Introducción

El logro de niveles cada vez más altos de calidad, implica proporcionar a los educandos los conocimientos básicos y esenciales necesarios, con la calidad requerida, a tono con las características del desarrollo científico–tecnológico, ofreciendo a los educandos oportunidades de aprendizaje, herramientas básicas para su acceso, así como para el desarrollo y aplicación de las habilidades intelectuales, prácticas y de capacidades necesarias para enfrentar y solucionar problemáticas de la vida familiar, social y productiva en el marco de los complejos problemas globales del contexto mundial de hoy.

En este sentido es necesario perfeccionar la adopción de métodos de dirección que en la clase y todo tipo de actividad docente y extradocente promuevan la participación de cada educando, el desarrollo del pensamiento lógico, dialéctico, reflexivo y creativo, así como el autodidactismo, que estimulen al máximo las potencialidades individuales de cada educando, desde una perspectiva desarrolladora de la enseñanza y el aprendizaje.

Una vía de lograr el proceso de enseñanza aprendizaje que desarrolle las potencialidades de los educandos, lo constituye el trabajo cooperativo, pues se ha convertido en un eslabón fundamental para desarrollar en los escolares la capacidad de comunicación adecuada entre el grupo, responsabilidad individual, participación equitativa e interacción simultánea. Esto cobra mayor importancia en la actualidad, pues actúa como un factor determinante en la formación básica general de los educandos.

El trabajo cooperativo favorece la democracia, la solidaridad en el grupo y la autonomía en la organización del propio aprendizaje; posibilita dar o recibir ayuda lo que contribuye al desarrollo de habilidades comunicativas, las relaciones interpersonales, trabajo en grupo y flexibilidad en el pensamiento. Es por ello, que el presente artículo tiene como objetivo: ofrecer recursos didácticos-metodológicos sustentadas en las principales variantes para el trabajo cooperativo a través de las actividades de juegos.

Desarrollo

El trabajo cooperativo se fundamenta en los postulados de Vigotsky (1989), al aseverar que el desarrollo del alumno transcurre en estrecho vínculo con su entorno social, con el producto del desarrollo cultural y el momento histórico concreto en que se vive. Este fundamento centra la atención en el desarrollo integral de la personalidad lo que al organizar la enseñanza como actividad conjunta donde interactúa el adulto y los escolares entre sí, se fomenta en ellos el desarrollo de una serie de cualidades de su personalidad, además se crea un clima emocional favorable muy eficaz para el aprendizaje.

El trabajo cooperativo es un grupo de procedimientos de enseñanza que parten de organizar las actividades dentro del aula para convertirlas en una experiencia social y académica de aprendizaje para fortalecer en los educandos el trabajo en grupo para realizar tareas de manera colectiva.

En esta dirección se coincide con Robles (2015) al afirmar que el trabajo en cooperativo es un modo eficaz de ocuparse de la diversidad ya que la organización de la clase en grupos permite dedicar mayor y mejor atención a los distintos niveles, ritmos y estilos de aprendizaje. Por tanto, los educandos aprenden de una forma sólida, potencia el esfuerzo para conseguir buenos resultados, mayor desarrollo del pensamiento, aumenta las habilidades comunicativas y de trabajo grupal.

Es por ello que el trabajo cooperativo requiere de planificación, organización, ejecución y control del mismo. Debe realizase de modo que:

§ Se propicie el intercambio de puntos de vista de criterios y opiniones que favorecen que los educandos expresen lo que piensan y reflexionan, que elaboren de conjunto conclusiones generalizadoras acerca de lo que estudian e indagan, creándose relaciones positivas grupales en un clima de respeto, tolerancia y relaciones afectivas positivas.

§ El control, permita al docente reestructurar a tiempo la planificación y dirección del proceso que dirige y atender las necesidades de cada uno de sus educandos, así como al desarrollo de sus potencialidades.

§ La evaluación del aprendizaje facilite brindar a cada educando los niveles de ayuda necesarios y en los momentos oportunos. Promueve, asimismo, un clima colaborativo, pues los involucra en el análisis de sus propios avances.

Estas características requieren que los docentes seleccionen planifiquen y ejecuten, desde cada una de las funciones didácticas en el sistema de clases que elaboren, métodos y procedimientos metodológicos, que favorezca el trabajo cooperativo y se estimulen al máximo las potencialidades individuales de cada educando desde una perspectiva desarrolladora de la enseñanza y el aprendizaje.

El trabajo cooperativo se concibe para que sea ejecutado por el educando en clase y fuera de ésta, orientado a la búsqueda y a la adquisición de los conocimientos y al desarrollo de habilidades, al propio tiempo que potencien también la parte educativa vinculada a su contenido y formas de realización. Además, fomente la responsabilidad, la autonomía, competencias básicas, aprender a aprender y el gusto por el trabajo bien hecho.

El trabajo cooperativo es una metodología que aporta una mejora significativa del aprendizaje de todos los educandos que se implican en él, en términos de:

● Motivación por la tarea.

● Actitudes de implicación y de iniciativa.

● Grado de comprensión de lo que se hace y del porqué se hace.

● Independencia cognoscitiva.

● Calidad del trabajo.

● Dominio de procedimientos y conceptos.

● Relación social en el aprendizaje.

● Liderazgo.

● Responsabilidad compartida.

Por consiguiente, favorece el cambio de la posición pasiva del educando a una activa en este sentido el docente juega un rol fundamental en la manera de organizar, planificar y dirigir las clases, es precisamente en esta dirección que deberá realizar la principal renovación didáctica del proceso:

● Ponerse de acuerdo sobre lo que hay que realizar.

● Decidir cómo se hace y qué va a hacer cada cual.

● Realizar los correspondientes trabajos o pruebas individuales.

● Discutir las características de lo que realiza o ha realizado cada cual, en función de criterios preestablecidos, por el docente o por el propio grupo.

● Considerar cómo se complementa el trabajo.

● Valoración en grupo de los resultados, en función de los criterios establecidos con anterioridad.

Por tanto, las funciones planteadas del trabajo cooperativo precisan de una concepción diferente en cuanto al papel que debe asumir el docente en la organización y dirección del proceso de enseñanza aprendizaje, pues tiene numerosas ventajas que recomiendan en gran medida su funcionamiento:

§ Vida real.

§ Interacción.

§ Aumento de la productividad.

§ Espíritu de equipo / proyecto común.

Adell y Sales (1999) proponen para la organización y dirección del trabajo cooperativo el siguiente proceder:

Fase 1: De Formación – Orientación.

Fase 2: De establecimiento de normas y de resolución de conflictos.

Fase 3: De rendimiento eficaz del grupo.

Fase 4: De finalización.

La fase de Formación –Orientación se organiza a partir de:

A. Comenzar pensando en grupos interactivos.

B. Agrupamiento por parejas.

C. Tiempo de trabajo en equipo.

D. Qué técnicas o estructuras simples puedo usar para comenzar con las parejas.

E. Comenzar a utilizar roles en los equipos.

F. Trabajar destrezas cooperativas.

Es recomendable que los docentes comprendan que aprender a cooperar es un procedimiento estructurado en una serie de acciones. No se improvisa y requiere, como todos los aprendizajes, de su acompañamiento, además, en un entorno complicado debe comenzar a entrenar un estilo asertivo de actuación en los educandos, por ende, se trata de:

1. Aprender a usar mensajes en primera persona.

2. Aprender a parafrasear.

3. Aprender a identificar y a manejar las propias emociones.

4. Aprender a resolver conflictos.

5. Técnicas de diálogo.

Lo primero que se debe garantizar con las destrezas cooperativas es que han comprendido conceptualmente qué es lo que se está pidiendo.

Pasos para enseñar destrezas:

1. Que vean la necesidad.

2. Que entiendan la necesidad y cuándo la tienen que usar.

3. Que puedan practicar la habilidad.

4. Procesamiento, retroalimentación y reflexión.

5. Perseverancia de la práctica.

Fase de establecimiento de normas y resolución de conflictos.

En esta etapa suelen originarse conflictos en los grupos para los cuales hay que poner en marcha procedimientos de trabajo grupal que permitan superarlos. En esta etapa se puede realizar las siguientes acciones:

1. Paso definitivo de las parejas a los grupos de cuatro alumnos o de tres. (Hay que tomar una decisión sobre el tamaño de los grupos) El grupo de cuatro es ideal porque a veces se trata de unir dos parejas.

2. Constitución de los grupos bases. Al ser equipo de cuatro van a necesitar mucho más tiempo para conocerse y aprender a trabajar juntos. Excepto casos excepcionales deben estar juntos como mínimo un mes, en esta etapa.

3. Comenzar a trabajar en cooperativo al menos 20 minutos en cada sesión de una hora. Se puede dividir este tiempo en dos momentos de 10 – 15 minutos.

4. Estructuras simples o complejas a utilizar. Dependiendo de la madurez de los grupos podemos seguir trabajando por parejas y pasar a un momento final de consenso. Poco a poco iremos aumentando el nivel de complejidad de las estructuras. Añadimos roles, normas, cuaderno de equipo. Poco a poco vamos añadiendo más momentos en los diferentes tiempos de nuestras unidades didácticas.

5. En cuanto formen grupos de tres/cuatro alumnos es imprescindible empezar a trabajar con roles cooperativos. Los roles se enseñarán de forma explícita y seguiremos una progresión lógica en su implantación, de forma que, en principio, partamos de una única función para cada rol, sobre la que iremos añadiendo otras. Los períodos para el desempeño de un rol no deberían ser inferiores a una semana, ni superiores a un mes.

6. En este segundo momento, además de seguir prestando atención a las destrezas de formación, se centran en las habilidades de funcionamiento destinadas a orientar los esfuerzos grupales a la realización de las tareas y al mantenimiento de relaciones eficaces de trabajo.

Fase de rendimiento eficaz del grupo:

1. Tamaño de los grupos. En esta etapa final, mantenemos los equipos de la fase anterior.

2. Duración de los agrupamientos. Los grupos formales un trimestre, los grupos bases pueden durar todo el curso.

3. El tiempo de trabajo en los equipos.

4. Estructuras simples y complejas. Es necesario seguir una progresión lógica en su incorporación, yendo de las más estructuradas a las más abiertas. Una posible secuenciación, tomando como referencia las técnicas formales más difundidas.

5. Perfeccionamos los roles. Continuar trabajando sobre los roles de la fase anterior, aunque irán introduciendo de forma progresiva nuevas funciones en cada uno de ellos, con lo que aumentará el nivel de autorregulación de los grupos y la complejidad de las destrezas que deberán desarrollar los alumnos.

6. Comenzar a trabajar las destrezas de formulación y fermentación dirigidas tanto al procesamiento profundo de la información trabajada, como a la gestión de los conflictos sociocognitivos.

Fase de finalización.

Se trata de crear sentimientos positivos y de valoración positiva del trabajo realizado.

Un aspecto de suma importancia en el trabajo cooperativo lo constituye la evaluación en este sentido se coincide con Alcántara (2011) que se puede realizar de a través de variadas técnicas, debe ser continua a lo largo de todo el proceso donde se tenga en cuenta la actuación de los miembros del grupo.

Conclusiones

El trabajo cooperativo es una herramienta didáctica-metodológica para los docentes pues permite que los educandos alcancen un aprendizaje más sólido y eficiente, en su tránsito por niveles diferentes de exigencias; promueve acciones bilaterales y grupales y que adopten una posición motivada, reflexiva y valorativa ante los nuevos conocimientos y habilidades que poseen mediante acciones cada vez más.

Referencias Bibliográficas

Adell, J y Sales, A. (1999).Procedimientos estructurales para la enseñanza-aprendizaje del trabajo cooperativo.https://www.educaciontrespuntocero.com

Alcántara, D. (2011). Importancia del trabajo cooperativo en el proceso de enseñanza-aprendizaje de nuestro alumnado. Revista Innovación y experiencias educativas. No 38 enero 2011

Caldeiro, P y Vizcarra M. El trabajo cooperativo en el aula.https://educación.idoneos.com

Robles, L. (2015). El trabajo cooperativo. Revista internacional de apoyo a la inclusión, Logopedia,Sociedad y Multiculturalidad. Volumen 1, Número 2 abril 2015 paginas 57-66

Vigotsky, L. (1989). Obras Completas. (t. 5). Editorial Pueblo y Educación.