Ensayo
Recibido: 27/03/2025 │
Aceptado: 21/06/2025
Fuerza prensil: clave
para la autonomía y bienestar del adulto mayor
Grip Strength: Key to the Autonomy and Well-being of Older
Adults
Lorayne
García García. Licenciado en Cultura Física. Dirección municipal de deportes.
Cienfuegos. Cuba. [lory880522@gmail.com]
Vivian
Bárbara González Curbelo. Licenciado en Educación en la especialidad de Español-
Literatura. Máster en Didáctica del Español y la Literatura. Profesor Auxiliar.
Universidad de Cienfuegos Carlos Rafael Rodríguez. Cienfuegos. Cuba. [vgonzalez@ucf.edu.cu]
Jorge
Luis Abreus Mora. Licenciado en Cultura Física. Máster en Ciencias. Profesor
Auxiliar. Universidad de Cienfuegos Caros Rafael Rodríguez, Cienfuegos. Cuba. [jabreus@ucf.edu.cu]
Resumen
La
fuerza prensil es un indicador clave de la funcionalidad y la salud en adultos
mayores, esencial para su autonomía y bienestar general. Este atributo físico
permite realizar actividades cotidianas e influye directamente en la calidad de
vida y la capacidad para mantener la independencia. Diversos estudios han
demostrado que la fuerza prensil no solo refleja el estado muscular, sino que además
está asociada con la salud cardiovascular, la densidad ósea y el riesgo de
caídas. La disminución de esta capacidad puede ser un indicador temprano de
fragilidad, sarcopenia o enfermedades crónicas, lo que incrementa la
vulnerabilidad del adulto mayor. Asimismo, la fuerza prensil es una herramienta
sencilla y económica para evaluar el estado de salud general, utilizada como
marcador predictivo en la práctica clínica. Intervenciones dirigidas a
fortalecer esta capacidad, como programas de ejercicio físico y rehabilitación,
han expuesto resultados positivos en la mejora de la funcionalidad y la
prevención de discapacidades. Promover la fuerza prensil en adultos mayores es
esencial para mantener su autonomía, reducir la dependencia y fomentar el envejecimiento
saludable, de ahí la importancia de integrar estrategias preventivas y
terapéuticas que fortalezcan las capacidades físicas y aseguren una mejor
calidad de vida durante esta etapa.
Palabras
clave: Fuerza prensil;
autonomía; bienestar; envejecimiento saludable.
Abstract
Grip strength is a key
indicator of functionality and health in older adults, essential for their
autonomy and general well-being. This physical attribute allows them to perform
daily activities and directly influences quality of life and the ability to
maintain independence. Various studies have shown that grip strength not only
reflects muscle status, but is also associated with cardiovascular health, bone
density and the risk of falls. A decrease in this capacity can be an early
indicator of frailty, sarcopenia or chronic diseases, which increases the
vulnerability of older adults. Likewise, grip strength is a simple and
inexpensive tool to assess general health status, used as a predictive marker
in clinical practice. Interventions aimed at strengthening this capacity, such
as physical exercise and rehabilitation programs, have shown positive results
in improving functionality and preventing disabilities. Promoting grip strength
in older adults is essential to maintain their autonomy, reduce dependency and
promote healthy aging, hence the importance of integrating preventive and
therapeutic strategies that strengthen physical abilities and ensure a better
quality of life during this stage.
Keywords: Grip
strength; autonomy; well-being; healthy aging.
Introducción
El
envejecimiento de la población es un fenómeno global que plantea numerosos
desafíos a los sistemas de salud. Entre las distintas evaluaciones funcionales
que se realizan a los adultos mayores, la medición de la fuerza prensil ha
emergido como una herramienta crucial para valorar la salud muscular y predecir
diversos desenlaces clínicos. En este ensayo, se analizará la importancia de
esta medición en la población de adultos mayores, fundamentando su relevancia
en investigaciones recientes publicadas en los últimos diez años.
Este
proceso demográfico conlleva un incremento en la prevalencia de enfermedades
crónicas, discapacidad y fragilidad, lo que subraya la necesidad de contar con
herramientas de evaluación eficaces para monitorear y mejorar la salud de los
adultos mayores. Entre estas herramientas, la medición de la fuerza prensil ha
emergido como una opción crucial debido a su simplicidad, bajo costo y
capacidad para proporcionar datos objetivos y fiables sobre la salud muscular y
el estado funcional general.
La
fuerza prensil no solo refleja el estado de los músculos de las manos y los
brazos, sino que también está relacionada con la fuerza global del cuerpo.
Además, esta medición se ha asociado con diversos desenlaces clínicos, como la
mortalidad, el riesgo de caídas, la fragilidad y la recuperación funcional tras
hospitalizaciones. Estudios recientes destacan su utilidad como biomarcador
clave para detectar precozmente problemas de salud, identificar riesgos y guiar
intervenciones personalizadas.
La
importancia de medir la fuerza prensil radica también en su aplicabilidad en
contextos clínicos y comunitarios. Es una herramienta accesible que puede ser
utilizada en una variedad de entornos, desde hospitales hasta programas de
salud comunitarios. Esto permite que profesionales de la salud identifiquen de
manera temprana a adultos mayores en riesgo de desarrollar condiciones como la
sarcopenia, un síndrome caracterizado por la pérdida progresiva de masa y
función muscular, que afecta significativamente la calidad de vida y la
independencia.
Además,
la medición de la fuerza prensil ofrece un enfoque integral para evaluar el
envejecimiento saludable. Según diversas investigaciones esta medición no solo
se asocia con la fuerza muscular, sino también con el estado nutricional, la
actividad física y la función cognitiva. Por ello, constituye un indicador
multifacético que puede guiar estrategias preventivas y terapéuticas dirigidas
a mejorar la salud general de los adultos mayores.
En
un contexto donde las enfermedades crónicas y la discapacidad representan una
carga significativa para los sistemas de salud, la medición de la fuerza
prensil también se posiciona como una herramienta valiosa para optimizar
recursos y priorizar intervenciones.
Estudios
como el de Celis et al. (2018) han demostrado que esta prueba puede predecir la
necesidad de cuidados de largo plazo y el riesgo de hospitalizaciones
repetidas, lo que subraya su relevancia para la planificación de servicios de
salud eficiente y sostenible.
Finalmente,
la medición de la fuerza prensil también posee implicaciones psicológicas y
sociales. Al proporcionar una evaluación objetiva y fácil de interpretar, esta
herramienta puede empoderar a los adultos mayores al fomentar un sentido de
control sobre su salud. También permite a los cuidadores y profesionales
establecer metas claras y monitorear el progreso, lo que mejora la adherencia a
los programas de rehabilitación y promueve un envejecimiento activo.
En
este ensayo, se analizará la importancia de esta medición en la población de
adultos mayores, fundamentando su relevancia en investigaciones recientes
publicadas en los últimos diez años. Asimismo, se explorará cómo la evaluación
de la fuerza prensil puede contribuir a la mejora de la atención geriátrica y
al incremento de la calidad de vida en esta población.
Desarrollo
Definición y metodología de la fuerza prensil
La
fuerza prensil se define como la capacidad de generar presión mediante las
manos y los dedos, no solo refleja el estado de los músculos de las
extremidades superiores, sino que además está correlacionada con la fuerza
global del cuerpo y la salud general. Se mide con un dinamómetro manual, una
herramienta sencilla y de bajo costo que proporciona datos objetivos sobre la
función muscular.
Indicador de salud general y fragilidad
La
fuerza prensil ha sido ampliamente reconocida como un biomarcador clave de la
salud general, su disminución se relaciona con mayor riesgo de mortalidad,
discapacidad y hospitalización. Además, su medición es utilizada para
identificar fragilidad, condición clínica que afecta de forma significativa a
adultos mayores y que se vincula con la reducción de la capacidad funcional y
la calidad de vida.
La
fragilidad es un estado de vulnerabilidad que incrementa el riesgo de eventos
adversos, como caídas y fracturas. Al evaluar la fuerza prensil, los
profesionales pueden identificar de manera temprana a los pacientes que están
en riesgo, lo que permite implementar estrategias preventivas antes de que se
produzcan complicaciones graves. Además, la fuerza prensil se ha vinculado con
el rendimiento en actividades de la vida diaria, lo que subraya su importancia
para mantener la autonomía en la vejez.
Relación con enfermedades crónicas
En
los últimos años, diversos estudios han investigado la relación entre la fuerza
prensil y enfermedades crónicas. Por ejemplo, Celis et al. (2018) demostraron
que una baja fuerza prensil es un predictor independiente de enfermedades
cardiovasculares y metabólicas. Asimismo, Keevil et al. (2020) encontraron que
una fuerza prensil disminuida está asociada con una mayor incidencia de
diabetes tipo 2 y deterioro cognitivo.
La
relación entre la fuerza prensil y la salud metabólica también se ha explorado
en poblaciones diversas. Por ejemplo, una fuerza prensil reducida puede estar
asociada con resistencia a la insulina y mayor inflamación sistémica, lo que
refuerza su papel como indicador temprano de problemas metabólicos. Además, la
evaluación regular de esta medida podría facilitar intervenciones más efectivas
para prevenir enfermedades crónicas.
Predicción de desenlaces clínicos
La
capacidad predictiva de la fuerza prensil es uno de los aspectos más destacados
en la literatura reciente. En un metaanálisis realizado por Sayer et al.
(2019), se concluyó que la fuerza prensil es un mejor predictor de mortalidad
que otros indicadores tradicionales como el índice de masa corporal. Esta
medición también se ha asociado con la probabilidad de recuperación funcional
tras una hospitalización o cirugía.
Por
ejemplo, pacientes con una fuerza prensil más alta tienden a recuperarse más
rápido tras procedimientos quirúrgicos y tienen menos complicaciones
postoperatorias. Esto refuerza la necesidad de integrar esta medición en las
evaluaciones prequirúrgicas como un indicador de riesgo.
Importancia en la evaluación geriátrica integral
La
evaluación geriátrica integral es una herramienta multidimensional utilizada
para planificar intervenciones personalizadas en adultos mayores. La medición
de la fuerza prensil forma parte de esta evaluación, pues proporciona
información valiosa sobre la capacidad funcional del paciente.
Según
Cruz et al. (2019), la inclusión de esta medición en las evaluaciones
rutinarias permite continuar identificando de manera más precisa a los adultos
mayores que podrían beneficiarse de intervenciones específicas.
Esta
identificación temprana es particularmente importante en el contexto de
enfermedades progresivas como la sarcopenia y la fragilidad. Al establecer
líneas base sobre la fuerza prensil, los profesionales de la salud y de la
Cultura Física Terapéutica pueden monitorear cambios en el tiempo y ajustar los
planes de tratamiento de acuerdo con las necesidades individuales. Por ejemplo,
intervenciones basadas en el ejercicio físico y la nutrición pueden ser más
efectivas si se aplican a pacientes en fases iniciales de deterioro muscular,
lo que podría prevenir la dependencia y mejorar la calidad de vida.
Además,
la medición de la fuerza prensil puede facilitar la comunicación entre
diferentes disciplinas clínicas. Al proporcionar un indicador común y
estandarizado, esta herramienta permite un enfoque interdisciplinario que
integra medicina, fisioterapia, nutrición y psicología en el cuidado del adulto
mayor. Este enfoque holístico es esencial para abordar las complejidades del
envejecimiento y garantizar una atención centrada en el paciente.
En
términos específicos, un programa interdisciplinario podría incluir sesiones
regulares de entrenamiento de resistencia, evaluaciones nutricionales
personalizadas y consultas psicológicas para abordar aspectos emocionales
relacionados con la pérdida de funcionalidad. Estos programas, guiados por los
resultados de la fuerza prensil, poseen el potencial de prevenir caídas,
reducir hospitalizaciones y mejorar el bienestar general.
Por
ejemplo, un fisioterapeuta puede utilizar los resultados de la fuerza prensil
para diseñar ejercicios específicos, basados en las mediciones iniciales, que
mejoren la función muscular, mientras que un nutricionista podría identificar
deficiencias nutricionales que contribuyen a la pérdida de fuerza. Al mismo
tiempo, un médico geriatra podría usar la información para ajustar tratamientos
farmacológicos o recomendar intervenciones preventivas, para establecer
objetivos terapéuticos medibles y adaptados a cada paciente.
De
igual manera, los resultados de la fuerza prensil pueden servir como indicador
clave en programas comunitarios para adultos mayores que incluyan diversas
actividades y evaluaciones periódicas para monitorear el progreso. Así, la
integración de la medición de la fuerza prensil no solo enriquece las
intervenciones clínicas, sino que empodera a los adultos mayores al
involucrarlos activamente en su propio cuidado.
Asimismo,
la medición de la fuerza prensil contribuye a la personalización de objetivos
en programas de rehabilitación y cuidado paliativo. En pacientes con
enfermedades crónicas avanzadas, su monitoreo permite establecer metas
realistas que equilibren la preservación de la funcionalidad con la calidad de
vida, lo que destaca la importancia de esta herramienta no solo como un
indicador diagnóstico, sino como guía práctica para mejorar la atención en
múltiples niveles que ayuda a priorizar recursos en un entorno clínico donde la
demanda de servicios de salud aumenta debido al envejecimiento poblacional.
Además, permite establecer estrategias personalizadas de rehabilitación y
cuidado, dirigidas a mejorar la funcionalidad y reducir la dependencia.
Intervenciones basadas en la fuerza prensil
Las
intervenciones basadas en la fuerza prensil han mostrado un impacto positivo
significativo en la salud y el bienestar de los adultos mayores. La fuerza de
prensión manual es un indicador clave de la salud muscular y funcionalidad, y
se ha asociado con el riesgo de caídas, la sarcopenia y la calidad de vida. Los
estudios recientes destacan que el entrenamiento de fuerza, con ejercicios de
fuerza prensil incluidos, puede mejorar la movilidad, la resistencia muscular y
la independencia funcional, factores cruciales para la prevención de caídas y
la mejora de la calidad de vida en la tercera edad (Quijano, Sinza &
Suárez, 2024).
El
ejercicio terapéutico desempeña un papel crucial en la promoción de la salud y
la prevención de enfermedades en las personas adultas mayores. Según Hernán,
Sobrido & Pino (2024), las intervenciones basadas en actividad física no
solo mejoran la fuerza muscular y la funcionalidad, sino que contribuyen al
bienestar psicológico y social de esta población. En su revisión de alcance,
destacan la importancia de programas individualizados que aborden las
necesidades específicas del adulto mayor, promoviendo así un envejecimiento
activo y saludable.
En
particular, la fuerza prensil es fundamental en la medición de la función
muscular en adultos mayores. Los programas de ejercicios de fuerza de
intensidad moderada a alta, que incluyen la fuerza prensil, favorecen la
capacidad física general y disminuyen los riesgos asociados a enfermedades
crónicas, como la hipertensión, la diabetes y los problemas
cardiovasculares (Saavedra & Fernandes, 2022).
Las
intervenciones que integran el entrenamiento de fuerza prensil mejoran la
fuerza de agarre, la movilidad, el control de la glucosa, el bienestar mental,
ayudan a mantener la autonomía y prevenir enfermedades en la población de
adultos mayores.
La
medición de la fuerza prensil, asimismo, asume implicaciones prácticas en el
diseño de intervenciones, programas de entrenamiento de fuerza y ejercicios
funcionales han demostrado ser efectivos para mejorar la fuerza prensil y
reducir el riesgo de caídas y fracturas.
Factores que afectan la fuerza prensil
Diversos
factores pueden influir en la fuerza prensil: edad, sexo, nutrición y nivel de
actividad física. Estudios como el de Dodds et al. (2018) han mostrado que la
pérdida de fuerza prensil es más acelerada en personas sedentarias y con dieta
deficiente en proteínas. Por tanto, su medición puede guiar recomendaciones en
estos ámbitos.
Las
investigaciones actuales señalan varias variables que contribuyen a su
disminución (Cagua, Portilla & Martínez, 2024).
1.
Edad y género. La edad avanzada se asocia con reducción natural de la fuerza
prensil, pues la masa muscular disminuye con el envejecimiento. Aunque fenómeno
se observa en ambos géneros, posee mayor impacto en las mujeres, quienes a
menudo presentan valores más bajos de fuerza prensil en comparación con los
hombres debido a la menor masa muscular.
2.
Condición física y muscular. La sarcopenia, (pérdida de masa muscular
relacionada con la edad), adquiere un efecto directo en la fuerza prensil. Diversos
estudios han encontrado que la reducción en la masa muscular, especialmente en
brazos y parte superior del cuerpo, disminuye la capacidad para realizar tareas
que requieren de agarre fuerte.
3.
Nutrición. El estado nutricional juega un papel clave. Los adultos mayores con
deficiencias nutricionales, especialmente en proteínas, contraen mayor riesgo
de experimentar disminución en la fuerza prensil. La malnutrición, por exceso
(como la obesidad) o por deficiencia (como el bajo peso), se está asociada con
una menor capacidad muscular.
4.
Comorbilidades. Enfermedades crónicas como: diabetes, hipertensión o problemas
cardiovasculares pueden afectar la fuerza prensil porque influyen en la salud
general y en el flujo sanguíneo, crucial para la función muscular. Además, la
medicación utilizada para tratar estas enfermedades a veces trae efectos
secundarios que pueden contribuir a la debilidad muscular.
5.
Actividad física. La falta de ejercicio es otro factor determinante. Los
adultos mayores que no realizan actividad física regularmente tienden a perder
fuerza de modo más acelerado. Al contrario, programas de ejercicios, que
incluyan entrenamientos de fuerza o actividades de resistencia, pueden mejorar
la fuerza prensil y ralentizar su pérdida.
Estos
elementos sugieren que la fuerza prensil es un indicador complejo de la salud
física de los adultos mayores, influenciada por la interacción entre: edad,
genética, estilo de vida, condiciones de salud y nutrición. La prevención y el
tratamiento de la sarcopenia, junto con la mejora de la nutrición y el
ejercicio, son fundamentales para mantener la fuerza prensil y la calidad de
vida en esta población.
Cultura Física Terapéutica vs. Fuerza prensil de
adultos mayores
La
Cultura Física Terapéutica desempeña un papel clave en la mejora de la fuerza
prensil al enfocarse en el desarrollo físico, adaptado a las necesidades y
limitaciones de los adultos mayores. A través de ejercicios específicos y
adaptados (entrenamiento de fuerza y mejora de la funcionalidad muscular) se
puede contrarrestar la pérdida de masa muscular y fortalecer la capacidad prensil,
lo que contribuye a mantener la independencia en las actividades diarias.
Los
entrenamientos terapéuticos para adultos mayores, centrados en la fuerza y la
movilidad (ejercicios de fuerza de alta velocidad o con pesos moderados) han
demostrado su efectividad para mejorar la fuerza muscular y la capacidad
funcional. Estos enfoques ayudan a reducir el riesgo de caídas, mejoran el
equilibrio y contribuyen a la preservación de la fuerza, como se ha visto en
estudios de entrenamiento de fuerza en esta población.
Soriano,
Abreus & Del Sol (2022) reflexionan sobre la evaluación de
la fuerza de las manos en adultos mayores y destacando su importancia como
predictor de diversas morbilidades y su utilidad para proponer estrategias de
intervención que mejoren funciones deterioradas.
González
& Rodríguez (2021) analizan cómo la actividad física influye positivamente
en la calidad de vida de los adultos mayores y enfatizan la necesidad de
programas de ejercicio adaptados a esta población para promover su bienestar
físico y mental.
Robaina
& Abreus (2022) consideran la fragilidad en adultos mayores y destacan la
importancia de su identificación y abordaje para mejorar la calidad de vida de
este grupo etario.
El
entrenamiento específico de la fuerza prensil, mediante ejercicios con
dinamómetros o resistencia manual, ha mostrado beneficios tanto para la presión
arterial como para la cinética de oxigenación muscular. Un aspecto
importante es que este tipo de ejercicio debe adaptarse a la velocidad y
resistencia para asegurar la correcta ejecución técnica y evitar lesiones, especialmente
durante las fases de aprendizaje. Los programas de ejercicio
multicomponente, que combinan fuerza con otras modalidades como aeróbicos y
flexibilidad, optimizan los resultados y contribuyen al bienestar
general.
Estos
enfoques terapéuticos no solo fortalecen la fuerza prensil, favorecen la
calidad de vida y la capacidad funcional de los adultos mayores, lo que les permite
el envejecimiento saludable y activo.
En
los últimos años, se han desarrollado enfoques terapéuticos efectivos para
mejorar la fuerza prensil en adultos mayores, que no solo buscan fortalecer los
músculos de las manos y los antebrazos, sino promover una mejor calidad de vida
y funcionalidad general.
-
Entrenamiento de fuerza. Diversos estudios destacan que los programas de
entrenamiento de fuerza son esenciales para contrarrestar la pérdida de masa
muscular relacionada con la edad y mejorar la fuerza prensil. Incluyen
ejercicios de alta intensidad o velocidad, combinan ejercicios multiarticulares,
con enfoques progresivos para mejorar no solo la fuerza, sino la resistencia
muscular y la capacidad funcional para las actividades diarias (Segarra, 2022).
-
Entrenamiento con bandas elásticas y pesas. La combinación de pesas y bandas
elásticas es muy popular en programas diseñados para adultos mayores, permite
variar la intensidad y adaptarse a las necesidades de los participantes. El uso
de herramientas portátiles y flexibles, junto con ejercicios en sedestación, es
particularmente útil para aquellos con limitaciones físicas.
-
Entrenamiento en grupos reducidos y con supervisión. Muchos estudios resaltan
la importancia de un enfoque individualizado, donde se personaliza la
intensidad y volumen de los ejercicios, según la salud y capacidades del adulto
mayor. La supervisión constante por profesionales favorece la prevención de
lesiones y garantiza un entrenamiento seguro.
Además
de fortalecer la fuerza prensil, los programas de entrenamiento de fuerza en
adultos mayores, como beneficios adicionales, pueden reducir el riesgo de
caídas, mejorar la densidad ósea, la sensibilidad a la insulina y la movilidad
general, lo que beneficia la independencia y la calidad de vida.
Implementar
estos enfoques terapéuticos de manera regular ayuda a los adultos mayores no
solo a mantener su fuerza prensil, mejorar su bienestar físico y psicosocial,
reducir el impacto de enfermedades crónicas y promover una vida más activa y
autónoma.
Limitaciones y consideraciones
La
medición de la fuerza prensil ofrece numerosos beneficios, pero posee
limitaciones. Por ejemplo, las condiciones articulares como la artritis pueden
influir en los resultados, y no siempre es posible diferenciar entre debilidad
muscular localizada y generalizada.
Según
Roberts et al. (2020), es fundamental complementar esta medición con otras
evaluaciones para alcanzar un panorama más completo.
Una
evaluación adecuada de la medición de la fuerza prensil en adultos mayores debe
tener en cuenta varias consideraciones: una de las principales dificultades es
la falta de valores normativos estandarizados a nivel global. Si bien existen
estudios que proporcionan valores aproximados, estos varían según factores como:
población estudiada, sexo y edad. La precisión puede verse afectada por el tipo
de dinamómetro utilizado (debe ser calibrado correctamente para evitar errores)
y por la técnica de medición (absoluta o relativa, ajustada al peso corporal).
Otro
factor es la influencia de condiciones físicas, lo que puede complicar la medición
pues algunos adultos mayores pueden presentar disminución generalizada en la
masa muscular que afecta su capacidad de agarre. Además, es esencial tener en cuenta
el contexto de salud general del adulto mayor, como su estado nutricional, pues
la desnutrición puede perturbar la fuerza prensil.
Por
último, la variabilidad en los protocolos, métodos y herramientas de medición,
la falta de consenso en los puntos de corte para clasificar la fuerza prensil
como normal o disminuida y la carencia de estandarización en la metodología
para medirla pueden dificultar la comparación de estudios y la interpretación
de los resultados a nivel global.
Resulta
crucial que las mediciones se realicen bajo condiciones controladas y se
adapten a las características específicas de cada población para mejorar la
fiabilidad y utilidad clínica, por lo que se exponen limitaciones y
consideraciones importantes para la medición de la fuerza prensil en adultos
mayores que deben ser tenidas en cuenta para garantizar la precisión y la
relevancia de los resultados:
-
Consideraciones relacionadas con la población: los valores de referencia para
la fuerza prensil pueden variar considerablemente según la población en estudio:
los valores de fuerza prensil en adultos mayores de diferentes regiones del
mundo, han mostrado diferencias significativas. Estas variaciones pueden
deberse a factores culturales, nutricionales y ambientales que afectan la fuerza
muscular, lo que sugiere la necesidad de generar valores normativos específicos
para cada contexto local.
-
Factores individuales como la sarcopenia y la comorbilidad: la pérdida de masa
muscular relacionada con la edad (sarcopenia) y otras comorbilidades como la
artritis o enfermedades metabólicas perjudican la fuerza prensil de los adultos
mayores y complican su medición. Asimismo, el uso de medicamentos puede alterar
la fuerza de agarre, lo que le añade complejidad en la interpretación de los
resultados. Aquellos con sarcopenia grave pueden mostrar una disminución
generalizada en la capacidad de agarre que no refleja necesariamente la capacidad
funcional en su vida diaria.
-
Condiciones físicas y psicológicas: factores como el dolor, la fatiga y el estrés
psicológico pueden influir en la medición de la fuerza prensil, lo que podría
no reflejar el verdadero nivel de fuerza de una persona, especialmente
relevante en adultos mayores con condiciones de salud que afectan la función
física y mental.
-
Normas de corte y puntos de referencia: a pesar de que la fuerza prensil se ha
identificado como un buen indicador de la salud y la funcionalidad, no existe
un consenso universal sobre los puntos de corte para clasificar los niveles de
fuerza como normales o deficientes. La falta de estandarización puede conllevar
una interpretación errónea de los resultados, especialmente si los puntos de
referencia no están adaptados a las características específicas de la población
evaluada.
En
resumen, aunque la medición de la fuerza prensil es un método valioso para
evaluar la salud y funcionalidad en adultos mayores, su precisión depende de la
correcta estandarización del protocolo de medición, la elección adecuada de
herramientas y la consideración de factores individuales como: comorbilidad,
sarcopenia y condiciones psicológicas. Para mejorar su aplicabilidad, es
esencial realizar mediciones personalizadas y utilizar valores normativos
específicos para cada grupo poblacional.
Las
mediciones de la fuerza prensil son fundamentales para evaluar la salud y
funcionalidad de los adultos mayores, porque están directamente relacionadas
con varios aspectos críticos de la calidad de vida. Estas mediciones
proporcionan información valiosa sobre la fuerza muscular y el nivel de independencia,
lo que puede impactar la capacidad para realizar actividades cotidianas
esenciales.
La
fuerza prensil es un marcador confiable de la salud física y funcional de los
adultos mayores, su disminución se vincula con mayor probabilidad de
discapacidad, caídas y pérdida de autonomía. De hecho, la fuerza prensil está
correlacionada con la capacidad para realizar tareas cotidianas (levantar
objetos, abrir frascos, caminar) lo que influye directamente en la calidad de vida.
Mantener
una buena fuerza prensil mediante ejercicios específicos contribuye a la
estabilidad y la movilidad, lo cual es esencial para una vida activa y
saludable. Diversos estudios han indicado que una mayor fuerza prensil está
asociada con un menor riesgo de enfermedades cardiovasculares y metabólicas,
como hipertensión y diabetes, debido a que la fuerza muscular refleja no solo
la capacidad física, sino la salud metabólica general.
La
fuerza prensil disfruta de un componente psicológico importante, los adultos
mayores que conservan buena fuerza muscular tienden a sentirse más capaces y
seguros, lo que mejora su bienestar emocional y social. Igualmente, la
capacidad para participar en actividades físicas y sociales es esencial para
prevenir la depresión y el aislamiento social, problemas comunes en este grupo
etario.
En
síntesis, las mediciones de la fuerza prensil no solo permiten evaluar la
capacidad física, sino que además son clave para prevenir la pérdida de
autonomía, mejorar la salud general, reducir riesgos de caídas y promover el
bienestar emocional y social de los adultos mayores. Las investigaciones
recientes respaldan su utilidad y subrayan la necesidad de continuar explorando
su aplicación en diferentes contextos clínicos y poblacionales.
Conclusiones
La
medición de la fuerza prensil en adultos mayores es una herramienta crucial,
sencilla, pero poderosa en la evaluación de la salud, funcionalidad general y
predecir desenlaces clínicos en adultos mayores; su incorporación en las
evaluaciones rutinarias puede contribuir significativamente a mejorar la
atención geriátrica y la calidad de vida de esta población.
La
medición de la fuerza prensil no solo es importante para evaluar la salud
física de los adultos mayores, permite identificar a las personas en riesgo y
establecer intervenciones para prevenir accidentes y mejorar la movilidad,
asume un impacto significativo en su calidad de vida y bienestar emocional, lo
que sugiere que este indicador es útil para evaluar la salud general y el
riesgo de enfermedades.
Los
adultos mayores con mayor fuerza prensil tienden a poseer mejor calidad de vida,
capacidad para mantener la independencia, participar en actividades sociales y
físicas lo que contribuye al bienestar emocional y reduce el riesgo de
depresión o aislamiento social.
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