
accionar metodológico que se concatenan con la entrega pedagógica realizada
entre la secundaria básica y la escuela pedagógica. Este es un proceso que
visualiza el comportamiento de los alumnos desde séptimo hasta noveno grado y
que se encuentra mediado por una comisión creada por los municipios de
procedencia y otra de la escuela pedagógica. Su objetivo esencial perseguía el
logro de un diagnóstico integral de cada estudiante de nuevo ingreso. Esta
acción inicial debía regir la posterior labor educativa personalizada y
condicionar la educación para la convivencia en la dinámica diaria.
La planificación, organización,
regulación y control de la labor educativa toma como punto de partida este
diagnóstico que debe ser integral, en el que, sobre la base de deberes
escolares, se implica a los estudiantes de manera individual y como grupo
escolar, para contar con el apoyo de la familia y la comunidad. Esta nueva
concepción está sujeta al desarrollo experimentado por la educación cubana en
sentido general, donde se integran los diferentes contextos educativos al más
importante centro cultural de la comunidad, reconocido como la escuela.
Estas nuevas realidades derivan en que
se apliquen formas variadas para la labor educativa, las que son organizadas
por otros órganos que se articulan metodológicamente, tales como el
claustrillo, integrado por el colectivo docente y dirigido por el profesor
guía, que busca asegurar una influencia positiva en la formación de la
personalidad desde la funcionalidad de una labor educativa más específica y
dirigida al grupo escolar. El principio psicopedagógico que prima en este
órgano para la época es la promoción de una efectiva comunicación que estimule
el diálogo, así como la correcta utilización de la crítica, la autocrítica y el
elogio oportuno.
Unido a ello, se persigue la
potenciación de la labor educativa sustentada en la atención individualizada,
al intencionar en el estudiante comportamientos
activos en su propia formación profesional, a la vez que se presta especial
atención a la educación formal, al hacer énfasis en sus modos de actuación,
normas de convivencia social y hábitos de conducta en la escuela, el hogar y la
sociedad. Esta búsqueda de integralidad en la labor educativa y la convivencia
como expresión de dicho logro educativo, es una nueva visión que no solo
completa la integralidad de la formación profesional, sino que es expresión
concreta de los modos de actuación profesional del maestro primario que debe
continuar formando a los estudiantes de este nivel educativo y convivir en una
comunidad escolar de manera permanente una vez egresado.
En el año 2016 se
comienzan a implementar las orientaciones del Tercer Perfeccionamiento
Educacional del Sistema Nacional de Educación (SNE), donde se promueve la
integración de las influencias educativas en el proceso de la labor educativa,
para estrechar las relaciones con los organismos estatales, las organizaciones políticas, de masas y
sociales, así como con las instituciones de la comunidad. En estas actividades
que contribuyen al logro de los objetivos del SNE, a su vez se permite elevar
en primer plano, la responsabilidad de la familia y la comunidad en la
formación integral de los estudiantes de la escuela pedagógica.
Tercera etapa. Significación de la educación para la
convivencia en la labor educativa del maestro primario de nivel medio superior (2017-2022)
Las ideas
anteriores son un recurso para fundamentar la necesidad de que, a partir del
año 2017, se diseñe, ejecute y controle el trabajo preventivo en la formación
del personal pedagógico; se estipule lo referido a la formación del personal
pedagógico del nivel medio; se visualice que las precisiones establecidas para
la formación del maestro primario van explicitando elementos propios de la
formación pedagógica desde la labor preventiva, unida a la labor educativa, con
expresión en la educación para la convivencia; así como se aplique el trabajo
preventivo como parte de una coherencia entre el perfil del egresado, el plan
de estudio y las adaptaciones curriculares realizadas.
En las
adaptaciones curriculares referidas, se hace énfasis en que desde la enseñanza-aprendizaje
y lo docente educativo, se aplican actividades que revelan la necesidad, para
el estudiante en formación, de reconocer, validar y ejercer una buena
convivencia escolar. Entre
sus fines fundamentales, estas adaptaciones buscan fomentar actividades
encaminadas al logro de relaciones interpersonales adecuadas,
a una conducta social
libre de vulgaridad y al fortalecimiento de hábitos adecuados de convivencia en
colectivo en los diferentes contextos formativos.
Al propio
tiempo, la efectividad del trabajo cohesionado de la escuela pedagógica con la
familia, la comunidad y el Consejo de Escuela, debe materializarse en la
educación formal demostrada por los estudiantes en sus modos de actuación,
intencionalidad que se aprecia concretamente en las adaptaciones curriculares
que, para una mayor especificidad, se encuentran atemperadas a la realidad
actual y que se explicitan en los turnos de debate y reflexión, como momento
cualitativamente superior a etapas precedentes con el uso de la crítica y la autocrítica.
Por su parte, los contenidos de la Educación Cívica, los talleres profesionales
y la práctica docente sistemática, resultaron importantes soportes para educar
para la convivencia.
Para
una generalización del proceso, puede declararse que en esta etapa existe como
característica distintiva la concepción de la labor educativa concebida a
partir de la definición del contenido educativo de la formación del maestro
primario de nivel medio superior, con un marcado carácter integrador y
sistemático. Los métodos educativos que prevalecen en esta intención están
concebidos a partir del uso del diagnóstico psicopedagógico integral y del
cumplimiento de los deberes escolares. La concepción de las influencias
educativas para la labor educativa, toma como punto de partida el Consejo de
Escuela, liderado por las escuelas de educación familiar y que integra a los
agentes y agencias educativas de la comunidad en dicho proceso.
Las
regularidades encontradas en este momento revelan que las demandas sociales apuntan
a la necesidad histórica creciente de formación de maestros primarios de nivel
medio superior, independientemente de las condiciones socioeconómicas del país,
donde la labor educativa es esencial. Asimismo, las contradicciones
sociohistóricas predominantes refieren la dualidad de formación superior y
media superior del maestro primario, en lo que prima como dinamizador la
necesidad de cobertura docente, pero hay diferencias importantes en cuanto a la
labor educativa. También, constituye una experiencia histórica que la coyuntura
nacional no conlleve al cierre nuevamente de las escuelas pedagógicas y el
constante perfeccionamiento de la labor educativa en estos centros se adhiere a
la premisa de una formación integral, que se desdoble en los diferentes contextos
formativos y de actuación profesional del maestro primario, basado en una labor
educativa sistemática.
De manera general se identifica, en
el análisis histórico lógico como tendencia, que la concepción de la labor
educativa evoluciona desde la implementación de métodos educativos del antiguo
bloque socialista hasta la aparición de una coherente estructura metodológica
de la labor educativa, pero que su efectividad no se encuentra en el contenido
educativo que inicia con el diagnóstico integral como punto de partida, sino
que se sustenta en los deberes escolares, pues todavía persisten limitaciones
en prever un contenido educativo con un marcado carácter integrador,
sistemático y personalizado durante la
formación pedagógica del estudiante de la especialidad.
Los métodos educativos utilizados
transitan desde una concepción de actuación autoritaria, hasta incluir la
exigencia consciente en el cumplimiento de los deberes y derechos escolares,
desde el debate y la reflexión y no desde la crítica y la autocrítica por parte
de los estudiantes; sin embargo, todavía es insuficiente el énfasis en el logro
de una disciplina en el cumplimiento individual y grupal de las normas de
convivencia, percibido así desde la autovaloración consciente de los estudiantes.
Conclusiones
1.
El análisis histórico tendencial
realizado permitió revelar falencias en el proceso
de labor educativa en la escuela pedagógica, desde la educación para la
convivencia; dicho análisis refleja la necesidad de brindar tratamiento
a este proceso para lograr su
efectividad pedagógica e integral.
2.
La revisión documental y la consulta de
investigaciones recientes sobre la labor
educativa en la escuela pedagógica desde la educación para la convivencia,
confirma que el tratamiento a este contenido en las escuelas pedagógicas ha
sido insuficientemente abordado.
Referencias
bibliográficas
Álvarez, K. F. (2016). Acoso escolar y habilidades
sociales en adolescentes de dos instituciones educativas estatales. Revista Avances en Psicología, 24(2),
205-215. https://doi.org/10.33539/avpsicol.16.v24n2.155
Apaza, J. G., Huzco, S. V. & Quispe, M. (2022). Propuesta didáctica para favorecer la sana convivencia en el retorno a clases presenciales en estudiantes de segundo año de educación secundaria de una institución educativa publica de Cieneguilla, Lima. [Tesis de pregrado, Universidad Marcelino Champagnat]. https://hdl.handle.net/20.500.14231/3416
Barrios, N., Quiroz, J. A., Marrero, E. & Gómez,
M. E. (2019). Convivencia y comunicación escolar: Transformación desde la
acción y la participación. INNOVA
Research Journal, 4(3.1), 89-107. https://doi.org/10.33890/innova.v4.n3.1.2019.1056
Castro, G., Sierra, J. J. & Fresquest,
M. M. (2018). La formación inicial del maestro primario para la atención a
escolares con implante coclear. Revista
Mendive, 16(3), 365-380. http://mendive.upr.edu.cu/index.php/MendiveUPR/article/view/1420
Céspedes, A. (2004). La formación de maestros
primarios en Cuba. Algunas consideraciones históricas. Revista Maestro y Sociedad,1 https://maestroysociedad.uo.edu.cu/index.php/MyS/article/download/1682/1671/
Muñoz, Y., Monge, C. & Torrego, J. C. (2020). Teacher education in cooperative learning and its
influence on inclusive education. Sage
Journals, 23(3), 277-290. https://doi.org/10.1177/1365480220929440
Ramírez, M. C. & Quesada, J. (2019). Repensando los indicadores educativos: la gestión
educativa, curricular y de vinculación con la comunidad. Innovaciones educativas, 21(30), 37-47.
https://revistas.uned.ac.cr/index.php/innovaciones/article/view/2483
Salas, Y., Calzadilla, O. & Peña, D. C. (2023). La
formación inicial del profesional de la educación primaria en el contenido de
la escuela multigrado. Didáctica y
Educación, 14(4), 231-250.
https://revistas.ult.edu.cu/index.php/didascalia/article/view/1809
Santamaría, D. C. (2022). Convivencia escolar resiliente y desarrollo humano: una mirada desde sus autores. [Tesis de doctorado, Universidad Simón Bolívar] https://hdl.handle.net/20.500.12442/10632
Vidal, G., Bravo, A. & Senú,
I. (2021a). Remembranza de la formación inicial del maestro primario en
Santiago de Cuba (1959-1989). Maestro y
Sociedad, 18(3),1037-1050. https://maestroysociedad.uo.edu.cu/index.php/MyS/article/view/5392
Vidal, G., Bravo, A. & Senú,
I. (2021b). La formación inicial del maestro primario en Santiago de Cuba
(1959-2019). Santiago, 157, 223-240. https://santiago.uo.edu.cu/index.php/stgo/article/download/5420/4750/18684